Debe haber buena relación con EU porque allá viven 40 millones de paisanos, señala
▲ La Presidenta habló ayer en la mañanera del encuentro que tuvo el viernes en Washington con Trump y el primer ministro de Canadá, Mark Carney.Foto Presidencia
Alonso Urrutia y Emir Olivares
Periódico La Jornada Martes 9 de diciembre de 2025, p. 5
En un balance sobre su visita de la semana pasada a Washington, donde se reunió con Donald Trump y el primer ministro de Canadá, Mark Carney, la presidenta Claudia Sheinbaum sostuvo que fue un encuentro “muy cordial”.
Consideró que el hecho de que los tres países organizarán la Copa Mundial de Futbol es un factor propicio que contribuirá a las negociaciones sobre el tratado comercial de América del Norte (T-MEC).
Más adelante matizó los alcances del encuentro que sostuvieron durante una hora en el Kennedy Center, sede del sorteo del campeonato de balompié: “lo que se vio fue una buena relación entre los tres países. Eso fue muy importante. Y no es que hayamos avanzado mucho en el encuentro privado, porque nos reunimos los tres países, pero quedamos en seguir trabajando. En su momento, cuando avancemos más, podremos informales”.
Durante la mañanera, Sheinbaum dijo que está convencida de que México necesita tener buena relación con Estados Unidos, porque somos vecinos y allá residen más de 40 millones de connacionales. Sin embargo, enfatizó en que hasta ahora esa buena relación se ha dado sobre la base del respeto a la soberanía nacional en el sentido más amplio, porque sólo el pueblo de México puede decidir quién gobierna.
También está la defensa de los mexicanos, “porque en cualquier lugar donde estemos siempre hablamos de eso con el presidente Trump”. Destacó que en su primer contacto cara a cara, “su trato fue muy amable”, algo que atribuyó especialmente al respeto que el republicano tiene a nuestro país, porque en estos niveles no sólo es un asunto personal. “En ningún momento hubo alguna grosería; nada. Fue muy muy respetuoso”, lo cual agradeció.
Señaló que el tema central del encuentro fue fundamentalmente económico, y de forma preliminar sobre las negociaciones del T-MEC, pues se nombraron responsables de los gobiernos de Estados Unidos, México y Canadá para seguir trabajando. “Es un buen ambiente para la revisión del tratado. Incluso, el ambiente que vivimos ahí el viernes muestra que, en efecto, es un momento donde el deporte te une”.
A pregunta expresa sobre si abordó otros asuntos con Trump, apuntó que fueron fundamentalmente temas económicos.
–De esta información de que uno de los hijos de El Chapo Guzmán admitió que él secuestró a El Mayo Zambada, ¿México ha seguido exigiendo datos a Estados Unidos?
–Ahora tocará a la nueva fiscal. Y no, no hablamos de ese tema. Hablamos de muchas cosas, particularmente de comercio, de lo que tiene que ver con el T-MEC hacia adelante, y ahí quedamos de seguir trabajando.
En este contexto, ratificó que no asistirá al juego inaugural de la Copa del Mundo que se realizará en el estadio Azteca, por lo que mantuvo su postura de que regalará el boleto a una niña que le interese el futbol. “Yo voy a estar aquí con la gente viendo el juego. Y si vienen jefes de Estado, pues los recibiremos el día anterior y haremos alguna reunión, si es el caso.”
En un balance sobre su visita de la semana pasada a Washington, donde se reunió con Donald Trump y el primer ministro de Canadá, Mark Carney, la presidenta Claudia Sheinbaum sostuvo que fue un encuentro “muy cordial”.
Consideró que el hecho de que los tres países organizarán la Copa Mundial de Futbol es un factor propicio que contribuirá a las negociaciones sobre el tratado comercial de América del Norte (T-MEC).
Más adelante matizó los alcances del encuentro que sostuvieron durante una hora en el Kennedy Center, sede del sorteo del campeonato de balompié: “lo que se vio fue una buena relación entre los tres países. Eso fue muy importante. Y no es que hayamos avanzado mucho en el encuentro privado, porque nos reunimos los tres países, pero quedamos en seguir trabajando. En su momento, cuando avancemos más, podremos informales”.
Durante la mañanera, Sheinbaum dijo que está convencida de que México necesita tener buena relación con Estados Unidos, porque somos vecinos y allá residen más de 40 millones de connacionales. Sin embargo, enfatizó en que hasta ahora esa buena relación se ha dado sobre la base del respeto a la soberanía nacional en el sentido más amplio, porque sólo el pueblo de México puede decidir quién gobierna.
También está la defensa de los mexicanos, “porque en cualquier lugar donde estemos siempre hablamos de eso con el presidente Trump”. Destacó que en su primer contacto cara a cara, “su trato fue muy amable”, algo que atribuyó especialmente al respeto que el republicano tiene a nuestro país, porque en estos niveles no sólo es un asunto personal. “En ningún momento hubo alguna grosería; nada. Fue muy muy respetuoso”, lo cual agradeció.
Señaló que el tema central del encuentro fue fundamentalmente económico, y de forma preliminar sobre las negociaciones del T-MEC, pues se nombraron responsables de los gobiernos de Estados Unidos, México y Canadá para seguir trabajando. “Es un buen ambiente para la revisión del tratado. Incluso, el ambiente que vivimos ahí el viernes muestra que, en efecto, es un momento donde el deporte te une”.
A pregunta expresa sobre si abordó otros asuntos con Trump, apuntó que fueron fundamentalmente temas económicos.
–De esta información de que uno de los hijos de El Chapo Guzmán admitió que él secuestró a El Mayo Zambada, ¿México ha seguido exigiendo datos a Estados Unidos?
–Ahora tocará a la nueva fiscal. Y no, no hablamos de ese tema. Hablamos de muchas cosas, particularmente de comercio, de lo que tiene que ver con el T-MEC hacia adelante, y ahí quedamos de seguir trabajando.
En este contexto, ratificó que no asistirá al juego inaugural de la Copa del Mundo que se realizará en el estadio Azteca, por lo que mantuvo su postura de que regalará el boleto a una niña que le interese el futbol. “Yo voy a estar aquí con la gente viendo el juego. Y si vienen jefes de Estado, pues los recibiremos el día anterior y haremos alguna reunión, si es el caso.”
Día Internacional para la Conmemoración y Dignificación de las Víctimas del Crimen de Genocidio y para la Prevención de ese Crimen
Antonio Guterres*
El genocidio es una abominación y un crimen atroz, todos los estados tienen la obligación solemne de prevenirlo y sancionarlo. Ese fue el compromiso que el mundo asumió al aprobar la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio en 1948, con la promesa de que ningún grupo sería eliminado por su nacionalidad, etnia, raza o religión.
Nuestra promesa fue “nunca más”, pero esa promesa corre peligro en demasiados lugares. Los conflictos violentos, la falta de rendición de cuentas y las tecnologías digitales que amplifican el odio y la desinformación reavivan el riego de genocidio.
Los estados tienen la obligación primordial de prevenir y castigar el genocidio, y pido a los gobiernos que aún no lo hayan hecho que se adhieran a la Convención; también insto a todos los gobiernos a que la apliquen plenamente y exijan responsabilidades a los perpetradores.
La prevención, sin embargo, es una tarea colectiva. Implica educar a las nuevas generaciones sobre las raíces del genocidio –el discurso de odio, la desigualdad y la desinformación– y actuar ante las señales tempranas. Los líderes comunitarios, la sociedad civil y los medios de comunicación, incluidos los medios sociales, tienen el deber moral de actuar.
Al mostrar nuestra unidad ante este crimen atroz, honramos a sus víctimas y supervivientes, y defendemos la promesa más básica de la comunidad internacional: el derecho de todas las personas a vivir con seguridad, dignidad y en paz.
* Secretario general de la ONU
Obispos falsificando la historia
Foto tomada de redes sociales Foto autor
Pedro Salmerón Sanginés
09 de diciembre de 2025 00:02
En días recientes, los obispos católicos mexicanos se congregaron en una “reunión plenaria”, al término de la cual dirigieron un “mensaje al pueblo de Dios en México” que es de una inoportunidad y una intolerancia digna de los peores obispos de nuestra historia, como los que en 1847, para no cooperar con el esfuerzo de guerra, provocaron la rebelión de los “polkos”; como los que en 1863-1867 se pusieron de tapete ante un invasor extranjero; o como los que en 1926-1929 lanzaron a una guerra brutal a sus feligreses mientras ellos se exiliaban cobardemente y luego traicionaron a los rebeldes cristeros, o al menos así lo sintieron ellos. Vayamos a la parte “histórica” del texto, porque de la parte política ya se ha ocupado, dos veces, don Bernardo Barranco aquí en La Jornada.
El “mensaje” está lleno de muy gordas mentiras o tergiversaciones. El punto II.2 adelanta que 2026 será el año de la “memoria de la resistencia cristera que nos interpela”. Los señores obispos dicen que la “Ley Calles” (la reglamentación del artículo 130 constitucional… casualmente también los magnates petroleros anglosajones llamaron “Ley Calles” a la reglamentaria de las fracciones I y IV del artículo 27, expedida casi simultáneamente y de la que surgió una amenaza de guerra directa) “desató la persecución religiosa más cruenta de nuestra historia”, aunque la única verdadera persecución religiosa de nuestra historia fue la emprendida, a muerte, por los católicos contra las religiones mesoamericanas y aridoamericanas, persecución que duró tres siglos, pero esa es otra historia.
Sigamos: fue por eso, dicen sus señorías ilustrísimas los obispos, que “en enero de 1927, el pueblo católico reprimido inició el movimiento armado conocido como la Resistencia Cristera”.
Historia: dicho movimiento lo provocaron los ilustrísimos obispos con la suspensión de cultos en julio de 1926, no en enero de 1927; no hubo represiones del “pueblo católico” antes del inicio de la guerra, y la gran mayoría de los católicos mexicanos rechazaron esa violencia y muchos de ellos, como soldados y agraristas, la combatieron. Por cierto, como historiador es la primera vez que leo la frase “resistencia cristera”.
Lo que sigue es increíble: esa “resistencia” fue “un acontecimiento providencial” (es decir, dictado por Dios): “Cuando el Estado totalitario intentó imponer el dominio absoluto sobre las conciencias, nuestros mártires comprendieron con claridad meridiana la centralidad de Jesucristo: morir gritando ‘¡Viva Cristo Rey!’ era afirmar que ningún poder humano puede reclamar la soberanía absoluta sobre la persona y la conciencia”. No es posible llamar al gobierno de Calles “Estado totalitario”, pero es aún más falso y canalla decir “dominio absoluto sobre las conciencias” o “soberanía absoluta”, sobre todo viniendo de los ilustrísimos obispos que hablan de una absoluta verdad, única, en su forma intolerante y excluyente de ver la fe de Jesucristo. La llamada Ley Calles, buena o mala (más mala que buena), no buscaba prohibir ni implicaba persecución (como la ejercida por los católicos en la Nueva España del siglo XVI), sino regular, quizá en exceso, el culto público: ninguna “soberanía absoluta”, ilustrísimos obispos: mienten ustedes con todos los dientes. Y luego, el dogma, ese sí absoluto, y el discurso inaudito “Cristo es Rey, no el dictador en turno”. El uso de esos términos se repite hasta el cansancio en la parte política del documento, que no examinamos hoy.
Lo que sigue es casi un llamado a las armas, como el de sus irresponsables y cobardes antecesores de 1926 (sí, reitero: irresponsables porque causaron una terrible guerra civil, cobardes porque fueron a instalarse cómodamente al exilio): “El México heroico de los cristeros que dieron su vida por una causa sagrada (otra vez, los señores obispos meten a Dios)… nuestros mártires nos preguntan hoy. ¿ESTAMOS DISPUESTOS A DEFENDER NUESTRA FE CON LA MISMA RADICALIDAD?” (las mayúsculas son mías). ¿La misma radicalidad?, armas en la mano, volando trenes, violando maestras, ahorcando maestros, asesinando en masa a agraristas y comunistas (lo mismo que hacían las fuerzas del gobierno contra los cristeros; tampoco nos engañemos, pero de ese lado nadie habla de la Divina Providencia, ni de la Verdad Absoluta dictada por Dios, ni la palabra de Jesucristo, como lo hacen sus señorías ilustrísimas, los 126 obispos).
Y eso último también es preocupante.
¿Todos, los 126 obispos, están de acuerdo con estas llamadas y con lo que sigue del documento, abierta y agresivamente contra el gobierno y con los términos políticos copiados de los Alitos Moreno, los Marko Cortés, las Lilly Téllez, repetidores de Donald Trump? ¿No queda ninguno, ni uno sólo con la honorabilidad, el humanismo, el valor, la moral cristiana de un Sergio Méndez Arceo, un Samuel Ruiz García, un Arturo Lona Reyes… un Vasco de Quiroga, un Bartolomé de las Casas?
Al parecer, no: están tomando partido, en este mundo en que la ultraderecha y los nuevos fascismos se vuelven cada día más amenazantes. Sus señorías ilustrísimas están violando flagrantemente el octavo mandamiento de su Biblia (no digamos nada de la Constitución) y, peor aún, están llamando al encono, la violencia, la intolerancia, contrarias a las palabras que según los cuatro evangelistas canónicos pronunciaba Jesucristo.
