Periódico La Jornada Martes 9 de diciembre de 2025, p. 24
México es un destino “único en el mundo” para atraer inversiones de cualquier industria. Sin embargo, para que el dinero llegue es necesario que se generen condiciones que den certidumbre, afirmó el director general del Banco Nacional de México (Banamex), Manuel Romo.
Señaló que poco a poco el ambiente local y el internacional comienza a dar a los inversionistas las herramientas necesarias para que se inyecte capital, pero se debe trabajar en temas que están pendientes desde hace algunos años, de los más relevantes es el de seguridad.
“A corto plazo hay que generar certidumbre de seguridad y también se tiene que invertir en el mediano y largo plazos en educación, en empleo. Somos una economía que geográficamente está dentro de la producción más grande del mundo y la oportunidad hay que aprovecharla… México es un destino, de verdad, único para atraer inversiones”, dijo Romo.
En una reunión con medios, destacó que cualquier firma financiera o inversionista, para inyectar capital busca “reglas claras y certidumbre a futuro, certidumbre de las condiciones en las cuales va a invertir. Mientras más haya reglas claras en el país, es mejor para el ambiente de inversión en la medida en que haya cambios, que haya incertidumbre de cómo son las reglas del juego en el ambiente empresarial en México, pues la inversión duda, porque tiene muchas opciones, es un recurso, que tiene muchas opciones, mucha información y es muy rápido para fraccionar”, sostuvo el director de Banamex.
En el ambiente internacional, expresó, persiste la incertidumbre, sobre todo por las posibles restricciones comerciales que se puedan tener entre diversas naciones.
“En las condiciones globales hay incertidumbre. El tema de las tarifas es uno que ha generado mucha incertidumbre para México y para todo el mundo. A pesar de eso, en el mediano y largo plazos vemos a México posicionado de una manera única.”
Al mismo tiempo, comentó que otro tema que genera incertidumbre son las altas tasas de interés que prevalecen en el país.
“El otro tema también es el movimiento de tasas, cuando las tasas a nivel global están tan altas, la inversión productiva es menor y hay menos opciones. En la medida en que van bajando las tasas, como ahora, hay una oportunidad mayor en términos de inversión.”
Romo agregó que para el siguiente año el banco priorizará todas sus actividades en cinco objetivos, que son: poner el cliente al centro, otorgar más financiamiento a pequeñas y medianas empresas, digitalizar las operaciones, impulsar el talento interno y fomentar el arte y la cultura.
Ganancias de la banca logran récord de 245 mil 860 mdp
Julio Gutiérrez
Periódico La Jornada Martes 9 de diciembre de 2025, p. 21
De enero a octubre, los bancos privados que operan en México ganaron 251 mil 749 millones de pesos, un monto récord para un periodo similar desde que hay registros, informó la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Si esta cifra se compara con los 245 mil 860 millones de pesos reportados en el mismo lapso de 2024, el incremento es de 2.3 por ciento en términos nominales; sin embargo, en términos reales (descontada la inflación) hubo una caída de 1.13 por ciento.
Según las estadísticas oficiales, siete de los bancos de importancia sistémica (sin incluir a Citi, ya que todavía no cumple un año completo de operaciones), que son BBVA, Santander, Banorte, Banamex, HSBC, Scotiabank e Inbursa, obtuvieron ganancias por 192 mil 356 millones de pesos.
Este monto resulta 5.6 por ciento más bajo en términos reales si se compara con los 196 mil 814 millones de pesos que estas instituciones –que en caso de quiebra pondrían en riesgo la estabilidad del sistema financiero– reportaron de enero a octubre del año previo.
El margen financiero, obtenido principalmente de la diferencia entre los intereses cobrados a los deudores y los pagados a los ahorradores, alcanzó 757 mil 920 millones de pesos, cantidad 3.6 por ciento superior en términos reales comparada con los 706 mil millones reportados en los primeros 10 meses de 2024.
Los ingresos por el cobro de intereses se situaron en un billón 502 mil 998 millones de pesos, mientras los gastos ascendieron a 745 mil 78 millones. Las cifras son 1.9 y 6.9 por ciento más bajas, respectivamente, que las reportadas de enero a octubre de 2024.
Uno de los indicadores que miden la rentabilidad del negocio bancario son los rendimientos sobre los activos (ROA), que al cierre de octubre se ubicaban en 1.93 por ciento, una caída de 0.15 puntos porcentuales respecto al 2.08 por ciento reportado en el décimo mes de 2024.
Crédito al alza
La información de la CNBV indica que al cierre de octubre el saldo de la cartera de crédito total de la banca alcanzó 7 billones 946 mil 801 millones de pesos, 3.4 por ciento más en términos reales respecto a los 7 billones 416 mil 394 millones reportados en octubre del año pasado.
En tanto, el portafolio de créditos al consumo llegó a un billón 860 mil 464 millones de pesos, cifra 9.4 por ciento superior a la acumulada en los primeros 10 meses de 2024, que fue un billón 641 mil 999 millones de pesos. Este fue el segmento de crédito con la mejor tasa de crecimiento.
Según la información de las autoridades, en los primeros 10 meses los bancos crearon reservas por 176 mil 727 millones de pesos para enfrentar eventuales pérdidas. Esta cantidad es 12.3 por ciento superior a los 151 mil 931 millones reportados de enero a octubre de 2024.
Negocios y empresas
La industria del entretenimiento
Miguel Pineda
La industria del entretenimiento se encuentra en medio de una revolución. En el siglo XX Hollywood dominaba la visión del mundo, pero ahora hay nuevas tecnologías y una producción que no se circunscribe a la visión de Estados Unidos.
La transmisión digital, conocida con el anglicismo de streaming, ya se apropió del mercado y la adquisición de Warner Brothers por 82 mil 700 millones de dólares por parte de Netflix, dominará la producción de películas, reportajes, series y espectáculos en vivo. No es el único competidor en estos niveles; también está Disney, que compró Fox por 71 mil millones de dólares en 2019. Ambas firmas controlarán más de 70 por ciento del mercado del streaming, si es que se aprueba la compra de Warner.
En Hollywood quedarán tres grandes estudios independientes: Paramount, Sony Pictures y Universal, que tendrán que hacer algo para competir con las firmas de streaming; si mantienen su visión de producir películas para el cine, sin entrar a otros mercados, simplemente perderán presencia.
Paradójicamente, la concentración de la producción, distribución y consumo en unas cuantas firmas trae como resultado el desarrollo de contenidos de otros países. La industria del streaming requiere una oferta creciente de contenidos. Si el consumidor no encuentra mes con mes algo novedoso, busca otras plataformas.
Es por ello que firmas como Netflix anuncian día con día series, espectáculos en vivo y películas. Para poner un caso reciente de las oportunidades que se ofrecen, Frankenstein, de Guillermo del Toro, se contrató directamente para Netflix, pasando apenas por las pantallas de cine.
La ventaja para los trabajadores del sector, como directores, escritores, artistas, creadores de efectos especiales, diseñadores, maquillistas, carpinteros, tramoyistas y tecnólogos, es que tendrán un gran mercado de trabajo por la creciente demanda de contenidos.
A su vez, los consumidores podrán ver y escuchar lo que quieran en el momento, el lugar y la pantalla que tengan a la mano, sin restricción alguna, siempre que estén conectados a Internet. Además, la próxima compra de Warner por Netflix permitirá consultar el archivo cinematográfico de una empresa de 102 años.
miguelpineda.ice@hotmail.com
Los círculos concéntricos
Sergio Ramírez
Hay una pregunta que siempre nos desafía, y es la de si existe una identidad latinoamericana compartida. La realidad geográfica parecería negarlo si imaginamos, por ejemplo, un viaje entre la Centroamérica donde yo nací, y las tierras australes, una distancia de miles de kilómetros equivalente a la travesía del Atlántico hasta Madrid.
Siempre nos ha unido la imaginación, y cuando los hechos son reales, parecen fruto de la imaginación. El ejército de los Andes del general San Martín cruza entre borrascas de nieve la cordillera para liberar a Chile en 1817, y el ejército de Bolívar cruza también los Andes desde Venezuela para liberar a la Nueva Granada en 1819. Son hechos imposibles, pero ocurrieron; y si no, habría que haberlos imaginado.
Al escribir, imaginamos en una lengua común, y esa es otra manera de salvar distancias y borrar fronteras. Ser entendido de un país a otro, viajar en las palabras, no importan los muros, porque la lengua ya está del otro lado del río Bravo, en los Estados Unidos, la otra América que, pese a la xenofobia oficial, es también un país latinoamericano y lo será más cada día.
Puedo comparar mi identidad a los círculos concéntricos que deja una piedra al caer en el agua: en el primero de esos círculos soy nicaragüense, en el siguiente centroamericano, en el tercero caribeño, y en el último, que los contiene a todos, soy latinoamericano. Mi mundo es ese, la América Latina de la que uno se apropia como un sentimiento de vida, una emoción que es a la vez una convicción.
Somos el resultado de una mezcla mágica en la que hay tres componentes básicos: uno español, otro indígena, otro africano. Para los brasileños, el portugués. Si extraemos uno de esos componentes, o lo negamos, dejamos de ser lo que somos, nos mutilamos, o nos falsificamos.
Hay otros elementos en la mezcla, por supuesto; no se explica el Río de la Plata sin lo italiano, ni el Perú sin lo asiático, como puede verse en su cocina, ni el Caribe sin sus agregados hindúes, chinos, británicos u holandeses. Pero hay un hilo infaltable que nos recorre de uno a otro confín con su puntada negra, y es el hilo africano.
Sin lo africano, la música latinoamericana no existiría. Todo el universo de la salsa inventada por los portorriqueños de Nueva York, los neoricans, y los sones cumbancheros, desde el vallenato colombiano al merengue y al perico ripiao dominicano o la guaracha cubana, en los que suenan el tambor yoruba, el bongó, el cajón, la güira o las maracas. Y el danzón del que nace luego el mambo de Pérez Prado y el chachachá de Enrique Jorrín. Un hilo que pespuntea también el jazz de Nueva Orleans, la marinera peruana, la samba brasileña y el candombe del Río de la Plata que va a dar a la milonga y al tango argentino.
No somos extraños unos a otros. Las férreas líneas divisorias las han impuesto las ideologías desde las luchas por la independencia. Gachupines realistas contra criollos republicanos. Conservadores católicos contra liberales masones. Socialistas de puño en alto contra reaccionarios de escapulario.
El último de los círculos concéntricos se me abrió en la escuela primaria. Los libros de lectura, compuestos por diversas piezas en prosa y en verso, llegaban a Nicaragua desde Argentina. En las ilustraciones, la bandera que se izaba en el patio de una escuela era azul y blanco, sólo que el azul más pálido, y en lugar del escudo con cinco volcanes de la bandera nicaragüense, tenía un sol.
Las historietas cómicas también llegaban de Argentina, entre ellas la del capitán Marvel, cuyo alter ego era un niño lisiado, un canillita, que al pronunciar la palabra mágica SHAZAM dejaba su muleta y se transformaba en el superhéroe. Y estaba también Patoruzito, el pequeño indio tehuelche de la Patagonia, que llevaba una vincha en la cabeza y boleadoras en la cintura
Canillita, ombú, vincha, boleadoras, pampa. Esos términos tan ajenos y lejanos pasaron desde entonces a ser parte de mi acervo cultural, en un tiempo en que las novelas vernáculas latinoamericanas traían en las páginas finales un riguroso glosario de términos, y las palabras de uso común en Latinoamérica eran barbarismos para los cánones lingüísticos en España.
Entre las grandes transformaciones provocadas por el boom en los años sesenta del siglo pasado, estuvo la eliminación de los glosarios. Ya no se necesitaba de vocabularios ni de notas de pie para explicar que los zopilotes de Juan Rulfo eran buitres carroñeros, o gallinazos, en las novelas de García Márquez, o que piolín era una cuerda, y andá rajá, largate, en las de Cortázar.
O esa maravilla culinaria que es el “bucán de bucanes” en El siglo de las luces de Alejo Carpentier, un término de la lengua caribeña tupí, mientras su sinónimo barbacoa viene del taíno: jabalíes asados a las brasas en un espetón y cuyos vientres abiertos se rellenan de codornices, palomas torcaces, gallinetas y otras aves recién desplumadas.
Somos también el paladar. Lengua y paladar.
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