jueves, 23 de octubre de 2025

Lanza EU nuevo ataque a presunta ‘narcolancha’ en el Pacífico; mata a tres.

Los nuevos ataques representan una expansión del área de ataques militares estadunidenses hacia aguas frente a Sudamérica, donde se trafica gran parte de la cocaína de los mayores productores mundiales. Foto X @SecWar   Foto autor
Ap
22 de octubre de 2025 21:09
Washington. Las fuerzas armadas de Estados Unidos lanzaron su noveno ataque contra una embarcación que presuntamente llevaba drogas y mató a tres personas que iban a bordo en aguas del océano Pacífico, informó este miércoles el secretario de Defensa estadunidense, Pete Hegseth.
Este ataque se suma a otro igual, perpetrado este martes por la noche, también en el este del Pacífico, con el que mató a dos personas, según Hegseth.
Los ataques del martes y miércoles fueron distintos a los siete previos, ya que los primeros se llevaron a cabo en el Caribe. El número de personas que han muerto por los ataques estadunidenses contra lanchas suman al menos 37 desde que dicha ofensiva comenzó el mes pasado.
Los nuevos ataques representan una expansión del área de ataques militares estadunidenses hacia aguas frente a Sudamérica, donde se trafica gran parte de la cocaína de los mayores productores mundiales.
En su publicación, Hegseth hizo una analogía entre la guerra contra el terrorismo que Estados Unidos declaró después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y la ofensiva del gobierno de Donald Trump.
“Así como Al Qaeda libró una guerra en nuestra patria, estos cárteles están librando una guerra en nuestra frontera y contra nuestra gente”, expresó Hegseth.
Trump argumentó que Estados Unidos está involucrado en un “conflicto armado” contra los cárteles de la droga, y declaró que las organizaciones criminales son combatientes ilegales, apoyándose en la misma autoridad jurídica utilizada por el gobierno del presidente George W. Bush para librar la guerra contra el terrorismo.

Los Nobel de la Paz, antesala de invasiones y guerras
Las cartas están marcadas. María Corina Machado podrá patrocinar la guerra y la invasión a su país con el Nobel de la Paz bajo el brazo. Foto Ap / archivo   Foto autor
Marcos Roitman Rosenmann
23 de octubre de 2025 00:04
La historia de los premios Nobel, parafraseando a Forrest Gump, es como una caja de bombones, nunca sabes lo que va a tocar. Lamentablemente, lo dicho tiene truco. La cantidad, forma y relleno están predefinidos. Sorpresas las justas. Hay reglas y se deben respetar. Ahora les mencionaré cinco nombres, tres mujeres y dos hombres. 
Ellos tienen mucho en común: rechazan el marxismo, son devotos de la economía de mercado, partidarios de la OTAN, y su espectro ideológico va del conservadurismo a la socialdemocracia, confluyendo en su crítica al comunismo. Ellos han sido dotados de un poder especial, son los designados por el Parlamento noruego para otorgar el premio Nobel de la Paz. Se trata de Jorgen Watne, Asle Toje, Anne Enger, Kristin Clement y Gry Larsen. En este sentido, sus preferencias y opciones tienen límites. Así ha sido siempre, resultando indiferente la disciplina del galardonado. 
Fritz Haber, considerado el padre de la guerra química, fue distinguido con el Nobel de Química en 1918. Miles fueron las víctimas del gas dicloro. Una muerte dolorosa y lenta. Sus efectos se extendían a todo ser viviente. Pero ello no fue razón suficiente para que el jurado lo eliminase de la lista. Por el contrario, junto con su colega Carl Bosch, ambos germanos, recibían la presea por la síntesis del amoniaco. 
Durante la ceremonia de entrega, el físico neozelandés Ernest Rutherford, poseedor del Nobel de Química (1908) por su estudio sobre las ondas alfa, beta y rayos gamma, unido a su modelo atómico, dejó boquiabiertos a los presentes. Cuando Haber fue a estrecharle la mano, le retiró el saludo. Según el físico, Haber no era merecedor del Nobel y lo expresó públicamente. 
Podríamos señalar que los Nobel están sometidos a continuas sospechas y escándalos. El ejemplo evidencia que no hay disciplina exenta de dudas sobre sus beneficiarios. Empresas farmacológicas, industrias de la tecnología médica, laboratorios de física, química o biología, ligados a las grandes compañías trasnacionales, presionan para la concesión a sus protegidos. Hay millones de dólares en juego. 
En cuanto al Nobel de Literatura, las editoriales tratan de incidir para que la academia sueca se decante por sus autores. En 2018, los escándalos de abusos sexuales de Jean Claude Arnault, conocido como el “Harvey Weinstein de los Nobel”, sacudieron la academia y el Nobel de Literatura no se concedió ese año. De sus 18 miembros, habían dimitido ocho. 
Ahora, detengámonos en los agraciados con el Nobel de la Paz. Muchos son piezas de un engranaje. En ocasiones es un insulto a la paz. Pero, si quienes deciden, ya lo hemos visto, comparten valores belicistas, la paz es una excusa para apoyar personas o instituciones en función de las coyunturas del momento. 
Hagamos memoria. En 1973, Le Duc Tho, general del ejército vietnamita, se negó a recibir el Nobel de Paz otorgado junto a Henry Kissinger. Su dignidad impedía aceptarlo. Kissinger era responsable del lanzamiento del agente naranja para destruir las fuentes de alimentos de la población civil en Laos, Vietnam y Camboya. Sin olvidarnos de autorizar el uso de bombas del napalm. La foto de la niña Phan Thi Kim Phuc el 8 de junio de 1972, con su cuerpo desnudo incendiado por la gasolina gelatinosa, sintetiza sus consecuencias. Suma y sigue. 
Cuatro presidentes estadunidenses: Theodore Roosevelt, Woodrow Wilson, James Carter y Barack Obama, dos vicepresidentes, Charle Gates Dawes y Al Gore, y cómo no, el general George Marshall, son poseedores del galardón. ¿Cómo no entender la obsesión de Donald Trump por entrar en este selecto grupo? 
Algunas excepciones han sido Martin Luther King, Nelson Mandela, Adolfo Pérez Esquivel, Yasir Arafat o Rigoberta Menchú. Eso sí, Nelson Mandela y Yasir Arafat lo recibieron junto a sus victimarios. Nada es casual en los Nobel de la Paz. Si acceden a la lista de los galardonados, verán patrocinadores de la guerra, combatientes anticomunistas y políticos cuyas decisiones tienen tras de sí muchos cadáveres. En esta lista, un ausente Mahatma Gandhi, asesinado en 1948. 
Sin caer en teorías conspiranoicas y en la trampa diseñada por los estrategas de la comunicación afincados en la Casa Blanca y el Pentágono, haciendo creer que Donald Trump debía ser el beneficiario en 2025, mientras las encuestas le otorgaban un 3 por ciento, forma parte del espectáculo mediático. 
La decisión para que recayese en la venezolana María Corina Machado se tomó, al menos, con un mes de antelación. Su objetivo, al igual que sucediera en 1983, con su entrega a Lech Walesa, es crear las condiciones para desestabilizar el orden político. No menos lo fue la entrega al ex presidente de Costa Rica Óscar Arias en 1987, quien dinamitara el proceso de paz de Contadora, permitiendo el establecimiento de la contra en su territorio, al tiempo que apoyaba a Ronald Reagan y Henry Kissinger en su proyecto de paz bipartidista para Centroamérica. 
Las cartas están marcadas. María Corina Machado podrá patrocinar la guerra y la invasión a su país con el Nobel de la Paz bajo el brazo. Invitada en España por el grupo Prisa, será recibida con honores en Barcelona, dentro de los encuentros con dirigentes europeos. Su trayectoria ha sido expuesta con claridad en La Jornada por Luis Hernández Navarro en su artículo “María Corina Machado y la democracia de las cañoneras”. 
Y para incrédulos, no se puede descartar que Donald Trump siga presionando. Contará con grandes apoyos, entre otros, de la vicepresidenta de la comisión Asle Toje, quien asistió a su toma de posesión. Militante antiabortista y directora de investigaciones en el Instituto Nobel. Sin duda, tiene a una ristra de palafreneros. 
La dedicatoria de María Corina Machado a Donald Trump es síntoma del futuro que nos espera. Eso sí, hay muchos que aplauden la decisión; no puede ser de otra manera.

Rubio y la internacional del chantaje
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio en imagen de archivo. 
Foto Ap   Foto autor
Rosa Miriam Elizalde
23 de octubre de 2025 00:02
Marco Rubio ha desatado una agresiva campaña de falsedades y bullying para lograr votos contra Cuba en la Asamblea General de Naciones Unidas. A una semana de la votación anual sobre el bloqueo a Cuba, el secretario de Estado ha puesto en marcha una ofensiva diplomática para intentar mover el tablero: no tanto para sumar “noes” como para transformar votos afirmativos en abstenciones o ausencias.
Un cable del Departamento de Estado, filtrado a Reuters y fechado el 2 de octubre, revela la estrategia: vincular la resolución sobre el bloqueo con la guerra en Ucrania y presentar a Cuba como una amenaza para la paz regional.
El documento, distribuido a decenas de embajadas, instruye a los diplomáticos estadunidenses presionar a los gobiernos para oponerse a la resolución, basándose en la acusación de que entre mil y 5 mil cubanos combatirían junto a las fuerzas rusas. “Después de Corea del Norte, Cuba sería el mayor aportador de combatientes extranjeros”, sostiene el texto.
El objetivo es explícito: reducir significativamente los votos afirmativos en la ONU; se “prefieren” los “no”, pero las abstenciones o la no participación también sirven. En declaraciones a la prensa este miércoles en La Habana, el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, mostró una copia facsimilar del documento del Departamento de Estado y afirmó que congresistas de origen cubano han enviado cartas adicionales en las que, con tono amenazante, se condiciona el voto a otros aspectos de la relación bilateral. Gestos inequívocos de los matones de barrio.
La ofensiva llega en un contexto de endurecimiento de sanciones tras el regreso de Trump a la Casa Blanca, que no tolera que el año pasado la resolución fuera aprobada por 187 votos a favor, con Estados Unidos e Israel en contra y la abstención de Moldavia. Ese precedente evidencia el carácter contracorriente de la maniobra en curso.
La respuesta de La Habana ha sido categórica: Cuba no forma parte del conflicto armado en Ucrania ni participa con personal militar “allí ni en ningún otro país”. El Ministerio de Relaciones Exteriores hizo público el detalle de acciones penales por mercenarismo relacionadas con ese frente: nueve procesos (2023-2025) contra 40 acusados; ocho juicios y cinco fallos condenatorios que suman 26 personas, con penas de cinco a 14 años; tres causas pendientes de sentencia y otra en proceso. La cancillería sostiene una política de “tolerancia cero” contra el mercenarismo, la trata y la participación de nacionales en conflictos en el exterior.
Mientras tanto, el Caribe se militariza bajo el pretexto de la “lucha contra las drogas”. Washington asesina extrajudicialmente a tripulantes a bordo de embarcaciones, refuerza su presencia naval y ensaya reglas de enfrentamiento que elevan la intensidad del uso de la fuerza. La campaña de chantaje a los gobiernos para golpear la resolución cubana no es un capítulo aparte, sino la cobertura narrativa de esa escalada que también se acoge, oportunistamente, a una operación diplomática para desviar la atención del profundo sufrimiento que causa el bloqueo al pueblo cubano. 
Confirmado como secretario de Estado en enero, Marco Rubio ha situado a Cuba en el centro de su agenda hemisférica. Entre sus medidas destaca el uso reiterado de restricciones de visado contra funcionarios extranjeros a los que acusa de participar en el supuesto “esquema coercitivo de exportación de mano de obra” de las misiones médicas cubanas. Rubio ha hecho todas las diligencias posibles para criminalizar uno de los programas de cooperación más reconocidos de la isla.
El secretario de Estado también ha amplificado narrativas controvertidas en el pasado –como las hipótesis sobre las causas externas del llamado “síndrome de La Habana”– que la comunidad de inteligencia de Estados Unidos considera “muy improbables” tras evaluaciones interagencias de 2023 y 2025. El contraste entre esa evidencia y la retórica política ilustra el método: cargar el clima mediático con alegatos falaces de seguridad nacional para debilitar los apoyos a la resolución.
Pero la aritmética histórica es tozuda. Desde 1992, la Asamblea General aprueba por márgenes abrumadores el llamamiento a poner fin al bloqueo, y en 2024, el marcador fue 187-2-1.
Con ese precedente, el escenario más probable es que vuelva a pasar la resolución con mayoría muy amplia, aun cuando Washington logre arañar algunas abstenciones o ausencias.
Si la historia sirve de guía, el pronunciamiento abrumador de la asamblea volverá a repetirse.

Ordena Conaie terminar paro en Ecuador tras “brutal represión” de Noboa
Manifestantes gritan consignas durante el paro nacional convocado por la Conaie, la mayor organización indígena de Ecuador, en Quito, el 15 de octubre de 2025. 
Foto Afp   Foto autor
Ap. Sputnik
22 de octubre de 2025 13:01
Quito. La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) ordenó este miércoles "cese del paro" iniciado hace 30 días, el despeje de las vías y el repliegue a sus territorios tras la "brutal represión" de la fuerza pública del gobierno contra las protestas en rechazo al aumento del precio del diésel que dejó tres fallecidos y decenas de heridos.
El presidente de la Conaie, Marlon Vargas, declaró en un video a través de X que la decisión “fue difícil pero necesaria” y que se adoptó tras él “el reciente anuncio del presidente Daniel Noboa sobre la intervención en Imbabura con toda la fuerza del Estado”.
El mandatario había dispuesto poco antes una intervención de las fuerzas del orden en esa provincia, convertida en el epicentro de un paro nacional indígena que no tuvo acogida y se redujo a esa zona.
Noboa advirtió que estaba dispuesto a abrir las carreteras bloqueadas por grupos indígenas desde hace un mes. A su vez destacó que las protestas se han convertido en “un atentado a la democracia” porque los manifestantes impiden con intimidación y agresiones el trabajo, el abastecimiento y la movilización de gente en Imbabura.
El general Henry Delgado, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, declaró a periodistas en una población de esa provincia que “la misión que tenemos es la apertura inmediata de todas las vías y la toma de la provincia de Imbabura” y precisó que "las tropas están listas".
Añadió que “no puede ser posible que una cantidad de ecuatorianos... quieran imponerse a 18 millones de ecuatorianos, eso no lo vamos a permitir”.