miércoles, 22 de octubre de 2025

Exhortación desde los pobres de León XIV

León XIV fundamenta esta opción, de manera minuciosa, desde el Antiguo Testamento hasta la prédica de Jesús para mostrar que el amor por los pobres tiene total legitimidad sagrada. 
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Bernardo Barranco V.
22 de octubre de 2025 00:03
El papa León firmó la Exhortación Apostólica Dilexi te, el 4 de octubre, en la Biblioteca Privada del Palacio Apostólico. Dilexi te significa “te he amado”. Es la primera exhortación apostólica del papa León XIV, Dilexi te, el texto tiene 42 páginas, con cinco capítulos. Es un gran texto que no tiene desperdicio. Establece la opción por los pobres como parte esencial de la identidad cristiana y el que debe guiar de manera prioritaria el qué hacer y la misión de la Iglesia. Es un texto que debe ser leído por los fieles y sobre todo por las jerarquías y aquellas órdenes religiosas que han optado por los ricos.
El texto se centra en el amor a los pobres. León XIV fundamenta esta opción, de manera minuciosa, desde el Antiguo Testamento hasta la prédica de Jesús para mostrar que el amor por los pobres tiene total legitimidad sagrada. Ha adquirido progresivamente importancia en el magisterio de la Iglesia, especialmente desde el Concilio Vaticano II y que en América Latina tuvo una dimensión que transformó la identidad de la Iglesia hasta la contención dramática de los 34 años de pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Resalto aspectos relevantes de mi lectura.
1. Continuidad con Francisco.
El lenguaje, estilo y conceptos nos remontan a la narrativa del papa Francisco. En la introducción, León XIV lo reconoce: “Habiendo recibido este proyecto como herencia, me alegra hacerlo mío –añadiendo algunas reflexiones– y proponerlo de nuevo al inicio de mi pontificado” (DT, n. 3).
2. La exhortación tiene un sabor latinoamericano.
La impronta latinoamericana del Pontífice y su servicio a la Iglesia peruana son claramente reconocibles. Se recurre al recuerdo de las conferencias latinoamericanas de obispos: de Medellín, 1968, mencionada tres veces. Puebla, 1979, tres veces. Aparecida, 2007, ocho veces. Encuentro alguna cercanía a la teología de la liberación pero jamás la menciona. En cambio, utiliza Liberación 11 veces, Opción preferencial por los pobres cinco veces y Opción por los pobres tres veces.
No podemos pasar por alto que el papa León XIV redacta el prefacio inédito al último libro de Gutiérrez: Dios no olvida al más pequeño.
3. Migrantes.
La defensa de los migrantes en León XIV es contundente. Enfrenta a gobiernos y grupos conservadores que han hecho de la expulsión de migrantes una poderosa herramienta política. El Papa sentencia: donde el mundo ve una amenaza, la Iglesia ve hijos; donde se levantan muros, ella construye puentes. Sabe que el anuncio del Evangelio sólo es creíble cuando se traduce en gestos de cercanía y de acogida; y que en cada migrante rechazado, es Cristo mismo quien llama a las puertas de la comunidad. (DT. n. 74)
4. Critica a la economía que mata.
Denuncia con firmeza la desigualdad económica y la marginación de los pobres, alineándose con las preocupaciones de su predecesor. Una economía que mata es una expresión célebre de Francisco. Denuncia cómo la economía actual, orientada al beneficio, está por encima del ser humano, causa pobreza y sufrimiento. Retoma a Medellín “estructuras de pecado” que describe cómo causan pobreza y desigualdades, son extremas. Las élites abren la brecha creciente entre ricos y pobres, afirmando que las élites viven en una burbuja lujosa ajenas al sufrimiento de los marginados.
5. Desmarque político ante Donald Trump.
Las posturas de la exhortación marcan profundas grietas con el mandatario estadunidense. No sólo son las posturas antagónicas frente a la migración. Las diferencias entre la Casa Blanca y el Vaticano alientan las disonantes críticas de los grupos conservadores y de ultraderecha en América y Europa como el Yunque, Vox, Citizen Go y tantos otros.
6. León XIV se aleja de católicos que optan por las élites de la sociedad.
Sin mencionar a los Legionarios de Cristo, Opus Dei, Schoenstatt, el desaparecido Sodalicio. El Papa reprocha: “Optan por una pastoral de la llamada élite, sosteniendo que, en lugar de perder el tiempo con los pobres, es mejor cuidar de los ricos, los poderosos y los profesionales, para que, a través de ellos, se puedan lograr soluciones más efectivas. Es fácil ver la mundanidad que se esconde tras estas opiniones: nos llevan a ver la realidad con criterios superficiales, carentes de cualquier luz sobrenatural” (DT, n. 114).
7. Reconoció órdenes religiosas que se convirtieron en pobres.
En cambio, León XIV exalta las congregaciones que históricamente se dedicaron a proteger a los pobres, que nacen en el siglo XIII: “El Espíritu Santo suscitó en la Iglesia un nuevo tipo de consagración: las Órdenes mendicantes. A diferencia del modelo monástico estable, los mendicantes adoptaron una vida itinerante, sin propiedades personales ni comunitarias, confiando plenamente en la Providencia… Estas Órdenes, como los franciscanos, los dominicos, los agustinos y los carmelitas, representaron una revolución evangélica, en la que el estilo de vida sencillo y pobre se convierte en un signo profético (DT, n. 63). Nótese que no menciona a los jesuitas.
Finalmente, en la introducción, León XIV enfatiza cómo el Señor se identifica con los necesitados. “En el rostro herido del pobre encontramos impreso el sufrimiento del inocente y, por lo tanto, el sufrimiento de Cristo mismo”. Y así, el Papa confiesa: “Estoy convencido de que la opción preferencial por los pobres genera una renovación extraordinaria tanto en la Iglesia como en la sociedad, cuando somos capaces de liberarnos de la autorreferencialidad y logramos escuchar su clamor” (DT, n. 7).

El Segundo Piso y la misión pendiente
La Cuarta Transformación había restablecido la autoridad del Estado, la dignidad del trabajo y la esperanza social. El país demostró que se podía gobernar con austeridad, honestidad y sentido popular. Pero el poder político, por sí solo, no transforma una economía dependiente. 
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José Romero
22 de octubre de 2025 00:02
Durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se llevó a cabo una auténtica transformación. El sistema político mexicano fue profundamente modificado y, bajo el lema “Por el bien de México, primero los pobres”, se elevaron los salarios mínimos, se fortalecieron los derechos laborales y se emprendió un verdadero intento de justicia social. 
Por primera vez en décadas, el Estado volvió a mirar hacia abajo y no hacia los mercados. En lo político, los avances fueron decisivos: se desmanteló el régimen oligárquico heredado del neoliberalismo y se reconstruyó la legitimidad democrática. Ese proceso culminó con el triunfo contundente de Morena y sus aliados en 2024, que dio origen a la administración actual. 
Esa victoria marcó un punto de inflexión histórico. La Cuarta Transformación había restablecido la autoridad del Estado, la dignidad del trabajo y la esperanza social. El país demostró que se podía gobernar con austeridad, honestidad y sentido popular. Pero el poder político, por sí solo, no transforma una economía dependiente. La etapa actual exige algo más difícil y profundo: convertir la legitimidad en desarrollo, la justicia social en soberanía productiva. 
El desafío central no es atraer inversión extranjera, sino revertir más de cuatro décadas de estancamiento y dependencia. México necesita un sistema financiero nacional soberano, capaz de canalizar el ahorro interno hacia el sector productivo, hacia la industria, la innovación y las pequeñas y medianas empresas. Una banca mexicanizada debe recuperar su función pública y convertirse en motor del desarrollo, no en intermediaria del capital global. Sin control del crédito no hay política económica, y sin política económica, no hay soberanía. 
El país cuenta con grandes conglomerados de capital mexicano que, bajo una estrategia de Estado, podrían transformarse en campeones nacionales, pero sólo si actúan bajo una conducción firme del poder público. No se trata de entregarles el timón del desarrollo, sino de subordinar el capital al interés nacional. Estas empresas deben funcionar como verdaderas tractoras de una amplia red de pequeñas y medianas industrias, impulsando el contenido nacional, la producción interna y la autonomía tecnológica. 
El Estado debe dirigir, regular y vigilar con autoridad para impedir que los intereses privados capturen las decisiones públicas o distorsionen las políticas nacionales. El capital puede ser un aliado del progreso, pero nunca su dueño. Por eso se necesita un gobierno fuerte, con legitimidad política y capacidad técnica, capaz de disciplinar al poder económico y ponerlo al servicio del bien común. Sólo así la alianza entre Estado y empresa será instrumento de soberanía, y no una puerta de regreso al viejo tutelaje del dinero sobre la nación. 
La prioridad no es administrar el estancamiento, sino reconstruir el aparato productivo nacional. México requiere una política industrial sostenida que articule ciencia, energía y manufactura, y un Estado eficiente y planificador, capaz de coordinar la inversión pública y privada en función de un propósito nacional. Sin dirección estatal, el desarrollo se dispersa; sin un Estado que mande, la economía se fragmenta y la soberanía se desvanece. 
La crisis educativa y científica es parte del mismo problema estructural. México tiene nueve años promedio de escolaridad, y las pruebas internacionales exhiben niveles alarmantes de analfabetismo funcional y baja productividad laboral. No es un asunto cultural, sino productivo: el país no forma los técnicos, ingenieros ni científicos que necesita para sostener su propio desarrollo. 
En la educación superior, mafias burocráticas y académicas perpetúan un modelo de simulación y dependencia. Sin una revolución educativa y tecnológica orientada a la producción, la innovación y el trabajo, México seguirá ensamblando sin aprender y consumiendo sin crear. 
El afán de quedar bien con todos los sectores –empresariales, financieros, académicos y mediáticos– ha abierto grietas que los intereses extranjeros aprovechan. En nombre del consenso y del pragmatismo, se empieza a ceder el control de los espacios estratégicos recuperados, y el proyecto corre el riesgo de diluirse en gestión sin rumbo, en discurso sin conflicto, en cambio sin poder. 
Las transformaciones verdaderas no se sostienen en la conciliación. Implican ruptura, confrontación y dirección. Romper con la dependencia, con la mediocridad burocrática y con las élites que parasitan al Estado no es un gesto radical, sino una necesidad histórica. Toda emancipación –de la Independencia a la expropiación petrolera– fue también una batalla contra el miedo y la complacencia. 
El tiempo apremia. No podemos seguir indefinidamente sin decisiones concretas: el sexenio avanza, los problemas se agravan y las oportunidades se agotan. Cada mes sin rumbo consolida las inercias y erosiona el sentido histórico de la transformación. El reto no es conservar el poder, sino usar el poder para transformar. 
Ojalá este gobierno, que nació de una victoria popular excepcional, tenga la claridad y la firmeza necesarias para hacerlo. Porque sólo así la Cuarta Transformación dejará de ser una promesa y se convertirá en un proyecto civilizatorio de creación, productividad y soberanía nacional.

Administración de Trump ha detenido a 2 mil 382 paisanos, dice Sheinbaum
Emir Olivares y Alonso Urrutia
Periódico La Jornada   Miércoles 22 de octubre de 2025, p. 10
Del inicio de la presidencia de Donald Trump a la fecha han sido detenidos 2 mil 382 mexicanos en Estados Unidos –en el contexto de las políticas antimigratorias del republicano–, señaló la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
En la mañanera de ayer, la mandataria se refirió a las redadas de los agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) contra indocumentados, estrategia que, una vez más, rechazó.
A pregunta expresa, indicó que de ese total, mil 390 (58.3 por ciento) fueron arrestados en el periodo del 6 de junio –cuando incrementaron las redadas– al 20 de octubre.
Asimismo, evitó pronunciarse sobre las movilizaciones realizadas el fin de semana en decenas de ciudades estadunidense contra Trump. “En eso no opinamos, es la política interior de Estados Unidos”.
Señaló que en breve convocará a la mañanera al canciller Juan Ramón de la Fuente y al subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Roberto Velasco, para que presenten más detalles de la situación de los mexicanos en el país vecino, el apoyo consular que se les ha brindado y de las notas diplomáticas enviadas a la Casa Blanca.
Confirmó que en la reunión que tuvieron la semana pasada en Washington De la Fuente y el secretario de Estado, Marco Rubio, se abordó el tema de los migrantes mexicanos. “Lo abordamos cada vez que hay un encuentro, haciendo patente que no estamos de acuerdo con la manera en que se trata a nuestros hermanos allá”, sostuvo.
Por otro lado, dijo que se realizarán siete foros de la reforma electoral en los consulados de México en Estados Unidos, y que se está definiendo si la modalidad de participación será presencial o virtual.