sábado, 25 de octubre de 2025

EU refuerza cerco al Caribe con el portaviones más grande del mundo.

Destruye otra embarcación y asesina a seis ocupantes
Brasil advierte de amenaza de intervención externa con consecuencias graves
▲ Fuerzas armadas del Pentágono destruyeron la noche del jueves otra lancha en aguas internacionales caribeñas.Foto tomada de redes sociales
Afp, Ap, Reuters
Periódico La Jornada   Sábado 25 de octubre de 2025, p. 16
Washington. El secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, anunció ayer el despliegue del nuevo portaviones Gerald Ford, considerado el más grande del mundo, y de tres destructores a la zona operativa del Comando Sur, que abarca Centroamérica, el Caribe y Sudamérica, con el objetivo de “desmantelar las organizaciones criminales trasnacionales y combatir el narcotráfico”, horas después de confirmar un nuevo ataque de su ejército contra una embarcación en aguas internacionales de la región.
El Gerald Ford tiene cinco destructores en su grupo de ataque, pero sólo tres serán desplegados en el sur del hemisferio. Una de esas embarcaciones está actualmente en el Mediterráneo, en un puerto de Croacia. No se informó cuánto tiempo les tomará llegar a Sudamérica.
Suma significativa de poder militar
El despliegue del portaviones aumentará significativamente los recursos militares del Pentágono en una región que ya sufrió un gran incremento de la presencia estadunidense en las aguas frente a Venezuela y Colombia, donde ya hay más de 6 mil marineros e infantes en ocho buques de guerra.
La totalidad del grupo de ataque del Ford incluye cerca de 4 mil 500 marineros y nueve escuadrones de aviones asignados al portaviones.
El anuncio se produjo después de que el ejército estadunidense atacó en la noche del jueves otra embarcación en aguas internacionales caribeñas tras asegurar, sin pruebas, que transportaba drogas y asesinó a seis personas.
Hegseth, aseveró, sin presentar evidencia, que la lancha era operada por el Tren de Aragua con la intención de justificar las muertes, que tras la reciente embestida se elevaron a 43 desde el inicio de sus ataques contra embarcaciones en la región.
El secretario afirmó que los servicios de inteligencia del Pentágono “sabían que la embarcación estaba involucrada en el contrabando de narcóticos.
“Si eres un narcoterrorista que contrabandea drogas en nuestro hemisferio te trataremos como lo hicimos con Al Qaeda”, reiteró el secretario de Guerra.
“Ya sea de día o de noche, rastrearemos tus rutas, perseguiremos a tu gente, te cazaremos y te mataremos”, remarcó.
El Pentágono difundió un video en blanco y negro en el que se ve una lancha que circula a velocidad normal, hasta el momento en que explota.
Este es el décimo bombardeo de Washington en aguas sudamericanas, ocho de ellos tuvieron lugar en el Caribe, cerca de Venezuela, y dos de los ataques más recientes se llevaron a cabo en el Pacífico oriental, cerca de Colombia.
Hegseth afirmó que la embarcación atacada era operada por la pandilla Tren de Aragua. Es la segunda vez que el gobierno del presidente Donald Trump vincula una de sus operaciones con cártel que se originó en una prisión venezolana. El gobierno republicano afirmó que al menos cuatro de los botes atacados en las operaciones, que comenzaron el 2 de septiembre, provenían de Venezuela.
Métodos clandestinos
Celso Amorim, ex canciller y actual asesor especial del presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, manifestó la preocupación de Brasil “con el uso de la fuerza” por parte de Estados Unidos en Latinoamérica), así como sus “métodos clandestinos como la (Agencia Central de Inteligencia) CIA para derribar gobiernos de la región”.
Advirtió que estas acciones “pueden efectivamente tener consecuencias profundas y muy graves. No va a quedar contenida a los países donde ocurra. Hay una amenaza de intervención externa, (...) hay personas muriendo ya. No sé si son narcotraficantes, pero no hay ninguna prueba de que lo sean. Es muy peligroso”, remarcó el funcionario brasileño.

Washington busca la guerra
El gobierno de Donald Trump envía señales cada día más alarmantes sobre su determinación de agredir a Venezuela a fin de imponer un cambio de régimen e instalar una administración títere, así como de facilitar el ascenso o la consolidación de la ultraderecha en todo el hemisferio mediante una combinación de amenazas armadas y extorsiones económicas. Ayer, el Departamento de Guerra anunció el envío del Grupo de Ataque del Portaviones Gerald R. Ford y su ala aérea embarcada al área de responsabilidad del Comando Sur de Estados Unidos; esto es, al norte de Sudamérica. Lo anterior implica la presencia del propio portaviones, de las 75 aeronaves que transporta, y de toda la panoplia necesaria para sus operaciones: tres destructores, un buque de reabastecimiento, un buque de carga seca y un buque de la guardia costera. Sólo el Gerald R. Ford transporta a 4 mil 600 militares, a los que se suman las tripulaciones de las naves auxiliares.
El argumento de que todos estos buques se despliegan con el objetivo de “desmantelar las Organizaciones Criminales Transnacionales (TCO) y contrarrestar el narcoterrorismo en defensa de la patria” no resiste el mínimo análisis. Por principio de cuentas, podrían desplegarlo ante las costas estadunidenses, con lo cual se reduciría el costo de mantener largas cadenas de suministro y se evitaría todo roce diplomático. Los miles de soldados embarcados para asesinar a 43 personas y hundir 10 lanchas en dos meses pudieron haber prestado un servicio mucho mayor a su patria monitoreando las aduanas terrestres y aeroportuarias, verdaderos puntos de entrada de los estupefacientes. Ante todo, en vez de gastar miles de millones de dólares en operar sus flotas, Washington podría hacerse con ingentes recursos combatiendo el lavado de dinero que se lleva a cabo en su sistema financiero, donde sus propias autoridades estiman que el crimen organizado blanquea 300 mil millones de dólares al año. Si las “Organizaciones Criminales Transnacionales” no pudieran cobrar y mover las ganancias de sus actividades, quedarían inmediatamente paralizadas; pero es evidente que a la Casa Blanca no le interesan ni la salud de sus ciudadanos, ni la legalidad del dinero que circula por sus bancos y empresas.
El tono bélico de esta escalada es tan manifiesto que incluso el presidente de Brasil, Luiz Inácio da Silva (quien no disimula su animadversión hacia Nicolás Maduro), criticó los bombardeos de Estados Unidos sobre lanchas en el Caribe, señalando que “si se convierte en moda, cada uno creerá que puede invadir el territorio ajeno y hacer lo que quiere”, con lo que la región se volverá una tierra sin ley. Su asesor especial y ex canciller Celso Amorim advirtió que una intervención externa, sea armada o con servicios de inteligencia, no es el camino para decidir quién va a gobernar Venezuela, un problema que sólo atañe a los venezolanos. Asimismo, alertó sobre el peligro de incendiar América del Sur y llevar a la radicalización de la política en todo el continente.
Al mismo tiempo, Washington transparenta su añoranza de ver en Bogotá a la oligarquía colombiana siempre presta a seguir sus directrices y poner el territorio andinocaribeño a disposición de sus tropas y sus agencias de espionaje. En este sentido, ayer el trumpismo elevó sus ataques contra el presidente Gustavo Petro a la imposición de sanciones por “permitir el florecimiento de los cárteles de la droga y negarse a detener esta actividad”, una acusación para la que no presentó prueba alguna, como tampoco lo hace en sus constantes diatribas contra México, Venezuela y otras naciones que cuentan con gobiernos celosos de su independencia y soberanía.
En América del Sur no hay ninguna guerra que justifique sitiar el subcontinente con una serie de flotas de ataque y desembarco, pero cada día queda más claro que la Casa Blanca está decidida a iniciar una conflagración, sin importar lo absurdo de sus pretextos. La comunidad internacional, y en particular las sociedades latinoamericanas y caribeñas, deben cerrar filas en rechazo a la intención trumpiana de sumergir a la región en la barbarie con tal de desviar la atención de su propia ineptitud y entregar cantidades ingentes de dinero al complejo militar-industrial que parece ser el único sector cuya prosperidad interesa al magnate.

Ejército de Venezuela “no permitirá un gobierno arrodillado”
“Acto de cobardía”, llamado a una invasión, dice ministro de Defensa
Ángel González     Especial para La Jornada
Periódico La Jornada  Sábado 25 de octubre de 2025, p. 16
Caracas. El ministro de Defensa de Venezuela, general Vladimir Padrino López, advirtió que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) impedirá la instalación de un gobierno “arrodillado” ante Estados Unidos y criticó a quienes siendo ciudadanos solicitan o aplauden una agresión militar extranjera contra su país.
“Interprétenlo como quieran: la fuerza armada no va a permitir aquí un gobierno arrodillado a los intereses de Estados Unidos; nunca más esclavos, somos un país libre”, aseveró Padrino.
Venezuela tiene dos meses con ejercicios militares defensivos ante la creciente amenaza de agresión de Washington, que ha desplegado varios buques destructores, aviones de combate, 10 mil tropas y hasta un submarino nuclear en el sur del caribe, frente a aguas venezolanas.
Este fin de semana fue activado un operativo especial de defensa en toda la costa venezolana, con casi 3 mil kilómetros de litoral.
Traidores a la patria
Los militares venezolanos respondieron de manera contundente a unas declaraciones del político antichavista, Leopoldo López, quien se encuentra en Madrid, España, prófugo de la justicia, y señaló en una entrevista que la amenaza de guerra de Estados Unidos contra Venezuela “es lo correcto” y que está de acuerdo con que se realicen ataques aéreos.
Ante esto, el general Padrino afirmó: “Toda esa gente que llama a invasiones, a la guerra, no pueden llamarse sino ignorantes; es un acto de cobardía”.
La tarde de ayer se produjeron pronunciamientos de los comandantes de las ocho regiones estratégicas de defensa: Los Andes, Capital, Central, Occidental, Oriental, Los Llanos, Guayana y Marítima e Insular, que corresponden con el principal esquema de organización militar en el país.
El jefe del Comando Estratégico Operacional de la FANB, general Domingo Hernández Lárez, resumió los pronunciamientos de los comandantes al resaltar que “la cobardía es uno de los actos más despreciables que pueda practicar un ser humano y más aquellos que aspiran gobernar”.
Agregó que “la FANB y el pueblo de Venezuela” desprecian a los cobardes y que “quienes promueven una invasión a Venezuela son unos traidores a la patria y serán juzgados como tal”.
Condena a sanción a Petro
Venezuela condenó en un comunicado oficial que Washington sancionara al presidente colombiano Gustavo Petro, sus familiares y algunos funcionarios de su gobierno, al incluirlos en la lista de personas vinculadas con el narcotráfico. La administración de Nicolás Maduro señaló que se trata de acciones ilegales, ilegítimas y de carácter neocolonial que violan el derecho internacional y la Carta de Naciones Unidas.
El documento destacó que estas acciones “buscan criminalizar a Petro” y promover la desestabilización interna en Colombia como parte de una estrategia de injerencia, “que pretende someter políticamente a los estados independientes de la región”.
Agrega que Petro es “el único mandatario colombiano que ha enfrentado de manera directa al narcotráfico y a sus redes vinculadas con mafias políticas, incluidas estructuras con conexiones en centros de poder de Estados Unidos”, lo cual evidencia el carácter de extorsivo de estas medidas.