Durante buena parte del siglo XX el marxismo desarrollado en el mundo académico enfrentó críticamente la obra de Max Weber. La razón del desencuentro se forjó en la apropiación que hizo la escuela norteamericana que sistemáticamente lo opuso a Marx. Sin embargo, esta situación fue más cara para el marxismo que para la sociología académica y sólo comenzó a romperse hacia finales de la década de 1970, ensayándose veredas sugerentes tanto en el mundo europeo (el eurocomunismo italiano), como en las matrices nacional-populares que dialogaban con el marxismo latinoamericano.
En aquella década Michael Löwy alertó de las “afinidades electivas” entre ambas corrientes, llegando en tiempos recientes a sugerir la necesidad de un marxismo weberiano. Paralelamente, Bolívar Echeverría incorporó la idea de la “empresa estatal” como un recurso explicativo de su crítica a la nación moderna; además la tesis de la ética protestante y el espíritu capitalista es parte medular de su aproximación a la modernidad. Por otro lado, René Zavaleta escribió que estudiar a Gramsci eludiendo a Weber, era como rehabilitar el Proletkult en el estudio de la sociedad.
Estas y otras aproximaciones colocaron al alemán más allá de la cárcel de la sociología norteamericana, gesto rematado con la intervención de José Aricó en 1982 cuando tradujo los Escritos políticos. El Weber que se presentaba ahí nada tenía que ver con la versión despolitizada, difundida académicamente. Antes bien, mostraba a un intelectual que participaba de la discusión política, no sin múltiples ambigüedades.
En ese orden de ideas, la relectura gramsciana o nacional-popular, habilitada por la crisis del marxismo e identificada con Juan Carlos Portantiero lanzó esta hipótesis de la centralidad de Weber para explicar el proceso de forjamiento de una concepción posliberal, dada la crisis del predominio del mercado y la urgente necesidad de integrar a las masas al concurso de la forma estatal. No es casual que Portantiero acuñara la frase de que Gramsci era el Weber de los subalternos.
Sin embargo, fue el volumen colectivo Política y desilusión el que entregó las pistas más sugerentes para pensar el triángulo entre Weber, la versión latinoamericana de la crisis del marxismo y lo nacional-popular. Sorprendentemente ausente en el recuento realizado en Max Weber en Iberoamérica se devela la posibilidad de una lectura distinta y productiva. Y es que, más allá de lo prístino de las interpretaciones eruditas, las consecuencias teóricas se encontraban en sintonía con la búsqueda de construir alternativas a la crisis del marxismo desde lo nacional-popular.
Un tema clave era la relectura de Weber y su escisión entre “el político” y el “científico”, donde no se reiteraba una supuesta neutralidad, ingenua. Al contrario, Luis F. Aguilar demarcaba la posición realista de que la política no podía hacerse sobre la base de hipótesis científicas de ningún tipo. La política era la “pasión de la voluntad” y no el resultado de un dictado externo de un conocimiento científico. Ahí Weber servía ante la crisis del marxismo, porque recordaba que tener razón científica no modificaba la correlación de fuerza. Esencialmente lo que se señalaba era la renuncia a cualquier garantía: el conocimiento o verdad no construían fuerza política. Los procesos nacional-populares eran creación política, su orden era el de los valores, los fines, los intereses y las voluntades y esto los liberaba de ajustarse a “necesidades de la historia” o de “misiones históricas”.
Un segundo tema, anunciado por Nora Rabotnikov, fue la puesta en escena de un núcleo de la contradicción de lo nacional-popular realmente existente. Esta es que las grandes intervenciones democratizadoras de las masas solían ser articuladas por la autoridad carismática del líder, mismo que unificaba las múltiples voluntades de la sociedad; pero que, en el esfuerzo igualador, no podían sino contribuir a un orden racional, es decir, a nuevas mediaciones y formas burocráticas que mantuvieran las condiciones de simetría social. Desplazar el privilegio oligárquico por una forma democrática supone establecer un orden subordinado a normas y reglas abstractas. Así, lo nacional-popular se enfrenta a la contradicción de que fortalecer la burocracia para garantizar lo conquistado en términos de igualdad, se opone a la autoridad del carisma. Con esta autora entendemos que burocracia y burocratización no son desviaciones de un supuesto camino incontaminado, sino momentos que alternan con los de la disrupción carismática de los liderazgos, que devuelve politicidad a la rutina de la administración.
Weber se interesó por el anarquismo y alabó la calidad argumental del Manifiesto Comunista, aunque su realismo distaba de aspiraciones de redención política. Si se supera la tendencia de enjuiciar ahí donde es preciso explicar, es posible recurrir a las “afinidades electivas”, entre la aspiración de una sociedad posliberal y el núcleo duro de lo nacional-popular, es decir, la conjugación de la democracia de mayorías y el ejercicio de lo que él llamó la “poderosa pasión nacional”, es decir, la soberanía.
*Investigador de la UAM, autor de En el medio día de la revolución
Los robots ya son parte de la vida cotidiana en China
Jessica Xantomila Enviada
Periódico La Jornada Lunes 22 de septiembre de 2025, p. 13
Pekín. En la sociedad china, la vida humana y robótica se mezclan cada vez más. En las casas hay quienes tienen máquinas autónomas que aspiran la basura, limpian la piscina, cortan el césped o simplemente ayudan a secar el cabello. Con el equivalente a 2 millones de pesos (más de 700 mil yuanes) se puede comprar un humanoide que haga tareas de recepcionista o barman, o incluso una réplica del célebre científico Albert Einstein o del poeta Su Shi, con los que se puede conversar.
En el gigante asiático hay robots de diversos tamaños y funciones para realizar todo tipo de actividades cotidianas, al tiempo que avanzan en competencias deportivas y en su propio mercado para volverse más autónomos.
Es así como China lidera el mundo de la robótica y la inteligencia artificial. Según el medio oficial CCTV, en el primer semestre de 2025, el número de inversiones y financiamiento en el campo de los robots humanoides alcanzó un monto de 15.35 mil millones de yuanes, es decir, 2.16 mil millones de dólares, y se han agregado 41 mil 696 nuevas patentes de invención chinas a las 190 mil existentes relacionadas con estas máquinas.
Tan sólo en ocho meses del año pasado, a nivel mundial se realizaron 69 eventos de financiamiento de robots humanoides, de los cuales 56 (81 por ciento) tuvieron lugar en este país.
A medida que los científicos trabajan para mejorar su nivel de autonomía, destreza y resistencia, se incorporan a la cotidianidad de las ciudades más desarrolladas, como Pekín, Shanghai y Jiangsu, entre otras.
En las calles pequinesas se pueden encontrar, sobre todo, perros robots y máquinas que limpian las zonas comunes de las plazas comerciales y supermercados, sirven café y llevan la comida al cuarto de hotel. En los espectáculos, también participan como bailarines, ya sea de danza tradicional o los hits actuales.
Ferias que impresionan hasta a los nativos
En las ferias tecnológicas, que son muy comunes en toda China, se encuentran los robots y humanoides más avanzados, y los mismos habitantes del país se asombran y alaban cada una de las destrezas de estas máquinas.
En estos espacios, como la Feria Internacional de Comercio de Servicios, se expone a los medallistas de competencias deportivas, que imitan a atletas, futbolistas y boxeadores. Estos últimos son los más celebrados y con los que padres y madres buscan que sus hijos se tomen fotografías. También hay pianistas, bateristas y perros para operaciones de búsqueda y rescate o de revisión de vías férreas, así como drones, entre otros.
Si de comprar se trata, en Yizhuang se encuentra un Robot Mall, donde hay de todo: desde pequeñas máquinas de menos de mil yuanes (2 mil 750 pesos), hasta perros robots de más de 25 mil yuanes (68 mil 750 pesos), y los más exclusivos: los humanoides biónicos interactivos como Su Shi, que utiliza tecnología de simulación avanzada con capacidades de procesamiento de lenguaje natural y razonamiento cognitivo, que le permiten tener una comunicación interactiva y reproducir poesía, ya que tiene un contexto cultural relevante.
Al acercarse a estas máquinas, aún se observan diferencias notables respecto de los humanos, particularmente en la gesticulación, pero hay partes del cuerpo que lucen idénticas, como las manos. Aunque es extraño hablar con ellos, también es asombroso que respondan preguntas, desde un simple “¿cómo estás?”
El desarrollo tecnológico y de robótica lleva a que las universidades tengan una relación cercana con las empresas para impulsar avances, como el trabajo de fábrica. Un ejemplo es la Universidad de Tecnología de Wuxi, en Jiangsu, que tiene un centro de manufactura inteligente en el que hay líneas de producción que incorporan inteligencia artificial, para que los alumnos puedan aprender y resolver problemas que permitan una intervención humana mínima o nula en trabajos como el de almacenamiento.
Seguridad y drogas, ejes del acuerdo con Canadá ante presiones de Trump
Emir Olivares Alonso
Periódico La Jornada Lunes 22 de septiembre de 2025, p. 4
Ante el reto de hacer frente al crimen organizado trasnacional y las presiones de Donald Trump para detener el paso de estupefacientes y migrantes en la región, los gobiernos de México y Canadá acordaron “un diálogo bilateral en seguridad”, con el que fortalecerán el combate al tráfico de drogas, incluyendo fentanilo.
En el Plan de Acción México-Canadá 2025-2028, firmado por la presidenta Claudia Sheinbaum y el primer ministro Mark Carney –en la reciente visita de trabajo del canadiense a México–, un eje central es la seguridad, donde convinieron que también reforzarán los esfuerzos conjuntos para interrumpir el tráfico de armas de fuego y de mercancías ilícitas, la trata de personas y el lavado de dinero.
Lo anterior, a partir de mayor cooperación en la aplicación de la ley y el intercambio de información entre las agencias de gestión fronteriza y de seguridad. El objetivo, agregaron, es profundizar la colaboración y la coordinación conjuntas en áreas estratégicas.
Este pacto se da en el contexto de la nueva dinámica en la región, caracterizada por la política arancelaria de Donald Trump y sus acusaciones en torno a que sus dos socios comerciales alimentan la crisis de fentanilo que enfrenta Estados Unidos.
El jueves de la semana pasada, en la visita de Carney a México, los dos gobiernos dieron a conocer el plan, en el que también manifestaron su intención de colaborar en la ubicación, persecución y traslado de “objetivos (criminales) prioritarios”, incluyendo los procesos de extradición conforme a sus marcos jurídicos, cada uno en su territorio.
Indicaron que en el marco del Diálogo de América del Norte sobre Política de Drogas podrán impulsar iniciativas para monitorear y compartir investigaciones sobre las tendencias de estupefacientes sintéticos, fortalecer las respuestas de salud pública a la demanda de enervantes e impulsar la mejora de la trazabilidad de armas y recursos ilícitos.
Asimismo, mejorar el intercambio de inteligencia financiera mediante canales seguros de comunicación para combatir los flujos financieros asociados al narcotráfico y las redes criminales organizadas, y procurar la recuperación de activos, “todo ello dentro del marco jurídico de cada país y en consonancia con los principios de responsabilidad compartida, confianza mutua, respeto a la soberanía y cooperación sin subordinación”.
México y Canadá delinearon que se contemplará la posibilidad de fomentar la formación policial especializada, el fortalecimiento de unidades de inteligencia e investigación de delitos, los intercambios profesionales y el desarrollo de prácticas policiales conjuntas.
Esto, “con el objetivo de consolidar la resiliencia institucional y la eficacia operativa de sus agencias de seguridad, impulsando esquemas de cooperación en inteligencia y mecanismos de colaboración que permitan anticipar amenazas, mejorar la trazabilidad de flujos ilícitos y garantizar respuestas oportunas frente al crimen trasnacional”.