viernes, 22 de noviembre de 2024

México SA

Impuestos para la guerra // Responde Moscú con misil // Netanyahu, genocida
Carlos Fernández-Vega
▲ Protesta frente a la embajada rusa en Varsovia al cumplirse 1000 días del conflicto armado en Ucrania.Foto Afp
¿De qué ha servido el barril sin fondo que ha significado el financiamiento estadunidense –más la asesoría militar– al payasito de la televisión ucraniana, Volodimir Zelensky? De nada, por lo visto, toda vez que hasta el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, reconoce que hemos proporcionado tanques, F-16, lanza cohetes Himars, misiles Patriots, Atacms (y mucho más), pero han tenido poco impacto y no hay un solo sistema de armas que marque la diferencia en el campo de batalla ( La Jornada). A confesión de parte, relevo de pruebas.
Los contribuyentes estadunidenses deben estar felices al saber que una parte de sus impuestos terminan en el Palacio Mariyinski, donde supuestamente despacha Zelensky y mafia que lo acompaña, y no se utilizan en su país para sacar de la pobreza a uno de cada cinco niños, a una de cada 10 personas de la tercera edad ni a 12 de cada 100 que carecen de seguridad alimentaria, por citar sólo algunos indicadores. Qué decir de las necesidades internas en materia de salud, vivienda, educación, empleo y tantas más.
No, para eso no hay dinero, porque una gruesa rebanada de esos impuestos sirve para financiar la onerosa industria bélica estadunidense, la guerra (no sólo en Ucrania) y los intereses geopolíticos de la Casa Blanca, aunque en los hechos, como reconoce Sullivan, no ha servido de nada, salvo para empujar a la humanidad a la tercera guerra mundial.
Ucrania ya utilizó los misiles estadunidenses de largo alcance Atacms (y los autorizados por Francia y Gran Bretaña) en contra de territorio ruso, y ayer el Kremlin hizo lo propio contra instalaciones del complejo industrial de defensa en territorio ucranio con un nuevo misil hipersónico no nuclear de medio alcance ( Rusia Today).
El mandatario ruso subrayó que fueron exitosas las pruebas con dicho misil (Oréshnik). En el territorio de Ucrania, en la ciudad de Dnepropetrovsk, fue atacado uno de los mayores complejos industriales (militares) conocidos desde la época de la Unión Soviética. Actualmente no existen medios para contrarrestar este tipo de armas. Atacan objetivos a una velocidad de Mach 10. Los modernos sistemas de defensa aérea disponibles en el mundo y el sistema de defensa antimisiles creado por los estadunidenses en Europa no los interceptan. Esto es imposible (ídem).
Moscú muestra músculo, y el poco impacto de las armas estadunidenses utilizadas en Ucrania se enfrentan a un poderío militar muy superior que no se detendrá hasta que alguien con sentido común inicie las negociaciones de paz. El propio Putin lo advierte: el conflicto regional (previamente provocado por Occidente) ha adquirido elementos de carácter global; (por lo mismo) Rusia se considera con el derecho de atacar instalaciones militares de aquellos países que utilicen sus armas contra ella.
Algo más dijo Putin: creemos que Estados Unidos cometió un error al destruir unilateralmente el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio en 2019 con un pretexto descabellado. Hoy, no sólo fabrica este tipo de equipo, sino que ha resuelto la cuestión de transferir sus sistemas de misiles a diferentes regiones del mundo, Europa incluida. Rusia asumió voluntaria y unilateralmente la obligación de no desplegar misiles de alcance intermedio y corto hasta que no aparezcan armas estadunidenses de este tipo en cualquier región del mundo. No fue Rusia, sino Estados Unidos, quien destruyó el sistema de seguridad internacional, y al aferrase a su hegemonía empuja al mundo entero a un conflicto global. La cuestión del mayor despliegue de misiles de medio y corto alcance la decidiremos dependiendo de las acciones estadunidenses y sus satélites. En el filo de la navaja, pues.
Y en la escalada bélica que promueve Estados Unidos, los gobiernos europeos que a pie juntillas siguen las instrucciones de la Casa Blanca parecen dejar de lado que sus países serían los primeros y mayormente afectados en una confrontación bélica abierta, mientras el territorio estadunidense –al menos de entrada– se mantendría intocado.
Las rebanadas del pastel
Como llamado a misa, cada país asumirá según convenga a sus intereses, comenzando por Estados Unidos que de inmediato rechazó categóricamente la decisión: por crímenes de guerra y contra la humanidad, la Corte Penal Internacional emitió órdenes de captura de los genocidas Benjamin Netanyahu y su ex ministro de Defensa Yoav Gallan (además de ser penalmente responsables de la hambruna en Gaza y la persecución de los palestinos) y del líder de Hamas, Ibrahim Al-Masri. Peor, la masacre continúa.
Twitter: @cafevega   cfvmexico_sa@hotmail.com

Redes sociales y poder político
Mauricio Calcaneo*
Desde los albores del uso masivo de las redes sociales ha existido una fuerte interrelación entre las mismas y el poder político. Sin embargo, dicha convivencia no ha sido en absoluto uniforme, ha ido cambiando con el transcurso del tiempo, pero sobre todo conforme a las necesidades de los actores políticos y de los dueños de dichas redes sociales.
De 2008, cuando Obama usó por vez primera a las redes sociales en una campaña política, a 2024, con la activa participación de Elon Musk en la campaña presidencial del presidente electo Trump, son tres las etapas que pueden identificarse de esta relación entre las redes sociales y el poder político.
En primer lugar, está la etapa del optimismo digital, donde las redes sociales son percibidas como herramientas para ampliar la participación política, la libertad de expresión y la democracia. Así, Larry Diamond acuñó el término tecnologías de la liberación para referirse precisamente a las tecnologías de la información y la comunicación que ensanchan la libertad política, social y económica. A esta fase corresponde el fenómeno digital de Barack Obama y la primavera árabe.
Como está ampliamente documentado, Barack Obama irrumpió en la escena política en 2008 apoyándose fuertemente en las redes sociales. MySpace, Facebook, Twitter, YouTube fueron parte importantísima de dicha campaña, a lo que se sumaron los correos electrónicos y los mensajes de texto. A través de este activismo digital, Obama recaudó amplias sumas de dinero y, más importante, reclutó un ejército de voluntarios que lo llevaron a la presidencia de Estados Unidos.
Entre 2010 y 2012 tuvo verificativo la primavera árabe, en que los manifestantes echaron mano ampliamente de las redes sociales para comunicarse, organizar las protestas y difundir información sobre sus demandas y lo que sucedía en el lugar de los hechos y en tiempo real. El optimismo digital era la marca de los tiempos.
En segundo término, en 2016, la situación dio un vuelco y el optimismo cedió el paso a la preocupación por el uso de las redes sociales para la manipulación, la polarización, las campañas de odio y la interferencia de poderes externos. El referendo del Brexit y la primera campaña presidencial de Trump son ejemplos de este giro de 180 grados en la relación entre redes sociales y poder político.
El escándalo de Cambridge Analytica puso al descubierto la extracción de ingentes volúmenes de datos de los usuarios de Facebook, para a partir de ellos construir perfiles de millones de usuarios y con base en esto emprender campañas de desinformación y manipulación, tanto en el marco del Brexit como de la elección presidencial de 2016. Las redes sociales pasaron de ser tecnologías de la liberación, a herramientas para la desinformación, la manipulación y la interferencia política.
En este 2024, los dueños de las redes sociales, los barones de la Internet, decidieron dejar las sombras y dar un paso adelante en la lucha por el poder político. La recién concluida campaña presidencial estadunidense significó, sin duda, un parteaguas.
Elon Musk, el hombre con mayor fortuna del mundo y dueño de X, intervino activamente en la campaña del ahora presidente relecto Donald Trump. Musk participó en mítines, recorrió las entidades de Estados Unidos, creó un Comité de Acción Política, aportó más de 100 millones de dólares y dirigió en los estados más reñidos un ejército de representantes que acudieron puerta por puerta a promover la participación y el voto en favor del candidato republicano.
Más importante: Musk utilizó su posición como dueño de X y usuario con mayor número de seguidores (más de 200 millones de los mismos), para difundir información (mucha de ella aparentemente falsa) y para promover abiertamente a Trump.
El candidato ganador designó hace unos días a Musk y al ex aspirante a la candidatura presidencial republicana Vivek Ramaswany, para dirigir el denominado Departamento de Eficiencia Gubernamental, que será una instancia externa al gobierno, pero que se encargará de emitir recomendaciones para desmantelar a la burocracia, eliminar regulaciones, reducir gastos y restructurar las agencias federales. Es de tal magnitud la fuerza que detentaría este ente, que Trump afirmó sería un nuevo Proyecto Manhattan. De ese tamaño es el poder que podría ejercer el dueño de X.
Las reacciones ante el papel asumido en el mundo político por los barones de Internet no se han hecho esperar, más de un millón de usuarios de X, principalmente de Estados Unidos y Reino Unido, abandonaron la red social después de la elección presidencial estadunidense y migraron a otras opciones, como BlueSky. Así, el diario británico The Guardian anunció que no publicará más información en X, en vista de que los aspectos negativos de permanecer en la red social superan por mucho a los positivos. Sin embargo, no está claro qué sucederá con los todavía más de 600 millones de usuarios de X a escala mundial.
En esta más reciente etapa de la relación entre redes sociales y poder político, los barones de las redes sociales han dejado claro que ya no están dispuestos a ser simples espectadores. Ahora son parte activa de la disputa y están muy dispuestos a hacer uso del control que tienen sobre las redes sociales para incidir directamente en la contienda política.
El riesgo para las democracias es mayúsculo. Se trata, nada más y nada menos de la conjunción del poder económico y el mando sobre las redes sociales en pos del poder político. El reto no puede ser desdeñado ni mucho menos ignorado, de las acciones que se tomen depende la salud de la democracia en un contexto en el que el mundo digital es cada vez más importante y omnipresente.
* Doctor en ciencias políticas y sociales, UNAM
calcaneomonts@yahoo.com

El fracaso ante el cambio climático no es opción, alerta la ONU en la COP29
Ap, Europa Press y Afp   Periódico La Jornada
Viernes 22 de noviembre de 2024, p. 4
Bakú. En el penúltimo día de la Conferencia sobre Cambio Climático (COP29) en Azerbaiyán, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió a las delegaciones suavizar sus líneas rojas para poder llegar a un acuerdo sobre el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NOCC), y que movilice la financiación que necesitan los países en desarrollo para que hagan la transición a energías limpias y se adapten al calentamiento global.
El fracaso no es una opción, subrayó Guterres en conferencia de prensa tras su regreso de la cumbre del G-20 en Río de Janeiro, al tiempo que llamó a los mandatarios asistentes a que den instrucciones a sus delegados para conseguir un pacto NOCC.
En respuesta a una pregunta sobre qué elementos bloquean el acuerdo, indicó que escuchando a las delegaciones percibió que todavía mantienen en gran medida sus posiciones iniciales, así que es el momento de abandonar esas posiciones y encontrar áreas de posible compromiso.
En tanto, numerosas naciones rechazaron un nuevo borrador publicado ayer, en el que se intentó sentar las bases de cualquier acuerdo alcanzado en las negociaciones sobre los fondos económicos para los países en desarrollo.
La recopilación de propuestas para el texto final de la cumbre reconoce la necesidad de incrementar el financiamiento climático de cara al NOCC entre 2025 y 2035, pero no se explica cuánto pagarán las naciones ricas a las pobres.
Por su parte, el presidente de la COP29, Mukhtar Babayev, convocó a una reunión donde los negociadores hablarán para escuchar a todas las partes y buscar un compromiso. Indicó que después de oír todas las opiniones delinearemos un camino a seguir respecto a futuras interaciones.
Los negociadores de la COP29 tratan de cerrar la brecha de los 1.3 billones de dólares que naciones en desarrollo dicen que se necesitan en financiamiento climático, y los pocos cientos de miles de millones que ellos aseguran que los más ricos están dispuestas a pagar.
El grupo de países árabes rechazará cualquier texto que apunte contra sectores específicos, incluidas las energías fósiles, indicó su representante en la cumbre, el saudita Albara Tawfiq.