domingo, 24 de noviembre de 2024

El pernicioso beneficio de la duda.

Antonio Gershenson
El beneficio de la duda es un método para darle paso a la credibilidad. Tal vez, en una sociedad civilizada sí genere certidumbre, pero otorgar tal concesión a un millonario con alardes de todo poderoso, genio de los trucos financieros y amo de los negocios, buenos para pocos y malos para millones, es una pifia.
Peor aún. Una dupla de millonarios manejando la economía de un país tan endeudado, suena algo peor que un autogol. En cuanto los caprichos de uno se contrapongan a los del otro, la situación se complicará, no sólo para los grupos de inmigrantes ni para las mascotas republicanas y demócratas y, mucho menos para los fabricantes de artefactos bélicos que disminuirán sus ventas por el afán dizque pacifista del presidente electo Donald Trump. La verdad es que la mayoría de la población será la más afectada. Y la repercusión será para todo el mundo, especialmente para los socios comerciales, voluntarios u obligados.
El perjuicio que vendrá con los retos económicos que pretende resolver Trump, apoyado por Elon Musk, será para toda la población, como ya decíamos en otros artículos de este espacio de La Jornada. Pero, también, los propios votantes estadunidenses quienes vieron en Donald Trump un camino a la pronta recuperación económica de su país, están de acuerdo con las alevosas promesas del presidente de liberar al país de aquellos migrantes invasores, incivilizados, delincuentes y culpables de la drogadicción de la población y responsables de las altas tasas de violencia: robo, secuestros, asesinatos, etcétera.
En resumen, quienes votaron por Trump están esperando que el año que entra ya estén de regreso a los años maravillosos capitalistas que llevaron a esa sociedad a la forma de vida consumista y de dominio a los países vecinos que devolverlos a su patio trasero. A eso le llaman hacer a Estados Unidos grande otra vez. Sin importarles que, para ello, tengan que imponer su política de excesos.
En efecto, como lo señala el maestro John Saxe-Fernández, en su artículo Trump: ¿Crisis hegemónica? del 14 del presente mes de este mismo diario, la llegada del empresario a la Casa Blanca desde su primera gestión fue una sorpresa que, al parecer, no ha sido asimilada por los votantes demócratas, pero tampoco, por la dirigencia de ese partido. ¿Será cierto?
Por esta razón, creemos que la campaña del presidente Biden y, posteriormente, la de Kamala Harris, vicepresidenta que sustituye al mandatario, a contracorriente, no fueron diseñadas sobre la base de un profundo análisis político, económico o social. Entonces, ¿cómo encausan sus propuestas? Lo hacen, como lo vemos, con base en amenazas y declaraciones desgastadas, con principios violados por ellos mismos y con mentiras piadosas, dicen: estamos luchando por un nuevo camino hacia adelante. Tal vez debieron agregar sin la cultura de las armas y las drogas y sin invasiones a otras naciones, sin apoyos bélicos a ningún país y menos a aquellos gobiernos genocidas (ej. Israel) y sin extorsiones comerciales a los socios y no socios. Y, también dijeron: protegeremos nuestras libertades fundamentales, fortaleceremos nuestra democracia y garantizaremos las oportunidades para que cada persona tenga la oportunidad no sólo de sobrevivir, sino de salir adelante. Discurso muy parecido al de los viejos mensajes de campaña del PRI. No cabe duda que las ideas se reciclan y rompen fronteras.
El Partido Demócrata intentó convencer de que Harris siempre defendió a la población, enfrentó a depredadores, estafadores y se opuso a los múltiples intereses especiales. Una de sus promesas menos creíbles fue que, como presidente y desde la Casa Blanca convertida en una gran trinchera, iba a unir a todos los estadunidenses para lograr las más altas aspiraciones. Aunque la candidata no especificó claramente a cuáles se refería. Es aquí donde Bernie Sander, ex candidato progresista, lanza fuerte crítica a la política demócrata: no debería sorprendernos que un Partido Demócrata que ha abandonado a la clase trabajadora descubra que la clase trabajadora lo ha abandonado a él. En México tenemos múltiples ejemplos.
Los partidos políticos van y vienen, y se olvidan que son una herramienta prescindible. En efecto, es el medio más organizado para que el pueblo tome el poder. De otra forma, el partido será un grupo de oportunistas que se apodere del destino de una nación, por la vía pacífica, o por el golpe de Estado, tan socorrido por las mafias apoyadas por Estados Unidos.
En unos días, Trump iniciará su gobierno con la obligación de cumplir sus violentas promesas. Intentará acabar con el enemigo interno (?), acabará con los marxistas (?), con los migrantes sin permiso, los periodistas que denuncien las pestilencias republicanas, los estudiantes progresistas y someterá a todos aquellos grupos que le estorben.
Así que el refrán más vale malo por conocido que bueno por conocer, pierde su sentido esperanzador. En Estados Unidos ni republicanos ni demócratas merecen el beneficio de la duda.
(Colaboró Ruxi Mendieta)
X: @AntonioGershens   antonio.gershenson@gmail.com

El golpe frustrado: Bolsonaro en estado puro
Eric Nepomuceno
Fueron días intensos gracias a la realización de la Cumbre del G-20, que reunió en Río de Janeiro a las mayores economías del mundo. Hubo imágenes que iban desde el premier francés, Emmanuel Macron, paseando en traje y corbata por la vereda de la playa de Ipanema, al presidente Joe Biden, que llegó retrasado y quedó fuera de la foto oficial del encuentro.
Y eso para no mencionar al primer ministro de Noruega, Jonas Gahr Store, que ostentando un delantal de camarero sirvió albóndigas de bacalao preparadas por él en la cocina de un boliche popular en el barrio bohemio de Santa Teresa.
Lula da Silva apareció exuberante, sonriente en todas las fotos con mandatarios presentes, excepto en la que está saludando al radicalísimo derechista argentino Javier Milei. Ahí aparece un Lula de semblante cerrado.
Hubo buenos acuerdos comerciales con Brasil y otros países; algunos quedaron en suspenso, pero no fueron definitivamente rechazados. O sea: todo estaría plagado de buenas noticias, pero ahí surgió, el jueves 21 de noviembre, la noticia que hizo temblar los cimientos del país.
Ese día se supo que la Policía Federal, especie de FBI local, había enviado al Supremo Tribunal Federal (STF), la instancia máxima de justicia, una denuncia contra 37 personas, en un informe de más de 800 páginas. Además se informó de la prisión de cinco personas, entre ellas dos coroneles retirados y un general también retirado, Mario Fernandes, que integró el grupo de confianza del radical y desequilibrado ultraderechista Jair Bolsonaro, quien fue presidente de Brasil entre 2019 y 2022.
A Fernandes le tocaría explícitamente asesinar a Alexandre de Moraes, integrante del STF y quien en la época presidía el Tribunal Superior Electoral, que validó la victoria de Lula.
Se conocieron también los nombres de los indiciados por la Policía Federal y que ahora están bajo examen del Supremo Tribunal Federal, que decidirá cuándo enviará el caso a la Fiscalía General de la República, a quien toca formalmente presentar la denuncia al mismo STF o mandar la acusación a los archivos.
Además de Bolsonaro, entre los indiciados están sus asesores más poderosos y allegados, como el general Walter Braga Netto, quien luego de ocupar puestos de primera línea en su gobierno incorporó como vice su candidatura a presidente, así como otro poderosísimo general, Augusto Heleno; el teniente coronel retirado Mauro Cid, edecán del entonces mandatario y su hombre de confianza, hasta Paulo Figueiredo, que vive en Estados Unidos y es nieto del ex dictador João Batista Figueiredo. Aprovechándose de su ascendencia, él trató arduamente de incentivar militares a sumarse al golpe que se tramaba, en noviembre y diciembre de 2022, para impedir que Lula da Silva asumiese la presidencia siguiendo los resultados de las urnas de octubre de aquel año, cuando por estrecho margen derrotó al desequilibrado ultraderechista.
Vale reiterar que entre los indiciados hay de todo, de altos integrantes de la Policía Federal al entonces comandante de la Marina, de asesores civiles a abogados, de un cura católico a un publicitario argentino.
Bolsonaro reaccionó a la noticia siguiendo su estilo único: dijo que el verdadero héroe, el defensor de la democracia, es él por no haberse adherido al movimiento. Faltó explicar por qué no denunció a los golpistas y por qué el acta que convocaba al golpe fue impresa en su despacho presidencial.
Además, quedan algunas otras pendencias por explicar. El plan golpista tenía previsto matar a Lula da Silva; al vicepresidente, Geraldo Alckmin, y a Alexandre de Moraes. Hay documentos que comprueban que quienes preparaban el asesinato de De Moraes hicieron seguidas rondas a su domicilio y lo siguieron varias veces. ¿Dónde estaba la seguridad del juez?
Sobran indicios de que luego del golpe, o sea, de impedir que Lula asumiese la presidencia, abría una especie de junta militar –Braga Netto y Augusto Heleno sin duda, y alguien más– que rápidamente asumiría el efectivo, transformando a Bolsonaro en una especie de muñeco inflado de aire.
¿Por qué no hay orden de prisión contra los dos, si la hubo contra otro conspirador con mucho menos peso e influencia, Mario Fernandes, también general reformado?
Juristas consultados por políticos y medios de comunicación explican que contra Fernandes había pruebas concretas presentadas por la Policía Federal y que ahora hay que esperar qué dicen la Fiscalía General y el STF sobre los otros 37 indiciados, a empezar por Bolsonaro.
Una sensación, sin embargo, se esparce por todo Brasil: a cada día que pasa, el desequilibrado ultraderechista se acerca más y más a las mazmorras.

Estragos por el clima en el mundo
▲Foto Afp
Ap y Sputnik   Periódico La Jornada
Domingo 24 de noviembre de 2024, p. 18
Una gran tormenta dejó más nieve y lluvias récord ayer en California, causando pequeños deslizamientos de tierra e inundando algunas calles, mientras en el otro lado del país había advertencias de ventisca o tormenta invernal en áreas que abarcan desde el noreste hasta el centro de los Apalaches. En Irlanda, alrededor de 60 mil hogares, incluidas casas privadas, granjas y empresas, se quedaron sin electricidad debido al paso de la tormenta Bert, mientras en Francia 47 mil hogares continúan sin suministro eléctrico tras el paso de la tormenta de nieve Caetano. En la imagen, bomberos rescatan a una pareja que quedó varada en una carretera anegada en la californiana Windsor.