ONU: Al menos 280 trabajadores de salud, rescatistas y voluntarios han fallecido por los ataques de Tel Aviv
▲ Edificio golpeado por un proyectil israelí en Chiyah, en el sur de Beirut.Foto Ap
Sputnik, Ap y Europa Press Periódico La Jornada
Sábado 23 de noviembre de 2024, p. 16
Beirut. Más de un centenar de muertos dejó la jornada de bombardeos israelíes sobre Gaza y Líbano, mientras en Siria el balance de víctimas mortales tras el ataque a Palmira se elevó a 92, un día después de que la Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y su ex ministro de Defensa, Yoav Gallant, por crímenes de guerra y de lesa humanidad. Sin embargo, los gazatíes tienen pocas esperanzas de que Netanyahu pueda ser arrestado. En este contexto, autoridades sanitarias de la franja advirtieron que los hospitales que todavía permanecen operando en el enclave dejarán de funcionar probablemente dentro de 48 horas, o comenzarán a reducir sus actividades ante la falta de combustible.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se declaró profundamente preocupada por la situación de 80 pacientes y del personal del hospital Kamal Adwan, uno de los dos únicos que funcionan parcialmente en el norte de la franja, atacado varias veces y que ayer volvió a ser golpeado por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), en un bombardeo que dañó el generador y el depósito de agua, informó el director de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
He perdido a toda mi familia, 10 personas, y soy el único que queda, declaró Belal en una sala del hospital Al Ahli. Las autoridades israelíes afirmaron que habían eliminado a cinco terroristas de Hamas.
El coordinador humanitario de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Gaza, Muhannad Hadi, añadió que la entrega de alimentos, agua, combustible y suministros médicos está paralizada. La población gazatí considera que las órdenes de detención emitidas por la CPI contra dirigentes israelíes son un reconocimiento internacional de la difícil situación del enclave, pero no creen que tengan repercusión.
En tanto, en Líbano una serie de ataques contra Baalbek, en el este, y Nabatiye, en el sur, así como en los suburbios sureños de Beirut, dejaron más de 60 muertos en un solo día y los bombardeos continuaron esta madrugada. Los ataques han dejado en total 44 mil 56 muertos en Gaza, mientras en Beirut el saldo asciende a 3 mil 645.
Según las FDI, estas acciones buscan destruir los sitios de fabricación y almacenamiento de armamento por parte de Hezbollah que fueron colocados por el propio Hezbollah en el corazón de la vida civil, utilizando a ciudadanos libaneses como escudo.
Mientras, en Siria van más de 90 muertos por el ataque de Tel Aviv en la histórica ciudad de Palmira esta semana, evaluado por la ONU como el más letal en muchos años.
Al cierre de esta edición se reportaron al menos tres grandes explosiones en la capital de Líbano luego de un día de bombardeos israelíes contra el sur de la ciudad, informaron periodistas de la agencia Afp.
Más voluntarios asesinados
Por otra parte, las agencias de Naciones Unidas registran este año un récord de muertes entre cooperantes humanitarios en Medio Oriente.
Al menos 280 trabajadores de salud, rescatistas y voluntarios en servicios humanitarios fueron asesinados durante 2024; de ellos, 230 murieron en Líbano, donde las instalaciones médicas y ambulancias fueron blanco de 187 ataques israelíes; 70 por ciento ocurrió en los últimos tres meses, informó Abdinasir Abubakar, representante de la OMS en Beirut.
En contraste, a lo largo de 2023 perdieron la vida 280 cooperantes en 33 países, de acuerdo con datos de la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHA),
En Gaza, desde el inicio de la guerra han sido asesinados más de 320 voluntarios humanitarios, la mayoría en la línea de fuego, y la mayor parte eran miembros de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa).
Los cooperantes humanitarios están trabajando valientemente y de manera desinteresada en lugares como Gaza, Sudán, Líbano, Ucrania y otros. Muestran lo mejor que la humanidad tiene para ofrecer, y a cambio están siendo asesinados en números récord, afirmó Jens Laerke, portavoz de la OCHA.
En este escenario, miembros del estado mayor del ejército israelí aseguraron que Hamas todavía está firmemente arraigado como autoridad gobernante en Gaza y expresaron dudas de que pueda ser derrocado, según una publicación del periódico de Israel Yedioth Ahronoth. Los funcionarios habrían asegurado que el control civil del grupo palestino se ha debilitado, pero sigue sin ser cuestionado y que la población del enclave no está dispuesta a volverse contra Hamas.
Bombardeos israelíes en Siria dejan 92 muertos
Ataque con misiles por parte de Israel en la ciudad de Palmira, en el centro de Siria, el 20 de noviembre de 2024. Foto Xinhua Foto autor
Afp
22 de noviembre de 2024 10:46
Beirut, Líbano. El balance de los bombardeos israelíes el miércoles contra grupos proiraníes en la ciudad de Palmira, en el centro de Siria, subió a 92 muertos, según nuevas cifras presentadas el viernes por una oenegé.
El balance es de 92 muertos, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), con sede en el Reino Unido pero que dispone de una amplia red de fuentes en Siria.
Entre las víctimas figuran "61 combatientes sirios proiraníes", incluido 11 que trabajaban para el movimiento libanés Hezbollah, "27 extranjeros, la mayoría del grupo Al Nujaba, y cuatro de Hezbollah", precisó el organismo.
La enviada especial adjunta de la ONU en Siria, Najat Rochdi, indicó el jueves que los bombardeos eran posiblemente "los más mortíferos" realizados por las fuerzas israelíes contra Siria.
El juego de las analogías
Maciek Wisniewski
I. Cuando Arno J. Mayer (t.ly/uRroZ) en ¿Por qué no se oscurecieron los cielos? (1988) se propuso a reinterpretar el Holocausto −o el judeocidio como lo llamaba él−, uno de sus propósitos era poner el fin al culto de su memoria que en sus ojos se ha vuelto sectaria −justo en tiempos cuando éste, como bien apunta por su parte Enzo Traverso, estaba siendo convertido en una suerte de religión cívica (t.ly/kj73C)− y que también, según Mayer, ha sido abusada por Israel para sus objetivos de su política exterior expansionista (t.ly/8vmIc). Consciente de las trampas de las analogías históricas −un tema sobre el cual teorizó también (véase: A. J. Mayer, Usos y abusos de las analogías históricas, 1970)− que al resultar reconfortantes para la opinión pública suelen ponerse resistentes a cualquier intento de corrección, Mayer no quería que las comparaciones tendenciosas al judeocidio hicieran que acabáramos malinterpretando el pasado. Pero ni siquiera él −fallecido hace casi un año− se imaginaba en aquel entonces el grado en el que el Holocausto acabaría convertido en arma ideológica para lanzar las guerras de agresión (Gaza, Líbano etc.) y el pretexto para humillar, degradar, torturar y asesinar a los palestinos, como bien lo enfatiza Norman Finkelstein, hijo de unos de sus sobrevivientes (t.ly/J2YAD).
II. La invasión israelí a Gaza −en res-puesta al ataque de Hamas− desde el principio ha sido conducida con un prolífico, hiperbólico y desprovisto de cualquier rigor uso de las analogías históricas. Sin ninguna contextualización, los políticos israelíes no sólo apelaban al Holocausto y su trauma como base para el derecho a defenderse en un afán de justificar y normalizar las vejaciones, la privación de comida y el asesinato en masa de la población civil, sino comparaban a los palestinos a los nazis, asegurando −y usando para ello un lenguaje deshumanizante propiamente fascista− de combatir a los animales humanos. Todo esto desdibujaba considerablemente nuestro paisaje cultural, intelectual y de memoria constituyendo en efecto, como bien anotaba en otro lugar Traverso, una mala lección del Holocausto (véase: Gaza ante la historia, 2024), y era a la vez una peligrosa tergiversación de las verdaderas causas de la violencia israelí-palestina (t.ly/fqLJU) −que culpaba por todo un imaginario antisemitismo ancestral eliminando de la ecuación la ocupación y la colonización israelí−, y una operación comparativa que alcanzó los niveles del absurdo.
III. La grotesca figura del pogromo en Ámsterdam y la supuesta analogía entre la suerte de los hinchas israelíes en Holanda y los pogromos históricos de los judíos en Europa, es el más reciente ejemplo de esta retórica que trivializa la historia y la memoria de las víctimas de las verdaderas persecuciones (t.ly/g2dRa). Algunos llegaron incluso tan lejos como comparar a los hooligans israelíes con la historia de Ana Frank, quien aparentemente también fue perseguida por ser una hincha de futbol ultranacionalista que, fugándose por ratos de su escondite, atacaba violentamente a los ciudadanos holandeses entonando cánticos que apremiaban a matar a todos los árabes y que se burlaban de los niños palestinos asesinados (t.ly/9bUVc). Pero todo esto era parte de lo que desde el principio en contexto de la invasión a Gaza Raz Segal denunció como el clásico abuso del Holocausto que servía no para defender a personas impotentes que enfrentaban la violencia genocida, sino para apoyar y justificar un ataque extremadamente violento por parte de un Estado poderoso −Israel− y, al mismo tiempo, distorsionar esta realidad (t.ly/94RZK).
IV. Esta suerte de instrumentalización de la memoria en defensa de los poderosos −criticada justamente por Mayer y otros destacados intelectuales y sobrevivientes como Primo Levi, Jean Améry, Zygmunt Bauman o Hannah Arendt−, no sólo fue avalada por el propio Joe Biden, quien en varias ocasiones invocó la historia de la Segunda Guerra Mundial para justificar la invasión israelí y la asistencia estadunidense a ella, sino servía también para tapar hasta dónde ha llegado bajo su administración. El genocidio de una población musulmana era justo lo que muchos comentaristas liberales responsables temían que ocurriera bajo la primera presidencia de Trump (t.ly/9fRa2), pero que por el contrario ha sido facilitado, aprobado y defendido por Biden, el hombre sensato y bueno que se comprometió a restaurar la decencia y la competencia en la política exterior.
V. Por si esa ironía no fuera suficiente, las elecciones en Estados Unidos demostraron también cómo este tipo irresponsable de juego de las analogías tiene costos políticos reales. Después de que el año pasado la vocera de la Casa Blanca (t.ly/eXelX) comparó a los estudiantes pacíficos que se manifestaban por el cese al fuego y el fin del genocidio en Gaza −muchos de ellos judíos estadunidenses− con los neonazis de Charlottesville a los que en su momento defendió y apapachó Trump (t.ly/xejfO), con tal de justificar la brutal represión policiaca en su contra, siguiendo igual la triste historia de comparar a los oponentes de la gue-rra de Vietnam a camisas pardas nazis (t.ly/Ubxfy), Kamala Harris perdió rotundamente en muchas ciudades universitarias (todas en Michigan). Desde luego es uno de los factores menores. Pero visto así, el abu-so de las analogías históricas por parte de los demócratas, un subproducto de su política exterior fallida −algo que igualmente tiene su historia en contexto estadunidense (véase: Yuen Khong , Analogies at war: Korea, Munich, Dien Bien Phu and the Vietnam decisions, 1992)− puede ser añadido a la larga lista de los factores que facilitaron la restauración de Trump.