sábado, 5 de noviembre de 2022

Ofensiva derechista se convierte en el tema central en las elecciones intermedias de EU

Trump analiza volver a contender en 2024
Inflación, crimen y migración son los ejes de la campaña republicana // Preocupación ciudadana ante el creciente riesgo de violencia
▲ Ciudadanos esperan para ejercer el voto anticipado en Atlanta, Georgia, ciudad donde ayer se vieron largas filas para sufragar de manera anticipada. Los georgianos definen este martes a su próximo gobernador y al senador del estado.Foto Afp
David Brooks   Corresponsal
Periódico La Jornada  Sábado 5 de noviembre de 2022, p. 23
Nueva York., La descomposición del proceso democrático estadunidense bajo una ofensiva derechista es el tema central de esta elección intermedia, y sus consecuencias, sobre todo si el lado más extremo del Partido Republicano conquista la mayoría en ambas cámaras del Congreso, y en la contiendas estatales impone control sobre puestos que manejan el proceso electoral, lo que tendrá un impacto alarmante para la próxima elección en 2024.
De hecho, con un pronóstico favorable para los republicanos en las elecciones del próximo 8 de noviembre, donde está en juego toda la Cámara Baja, poco más de un tercio del Senado, 36 gubernaturas y decenas de puestos claves estatales, este viernes se filtró a propósito que el ex presidente Donald Trump está contemplando anunciar su candidatura para regresar a la Casa Blanca poco después de la elección intermedia, tal vez el 14 de noviembre.
El jueves, Trump declaró en un mitin en Iowa: “para que nuestro país sea exitoso y seguro y glorioso, yo, muy, muy, muy probablemente lo haré de nuevo… Prepárense, eso es lo único que les diré: muy pronto. Prepárense”.
La economía –sobre todo la inflación–, el crimen, inmigración y fraude electoral son los temas que promueven los republicanos con aparente éxito, junto con un rechazo de la legitimidad de la elección presidencial de 2020.
Para los demócratas, el mensaje ha sido menos claro, con el presidente Biden y otros líderes enfatizando la lucha entre la democracia y la autocracia, y algunos, sobre todo progresistas como el senador Bernie Sanders, subrayando los temas que más afectan a los trabajadores como el empleo, apoyos económicos durante la pandemia que redujeron la pobreza, entre otros, y advirtiendo de la agenda republicana que buscará reducir el gasto público en servicios sociales y el programa de seguridad social.
Son los temas económicos los que suelen determinar elecciones, y la percepción popular en las encuestas es que la economía no está funcionando para ellos, citando sobre todo la inflación.
Pero el debate ya no es sólo sobre temas y propuestas políticas, sino cada vez más sobre el futuro de la democracia estadunidense, como ha reportado La Jornada (https://www.jornada.com.mx/2022/11/ 04/mundo/029n1mun). De hecho, la gran mayoría de estadunidenses expresan preocupación por la violencia política, con casi nueve de cada 10 (88 por ciento) opinando que las divisiones se han intensificado en el país a tal grado que hay un creciente riesgo de violencia, según una encuesta del Washington Post/ABC News difundida ayer.
Y aparentemente tienen razón en preocuparse, ya que el FBI y otras agencias federales emitieron una alerta la semana pasada sobre una creciente probabilidad de violencia de extremistas domésticos en los 90 días posteriores a la elección. “Después de las elecciones intermedias de 2022, percepciones de fraude relacionado con la elección e insatisfacción con los resultados electorales, probablemente resultarán en elevadas amenazas de violencia contra una amplia gama de objetivos –como opositores ideológicos y funcionarios electorales–”, afirma el memorándum oficial, reportó el Washington Post.
Se desploma la confianza
No ayuda que ambos partidos no han logrado recuperar la confianza del público en el gobierno, la cual se ha desplomado en los últimos 15 años, según encuestas de Gallup. La mayoría de los estadunidenses aún opina que el gobierno federal no es efectivo en mejorar la vida de la gente. La confianza en el Poder Ejecutivo es de 43 por ciento –sólo tres puntos sobre su nivel más bajo durante el escándalo de Watergate en los 70. El nivel de confianza en el Poder Legislativo es aún menor, sólo 38 por ciento (aunque eso es una mejoría), y por primera vez en la historia de las encuestas para este tema, el Poder Judicial sólo tiene un nivel de confianza minoritario, de 47 por ciento. Gallup señala que los tres poderes gozaban de la confianza de la mayoría tan recientemente como 2005, y que cuando este tema fue primero sondeado por Gallup en 1972, más de dos tercios del electorado expresaba confianza en el gobierno federal.
La mayoría de los estadunidenses expresa pesimismo en el futuro de la política en su país y dos tercios de votantes dicen que el gobierno trabaja principalmente para beneficiar a las élites políticas, según Gallup. Sin embargo, de acuerdo con sondeos de Gallup y Pew Research Center, también hay expresiones marcadas de apoyo y aprobación al papel que juega el gobierno federal en diversos rubros para mejorar, apoyar y defender los intereses y necesidades de las mayorías –es decir, las mayorías no son antigobierno– y que favorece la negociación política y no la polarización para que la autoridad cumpla sus compromisos.
Es en este contexto en que se realizan estas elecciones intermedias, donde la estrategia de una amplia gama de republicanos leales a Trump es continuar minando la confianza pública en la integridad del sistema político, incluyendo el proceso electoral.
“Si tienes 30 años de edad o menos y no votas en tu distrito legislativo y actúas para que todos los que conoces voten… es casi inimaginable contemplar qué tan brutal se puede volver la vida para ustedes a lo largo de la próxima década si no frenamos el fascismo”, tuiteó el actor y activista John Cusack.

Proceso comicial marcado por gastos millonarios
Los recursos ejercidos superan 7 mil millones de dólares
David Brooks   Corresponsal
Periódico La Jornada  Sábado 5 de noviembre de 2022, p. 23
Nueva York., El costo de las elecciones legislativas intermedias marca un nuevo récord al superar ya 7 mil millones de dólares, multimillonarios han aportando casi 40 por ciento de los fondos, poniendo en duda quién determina el proceso electoral, los votantes o los patrocinadores de los políticos, con algunos críticos señalando que Estados Unidos se parece cada vez más a una oligarquía.
Hasta la fecha, el total de fondos privados gastados en las elecciones legislativas federales es de 7 mil 500 millones, superando el récord previo de poco más de 7 mil millones en las intermedias de 2018 y se calcula que ascenderá a 8 mil 900 millones al final. De ese monto, mas de 15 por ciento proviene sólo de multimillonarios (con fortunas mayores a mil millones) y 38 por ciento del total invertido en las elecciones proviene del uno por ciento más rico del país, según cálculos de la organización independiente especializada en el tema Open Secrets [https://www.opensecrets.org]. El gasto total de la elección, combinando las contiendas federales y las estatales, llegará a más de 16.7 mil millones. De los 25 donantes millonarios más generosos en este ciclo electoral, 18 son republicanos.
Unos 465 multimillonarios han invertido más de 881 mil dólares en las contiendas federales, con sólo 20 por ciento de estas familias contribuyendo con 73 por ciento de ese total, según un nuevo informe de Americans for Tax Fairness [https://americansfortaxfairness.org/wp-content/uploads/BILLIONAIRE-MONEY-REPORT-11_2.pdf]. De esos totales, calculados hasta fines de septiembre, 59 por ciento es para candidatos republicanos y 39 para demócratas.
La enorme influencia del dinero privado en las elecciones estadunidenses no es novedad, pero es cada vez más notable, con la creciente concentración del poder económico traduciéndose en la concentración del poder político, algo que ha sido denunciado durante años por una amplia gama de figuras, desde el economista premio Nobel Joseph Stiglitz, a comentaristas políticos prominentes, incluido Noam Chomsky, Robert Reich, Cornel West, entre otros.
Los multimillonarios no deberían poder comprar las elecciones en Estados Unidos, repite el senador federal Bernie Sanders al viajar por el país para promover el voto y apoyar a candidatos demócratas progresistas (su curul no está en juego en esta elección). Denuncia que la clase multimillonaria son bandidos, denunciando una y otra vez el poder excesivo del uno por ciento más rico sobre la democracia estadunidense y sus políticas.
Por ejemplo, en torno al tema electoral actual de la inflación que utilizan los republicanos en contra del gobierno demócrata, Sanders afirma que más de la mitad de los incrementos de precios al consumidor son causados por la avaricia empresarial, señalando ganancias récord de las empresas petroleras, farmacéuticas y de alimentos. Tenemos más desigualdad en ingreso y riqueza que en cualquier momento en la historia moderna del país, con tres personas con más riqueza que la mitad pobre de la población, reitera, y repite la urgente necesidad de buscar cómo frenar el poder del dinero privado en las elecciones usado para proteger los intereses de una minúscula minoría poderosa.
Líderes sociales señalan que esta elección tendrá consecuencias enormes para los que no tienen millones. La pobreza es una opción política. Se reduce cuando el gobierno se compromete a reducirla, y se eleva cuando ese compromiso se desvanece. Por lo tanto, las consecuencias para los pobres y las familias de bajos ingresos de Estados Unidos son enormes en esta elección, afirman el reverendo William Barber, copresidente de la Campaña de los Pobres, y Karen Dolan del Institute for Policy Studies en un artículo en The Guardian. Barber ha repetido que un tercio del país, más de 110 millones, vive en la pobreza o con ingresos menores.
Sanders, como otros líderes demócratas, incluido el presidente Joe Biden, han enfatizado que esta elección tiene una dimensión existencial. Esta es la elección intermedia de mayor consecuencia en la historia moderna de este país. Lo que está en juego literalmente es la democracia y si mantendremos una forma democrática de gobierno, afirmó en entrevista reciente con Vanity Fair.
La economía es el tema de mayor preocupación del electorado en esta contienda, con casi ocho de cada 10 votantes indicando eso en la encuesta más reciente de Pew Research Center. La percepción de la economía es abrumadamente negativa en los últimos meses, con 82 por ciento que considera que las condiciones económicas no son buenas.
Pero el segundo tema de mayor preocupación es el futuro de la democracia, con 70 por ciento indicando que ese asunto es muy importante para ellos en esta elección. Los temas que siguen, en orden, son educación, salud, política energética y crimen violento, políticas sobre armas de fuego y aborto (https://www.pewresearch.org/fact-tank/2022/11/03/key-facts-about-u-s-voter-priorities-ahead-of-the-2022-midterm-elections/).
Durante años, la mayoría del pueblo estadunidense ha favorecido más límites y regulaciones al poder del gran dinero en las elecciones, mientras la cúpula política ha ignorado ésas y otras demandas.
Vale subrayar lo obvio: los multimillonarios y el electorado en general no comparten las mismas prioridades, pero algunos pocos tienen los recursos para moldear e influir mucho más que la gran mayoría –y ese es tal vez uno de los mayores problemas para el futuro de lo que llaman el experimento democrático estadunidense–.