Deb Haaland, secretaria del Interior y de origen indígena, presentó el informe sobre los casos de abuso y fallecimiento de niños indígenas en internados de Estados Unidos. Foto Ap.
Nueva York. La primera investigación federal de escuelas-internados que durante 150 años operaron en Estados Unidos con el objetivo de anular la identidad cultural de miles de niños indígenas -los cuales fueron arrancados de sus familias y comunidades- ha identificado en su etapa inicial más de 500 muertes de alumnos en esas instituciones.
Según el informe emitido este miércoles por el Departamento del Interior, se han identificado 408 escuelas que operaron en 37 estados y territorios entre 1819 a 1969. Las cifras iniciales de las muertes de alumnos son sólo de 20 de estas instituciones.
El Departamento del Interior que, entre sus funciones se encarga de relaciones con la población indígena de Estados Unidos y que administró el sistema de internados, informó que al continuar con su investigación se espera que el número de muertes estudiantiles identificadas podría ascender hasta decenas de miles.
Las políticas federales de las escuelas-internados para indígenas aplicadas durante siglo y medio tenían “el doble objetivo de asimilación cultural y despojo territorial de pueblos indígenas a través de la remoción y reubicación forzada de sus hijos”, reportó el Departamento del Interior al presentar el primer volumen de su investigación.
Las muertes de alumnos fueron resultado de abuso, enfermedades y accidentes, según el informe. Algunas de las escuelas fueron administradas directamente por el gobierno federal, y otras fueron operadas por organizaciones religiosas, católicas y protestantes, con financiamiento y supervisión federal.
“Las consecuencias de las políticas federales de los internados para indígenas -incluyendo el trauma intergeneracional causado por la separación de familias y la erradicación cultural infligida sobre generaciones de niños tan jóvenes hasta de 4 años de edad- son desgarradoras e innegables”, declaró la secretaria del Interior Deb Haaland, indígena pueblo de Laguna y primera persona indígena en un gabinete presidencial en la historia del país, al presentar el informe.
“Muchos estadunidenses podrían alarmarse al enterarse de que Estados Unidos también tiene una historia de arrancar a niños nativos de sus familias en un esfuerzo para erradicar nuestra cultura y borrarnos como pueblo. Es una historia de la cual tenemos que aprender si nuestro país busca curarse de esta era tragedia”, escribió Haaland en un artículo de opinión publicado este miércoles en el Washington Post, recordando que sus propios abuelos maternos y su bisabuelo fueron enviados a la fuerza a estos internados.
Informa que durante más de un siglo, decenas de miles de niños fueron arrancados de sus comunidades y colocados en estos internados, y hay cálculos de que para 1926, casi un 83 por ciento de indígenas de edad escolar estaban en ese sistema. Muchos fueron castigados físicamente si se atrevían a hablar en sus idiomas o practicar sus tradiciones. Un fundador de una de estas escuelas resumió la misión de este sistema como “mata al indígena, salva al hombre”.
La investigación federal impulsada por Haaland es una respuesta al hecho de que nunca antes el gobierno ha rendido cuentas sobre este sistema para niños indígenas, incluyendo las muertes de alumnos. Haaland también anunció que se iniciará una gira de funcionarios de su secretaría durante un año por el país para que ex estudiantes indígenas de estos internados compartan sus memorias como parte de una colección de historia oral permanente.
Deborah Parker de la Coalicion Nacional de Saneamiento de los Internados Indígenas Americanos, organización que ayudó al Departamento del Interior en la identificación de las escuelas, comentó a la agencia Ap que elogia el trabajo inicial pero que se requiere más del gobierno. “Nuestros niños merecen ser regresados a cada familia. Estamos aquí por hacerles justicia y no vamos a dejar de abogar por ello hasta que Estados Unidos rinda cuentas plenas por el genocidio cometido contra los niños nativos”.
“Las consecuencias de las políticas federales de los internados para indígenas -incluyendo el trauma intergeneracional causado por la separación de familias y la erradicación cultural infligida sobre generaciones de niños tan jóvenes hasta de 4 años de edad- son desgarradoras e innegables”, declaró la secretaria del Interior Deb Haaland, indígena pueblo de Laguna y primera persona indígena en un gabinete presidencial en la historia del país, al presentar el informe.
“Muchos estadunidenses podrían alarmarse al enterarse de que Estados Unidos también tiene una historia de arrancar a niños nativos de sus familias en un esfuerzo para erradicar nuestra cultura y borrarnos como pueblo. Es una historia de la cual tenemos que aprender si nuestro país busca curarse de esta era tragedia”, escribió Haaland en un artículo de opinión publicado este miércoles en el Washington Post, recordando que sus propios abuelos maternos y su bisabuelo fueron enviados a la fuerza a estos internados.
Informa que durante más de un siglo, decenas de miles de niños fueron arrancados de sus comunidades y colocados en estos internados, y hay cálculos de que para 1926, casi un 83 por ciento de indígenas de edad escolar estaban en ese sistema. Muchos fueron castigados físicamente si se atrevían a hablar en sus idiomas o practicar sus tradiciones. Un fundador de una de estas escuelas resumió la misión de este sistema como “mata al indígena, salva al hombre”.
La investigación federal impulsada por Haaland es una respuesta al hecho de que nunca antes el gobierno ha rendido cuentas sobre este sistema para niños indígenas, incluyendo las muertes de alumnos. Haaland también anunció que se iniciará una gira de funcionarios de su secretaría durante un año por el país para que ex estudiantes indígenas de estos internados compartan sus memorias como parte de una colección de historia oral permanente.
Deborah Parker de la Coalicion Nacional de Saneamiento de los Internados Indígenas Americanos, organización que ayudó al Departamento del Interior en la identificación de las escuelas, comentó a la agencia Ap que elogia el trabajo inicial pero que se requiere más del gobierno. “Nuestros niños merecen ser regresados a cada familia. Estamos aquí por hacerles justicia y no vamos a dejar de abogar por ello hasta que Estados Unidos rinda cuentas plenas por el genocidio cometido contra los niños nativos”.
Decesos por sobredosis alcanzaron cifra récord en Estados Unidos en 2021
Se eleva el consumo de fentanilo, heroína y cocaína
▲ Drogas ilegales decomisadas en Los Ángeles, California, en imagen de archivo.Foto Ap
Ap y Afp Periódico La Jornada
Jueves 12 de mayo de 2022, p. 27
Nueva York. Más de 107 mil personas murieron por sobredosis de drogas en Estados Unidos el año pasado, informaron ayer los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), cifra sin precedente que refleja la magnitud de la epidemia que aqueja al país.
Eso quiere decir que en promedio un estadunidense muere por sobredosis cada cinco minutos. La cantidad, además, es 15 por ciento mayor al récord anterior, fijado en 2020.
Los CDC revisan las partidas de defunción y hacen un estimado para tomar en cuenta certificados demorados o incompletos.
Nora Volkow, directora del Instituto Nacional para el Combate al Abuso de Drogas, calificó la cifra de realmente espeluznante.
Las muertes por sobredosis de drogas en Estados Unidos han aumentado casi todos los años desde hace más de dos décadas. La tendencia empezó en los años 90 debido a la prevalencia de analgésicos opioides, aunque en años más recientes han dominado la heroína y el fentanilo.
Este último, un opioide sintético desarrollado para tratar los síntomas del dolor crónico, fue por lejos el mayor causante de 71 mil 238 muertes el año pasado, un aumento de 23 por ciento comparado con 2020. Le siguieron las metanfetaminas cristalinas, que tuvieron un alza de 34 por ciento, la cocaína con un aumento de 23 por ciento, y los opioides naturales (heroína y morfina).
En ocasiones las muertes por sobredosis se deben a más de una droga. Hay quienes ingieren distintas sustancias y a veces los traficantes combinan el fentanilo barato con otros estupefacientes, incluso sin el conocimiento del comprador, aseguran expertos.
“El efecto neto es que muchas personas –incluidos quienes consumen drogas ocasionalmente e incluso adolescentes– están expuestas a estas potentes sustancias, capaces de causar una sobredosis incluso con una pequeña cantidad”, dijo Volkow en una nota de prensa.
De acuerdo con los expertos, la pandemia agravó la crisis, ya que muchas personas quedaron aisladas y la atención médica fue difícil de conseguir.
Las muertes por sobredosis variaron de región en región. En Alaska aumentaron 75 por ciento, el índice más alto de todos los estados, mientras en Hawai disminuyeron 2 por ciento.
Los especialistas dicen que las personas con trastornos por uso de sustancias se han visto muy afectadas por las alteraciones de la vida diaria provocadas por la emergencia sanitaria; en tanto, las autoridades están incautando cantidades récord de medicamentos falsificados provenientes de México.
El gobierno del presidente Joe Biden anunció en abril una estrategia nacional de control de drogas para abordar la crisis por adicciones no tratadas y el narcotráfico.
La administración está buscando ampliar el acceso a tratamientos que salvan vidas, como el medicamento naloxona, las pruebas reactivas de drogas y los programas de suministro de jeringas.
También ha solicitado un aumento de presupuesto para las agencias encargadas de detener el flujo de drogas ilegales en el país.