sábado, 14 de noviembre de 2020

Benjamin o la habilidad de pensar.

Ilán Semo
El arte mudo de la ubicuidad. Una época, escribe Hanna Arendt, encuentra sus marcas profundas en los autores aparentemente más alejados y ajenos a ella que, acaso por ello, son los que más la padecen. Como Proust, como Borges, como Kafka, nadie más replegado frente a su propio tiempo que Walter Benjamin. En su obra no aparece ningún indicio, ninguna prueba de las vicisitudes políticas que vivió y enfrentó.
No hay nombres ni paroxismos del ruido de la opinión pública –en la que él mismo se inscribió– que ayuden a encontrar las señales del trasfondo en las que creció. Cuando habla del fascismo, por ejemplo, al que nunca se cansó de impugnar, no aparece ninguna de sus figuras y menos la descripción de sus horrores. ¿De dónde entonces proviene el sentimiento de que su pensamiento parecería entregarse sin concesión a la ubicuidad de su propio tiempo? Una sensación de diálogo incansable con aquello que sólo la piel tiene al alcance.
Tal vez el propio Benjamin lo explica: investigar el estado en el que uno mismo se encuentra, que es precisamente el que apela a los poderes más ocultos, es uno de los caminos más seguros y cortos del conocimiento y la crítica de esos poderes. Porque el mundo se nos presenta como un arsenal de máscaras. El problema reside en cómo exsorcizarlas, cómo desentrañas la felicidad y el dolor que se esconden detrás de ellas. Benjamin llegó a este camino con la conciencia de que los conceptos –la pieza clave del pensamiento– son mudos, no discursivos ni comunicativos. Y en ello se encuentra su verdadera potencia, es decir, en otras palabras, son un hecho poético: el hecho de que siempre se presenten como enigmáticos, prestos a ser disponibles para emprender de nuevo la tarea principal del pensamiento: la pregunta por el pensamiento mismo.
Aquí el método es importante: “el buen escritor no dice más que lo que piensa. Este ‘decir’ no es sólo la expresión del pensamiento, sino su realización misma. Así como el andar no es sólo la expresión del deseo, sino la realización misma del deseo”. Desviarse de esta convicción significa enmudecer al deseo y al pensamiento por igual.
Un dios mexicano. Benjamin tuvo alguna vez el siguiente sueño: en una gruta central inmensa y rematada en punta a la manera gótica se estaba celebrando un servicio divino según el más antiguo rito. Entramos y presenciamos su fase culminante: ante un busto de madera de Dios Padre que se mostraba instalado a gran altura en alguna parte de una pared de la cueva, un sacerdote alzaba un fetiche mexicano. Entonces la cabeza divina se movió negando tres veces de derecha a izquierda. El fetiche mexicano se refiere a la estatua de una deidad indígena. Tres veces moviendo la cabeza de un lado a otro o la ironía de la futilidad de la labor de los misioneros. La evangelización convertida en un apóstrofe jocoso de la propia religión. Humboldt, que escuchó los debates en torno a los hallazgos de la Coatlicue y la Piedra del Sol, descartó ambas piezas como simples documentos de una cultura desaparecida en vías de ser remplazada por la armonía de las formas griegas y clásicas. ¡Qué error! Como todo pensador ilustrado etnocéntrico incapaz de reconocer los poderes ocultos que encierra una religión invisible. ¿No acaso el imaginario moderno mexicano se construiría sobre la base de las deidades, los lugares y las signaturas de su propia antigüedad? Para Benjamin la auténtica religión de una época siempre resulta inaccesible, porque su misión no es solventar la salvación de las almas, sino legitimar lo indecible, el sacrificio admitido. La distancia de Benjamin reside en su multiperspectivismo: el otro no es una impronta universal, sino un mundo posible. Un mundo por indagar.
Vicisitudes del juicio final. En su recensión de F. Christian, L. Klemner escribe que, de seguir así la humanidad, en un tiempo próximo lo único que quedará de ella serán las osamentas de seres humanos exhibidas junto a las de los dinosaurios en los museos que las cucarachas construirán en el futuro. ¿Cómo es que toda visión sobre el juicio final debe basarse en lo inconcebible para ser creíble? Porque para Benjamin el juicio final es ese lugar donde entramos y salimos en cualquier momento terrible de nuestras vidas, no el espantajo de un futuro para gobernar en su nombre al presente.
Una plaza en Berlín. Benjamin se suicidó hace 80 años en un bello paraje de los Pirineos, Port Beau. Hay muchas versiones sobre el hecho. La más elemental es que que quiso ahorrarse la pena de vivir y morir en las mazmorras de un campo de concentración alemán. En realidad no hizo más que transmitir ese dolor a sus persecutores, una nación que adeuda una reflexión sobre el absimo en el que cayó. Nunca se sabe con la historia, y menos con las víctimas que devendrán los jueces mudos del mañana. En Berlín, en 2000 se construyó una plaza que lleva su nombre dotada con un kindergarten y juegos para niños. Como Benjamin lo hubiera querido. Al igual que Heráclito, pensaba que el tiempo de Aion recaía en los niños, de quien será el reino, lo único sagrado, el cuerpo de el-que-viene.
Para Wendy Priscilla González

Ayotzinapa: por el esclarecimiento definitivo
El pasado miércoles, el capitán en retiro José Martínez Crespo fue aprehendido e ingresado a la prisión del Campo Militar 1-A bajo cargos de delincuencia organizada, homicidio y desaparición forzada. De acuerdo con diversos testimonios, Crespo era uno de los mandos operativos del 27 Batallón de Infantería con sede en Iguala, Guerrero, cuando los efectivos de dicho cuerpo castrense se involucraron en las acciones que llevaron a la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa la noche del 26 de septiembre de 2014.
La aprehensión del capitán retirado tiene una doble relevancia de cara al esclarecimiento de lo ocurrido a los normalistas. De inicio, porque se trata del primer integrante del Ejército puesto a disposición de la justicia (militar, pero que podría pasar al ámbito civil si se le acreditan violaciones graves a los derechos humanos). En este sentido, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Servicios y Asesoría para la Paz A.C., Fundar Centro de Análisis e Investigación y el Centro Prodh, organizaciones civiles que acompañan a los familiares de los jóvenes desaparecidos, saludaron el arresto como un avance muy relevante y sostuvieron que “de dictársele formal prisión e iniciársele un proceso conforme a derecho, la acusación puede contribuir a que empiecen a rendir cuentas las autoridades estatales y federales –y no sólo municipales– implicadas en la red criminal relacionada con la desaparición de los 43 normalistas”.
De manera adicional, el ingreso a prisión de Martínez Crespo es el primer resultado concreto de la nueva etapa en las indagatorias, dada a conocer en el sexto aniversario de la llamada Noche de Iguala. Cabe recordar que el pasado 26 de septiembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció disculpas a los padres en nombre del Estado por la gran injusticia y atrocidades cometidas contra sus hijos, y afirmó que se ejecutarían órdenes de aprehensión contra los militares que estuvieran involucrados. Por su parte, el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, anunció la existencia de nuevas líneas de investigación que implican a miembros del Ejército, y achacó el empantamiento en que el caso se mantuvo durante años, el ocultamiento generalizado emprendido durante el sexenio anterior, cuyas autoridades encubrieron, mintieron, torturaron, realizaron falsas diligencias y trataron de ocultar con impunidad y con escándalos mediáticos lo sucedido durante y después de la agresión contra los normalistas.
En suma, se trata de un paso en la dirección correcta, muy importante, en la medida en que podría romper la cadena de impunidad construida por el pasado gobierno federal. Asimismo, la acusación formal contra un integrante de las Fuerzas Armadas sugiere que siempre tuvieron fundamento los señalamientos de los padres y de las organizaciones que los acompañan en torno a la participación del Ejército, la cual debió investigarse de manera adecuada desde el inicio de las indagatorias. Cabe esperar que este avance lleve a un salto cualitativo en las investigaciones conducidas por la Fiscalía y, a la brevedad posible, al esclarecimiento definitivo de este episodio lacerante de violación de los derechos humanos.