lunes, 9 de diciembre de 2019

México SA

Outsourcing = a mayor pobreza // Evasión fiscal, social y laboral
Carlos Fernández-Vega
Si bien el dictamen de la iniciativa para reformar las leyes Federal del Trabajo y del Seguro Social en materia de subcontratación ( outsourcing ilegal, que presentó Napoleón Gómez Urrutia), fue aprobado por unanimidad en las comisiones de Trabajo y Previsión Social y de Estudios Legislativos Segunda del Senado de la República, por obra y gracia del poder empresarial –y, desde luego, de la siempre complaciente connivencia de personajes como Ricardo Monreal– tal decisión, sin más, fue enviada a la congeladora legislativa, de la que, esperan, nunca salga.
La cúpula empresarial se niega a que se modifique la legislación vigente para combatir el outsourcing ilegal, so pretexto de que los cambios serían dañinos para la inversión y contrarios a la competitividad del país”, pero lo cierto es que esa práctica –que avanza como la humedad– golpea al fisco, a las finanzas del IMSS y desde luego, a los trabajadores, quienes ven mermados sus derechos laborales.
Un detallado análisis del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados ( Subcontratación laboral en el marco de la nueva legislación del trabajo, firmado por José de Jesús González Rodríguez, del que se toman los siguientes pasajes) da cuenta de la situación, no sin antes subrayar que, de acuerdo con información del Inegi,en los últimos años el outsourcing creció a un ritmo siete veces superior al de la economía.
Del total de empleados cuyo régimen laboral es la subcontratación, 46.4 por ciento no cotiza en la seguridad social. Es decir, ni ellos ni sus familias tienen acceso a esos servicios que son inherentes a los empleados, resultado de su trabajo; además, 14.5 por ciento de este tipo de empleados carece de un contrato por escrito que defina sus derechos y obligaciones respecto de su patrón, por consiguiente no están en posibilidades de agruparse colectivamente para defender sus intereses o ser sujetos de sindicalización.
La información más reciente de los Censos Económicos (2014, su actualización se conocerá en 2020) da cuenta de que la dinámica de crecimiento en el personal subcontratado tuvo un alza anual promedio de 14.3 por ciento de 2003 a 2008; de 2008 a 2013 el aumento fue de 5.5 por ciento; es decir, en términos numéricos, de 846 mil 191 trabajadores que no dependieron de la razón social para la cual laboraron. En 2008 el personal ocupado que no dependía de la razón social para la cual trabajaba representó 13.6 por ciento del total de personas ocupadas y para 2013 el porcentaje subió a 16.6 por ciento, lo que evidencia el crecimiento en esta forma de contratación de personal.
Según la misma fuente, se sabe que –con base en sus datos recientes– existe tendencia creciente de la subcontratación de personal, al reportarse un incremento de 31 por ciento entre 2008 y 2013, mientras el personal ocupado que dependía legalmente de la razón social para la cual laboraba creció sólo 3.5 por ciento.
En tanto, Para 2013 y en términos relativos, los sectores que contrataron más personal vía outsourcing, en alguna de sus variantes, fueron: minería (27.4 por ciento), comercio (18.8), manufacturas (18.3) y transportes, correos y almacenamiento (18.1). Por lo anterior se tiene que entre 2003 y 2013 prácticamente en todos los sectores (con excepción de pesca, acuicultura, electricidad, agua y gas) se incrementó la participación del personal subcontratado no dependiente de la razón social.
La demanda de empleo en un contexto de empobrecimiento de amplias franjas sociales ha sido aprovechada para contrataciones masivas de empleados vía outsourcing y así evadir las obligaciones laborales, fiscales y de seguridad social, lo que ha desvirtuado las eventuales ventajas que algunos han esgrimido para defender a la figura de la subcontratación laboral.
Las rebanadas del pastel
¿Dudas sobre el porqué de la rigurosa negativa de la cúpula empresarial?
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