▲ La Asamblea Nacional de Panamá realizó un acto solemne en memoria de las víctimas que perdieron la vida.Foto Asamblea Nacional de Panamá
De La Redacción
Periódico La Jornada Sábado 20 de diciembre de 2025, p. 18
Panamá recuerda este 20 de diciembre el 36 aniversario de la invasión militar de Estados Unidos, ordenada por el entonces presidente estadunidense George Bush padre, que dejó alrededor de 560 muertos y más de 2 mil heridos.
Esta conmemoración tiene lugar en un contexto marcado por el retorno de personal militar de Estados Unidos a Panamá, en el marco del despliegue del Pentágono en el Caribe con el pretexto del combate al tráfico de drogas, y las amenazas del presidente Donald Trump de recuperar el control del Canal de Panamá.
La intervención estadunidense en 1989, denominada Operación Causa Justa, tuvo como argumento la captura del general Manuel Antonio Noriega (fallecido en 2017), líder de la república panameña –aunque no ocupó formalmente el cargo de presidente–, señalado también de haber sido agente de la Agencia Central de Inteligencia estadunidense (CIA) durante gran parte de su carrera militar, acusado luego por Washington de narcotráfico y de permitir el tránsito de drogas a través de las estructuras estatales panameñas.
La Asamblea Nacional panameña declaró este sábado como jornada de duelo nacional, en la cual el pueblo rendirá homenaje a las víctimas del episodio más violento y devastador de la historia del país, en opinión del sociólogo panameño Olmedo Beluche, ya que también dejó decenas de desaparecidos, graves daños materiales y una profunda afectación a la economía nacional.
Intenso bombardeo
Durante la operación militar, Estados Unidos ocupó el territorio con 26 mil soldados apoyados por buques y aviones. Según el Instituto de Geociencias de la Universidad de Panamá, entre el mediodía y la medianoche del 20 de diciembre se produjeron 422 explosiones en la capital, es decir, una bomba cada dos minutos.
Contrariamente al argumento del combate al narcotráfico, el verdadero objetivo de la invasión fue imponer gobiernos subordinados a los intereses de Washington, sostuvo Beluche, entrevistado por Telesur.
La invasión terminó con la instalación, ese mismo día, del gobierno encabezado por Guillermo Endara, quien juró como presidente en la base militar estadunidense Fort Clayton, ante la presencia del general Maxwell Thurman, jefe del Comando Sur de Estados Unidos.
Asimismo, la Casa Blanca liquidó las Fuerzas de Defensa de Panamá que encabezaba Noriega bajo el emblema “Todo por la patria”. Tras la desmovilización de sus 15 mil efectivos, fue remplazada por una fuerza policial armada vigente hasta hoy.
En 2018, ante una demanda presentada por familiares de víctimas de la invasión, la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió un informe en el cual determinó que Estados Unidos violó derechos humanos de los panameños con su Operación Causa Justa en 1989.
El organismo recomendó la reparación integral de las víctimas civiles no combatientes, y exigió que se realicen investigaciones y se establezcan responsabilidades. Sin embargo, Washington se niega a proceder en consecuencia.
Rechazan denuncia de Assange por Nobel a Machado
Escalada intervencionista
Afp
Periódico La Jornada Sábado 20 de diciembre de 2025, p. 17
La policía sueca anunció ayer que no abrirá ninguna investigación tras la denuncia del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, contra la Fundación Nobel por haber concedido el Premio de la Paz a la líder opositora venezolana María Corina Machado.
Assange aseguró que la decisión de premiar a Machado vulnera el testamento de Alfred Nobel de 1895, ya que la opositora al gobierno del presidente Nicolás Maduro respalda las acciones de Donald Trump en Venezuela, cuyo despliegue militar en el Caribe, con el argumento de luchar contra el narcotráfico hacia Estados Unidos, ha causado al menos 87 muertos.
Según la denuncia, el Nobel a Machado representa un “desvío de fondos y una facilitación de crímenes de guerra conforme al derecho sueco”, pues la venezolana podría emplear el dinero que incluye el premio en apoyar la agresión contra su país.
Los depredadores
Gustavo Gordillo
Los tres Legatus Augusti pro praetore de Cesar Augustus Trompeis: Rubius Cuator, Vinicius Vanceron y Millernius Fuckus forman las verdaderas escuadras ADM (armas de destrucción masiva).
Queridas, queridos y querides lectores: quisiera enviarles un mensaje optimista de fin de año; se me ocurre un párrafo del gran Sándor Márai:
“Quizás las luces del mundo se apaguen, como esta noche se han apagado en la ciudad; quizás ocurra una catástrofe natural, mayor aún que una guerra, quizás haya madurado algo en el alma de los seres humanos, en el mundo entero, y se esté ya discutiendo y arreglando, a sangre y fuego, todo lo que hay que discutir y arreglar. Hay muchas señales que así lo indican. Es posible que así sea”.
El último encuentro. Lo recordé leyendo el escrito de Giuliano da Empoli –autor de Los ingenieros del caos y la gran novela de no ficción sobre el ascenso de Putin al poder, El mago del Kremlin–, quien se refiere a que en la introducción implícitamente está contenida esta cita.
Moctezuma y Cortés. En esta introducción de su texto La hora de los depredadores (2025), Da Empoli recurre a Moctezuma y su reacción frente a la llegada de los españoles. Decide no decidir, aunque en realidad sí decide, pero mal. Les envía regalos a Hernán Cortés y su pequeño ejército, pero les prohíbe seguir avanzando. Esa es según el autor, la actitud de los líderes políticos de las democracias occidentales hacia el Truhan. Por eso están perdiendo.
El mundo confiscado. Señalaba en una entrega reciente, que Arnaud Orain excelente historiador económico, plantea que el momento actual puede caracterizarse como expansionismo extractivista: “vasta empresa naval territorial que monopoliza activos: tierras, minas, zonas marítimas, pueblos dominados o esclavizados, depósitos y almacenes, cables submarinos y repositorios de datos, conducida por estados nación y consorcios privados con el propósito de generar ingresos rentistas por fuera de la competencia comercial”.
La invasión caribeña. La armada trumpiana aparenta enfrentarse a Maduro y su grupo. En realidad se trata de un mensaje directo y armado en los mares –repito en los mares– contra China, que se ha consolidado como la gran fuerza armada marítima. Venezuela –y también Cuba– podrían volverse para escándalo del mundo civilizado las nuevas Españas, donde las grandes potencias ensayaron sus tácticas y armas en lo que después sería una de las guerras más sangrientas del mundo. Ojalá que no, pero al menos un Legatus anda desde siempre con el dedo en el gatillo.
Perder, perder. Un profesor conservador de la Universidad de Chicago, John Mearsheimer en su artículo “War and International politics” (de acceso libre) sugiere que Trump está impulsando con la guerra económica, diplomática y hasta el momento retórica, no un ejercicio suma cero –alguien gana lo que otro pierde–, sino suma negativa: todos pierden. Lo que esperan los trumpistas es que China pierda más que Estados Unidos. Su propósito es retardar el ascenso chino. ¿Lo están logrando? Quizás, pero no por mucho tiempo. En cambio el costo para Estados Unidos y para Trump empieza a escalar enormemente. La referencia es de Branko Milanovic.
Tres libros a leer. Jean Charbonnier propone desde el centro estratégico Le Grand Continent –impulsado también por Da Empoli– tres textos a leer. Apenas los enlisto para platicarlos el año próximo: Abundance, de Ezkra Klein y Derek Thompson; The Technological Republic, de Alexander C. Karp, cofundador con Peter Thiel del consorcio de supervigilancia Palantir; y Breakneck, de Dan Wang, que presenta un drástico contraste entre el Estados Unidos de los abogados y la China de los ingenieros.
En medio de tanta oscuridad algún rayo luminoso, como imaginaba Bob Dylan. Con todas las restricciones, errores y tic autoritarios, lo mejor que podemos tener en estos momento en México es una presidenta como la doctora Claudia Sheinbaum.
