lunes, 24 de noviembre de 2025

Elliott Abrams presiona a Trump.

En las últimas dos semanas, Donald Trump ha mencionado de manera reiterada la posibilidad de sostener “conversaciones” con el gobierno de Nicolás Maduro. Foto Afp Foto autor
Carlos Fazio
24 de noviembre de 2025 00:05
En las últimas dos semanas, Donald Trump ha mencionado de manera reiterada la posibilidad de sostener “conversaciones” con el gobierno de Nicolás Maduro. Ese giro discursivo táctico contrasta de manera abierta con la orden dada a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para incrementar las operaciones clandestinas, la guerra sicológica y la infiltración de mercenarios en el territorio venezolano; la coerción económica; los sabotajes contra infraestructura crítica; el despliegue militar naval en el mar Caribe en una zona situada a entre 80 y 160 kilómetros de las costas venezolanas y los simulacros de operaciones de desembarco en las playas de Puerto Rico y Trinidad y Tobago, a lo que se sumó la advertencia de la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos a las líneas aéreas civiles, que podrían enfrentar una “situación potencialmente peligrosa” cuando sobrevuelen el espacio aéreo del país sudamericano, “debido al empeoramiento de la situación de seguridad y al aumento de la actividad militar”. Sin precisar qué tipo de amenazas podían enfrentar, el comunicado de la FAA indica que éstas “podrían suponer un riesgo potencial para aeronaves en todas las altitudes”, incluso para aquellas que permanezcan en tierra.
En el marco de esa escalada de máxima coacción política, militar y sicológica, la aparente apertura y el cambio de tono de Trump −quien no es ni aislacionista ni pacifista y además ha sucumbido ante el Estado profundo− responde en gran parte a la capacidad de contención del gobierno venezolano, que hasta el presente ha sabido frustrar desde atentados terroristas hasta operaciones de bandera falsa, incluida la tensión coercitiva incrementada con el cerco geopolítico de sus activos navales con tropas de despliegue rápido, del que han hecho eco, a diario, la prensa hegemónica estadunidense y sus amanuenses urbi et orbi como parte de la misma estrategia de cambio de régimen.
Dado que el objetivo de derrocar a Maduro por medio de un quiebre institucional −en particular al interior de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana− no se ha cumplido, Trump necesita recalibrar su estrategia belicista, ante el estancamiento, además, de las acciones emprendidas desde hace meses y su desgaste. La presión no funcionó y recurre ahora al lenguaje del “diálogo” como una maniobra para reposicionarse, un giro que también refleja contradicciones dentro de su movimiento y del propio aparato de poder estadunidense. En especial, la pugna entre las facciones que lo apoyan y compiten entre sí con agendas divergentes: el bloque MAGA, ahora dividido por decisiones y gestos que muchos consideran una desviación de esa promesa fundacional: “Hacer a América grande otra vez”; los halcones neoliberales, centrados en la imposición económica con eje en el petróleo, y los neoconservadores guerreristas, que apuestan por la confrontación directa. A lo que se suma el avance del multilateralismo con China y Rusia como actores centrales, que actúan como un contrapeso político, diplomático y militar que limita la capacidad de Estados Unidos de imponer su plan.
Según el superhalcón Elliott Abrams, quien se desempeñó como representante especial para Venezuela durante la primera administración Trump, el actual inquilino de la Casa Blanca carece de “claridad” acerca de qué hacer en Venezuela, pero debe “eliminar” sus “dudas” y “ambigüedades”, y atacar militarmente dentro de su territorio al régimen del “dictador” Maduro.
Ex subsecretario de Estado para América Latina de la administración Reagan y prominente miembro del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, Nueva York, 1921, principal think tank del “poder profundo”), en un artículo en la revista Foreign Affairs (20/11/25), vocera de la institución, Abrams, uno de los arquitectos del plan de Trump para la repartición de Gaza, afirma que los asesores del mandatario deberían convencerlo de que “ya pasó el punto de no retorno: el juego está en marcha, y o gana él o gana Maduro”.
Denominado “Cómo derribar a Maduro: por qué el cambio de régimen es el único camino hacia adelante en Venezuela”, en su artículo Abrams reconoce que “no sería prudente ni necesario desplegar fuerzas terrestres en Venezuela”, pero afirma que crear las condiciones para la caída de Maduro “requerirá atacar algo más que lanchas narcotraficantes en aguas internacionales”. Por lo que propone que Washington amplíe su “lista de objetivos”, y para proteger los aviones de Estados Unidos que puedan atacar blancos en Venezuela, se deberían “destruir los sistemas de defensa aérea de Venezuela, los aviones F-16 en la Base Aérea de Palo Negro y los jets Sukhoi en la base aérea ubicada en La Orchila, una isla a unos 160 kilómetros de la costa”. También deberían atacar “las bases en el occidente venezolano usadas por el Ejército de Liberación Nacional (ELN), un grupo terrorista colombiano aliado con Maduro y también dedicado al tráfico de drogas”.
Dirigido a explotar el “narcisismo maligno” de Trump, Abrams sostiene que el “peligro” para él y su administración radica en que “después de muchos golpes de pecho” y una demostración de fuerza naval, terminen dejando a Maduro en el poder, lo que demostraría que la influencia de Estados Unidos en el subcontinente es “limitada”, y en desmedro de la seguridad nacional del imperio, beneficiaría al régimen venezolano y a países hostiles como China, Rusia, Cuba e Irán. Sin embargo, en términos de teoría de juegos y cálculos de costo-beneficio, el plan de Abrams implica algunos riesgos mayores y Trump lo sabe: Venezuela podría pasar a una fase de resistencia prolongada con tácticas de guerrilla y acciones de sabotaje, y algunos infantes de marina regresarían a Estados Unidos en bolsas de plástico.

Israel confisca tierras en Cisjordania y suma 500 violaciones a tregua
Desde el alto el fuego, 342 palestinos asesinados
Denuncian que se pavimentará una carretera que comunica los asentamientos de colonos
▲ Residentes del campo de refugiados de Nur Shams, cerca de Tulkarem, en Cisjordania reocupada, protestaron junto con activistas extranjeros para exigir el derecho de regresar a sus hogares.Foto Afp
Prensa Latina y Europa Press
Periódico La Jornada   Lunes 24 de noviembre de 2025, p. 30
Ramallah. Israel confiscó más de 104 hectáreas de tierra palestina en el norte de Cisjordania reocupada, al tiempo que las autoridades de la franja de Gaza denunciaron que Tel Aviv violó la tregua casi 500 veces desde que comenzó el alto el fuego, el 10 de octubre, con saldo de al menos 342 palestinos asesinados y 875 heridos.
El jefe de la comisión de resistencia al muro y a los asentamientos, Mu’ayyad Shaaban, denunció ayer que autoridades de Tel Aviv emitieron nueve órdenes de confiscación en el valle del Jordán y con fines militares en zonas de las localidades de Tammun, Tayasir y Talouza con la finalidad de pavimentar una carretera utilizada por los colonos israelíes. La superficie incautada equivale a más de 100 campos de futbol profesionales.
Shaaban destacó que aunque se emitieron por separado las órdenes, “la combinación de sus límites y su proyección en el mapa muestra que todas constituyen un proyecto para construir una carretera de 22 kilómetros”.
Esta obra, advirtió, privará a los palestinos del acceso a los pastos en las llanuras orientales y permitirá a Israel reforzar su control sobre la zona; de igual manera, subrayó que “el robo es cometido bajo diversos argumentos, incluida la declaración de reservas naturales, de tierras estatales o para uso militar”.
Llegan más colonos
Según la Oficina Central Palestina de Estadísticas, Israel se apropió en 2024 unas 4 mil 600 hectáreas de tierra en Cisjordania reocupada como parte de su política expansionista; además, reportó que el número de colonos superó 770 mil en Cisjordania, de los cuales 336 mil viven en la zona ocupada de Jerusalén Este.
El gobierno del enclave palestino condenó “en los términos más enérgicos las continuas, graves y sistemáticas violaciones del acuerdo de alto el fuego por parte de las autoridades de ocupación israelíes”.
Agregaron que “estas violaciones constituyen una flagrante violación del derecho internacional humanitario y del protocolo humanitario adjunto al acuerdo. De éstas, 27 ocurrieron el sábado, con un saldo de 24 mártires y 87 heridos”. Asimismo, reportaron que desde el comienzo del alto el fuego también fueron arrestados 35 ciudadanos en el enclave costero.
La oficina de prensa del gobierno expuso en un comunicado que, desde octubre, se registraron al menos 497 violaciones entre las que se encuentran numerosas víctimas mortales, siendo la mayoría niños, mujeres y ancianos. “Responsabilizamos a Israel por las repercusiones de sus actos y estas violaciones”, subrayó.
Las autoridades de Gaza precisaron que las fuerzas israelíes ejecutaron durante ese tiempo 142 ataques contra ciudadanos, viviendas y tiendas de campaña de desplazados, 228 bombardeos terrestres y aéreos, 21 incursiones y más de un centenar de acciones de demolición de estructuras. El pasado 20 de noviembre contaron unas 400 las “violaciones documentadas” que dejaron 280 personas abatidas y 672 heridas.
En total, los ataques israelíes durante la guerra de Israel contra Gaza saldó en 69 mil 756 muertos y 170 mil 946 heridos desde el 7 de octubre de 2023, indicó el ministerio de Salud gazatí.

México defenderá su independencia siempre, subraya la mandataria
El mundo ve al país con esperanza, dice en el día de la armada
Llama en Veracruz a estar alertas para luchar por la justicia y combatir injerencias externas
▲ “Hoy nos preparamos de forma permanente para la defensa de nuestra soberanía y fronteras marítimas”, dijo ayer el titular de la Marina, Raymundo Morales, a la presidenta Claudia Sheinbaum.Foto Jorge Pablo García
César Arellano García   Enviado
Periódico La Jornada  Lunes 24 de noviembre de 2025, p. 3
San Juan de Ulúa, Ver., Por siempre, el pueblo debe estar alerta para defender la justicia y combatir cualquier intento de injerencia externa apoyada por los conservadores, señaló la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, al encabezar la ceremonia del Día de la Armada de México.
“Hoy como ayer, los mexicanos estamos llamados a defender la independencia de México, la justicia, la verdadera democracia y la libertad”, subrayó, y ratificó que no triunfa quien convoca a la violencia como instrumento de presión o quien cree que unas cuantas personas callan la alegría de un pueblo.
“No triunfa el uso de la fuerza para acabar con la razón; tampoco, quien defiende los viejos privilegios frente a la transformación ni quien busca apoyo extranjero cuando no tiene respaldo interno.”
Ante los secretarios de Marina, Raymundo Morales; de la Defensa, Ricardo Trevilla, y de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, así como de la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, la mandataria dijo que las naciones del mundo miran a México con esperanza y admiración, “porque aquí la patria se defiende con amor, y cuando el amor por el pueblo, el amor por la patria y la razón se unen, el odio y el llamado al injerencismo se debilitan”.
Indicó que en un “día histórico como hoy, también se conmemora el 200 aniversario de la consolidación de la Independencia de México en el mar.
“Deben emocionarnos y motivarnos las hazañas de nuestras fuerzas armadas, que todos los días construyen paz y justicia con patriotismo junto a su pueblo. Las vemos en la inauguración de un tren que une territorios, en la mano extendida vulnerable frente a la inundación, en los helicópteros que llevan alimentos y esperanza, en la estrategia de seguridad que busca la paz para todos.
“Frente a la codicia, nos guía la generosidad de un pueblo que de la mano ayuda siempre al vulnerable. Nos dan ejemplo los marinos que tienden la mano y apoyan con humanismo a quien ha sufrido tras perder su casa por la subida del río. Nos dan ejemplo los soldados que dan su fuerza en medio del lodo para ayudar al desvalido.
“Todos los mexicanos somos herederos de aquella gesta de 1825, hace 200 años, y debemos seguir con la misión de proteger nuestra tierra y nuestras costas, garantizar la soberanía y servir a México con lealtad, valentía y honor, con paz, libertad, responsabilidad y justicia, con amor y entrega. A 200 años de la consolidación de nuestra independencia en el mar, celebramos y convocamos a la constante defensa de nuestra independencia, soberanía y lucha por la justicia, la verdadera democracia y la libertad.”
El titular de la Marina afirmó que la Presidenta es la comandanta suprema de una armada bicentenaria, “la primera mujer en 200 años al frente de una institución que, al igual que usted, da todo por la patria, por cada mexicano. Su estratégica visión hacia el mar nos alienta a seguir navegando por el rumbo correcto y renovar en cada alba nuestro más legítimo deseo de servir a los más altos ideales de la patria”.
Asimismo, refrendó el compromiso y encargo “inquebrantable” de proteger y defender la soberanía nacional, así como los intereses marítimos.
“Hoy nos preparamos permanentemente para la defensa de nuestra soberanía y fronteras marítimas. Contribuimos para consolidarnos como una potencia marítima emergente mediante el ejercicio de los derechos y obligaciones que nos representa ser un Estado ribereño, de madera y rector del puerto, lo cual hace valer el estado de derecho y la legalidad en todas las actividades llevadas a cabo en los mares y costas nacionales.
“Siempre estamos prestos para ganar el barlovento, ya que quien lo gana, gana la batalla, porque somos la Armada de los mexicanos. Una Armada que nació de los anhelos de una patria libre y soberana. Una Armada que nació de las entrañas de nuestro pueblo, una Armada bicentenaria, símbolo vivo de la lealtad, de la fuerza y del amor a México.”
Manifestó que el majestuoso embajador y caballero de los mares (Buque Escuela Cuauhtémoc) es parte de esta histórica celebración, al engalanar el puerto de Veracruz con su presencia, lo hacemos después de zarpar de Nueva York el pasado 4 de octubre”.
Recordó que durante su travesía, el mar, el viento y las maniobras de su tripulación lo han traído de vuelta al país. “También es justo decirlo: las muestras de solidaridad y el enorme cariño del pueblo mexicano y de la comunidad marítima internacional lo han dotado de una fuerza extraordinaria para estar hoy con nosotros”.
Expresó lo anterior luego del accidente ocurrido el pasado 17 mayo, cuando los mástiles de la nave impactaron en el puente de Brooklyn, Nueva York, que dejó un saldo de dos marinos fallecidos y 19 heridos.
Destacó que la Armada de México tiene la responsabilidad de continuar con el legado bicentenario que los respalda como institución.

No al injerencismo ni a los injerencistas
En una ceremonia con motivo del Día de la Armada de México realizada ayer en San Juan de Ulúa, Veracruz, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo llamó a defender la independencia, la soberanía, la justicia, la democracia y la libertad, y criticó a quienes, carentes de apoyo interno, buscan respaldos del extranjero y, movidos por el odio, formulan llamados al injerencismo.
El señalamiento fue expresado en una fecha y un lugar cargados de significado. Por una parte, son tristemente famosas las crueles condiciones en las que la fortaleza de San Juan de Ulúa fue utilizada como cárcel contra perseguidos políticos, especialmente en el periodo virreinal y durante la dictadura de Porfirio Díaz. Por la otra, la historia de ese baluarte está marcada por múltiples agresiones extranjeras: durante la Colonia padeció numerosos ataques de piratas y corsarios ingleses; el 23 de noviembre de 1825 capitularon en ese sitio las últimas fuerzas militares que la corona española –que se negaba a reconocer la independencia de México y no cejaba en sus intentos de reconquista– mantenía en el territorio nacional; luego llegaron los invasores franceses en 1838, los estadunidenses en 1847 y las fuerzas combinadas de España, Inglaterra y Francia, al inicio de la intervención francesa, en 1861; en 1914 San Juan de Ulúa sufrió una nueva incursión militar de Estados Unidos.
No debe omitirse que en varios de esos episodios los invasores contaron con el respaldo de traidores mexicanos. Los casos más conocidos son los de la llamada Mexican Spy Company, que operó contra el país en la guerra en la que Estados Unidos se robó la mitad de nuestro territorio, y los conservadores que entregaron la nación a la ocupación francesa dos décadas más tarde.
Es imposible desconocer esos antecedentes en una circunstancia externa en la que diversos políticos y funcionarios de Estados Unidos juegan con la amenaza de lanzar incursiones armadas en contra de nuestro país y cuando el gobierno de Donald Trump realiza agresivos ejercicios militares en torno a Venezuela y lleva a cabo proyecciones de poder bélico tan delirantes y criminales como los ataques a lanchas que, según él, transportan estupefacientes, tanto en el Pacífico como en el Caribe.
Y justamente en esa circunstancia, en el país surgen voces que llaman a una intervención foránea. Opositores, un empresario deudor del fisco y los organizadores de las dudosas movilizaciones realizadas en días recientes en la capital mexicana claman por una fuerza extranjera que les entregue el poder político que no han sido capaces de ganar por la vía democrática de las urnas. Es una intención grotesca y fútil, por cuanto carecen de respaldo social fuera de las redes sociales y de los medios de su propiedad. Pero es claro que son los destinatarios del contundente mensaje presidencial de ayer, y cabe esperar que las palabras pronunciadas por la mandataria en San Juan de Ulúa les haga ver lo equívoco y repudiable de su pretensión.