jueves, 25 de abril de 2024

Firma Biden la ayuda militar a Kiev y Tel Aviv.

Reuters y Afp   Periódico La Jornada
Jueves 25 de abril de 2024, p. 25
Washington. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó ayer un proyecto de ley que proporciona miles de millones de dólares de nueva ayuda a Ucrania para su guerra con Rusia, anotándose una inusual victoria bipartidista que puso fin a meses de disputas con los republicanos en el Congreso.
Esta ley ofrece un apoyo vital a los socios de Estados Unidos para que puedan defenderse de las amenazas a su soberanía, declaró el mandatario.
El proyecto destina 61 mil millones de dólares a Ucrania, 26 mil millones a Israel, así como mil millones en ayuda humanitaria a Gaza y 8 mil millones para contrarrestar el poderío militar de China.
El paquete inicial incluye vehículos, municiones para varios sistemas de defensa y otras armas que pueden ponerse en uso de inmediato en el campo de batalla.
El Departamento de Estado informó que envió misiles de largo alcance Atacms a Ucrania este mes, incluso antes de que el Congreso aprobara el nuevo paquete de ayuda a Kiev.
El presidente ucranino, Volodymir Zelensky comentó: digan lo que digan, estamos recibiendo el apoyo necesario para seguir protegiendo vidas de los ataques rusos.
El Kremlin restó importancia a la noticia. Estas armas no cambiarán la dinámica en el frente, sostuvo el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.

Detienen a viceministro ruso de Defensa por recibir soborno
Según el código penal enfrenta hasta 15 años de prisión
Es el hombre más cercano a Shoigu, titular de la cartera // El acusado manejaba presupuestos millonarios del ejército // Hay 3 implicados más
▲ En imagen distribuida por la agencia estatal rusa Sputnik, el presidente Vladimir Putin (al centro), el ministro de Defensa, Serguei Shoigu (a la derecha), y el viceministro de Defensa, Timur Ivanov (a la izquierda), en el parque militar Patriot, en Kubinka, el 19 de septiembre de 2018. Las fuerzas del orden rusas detuvieron a Ivanov bajo sospecha de aceptar sobornos.Foto Alexey Nikolskiy/Afp
Juan Pablo Duch   Corresponsal
Periódico La Jornada  Jueves 25 de abril de 2024, p. 25
Moscú. Timur Ivanov, uno de los 12 viceministros de Defensa de Rusia, pero tal vez el más cercano al titular de la cartera, Serguei Shoigu, no pudo evitar la prisión preventiva que le dictó ayer una corte de Moscú al menos para los siguientes dos meses.
Detenido la noche del martes por el Servicio Federal de Seguridad (FSB, siglas en ruso del organismo sucesor del KGB soviético), el Comité de Instrucción de Rusia imputa a Ivanov el delito de recibir un soborno de gran cuantía (no menos de un millón de rublos, equivalentes a 10 mil euros), que el Código Penal castiga hasta con 15 años de prisión.
Junto con él, están detenidas tres personas más, entre ellos su socio, Serguei Borodin, propietario de 18 compañías de construcción que se beneficiaba de los contratos con el ministerio de Defensa.
La caída en desgracia de Ivanov, coinciden analistas políticos, parece tener implicaciones más delicadas que la de por sí bochornosa detención de un presunto corrupto más de un ejército volcado en la operación militar especial que dura ya dos años y dos meses en Ucrania.
Lo sorprendente –en opinión de un amplio espectro de observadores, desde Tatiana Stanovaya, crítica del Kremlin, hasta Serguei Markov, politólogo oficialista– no es el arresto de Ivanov, sino que se haya producido precisamente ahora, apenas unas horas después de aparecer en las pantallas de los televisores en una reunión de la plana mayor del ejército sobre la situación en el frente, presidida por quien se considera su gran protector, el ministro Shoigu.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, no quiso comentar el caso de Ivanov, remitiendo a los periodistas a la información oficial que proporcionan las dependencias a cargo de la investigación. Tampoco precisó si Putin y Shoigu hablaron de Ivanov, aunque reconoció que mantienen contacto cotidiano.
Abbas Galiamov, quien trabajó muchos años en la Oficina de la Presidencia rusa escribiendo discursos para el titular del Kremlin, Vladimir Putin, considera que la defenestración de Ivanov en este momento –en las semanas que se está discutiendo la renovada composición del gobierno que debe anunciar el mandatario después de que, el 8 de mayo siguiente, tome posesión para un quinto mandato– reduce las posibilidades de que Shoigu se mantenga en el cargo.
Pero es una decisión que debe tomar sólo Putin, y otros seguidores del quehacer político ruso no excluyen que Shoigu logre convencer a su jefe y amigo de que no estaba al tanto de los excesos de su subordinado –aunque la esposa de éste, Svetlana Maniovich, se encargó de exhibir en redes sociales la vida de lujo que la familia del ahora detenido se podía permitir en París, en la Costa Azul francesa y otros sitios de privilegio–, convirtiendo a Ivanov en simple chivo expiatorio.
Pero es poco creíble que el ministro de Defensa no estuviera al tanto, argumentan, ya que todos sabían que Ivanov no era un viceministro más, sino una de las personas de la mayor confianza de Shoigu desde los tiempos en que éste fue gobernador de la región de Moscú y aquél se hizo cargo del sector de la energía con rango de viceprimer ministro de esa entidad federal.
Desde entonces, a partir de fines de 2012, cuando Shoigu asumió la cartera de Defensa, Ivanov estuvo cerca de él y en la jerarquía castrense, con rango de viceministro; en los ocho años recientes se ocupaba de un área que manejaba presupuestos millonarios, la de todo tipo de obras para necesidades del ejército, construidas por las tropas o por contratistas (las empresas de su socio Borodin). Se trata en primer lugar de las fortificaciones en el frente de Ucrania, así como de costosos proyectos que dieron lustre a la imagen de Shoigu, como la catedral ortodoxa dedicada al ejército ruso o el Parque Patriot (Patriota). Se comenta que Ivanov también estaba repartiendo los contratos para la construcción de edificios en Mariupol, puerto de la región de Donietsk anexionada por Rusia.
El FSB, de acuerdo con TASS, agencia noticiosa oficial, llevaba años investigando a Ivanov y, según las fuentes anónimas de la seguridad del Estado que cita el portal ruso Vashniye Istorii (Historias importantes), quiso detenerlo en 2017, cuando documentó muchas irregularidades de 2013 a 2016, siendo director general de la empresa Oboronstroy (Construcciones para la Defensa), pero Shoigu intercedió por él y lo ascendió a viceministro.
De modo extraoficial circula la versión de que, si Putin por fin dio luz verde para detener a Ivanov, ello se debe a que Nikolai Patrushev, secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, y Alek-sandr Bortnikov, director del FSB, pudieron presentarle evidencias de que Ivanov cometió alta traición.
De ser cierto, hasta ahora nadie conoce los detalles de una acusación tan grave, más allá de que, a pesar de la prohibición de Putin, Ivanov tiene propiedades en países hostiles a Rusia, es decir, miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, donde vive su familia y derrochan la fortuna obtenida por un simple –ahora ex– viceministro de Defensa.

Pugna Rusia-EU por la carrera armamentista en el espacio
Reuters  Periódico La Jornada
Jueves 25 de abril de 2024, p. 25
Nueva York. Rusia vetó ayer una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU redactada por Estados Unidos en la cual se solicitaba a los países que impidieran una carrera armamentística en el espacio exterior, medida que llevó a Washington a preguntar si Moscú escondía algo.
La Casa Blanca acusó al Kremlin de desarrollar un arma nuclear antisatélite para colocarla en el espacio, lo que Rusia negó.
El proyecto de resolución recibió 13 votos a favor, China se abstuvo y Rusia lo vetó.
El Tratado sobre el Espacio Exterior de 1967 prohíbe a sus miembros –entre ellos Rusia y Estados Unidos– colocar en la órbita de la Tierra objetos portadores de armas de destrucción masiva.