Por la importancia de FTX en este mercado, su caída arrastró al valor de estos activos digitales: el mejor cotizado y más conocido de ellos, bitcóin, tuvo descalabros que lo llevaron a un piso de 16 mil 674 mil dólares, no visto desde hace dos años, y borró las expectativas de que en el corto plazo logre recuperarse del deterioro sufrido a lo largo de todo 2022. Como señaló el presidente ejecutivo de Binance (principal trader cripto y hasta hace una semana mayor rival de Bankman-Fried), Changpeng Zhao, que FTX caiga no es bueno para nadie en la industria, y no debe verse como una victoria para nosotros, pues la confianza de los usuarios se ve severamente sacudida.
Más allá de sacar a la luz malas prácticas en un sector supuestamente basado en la confianza que brinda la tecnología detrás de las criptomonedas (la blockchain o cadena de bloques), la suerte de FTX es un recordatorio de la cautela que inversores individuales e institucionales deben tener al depositar sus recursos en activos altamente volátiles y cuyo funcionamiento aún no es bien entendido por todos los participantes. Quizás el ejemplo más conocido de los riesgos a los que se hallan expuestas las inversiones en estas divisas sea el de El Salvador, país que ha perdido más de 60 por ciento del valor de sus reservas que empleó en la compra de bitcóin. Pero hay indicios de que el problema podría afectar a millones de personas en todo el mundo a medida que crece la aceptación de estos activos, en particular entre los más jóvenes: una encuesta encontró que 43 por ciento de las personas nacidas entre finales del siglo pasado y la primera década de éste ya tiene inversiones en criptomonedas, y que 46 por ciento las ven como parte de su plan de pensiones.
Si bien el volumen de capital invertido en criptomonedas aún no es tan grande como para causar un efecto global semejante al de las quiebras de grandes bancos, sí representa un factor adicional de inestabilidad e incertidumbre en momentos en que la inflación golpea con fuerza y se avivan los temores de que las restricciones monetarias desplegadas para contenerla desaten una recesión en los próximos meses. Tampoco pueden despreciarse los impactos directos de un desplome del sector cripto en otros ámbitos: por ejemplo, en menos de dos años, las plataformas de criptomonedas han gastado más de 3 mil millones de dólares en patrocinios deportivos (tanto a equipos como a jugadores), muchos de los cuales podrían ahora quedar en el aire.
El principal problema con la masificación de estos instrumentos es que se les ha tratado como si fueran acciones bursátiles o reservas de valor, cuando no lo son ni están diseñadas para serlo. Por ello, es urgente que las autoridades trabajen tanto en el diseño de regulaciones efectivas como en campañas de difusión para informar a los ciudadanos acerca de las características, el potencial y los riesgos de las criptomonedas, al tiempo que sus usuarios deben extremar precauciones al poner sus ahorros en activos que pueden arrojar grandes ganancias, pero también pérdidas catastróficas.
México SA
Larrea también hace coraje // Su fortuna aumenta 3 mil % // Concesiones y mucho más
Carlos Fernández-Vega
No sólo el presidente López Obrador hizo un coraje de buen tamaño al enterarse de que, ya en su gobierno, Grupo México, encabezado por el tóxico –en el más amplio sentido del término– Germán Larrea obtuvo otra concesión de agua para su empresa Buenavista del Cobre (antes Compañía Minera de Cananea, paraestatal privatizada a su favor por Carlos Salinas de Gortari), sino que al parecer el propio barón marca Forbes hizo lo propio al verse desnudado públicamente, por lo que pretendió zafarse de la denuncia del mandatario e intentó justificar la contratación –una más– de un ex funcionario de Conagua involucrado en los manejos de esa riqueza de la nación.
De acuerdo con un comunicado que el corporativo circuló, la última concesión en favor de la mina Buenavista del Cobre que hoy está vigente data del año 2013. No se han recibido nuevas concesiones de agua durante la actual administración. En 2018, Conagua otorgó un derecho de explotación para la extracción de agua en la zona de Agua Prieta, Sonora, pero la empresa renunció a ello en febrero del 2021, por resultar innecesario.
Por lo que toca al ex funcionario de Conagua (Víctor Hugo Alcocer Yamanaka, quien ocupó la subdirección general técnica de esa institución y aparece vinculado con Jorge Eugenio Barrios Ordóñez, a la sazón subdirector general de administración del agua), Grupo México asegura que el motivo de su contratación fue su experiencia acreditada como técnico especializado en temas hídricos, cuando se habían cumplido los términos y plazos establecidos por la ley, aunque no precisa la fecha.
Como se recordó ayer en este espacio, en septiembre de 2020 el presidente López Obrador anunció que en la Conagua “habrá una limpia, porque está tomada por el Partido Acción Nacional … Los cambios se aplicarán a nivel federal y luego en distintas entidades, como Sonora, y en la región de La Laguna”. Y procedió en tal sentido: entre los renunciados aparece el ahora ejecutivo de Grupo México, Víctor Hugo Alcocer Yamanaka.
Sin embargo, tras el coraje de buen tamaño la Comisión Nacional del Agua (Conagua) detalló que con relación a la prórroga de la concesión a la empresa Buenavista del Cobre, de Grupo México, el servidor público que se encontraba como responsable de la subdirección general técnica era Víctor Hugo Alcocer Yamanaka, quien se sabe actualmente trabaja en Grupo México. El área responsable de autorizar la prórroga fue la subdirección general de administración del agua, a cargo entonces de Jorge Eugenio Barrios Ordóñez.
Bien, pero resulta increíble la aclaración de Grupo México, pues la fortuna de su dueño ha crecido como la espuma (sólo en el presente siglo se ha incrementado 3 mil por ciento, en una economía, la nacional, que en el mismo periodo a duras penas avanzó 2 por ciento como promedio anual) y no precisamente por el agua, sino gracias a todo tipo deconcesiones del régimen neoliberal, privatizaciones a su favor, crecientes contratos de obra pública, devolución de impuestos eimpunidad garantizada. Entonces, una concesión más para su depredadora mina Buenavista del Cobre parece un mero detalle –coima garantizada– de quien, en su momento, despachó como funcionario en Conagua y ahora, puerta giratoria de por medio, lo hace en el corporativo privado.
Para dar una idea de qué se trata, de acuerdo con su propia información y más allá de las 800 concesiones mineras que posee, Grupo México tiene concesiones en petróleo y gas (Controladora de Infraestructura Petrolera México); energía (Controladora de Infraestructura Energética México); electricidad (planta de ciclo combinado La Caridad; parque eólico El Retiro, en Juchitán, Oaxaca, y parque eólico Fenicias, Nuevo León); combustibles (Controladora de Combustibles, con terminales de trasvase y almacenamiento en Cadereyta y Monterrey, Nuevo León; Guadalajara, Jalisco, y Aguascalientes, Aguascalientes); autopistas (carretera Salamanca-León, Concesionaria de Infraestructura del Bajío, y libramiento Silao, Concesionaria Autopista Silao); ferrocarriles (por cortesía de Ernesto Zedillo) y multimillonarios contratos de obra pública. Por cierto, en este sexenio (mayo de 2021) el gobierno le adjudicó el Tramo 5 Sur del Tren Maya, contrato que el presidente López Obrador dio por terminado en julio del presente año.
Las rebanadas del pastel
Eso y muchísimo más, sin olvidar el regadero de tóxicos en la República y el incumplimiento de reparar el daño ecológico y a las comunidades por el derrame en los ríos Bacanuchi y Sonora, en 2014. Pero hace coraje por una concesión de agua.
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