lunes, 31 de octubre de 2022

Lula, el Cristo resucitado.

Martin Granovsky / Página /12
▲ Simpatizantes de Luiz Inácio Lula da Silva, candidato del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), celebran ayer mientras observan el conteo de votos de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en la avenida Paulista, en Sao Paulo, Brasil.Foto Afp
Si la historia es nuestra y la hacen los pueblos, como dijo Salvador Allende en su último discurso antes de matarse, Brasil acaba de explicar qué sucede cuando los pueblos sintonizan con un líder tan propio como Lula: vuelven.
Una parte del pueblo (no toda, por cierto, porque Jair Bolsonaro consiguió una gigantesca base de apoyo electoral) regresó sobre sus propios pasos. Recuperó el pasado. Dejó de satanizar a quien, como Lula, lideró uno de los procesos más veloces y masivos de salida de la pobreza en la historia mundial.
Fueron 36 millones las personas que desde 2003, cuando el Partido de los Trabajadores (PT) inició su primer gobierno, empezaron a comer tres veces por día, o tuvieron trabajo, o llegaron por primera vez a la electricidad y a los electrodomésticos, y hasta compraron su casita o se fueron de vacaciones. Y si una franja significativa endiosó al pendenciero que con gran eficacia les inventó chivos expiatorios para canalizar su odio por la crisis económica y social –chivos expiatorios como Lula, el PT, los beneficiarios del plan Bolsa Familia–, fue mayor la proporción que consagró su derrota.
Después de un largo proceso de persecución judicial y política, con 500 días preso, Lula parece un Cristo resucitado. Bolsonaro sale de estas elecciones presidenciales con una base popular y parlamentaria muy importante, pero perdió. Y Lula tendrá la presidencia del Estado federal, que representa poder y proyección internacional. Pero además es Lula, con esa energía imbatible del que nunca se dejó caer.
¿De dónde sacó esa tremenda voluntad este hombre que cumplió 77 años el último 27 de octubre? ¿De doña Lindu, su madre, que hace 70 años los cargó a él y a sus hermanos en marcha a Sao Paulo para escapar del hambre que sería su único futuro en el sertao de Pernambuco?
La infancia y la huida, en una oleada de miles y miles de migrantes internos de comienzos de los años 50, está retratada en un libro impagable, Lula, el hijo de Brasil, de Denise Paraná. Hay una peli, pero el libro es mejor.
¿O la voluntad se forjó en Sao Bernardo do Campo? Cuando se habla de Lula siempre conviene retener este nombre. Allí, en las afueras de Sao Paulo, vivió y vive. Allí está el Sindicato de los Metalúrgicos del que llegó a ser presidente. Allí, a finales de los 70, mantenía reuniones cada vez más frecuentes con otros compañeros del gremio, con intelectuales de izquierda y con curas y laicos de la Teología de la Liberación, hasta que se dieron cuenta de que sin un partido nuevo ni derrotarían a la dictadura ni reformarían Brasil.
Y allí nació la idea del PT, que se concretaría en 1980 en el centro de Sao Paulo. En esa disciplina colectiva salpicada de cachaza o coñac (ustedes eligen), Lula empezó su carrera por convertirse en lo que tal vez sea hoy: la persona que abrazó a más gente en la historia universal. Incomprobable, por cierto. Pero basta pasar dos minutos al lado suyo para imaginar que ese récord es perfectamente verosímil.
A Lula hay una palabra que le encanta: “ companheirada (compañero)”. La usa mucho en confianza. Puede asimilarse a amigos, compañeros de lucha, aquellos que pelean por un mismo ideal. Como en la Argentina, a la companheirada suele gustarle discutir la realidad en un churrasco, o sea un asado. La relación entre la companheirada y la sensibilidad social –transformada en acción, eso sí, porque no es lo mismo voluntad que deseo– siempre fue esencial para Lula. Ni siquiera parece necesitar pensarlo. Le sale de manera automática.
En una de las últimas biografías de Lula, escrita por Fernando Morais, hay una anécdota que lo pinta bien. Cuando Tarso Genro era uno de sus ministros, a un economista entonces desconocido llamado Fernando Haddad, se le ocurrió crear el Programa Universidad para Todos. Daría becas a estudiantes sin recursos y permitió a dos millones de estudiantes nuevos acceder a la enseñanza superior.
Un día Lula le dijo a Genro: “Ese Haddad parece tucano, tiene cara de tucano, pero no es tucano. A ese tipo le gustan los pobres, le gustan los negros… Ese chico es nuestro”. Los tucanos son los del Partido de la Socialdemocracia Brasileña de Fernando Henrique Cardoso. La centroderecha que después de competir con el PT en 1994, 1998, 2002, 2006, 2010 y 2014 terminó apoyándolo en este 2022.
Resulta que ese chico fue el siguiente ministro de Educación, intendente de Sao Paulo entre 2013 y 2017 y el candidato de Lula frente a Bolsonaro en 2018.
Lula es tornero, un oficio que los metalúrgicos siempre respetaron y lo siguen haciendo. El tornero no sólo moldea la pieza. A veces también diseña la máquina que le servirá para hacerlo. Es alguien que proyecta en su cabeza el proceso completo, hasta el final, y trabaja hasta lograrlo.
El PT candidateó tres veces a Lula a la presidencia hasta vencer en la cuarta, justo hace 20 años, en octubre de 2002. El cuidado por los pobres y los negros, por las pobres y las negras, se tradujo en el Plan Hambre Cero, en programas sociales, en un aumento constante del salario mínimo y, sobre todo, en el abandono de la naturalización de la pobreza.
La miseria masiva era vista como un fenómeno tan natural como un morro que sale del mar. La esclavitud se abolió en Brasil en 1888. Brasil fue el mayor destino de todo el ciclo negrero, superior en número incluso a los esclavos que fueron a las plantaciones estadunidenses.
Ese cambio de política sobre qué hacer con los pobres se basó en una clave: integrando a millones no sólo esos millones ganarían dignidad (ciudadanía, en palabras de Lula), sino que ampliarían drásticamente el mercado interno.
Otra vez perdieron los esclavócratas en Brasil, y ahora los desafíos serán inmensos. No hay futuro sencillo, pero it is what it is, como dice el personaje de El irlandés. Las cosas son como son. La victoria fue ajustada, pero ¿acaso sería mejor el futuro con Bolsonaro relecto presidente? ¿Es mejor la melancolía de la derrota que los problemas del triunfo? Los retos son infinitos. Remontar la pobreza, recrear el empleo, tratar de que el bolsonarismo no se transforme en un elemento definitivo del paisaje político brasileño, volver a poner a Brasil en la mesa de las potencias industriales.
Recrear la alianza con Argentina, el Mercosur, Sudamérica y la región. Esquivar la idea de que es mejor una práctica política de Tercera Vía al estilo europeo, que además está fracasando en Europa.
Y asumir de una vez por todas, para el lulismo, el carácter de movimiento plebeyo, esa palabra que tanto le gustaba a Marco Aurélio García, el consejero de Lula que no llegó a vivir para presenciar la increíble resurrección de su amigo, el tornero de América Latina.

Rusia exige aclarar ataque a Sebastopol antes de tratar el acuerdo alimentario
Anuncia reunión con mediadores del pacto de cereales
Juan Pablo Duch  Corresponsal
Periódico La Jornada  Lunes 31 de octubre de 2022, p. 31
Moscú. Antes de hablar sobre qué hacer con el pacto de los cereales, suspendido a partir de ayer en el mar Negro, Rusia quiere que se esclarezcan todas las circunstancias del presunto ataque con drones que la madrugada del sábado llevó a cabo Ucrania con ayuda de expertos británicos contra su base naval en Sebastopol, Crimea.
En ese contexto, Rusia se reunirá próximamente con los mediadores del acuerdo alimentario, Turquía y la Organización de Naciones Unidas (ONU), y convocó a una reunión del Consejo de Seguridad del organismo internacional que debe celebrarse hoy en Nueva York, según declaró a la prensa el viceministro de Relaciones Exteriores, Andrei Rudenko.
Antes que nada se deben aclarar las circunstancias de lo ocurrido, una completa vergüenza que incumple todas las condiciones pactadas, dijo Rudenko, y aventuró a decir: de seguro cuando se sepan todos los detalles se hablará de cuáles serán los pasos a seguir.
De su lado, el ministerio de Defensa ruso aseguró ayer que, tras analizar fragmentos de los aparatos submarinos no tripulados que se pudieron extraer del fondo del mar, encontró módulos de navegación de fabricación canadiense instalados por Kiev con ayuda de especialistas británicos.
Según su versión, “al restaurar los datos de la memoria del receptor de un aparato submarino no tripulado, se estableció que fue lanzado desde la costa cercana al puerto de Odesa, en un sitio cuyas coordenadas coinciden con la zona de seguridad del ‘corredor de granos’ en el mar Negro”.
Los militares rusos concluyen, por tanto, que “esos aparatos utilizaron el ‘corredor de granos’ (habilitado para la circulación de los cargueros que llevan los cereales desde puertos ucranios) y tras avanzar en el mismo de repente se desviaron hacia la base naval de la armada de Rusia en Sebastopol”.
Según esta hipótesis, los drones marinos se lanzaron desde un carguero fletado por Kiev, o por sus patrocinadores occidentales, para exportar su producción agrícola.
Y mientras Rusia se dispone a reiterar en el Consejo de Seguridad de la ONU sus acusaciones contra Ucrania y Gran Bretaña, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, está preocupado por la suspensión del pacto alimentario por Moscú, informó su portavoz, Stéphane Dujarric.
El secretario general está muy preocupado por la situación actual de la iniciativa de cereales en el mar Negro y emprende intensos contactos para que Rusia reconsidere su decisión y reanude su participación, indicó.
Estos contactos buscan que se cumpla por completo la iniciativa para coadyuvar a las exportaciones de alimentos y fertilizantes de Ucrania, así como que se levanten los obstáculos que quedan para las exportaciones de alimentos y fertilizantes de Rusia, resumió el vocero.
Turquía también está tratando de convencer a Rusia y Ucrania de la necesidad de mantener el acuerdo. El ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, habló por teléfono esté domingo con sus homólogos ruso y turco.
Akar subrayó “la necesidad de prorrogar esta iniciativa, la cual tiene un impacto positivo en la humanidad y muestra que todas las crisis se pueden resolver a través de la buena voluntad y el diálogo, así como la importancia de evitar cualquier provocación que afecte negativamente el funcionamiento del mecanismo", señaló la dependencia militar de Turquía en un comunicado sobre las conversaciones telefónicas del ministro.