La premier sueca llama a prepararse para la reacción rusa, tras ratificar la solicitud
▲ Personal de seguridad arregla la alfombra al paso del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan (a la izquierda), quien recibió a su homólogo de Argelia, Abdelmayid Tebune.Foto Afp
Afp, Ap y Europa Press Periódico La Jornada
Martes 17 de mayo de 2022, p. 20
Estocolmo. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, confirmó ayer su oposición al ingreso de Finlandia y Suecia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), al acusar a ambos países de no adoptar una postura clara contra el terrorismo.
Turquía reprocha, sobre todo a Suecia, que anunció oficialmente su intención de sumarse a la alianza, su excesiva tolerancia con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, el PKK, pese a que está en la lista de organizaciones de terroristas de la Unión Europea.
“Ninguno de los dos países solicitantes tiene una postura abierta y clara contra las organizaciones terroristas. Durante este proceso no podemos decir ‘sí’ a los que imponen sanciones contra Turquía para que sean admitidos en la OTAN”, declaró Erdogan en rueda de prensa conjunta en Ankara con su homólogo argelino, Abdelmayid Tebune.
Estocolmo suspendió en 2019 la venta de armas a Ankara por la operación militar turca en Siria.
Ambos países rechazaron la extradición de varios sospechosos de estar afiliados al PKK o al movimiento de Fethullah Gulen, acusado de participar en un intento de golpe de Estado en 2016, indicó el ministerio turco de Justicia.
En referencia a las intenciones de las delegaciones sueca y finlandesa de reunirse con funcionarios turcos, Erdogan afirmó: dicen que vendrán a Turquía ¿Vendrán a persuadirnos? Que nos disculpen, pero que no se molesten.
Antes, el ministro sueco de Defensa, Peter Hultqvist, declaró a la cadena pública SVT que se enviaría una delegación a Ankara para discutir el asunto.
Los dos países nórdicos anunciaron oficialmente su intención de solicitar el ingreso tras la invasión rusa a Ucrania, pero sólo se puede entrar en el bloque militar si todos los miembros están de acuerdo.
La premier Magdalena Andersson informó ayer que Suecia solicitará su adhesión al mecanismo noratlántico, al destacar que esta decisión significa una nueva era para el país escandinavo.
Antes hubo un debate en el Parlamento, en el que casi todas las bancadas, con excepción de dos pequeños partidos de izquierda, respaldaron la medida.
Andersson advirtió que Estocolmo se encontraría en una posición vulnerable durante el periodo de solicitud, e instó a sus conciudadanos a prepararse para la respuesta rusa.
Esperamos lograr el ingreso en un plazo máximo de un año, afirmó la premier, sin mencionar la oposición turca.
Si Suecia se volviera en el único país no miembro de la OTAN en la zona del mar Báltico, con la excepción de Rusia, se encontraría en una posición muy vulnerable, declaró Andersson.
Sólo los miembros cuentan con la protección de la OTAN y no los países candidatos, lo que llevó a ambos aspirantes a pedir garantías de seguridad de varios países de la alianza.
Otros países nórdicos como Noruega, Dinamarca e Islandia, que ya son miembros de la OTAN, prometieron asistir a Suecia y Finlandia.
En Helsinki, el Parlamento finlandés inició ayer una sesión maratónica –150 de 200 parlamentarios pidieron intervenir– tras la propuesta de adhesión presentada antier por el presidente Sauli Niinistö y la premier Sanna Marin.
La seguridad en nuestro entorno ha cambiado de forma fundamental. El único país que amenaza la seguridad europea, y lleva a cabo ahora una guerra de agresión, es Rusia, aseguró Marin. Ambos países tienen una frontera común de mil 300 kilómetros.
Francia estará al lado de Finlandia y Suecia en caso de agresión, declaró la presidencia después de que ambos países anunciaron su adhesión a la alianza.
Suecia y Finlandia deben integrarse en la OTAN lo antes posible y su adhesión reforzará la seguridad colectiva de Europa, declaró la ministra británica de Relaciones Exteriores, Liz Truss, en un comunicado.
Responderemos si la alianza instala armamento en países nórdicos: Putin
Juan Pablo Duch
Periódico La Jornada Martes 17 de mayo de 2022, p. 20
El probable ingreso de Finlandia y Suecia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no es una amenaza directa para Rusia, pero sí lo sería si se instala armamento en los territorios de estos países, lo cual provocaría una inevitable respuesta del Kremlin.
Con estas palabras, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, intentó restar dramatismo a la expansión de la OTAN hacia el este, que en diciembre anterior calificó de inaceptable, al hablar en la cumbre que se celebró ayer en Moscú para conmemorar el 30 aniversario del Tratado de Seguridad Colectiva y el 20 aniversario de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), bloque militar postsoviético que lidera Rusia y del cual también forman parte Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán.
Ante sus colegas que se desplazaron a Moscú, en un discurso transmitido por la televisión pública rusa, Putin subrayó: en cuanto a la ampliación de la OTAN con la entrada de Finlandia y Suecia, no tenemos ningún problema con estos países, ninguno. En ese sentido, no se está creando ninguna amenaza directa contra Rusia. Pero la expansión de la infraestructura militar al territorio de esos países provocará una respuesta inevitable de nuestra parte.
Y añadió en plan de advertencia: ¿Cuál será esa respuesta? Dependerá de las amenazas que vayan creándose y, en consecuencia, nos veremos obligados a tomar medidas.
Para Putin, de la nada se está gestando otro problema. Ello es así, según está convencido el titular del Kremlin, porque la expansión de la OTAN se lleva a cabo de modo completamente artificial, ya que responde sólo a los intereses de Estados Unidos.
Remató la frase: la OTAN es utilizada como instrumento de la política exterior, en esencia, de un solo país, de manera insistente, con maestría y agresividad extrema.
Critica la ampliación interminable
De acuerdo con Putin, la política de ampliación interminable de la alianza noratlántica rebasa los márgenes de la región euroatlántica, su vocación geográfica y lo hace para intentar controlar la situación internacional en materia de seguridad y así influir no de la mejor manera en otras regiones del mundo.
La declaración final de la cumbre, firmada por los líderes de los seis países de la OTSC, expresa la preocupación de sus miembros por el uso selectivo de las normas y principios del derecho internacional, por la práctica de ignorar los formatos de negociaciones aceptados en el mundo, por la falta de deseo de tomar en cuenta los intereses legítimos de estados soberanos, por entrometerse en sus asuntos internos, por aplicar sanciones y restricciones unilaterales suplantando las prerrogativas del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), por mostrar doble moral, odio e intolerancia.
A la vez, el documento no contiene una sola línea ni de apoyo ni de condena a la operación militar especial de Rusia contra Ucrania, pero sí, enfatiza, parten de que no hay alternativa a los medios políticos y diplomáticos para resolver los actuales problemas internacionales y también, precisa, “están preocupados por (…) el uso de la fuerza o la amenaza de usarla para resolver conflictos violando la Carta de la ONU”.
Para compensar lo que podría interpretarse como crítica encubierta a la guerra de Rusia contra Ucrania, la declaración final incluye un párrafo con una tesis que el Kremlin emplea para justificar su decisión de invadir el vecino país eslavo, en el que los miembros de la OTSC se oponen a heroizar el nazismo y a impulsar el neonazismo, así como rechazan los intentos de falsificar la historia.