Cepal y la OIT advierten sobre crisis políticas
Economía informal no ha funcionado como contención
▲ Muchas de las personas que han perdido su empleo por la pandemia pero tienen conocimientos de otras profesiones ofrecen sus servicios en las calles de la Ciudad de México para obtener ingresos que llevar a sus hogares.Foto Luis Castillo
Dora Villanueva
Periódico La Jornada
Miércoles 11 de noviembre de 2020, p. 26
La crisis por la pandemia ha causado una masiva pérdida de empleos que llegará a 47 millones de personas, mientras tanto sus daños se han focalizado en los jóvenes y las mujeres, dieron a conocer la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La pandemia tuvo efectos estructurales en los mercados de trabajo, sostuvo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal. Durante el segundo trimestre de 2020, la pérdida de empleos formales aumentó 14 por ciento, respecto del mismo periodo de 2019, y en esta ocasión las ocupaciones informales no han servido como recurso de contención, dado que se redujeron 25 por ciento, amplió en conferencia de prensa.
Las expectativas del mercado laboral están atadas a una actividad económica que este año se estima caiga 9.1 por ciento, un ingreso por habitante cuyo revés encarna una década perdida y pobreza extrema que llegará a 96 millones de personas, así como la desaparición de 2 millones 700 empresas, de acuerdo con estimados de la Cepal.
Las políticas de distanciamiento físico y restricciones a la movilidad han limitado las perspectivas de empleo y se estima una pérdida de ingresos laborales de 19.3 por ciento en los primeros tres trimestres del año, abundó Bárcena. En 2021 se enfila a crecer el desempleo dado el desánimo entre los trabajadores por las condiciones económicas, agregó.
Vinicius Pinheiro, director regional de la OIT para América Latina y el Caribe, advirtió que se deben atender sobre todos los rezagos en jóvenes. Entre la población de 15 a 24 años el empleo se redujo 7.8 por ciento en el segundo trimestre del año y para la mayor de 25 años fue de 7.3.
Explicó que toda perspectiva para estos eventuales trabajadores fue afectada por la pandemia: la educación, el acceso a un primer empleo y la posibilidad de renovar contratos temporales y de prueba. Largos periodos de inactividad dejan cicatrices en la trayectoria laboral: más informalidad y mayor exclusión en el mercado de empleos a futuro, manifestó.
La región ya arrastraba el descontento de este grupo de la población por las oportunidades que les dejaba el sistema económico y ahora si la máquina laboral, económica, no funciona, ahí estamos creando frustraciones muy grandes que pueden generar crisis políticas (...) Es importante que desarticulemos esta bomba, advirtió.
Ambos funcionarios reconocieron en Jóvenes Construyendo el Futuro, implementado desde el año pasado en México, un programa adecuado para limitar el impacto de la crisis sobre la población que recién empieza a trabajar. Dicho reconocimiento no se extendió a políticas enfocadas a preservar la ocupación entre las mujeres.
Alicia Bárcena señaló que en América Latina y el Caribe el confinamiento y el cierre de las escuelas ha exacerbado las presiones a las mujeres por las tareas de cuidado y resultado en que la ocupación entres ellas haya caído 18.1 por ciento, por arriba del 15.1 por ciento de los hombres.
En el caso de México, Bárcena puntualizó que una de cada cuatro mujeres en el país quisiera y desearía trabajar, pero no hay condiciones a falta de un sistema público de cuidados.
También presentó que derivado de la pandemia, sólo la ocupación en los asalariados públicos de América Latina aumentó 4.2 por ciento respecto del año pasado. El resto fueron desplomes. Cayó 14.7 por ciento en los de empresas privadas, 17.9 en empleadores, 20.5 por ciento en trabajadores por cuenta propia, 24.3 por ciento en no remunerados y 32.3 por ciento en los domésticos remunerados.
Sin dar un número recalcó que la recuperación del mercado laboral llevará varios años y hay que estar preparados.
Economía informal no ha funcionado como contención
▲ Muchas de las personas que han perdido su empleo por la pandemia pero tienen conocimientos de otras profesiones ofrecen sus servicios en las calles de la Ciudad de México para obtener ingresos que llevar a sus hogares.Foto Luis Castillo
Dora Villanueva
Periódico La Jornada
Miércoles 11 de noviembre de 2020, p. 26
La crisis por la pandemia ha causado una masiva pérdida de empleos que llegará a 47 millones de personas, mientras tanto sus daños se han focalizado en los jóvenes y las mujeres, dieron a conocer la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La pandemia tuvo efectos estructurales en los mercados de trabajo, sostuvo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal. Durante el segundo trimestre de 2020, la pérdida de empleos formales aumentó 14 por ciento, respecto del mismo periodo de 2019, y en esta ocasión las ocupaciones informales no han servido como recurso de contención, dado que se redujeron 25 por ciento, amplió en conferencia de prensa.
Las expectativas del mercado laboral están atadas a una actividad económica que este año se estima caiga 9.1 por ciento, un ingreso por habitante cuyo revés encarna una década perdida y pobreza extrema que llegará a 96 millones de personas, así como la desaparición de 2 millones 700 empresas, de acuerdo con estimados de la Cepal.
Las políticas de distanciamiento físico y restricciones a la movilidad han limitado las perspectivas de empleo y se estima una pérdida de ingresos laborales de 19.3 por ciento en los primeros tres trimestres del año, abundó Bárcena. En 2021 se enfila a crecer el desempleo dado el desánimo entre los trabajadores por las condiciones económicas, agregó.
Vinicius Pinheiro, director regional de la OIT para América Latina y el Caribe, advirtió que se deben atender sobre todos los rezagos en jóvenes. Entre la población de 15 a 24 años el empleo se redujo 7.8 por ciento en el segundo trimestre del año y para la mayor de 25 años fue de 7.3.
Explicó que toda perspectiva para estos eventuales trabajadores fue afectada por la pandemia: la educación, el acceso a un primer empleo y la posibilidad de renovar contratos temporales y de prueba. Largos periodos de inactividad dejan cicatrices en la trayectoria laboral: más informalidad y mayor exclusión en el mercado de empleos a futuro, manifestó.
La región ya arrastraba el descontento de este grupo de la población por las oportunidades que les dejaba el sistema económico y ahora si la máquina laboral, económica, no funciona, ahí estamos creando frustraciones muy grandes que pueden generar crisis políticas (...) Es importante que desarticulemos esta bomba, advirtió.
Ambos funcionarios reconocieron en Jóvenes Construyendo el Futuro, implementado desde el año pasado en México, un programa adecuado para limitar el impacto de la crisis sobre la población que recién empieza a trabajar. Dicho reconocimiento no se extendió a políticas enfocadas a preservar la ocupación entre las mujeres.
Alicia Bárcena señaló que en América Latina y el Caribe el confinamiento y el cierre de las escuelas ha exacerbado las presiones a las mujeres por las tareas de cuidado y resultado en que la ocupación entres ellas haya caído 18.1 por ciento, por arriba del 15.1 por ciento de los hombres.
En el caso de México, Bárcena puntualizó que una de cada cuatro mujeres en el país quisiera y desearía trabajar, pero no hay condiciones a falta de un sistema público de cuidados.
También presentó que derivado de la pandemia, sólo la ocupación en los asalariados públicos de América Latina aumentó 4.2 por ciento respecto del año pasado. El resto fueron desplomes. Cayó 14.7 por ciento en los de empresas privadas, 17.9 en empleadores, 20.5 por ciento en trabajadores por cuenta propia, 24.3 por ciento en no remunerados y 32.3 por ciento en los domésticos remunerados.
Sin dar un número recalcó que la recuperación del mercado laboral llevará varios años y hay que estar preparados.
México SA
SAT: Salinas Pliego en la mira // Adeuda más de 20 mil millones
Carlos Fernández-Vega
Con la ley en la mano, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) decidió poner fin a las viejas prácticas elusivas y evasivas de los grandes corporativos, y de plano acorraló al monstruo oligárquico creado, alimentado, consolidado y mimado por los seis gerentes que ocuparon Los Pinos en el régimen neoliberal. Se acabó, pues, la laxitud y la ceguera fiscal a favor de los barones.
Desde Miguel de la Madrid, pero con el acelerador a fondo a partir de Carlos Salinas de Gortari, el supuesto gobierno nacional –los seis gerentes– reconfiguraron la estructura oligárquica del país desbancando a buena parte la vieja guardia –las familias con pedigrí–, y por medio de las privatizaciones y otras decisiones de Estado, habilitó a un nuevo grupo de empresarios (que financiaron campañas presidenciales, como la de CSG, y demás cargos de elección popular a cambio de todo tipo de favores) que se constituyó no sólo en el nuevo gran poder económico del país, sino en parte activa y decisiva en la toma de decisiones.
En pocas palabras, la nueva oligarquía rápidamente se convirtió en la mafia del poder, en esa minoría rapaz –de todas, ganó todas– que tanto denunció Andrés Manuel López Obrador en sus campañas presidenciales, aunque ahora, paradójicamente, algunos de sus integrantes forman parte de un consejo asesor del inquilino de Palacio Nacional, tal vez con la idea de que a los enemigos hay que tenerlos lo más cerca posible. Pero este grupo, como los gringos, no tienen más que intereses.
Pues bien, resulta que uno de los integrantes de esa minoría rapaz, Ricardo Salinas Pliego (un empresario de medio pelo que vendía electrodomésticos con abonos chiquitos e intereses de agio, que brincó a la lista Forbes a raíz de que el gobierno salinista le entregó, vía privatización y con la ayuda del hermano incómodo, Imevisión; de allí a los bancos, las concesiones mineras, la telefonía móvil, etcétera, etcétera) ha sido denunciado por la titular del SAT, Raquel Buenrostro, por negarse a pagar dos adeudos fiscales.
Y no son una bicoca: uno es mayor a 18 mil millones de pesos (concretamente del Grupo Elektra) y otro por arriba de 2 mil 700 millones, algo así, en conjunto, como mil millones de dólares, o si se prefiere –para entender la magnitud de los adeudos– el equivalente a cerca de la mitad del presupuesto para 2020 de la UNAM.
Parece que el empresario de los abonos chiquitos aprendió mucho de Donald Trump, porque ahora alega, vía Twitter, que mis empresas y yo siempre hemos pagado muchos impuestos; hay diferentes puntos de vista sobre la ley aplicable; por eso acudimos (conforme a derecho) al Poder Judicial, para que aclare y decida lo qué se deba pagar, y lo pagaré. El SAT no es la última instancia.
La cantaleta es conocida: el salvaje de la Casa Blanca, denunciado por evadir al fisco en cuando menos 11 años, de acuerdo con The New York Times, dijo que pagué muchos millones de dólares en impuestos, aunque se negó a presentar la documentación referida y aseguró que sólo se trataba de afirmaciones totalmente inventadas. ¿Se parece el discurso?
Es de suponer que el barón de los abonos chiquitos (a quien, como a otros, los gobiernos neoliberales acostumbraron a no pagar impuestos y, al mismo tiempo, a beneficiarse de multimillonarias devoluciones… de impuestos) irá hasta la última instancia.
Y la propia jefa del SAT ofrece una suerte de corte de caja: de enero a octubre del presente año la recaudación entre grandes contribuyentes prácticamente se duplicó y rebasó los 200 mil millones de pesos; 719 grandes contribuyentes han regularizado su situación fiscal y evitaron terminar en juicio; el siguiente paso es auditar a otros grandes sectores de la economía como el acerero, automotriz, farmacéutico, hidrocarburos, minería, tiendas de consumo y el financiero; la expectativa es recaudar otros 200 mil millones por comercio exterior; hay sectores que no se han revisado en los últimos ocho años, como el de las donatarias que nunca habían sido fiscalizadas.
Las rebanadas del pastel
Entonces, de que pagan, pagan.
cfvmexico_sa@hotmail.com