Las tensiones entre Rusia y Turquía han aumentado ante el llamado "pacto de los cereales". Foto Afp
Moscú. Compleja de suyo, y cada vez más peligrosa, es la situación que se ha configurado desde que Rusia suspendió su participación en el “pacto de los cereales”, como reacción a lo que llama ataque ucranio contra su base naval en Sebastopol, Crimea, el sábado anterior, mientras Turquía y la Organización de Naciones Unidas (ONU) continuaron este lunes autorizando la salida de cargueros con cereales de puertos ucranios.
A lo largo del día, las partes implicadas proporcionaron información contradictoria que no permite saber con exactitud qué está pasando, pero el riesgo de que la ambigüedad desate un enfrentamiento directo entre Rusia y Turquía, miembro de la alianza noratlántica (OTAN) es muy alto, al grado de que los ministros de Defensa de ambos países, el ruso Serguei Shoigu y el turco Hulusi Akar, volvieron a hablar por teléfono por segundo día consecutivo.
El presidente Vladimir Putin, desde Sochi, definió la noche de este lunes qué quiere Rusia en este momento: “No decimos que cancelamos nuestra participación en esta operación (el pacto de los cereales). Decimos que la suspendimos. La ONU (sin mencionar a Turquía) está trabajando muy activa en esto, y se lo agradecemos. Entonces que hablen con Ucrania y que ésta se comprometa a garantizar que no habrá más amenazas contra embarcaciones civiles y buques de suministros de la Federación Rusa”.
Horas antes, por medio de la agencia Anadolu del gobierno turco llegó de Estambul la noticia de que la madrugada del 31 de octubre seis embarcaciones con cereales salieron de puertos ucranios con destino a Países Bajos, Argelia, Yibuti, Egipto y Turquía.
El centro de coordinación conjunta –con representantes de Turquía, Ucrania y la ONU, sin los de Rusia–, autorizó también para este lunes otras 14 rutas y horarios, 10 de salida de cargueros y 4, vacíos, que se dirigen a puertos ucranios por granos. Mandaron la respectiva notificación a Moscú, aunque sin pedirle su opinión.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que la prensa oficialista turca llama “gran artífice del pacto de los cereales”, aprovechó la coyuntura para sumar méritos y enfatizó: “Con esfuerzos conjuntos pudimos paliar la crisis alimentaria en el mundo. Y en estos momentos en que Rusia se comporta de modo dubitativo, debido a que el pacto no le reportó los mismos beneficios, nosotros seguiremos aplicando decididos esfuerzos en interés de toda la humanidad”.
El vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, respondió al mandatario turco, sin mencionarlo: "Cuando Rusia menciona que es imposible garantizar la seguridad de la navegación en estas zonas, un pacto como el de los cereales es poco factible y adquiere un carácter mucho más arriesgado, peligroso y sin garantías". Ciertamente, no dijo que Rusia está dispuesta a hundir cualquier carguero que navegue por el mar Negro sin su visto bueno.
Moscú siguió moviendo ficha a través de su representante permanente ante la ONU, Vasili Nebenzia, quien afirmó en Nueva York que “el ataque a la base naval de Sebastopol acabó con la dimensión humanitaria de la iniciativa alimentaria del mar Negro”.
Advirtió el diplomático: “Tomando en cuenta que se ha utilizado el corredor humanitario con fines militares y que el mar Negro es zona de combate, no podemos permitir que naveguen libremente buques sin nuestra inspección y nos veremos obligados a tomar medidas propias para revisar y controlar los cargueros que el centro de coordinación autorizó sin nuestra aprobación”.
Nebenzia anticipó que “a la brevedad Rusia dará a conocer sus conclusiones y enfoques en relación con el pacto de los cereales”.
Y el ministerio de Defensa ruso, más tarde, antes de que se conociera la opinión de Putin, emitió un comunicado que reitera la posición inicial de Moscú: “Mientras no se aclare la situación en torno a la acción terrorista que cometió Ucrania, el 29 de octubre, contra buques de guerra e infraestructuras civiles Sebastopol, se suspende la navegación por el corredor de seguridad” (de la iniciativa del mar Negro).
Al mismo tiempo, la dependencia castrense no dice cómo va a impedir dicha navegación y se limita a señalar que "en las condiciones actuales, no se puede garantizar la seguridad de ningún barco hasta que la parte ucraniana se comprometa a no utilizar esa ruta con fines militares", con lo cual Kiev da a entender que Kiev tendría que reconocer la autoría del ataque con drones que le atribuye Moscú.
En el contexto de este estira y afloja entre Rusia, por un lado, y Turquía y la ONU, por el otro, una decena de ciudades ucranias sufrieron una bombardeo con medio centenar de misiles de crucero, afectando aún más la infraestructura energética del país y otras instalaciones civiles.
En Kiev, de acuerdo con el alcalde de la capital, Vitali Klichko, a consecuencia del bombardeo de una estación eléctrica “350 mil apartamentos se quedaron sin luz y 80 por ciento de los habitantes, sin agua corriente”. Hacia las ocho de la noche, hora local, todavía “270 mil apartamentos seguían sin luz y 40 por ciento, sin agua”.
El ejército ucranio asegura haber derribado 40 misiles de crucero rusos, que de ser cierto el dato –imposible de verificar como cualquier información de éxitos militares de ambos bandos–, daría un idea de la magnitud del ataque con misiles y drones, cuando el primer ministro, Denys Shmyhal, reconoció que al menos 18 instalaciones energéticas resultaron dañadas.
Ataca Rusia sistemas de energía en Ucrania
Ap Personas llenan contenedores de agua en Kiev, Ucrania, tras un bombardeo ruso, el 31 de octubre de 2022. Foto Ap
Con su impopular
Kiev. Un gran aluvión de ataques rusos golpeó el lunes por la mañana la infraestructura crítica en Kiev, Járkov y otras ciudades, y cortó los servicios de agua y electricidad en una aparente represalia por lo que Moscú describió como un ataque ucranio contra su flota del Mar Negro durante el fin de semana.
El Ministerio ruso de Defensa dijo que sus fuerzas habían realizado “ataques con armas aéreas y marítimas de alta precisión contra el comando militar y los sistemas de energía de Ucrania”.
“Los objetivos de los ataques se alcanzaron. Todos los blancos designados fueron golpeados”, añadió el Ministerio en un comunicado.
La fuerza aérea ucraniana dijo haber derribado 44 de los más de 50 misiles de crucero lanzados por Rusia.
El primer ministro de Ucrania, Denys Shmyhal, dijo que los drones y misiles rusos alcanzaron 10 regiones ucranianas y dañaron 18 objetivos, la mayoría instalaciones energéticas.
Cientos de localidades en siete regiones ucranianas se quedaron sin electricidad, explicó en una publicación de Facebook, en la que señaló que “las consecuencias habrían sido mucho peores” si las fuerzas ucranianas no hubieran derribado la mayoría de los misiles rusos.
Fuertes explosiones resonaron en la capital ucraniana cuando la gente se preparaba para ir a trabajar. Algunos recibieron mensajes de texto de los servicios de emergencia sobre la amenaza de un ataque de misiles y las sirenas antiaéreas se oyeron durante tres horas seguidas.
El 80% de la población en la ciudad de 3 millones de habitantes se quedó sin agua corriente por los daños en una instalación eléctrica, señaló el alcalde, Vitali Klitschko.
Las autoridades trabajaban para reparar la instalación energética, dijo Klitschko. Entre tanto, pidió a los vecinos de Kiev que “hagan acopio de agua de las bombas más cercanas y puntos de venta”.
El responsable de la oficina presidencial ucraniana, Andriy Yermak, prometió que los ataques a instalaciones civiles no debilitarían la resistencia ucraniana.
“Perseveraremos, y generaciones de rusos pagarán un alto precio por su desgracia”, dijo Yermak.
Los ataques ocurrieron justo antes de que el primer ministro checo, Petr Fiala, y varios miembros de su gobierno, incluidos los ministros de Exteriores, Defensa e Interior, llegaran a Kiev en una nueva muestra de apoyo de líderes europeos a Ucrania.
Desde la orilla izquierda del Río Dniéper, en Kiev, se alzaba una columna de humo, bien provocada por un ataque de misil o por la caída de un proyectil derribado por fuerzas ucranianas.
Un vecino de la zona dijo que había oído cuatro fuertes explosiones.