Hoy se cumple el tercer aniversario del golpe de Estado contra el entonces presidente de Bolivia Evo Morales. Varios actores propiciaron la destitución del primer presidente indígena en un país donde entre 41 y 62 por ciento de los habitantes se identifican como indígenas. Casi tres semanas antes del golpe se habían llevado a cabo elecciones en las cuales Morales había sido relegido con 47 por ciento del voto con poco más de 10 puntos sobre su contendiente más cercano.
Desde antes de las elecciones la derecha había indicado que no aceptaría unos comicios que dieran el triunfo a Morales. La oligarquía cruceña movilizó sus fuerzas de choque fascistas, los cuales, a la victoria de Morales, se dedicaron a atacar y a torturar a militantes de su partido, en ocasiones quemando sus casas y amenazando a familiares de varios mandatarios del MAS. Carlos Mesa, líder centrista y también candidato a la presidencia, alentó la desestabilización proclamando que había habido un fraude monumental al que había que responder con una movilización permanente. A escala internacional la OEA legitimó el golpe con su reporte que apuntaba –sin legítima evidencia– que las elecciones habían presentado manipulaciones intencionadas y serias irregularidades. Su secretario general, Luis Almagro, sigue sosteniendo esta visión a pesar de los numerosos análisis internacionales que demuestran la no evidencia de fraude.
Desde que Morales asumió la presidencia en 2006 las condiciones de vida para la gran mayoría del pueblo boliviano mejoraron impresionantemente. Su administración invirtió en salud pública, educación y pensiones; nacionalizó las industrias de gas, petróleo, electricidad e hidrocarburos; distribuyó tierra a campesinos; redujo el hambre considerablemente; aumentó el salario mínimo real 140 por ciento, y bajó la pobreza 40 por ciento y la extrema pobreza 60 por ciento.
Un componente esencial en la mejora de las condiciones de vida fue la llegada de médicos cubanos. No era la primera vez que Cuba manifestaba este tipo de solidaridad con el país andino. En su libro Healing the Masses, Julie Feinsilver detalla cómo, en la década de 1980, arquitectos y personal cubano construyeron tres unidades pediátricas de cuidados intensivos en Bolivia, entregándolas completamente equipadas. Cuba también vendió medicamentos al país a un costo 10 veces menor que las farmacias trasnacionales.
El internacionalismo médico cubano se intensificó dramáticamente con la llegada de Morales a la presidencia y bajo el marco de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA). En su libro Healthcare without Borders, John Kirk da una idea de su alcance y dimensión: entre 2006 y 2013 arribaron de Cuba 816 médicos, 305 técnicos de salud, 68 personal de apoyo y 19 dentistas que se desplazaron a las áreas más pobres. Llegaron a atender a 22.3 por ciento de la población boliviana. Además, bajo la Operación Milagro, se les devolvió la vista a 632 mil 87 personas (incluyendo a Mario Terán, el asesino del Che Guevara). En este periodo llegaron 265 profesores de medicina cubana a dar capacitación en 191 clínicas bolivianas. Por si fuera poco, también había 3 mil 800 médicos bolivianos formados en Cuba y 4 mil 302 cursando carreras de medicina gratuitamente en la Escuela Latinoamericana de Medicina en La Habana.
Esta colaboración continuó durante el tercer mandato de Morales hasta que en 2019 llegó a un abrupto fin con el golpe de Estado. Las fuerzas golpistas añadieron a su campaña racista antindígena, una fuerte dosis de xenofobia anticubana. Fueron poco originales, pero muy efectivos: que los cubanos no eran médicos bien formados; que les quitaban el trabajo a los médicos bolivianos; que fomentaban el comunismo, y que estaban repartiendo armas y propaganda al pueblo que defendía a Morales.
En los días en que se gestó el golpe, elementos del ejército y de la policía catearon las residencias de los brigadistas cubanos denigrándolos, apuntándoles con armas y desnudando a las mujeres; se llevaron sus objetos personales además del dinero para cubrir sus estipendios, así como computadoras y autos (de propiedad cubana) que los brigadistas utilizaban para desplazarse a atender pacientes. Hubo amenazas de quemar sus residencias y, en El Alto, cuatro miembros de la brigada fueron apresados por la policía. La jefa de la misión medica cubana, Yoandra Muro, describió la experiencia diciendo: te acostaste siendo un médico digno y querido y te levantaste siendo un terrorista.
Ante tales amenazas, el gobierno cubano retiró sus 730 brigadistas, tarea nada fácil, ya que estaban desplazados por todo el país, eran detenidos en retenes, y sus colaboradores bolivianos estaban bajo igual asedio. “Te dolía como ser humano irte –rememoró después Muro– saber que dejabas 33 hospitales en Bolivia que se quedaban sin profesionales, que se quedaban sin un cirujano, sin un pediatra, sin un anestesiólogo, y esto duele desde el punto de vista humano, médico sobre todo.”
En octubre de 2020 el golpe fue revertido con la elección del Luis Arce del MAS. A pesar de su abrumadora victoria, la derecha no abandonó sus intentos por sabotear la democracia como se puede ver en sus actuales acciones para desestabilizar al país. En Bolivia, como en otros países latinoamericanos con gobiernos de izquierda, las fuerzas de la reacción siguen fuertes y cuentan con un aliado imperial. Sigue un clima adverso que, gracias al bloqueo estadunidense, nadie conoce mejor que el pueblo cubano. Su histórica respuesta de internacionalismo médico nos muestra un camino de solidaridad regional en beneficio de los más necesitados.
* Profesora-investigadora del Instituto Tecnológico de Massachusetts. Autora de Unintended Lessons of Revolution, una historia de las normales rurales.
OMS: muertes por covid bajaron 90% en 9 meses
Ap Periódico La Jornada
Jueves 10 de noviembre de 2022, p. 19
. El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, reportó ayer una caída de casi 90 por ciento de las muertes recientes por covid-19 a nivel global en comparación con las cifras de hace nueve meses.
La noticia es causa para el optimismo, dijo, pero llama a mantener vigilancia ante el surgimiento de nuevas variantes.
La semana pasada, señaló, fueron reportadas a la OMS poco más de 9 mil 400 muertes vinculadas con el coronavirus. En febrero, agregó, habían superado 75 mil. Hemos progresado mucho y esto es definitivamente causa para el optimismo, pero continuamos llamando a los gobiernos, comunidades e individuos a permanecer alertas. Casi 10 mil muertes a la semana son de más para una enfermedad que puede ser prevenida y tratada, afirmó.
Las tasas de pruebas y secuenciación siguen bajas globalmente, las diferencias de vacunación entre los países ricos y pobres siguen siendo amplias y continúan proliferando nuevas variantes, añadió.
La OMS indicó que el total de casos nuevos de covid-19 registrados en el orbe superó 2.1 millones la semana que concluyó el domingo, una baja de 15 por ciento respecto a la semana previa. Asimismo, el número de muertes semanales cayó 10 por ciento.
Maria Van Kerkhove, directora técnica para el covid-19, mencionó que la vigilancia y las pruebas han declinado junto con la caída en contagios. En total, se ha reportado 629 millones de casos y 6.5 millones de muertes relacionadas con la pandemia. La cifra más alta de nuevos casos se produjo en Japón, con más de 401 mil, 42 por ciento más frente a ocho días antes.
Ssa confirma cuatro decesos por viruela símica
Ángeles Cruz Martínez
Periódico La Jornada Jueves 10 de noviembre de 2022, p. 19
La viruela símica ha afectado a tres mil 7 personas en México, lo que ubica al país en el quinto lugar de más casos en América, después de Estados Unidos, Brasil, Colombia y Perú. En tanto, la Secretaría de Salud (Ssa) informó que se han registrado cuatro decesos como consecuencia de la enfermedad.
El reporte de esta semana, que salió con un día de retraso, menciona que se identificó a seis hombres y una mujer que fueron atendidos en hospitales por otras causas y fallecieron, pero en el curso de su internamiento los médicos se percataron de síntomas compatibles con la viruela símica. Por análisis de laboratorio, se comprobó que eran portadores del virus. Los estudios de infectología determinaron que cuatro de esas personas fallecieron a causa de la viruela del mono, en dos la causa del deceso fue otra y una más todavía está en análisis.
Desde el pasado 28 de mayo, cuando se confirmó el primer caso en México y hasta el pasado lunes 7 de noviembre, se reportaron 4 mil 996 casos sospechosos, de los cuales, 3 mil 7 se confirmaron, 358 están en estudio y mil 631 se descartaron, indica el informe.
La curva epidémica revela que hay una tendencia a la baja.
La Ssa incluyó la categoría de orientación sexual de los casos confirmados. De 2 mil 862 pacientes que proporcionaron información, 46.7 por ciento son gays y 32.7 hombres que tienen sexo con hombres. Los heterosexuales representan 11.7 por ciento, bisexuales 6.4, lesbianas 0.07, y en la categoría de otro está 0.4 por ciento.
La mayoría de los pacientes tiene entre 25 y 39 años; 85.7 por ciento han requerido manejo ambulatorio.