La UE anuncia ayuda suplementaria a Ucrania por 500 mdd y el G-7 refrenda su apoyo
▲ El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell (izquierda), y el canciller de Ucrania, Dmytro Kuleba, durante una reunión bilateral en la cita de los principales diplomáticos del G-7 en Wangels, Alemania.Foto Afp
Afp, Sputnik y Reuters Periódico La Jornada
Sábado 14 de mayo de 2022, p. 16
Moscú. Rusia suspenderá hoy el suministro de electricidad a Finlandia, anunció ayer la empresa importadora RAO Nordic, en momentos de tensiones entre ambas naciones por el acercamiento de Helsinki a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) tras la invasión rusa a Ucrania.
Dado que no hemos recibido los depósitos en nuestra cuenta de los seis días recientes de comercio, estamos forzados a suspender temporalmente la venta de energía a partir del 14 de mayo, comunicó el operador, filial del grupo estatal ruso InterRAO, en Helsinki.
RAO Nordic no tiene la capacidad de efectuar pagos por la electricidad importada de Rusia. Esta es una situación excepcional, sin precedentes en 20 años de nuestra historia, explicó el grupo.
Por su parte, Fingrid, el operador de la red eléctrica finlandesa aseguró poder prescindir de la electricidad rusa, que representa 10 por ciento del consumo total. “Estábamos preparados para esto y no será difícil.
Se puede gestionar con importaciones de Suecia y Noruega”, señaló a la agencia Afp Timo Kaukonen, responsable del operador Fingrid.
Los pagos no realizados también se informaron en mensajes de mercado urgentes (UMM, por sus siglas en inglés) utilizados por los participantes del comercio de electricidad. Un vocero de Nord Pool , la bolsa de energía paneuropea, indicó que no comentaba sobre la información reportada en los UMM.
Cuando se le preguntó si los contratos debían erogarse en rublos, el portavoz dijo a Reuters: Nunca hemos tenido liquidaciones en rublos, sólo en euros, coronas noruegas, coronas suecas y coronas danesas, de acuerdo con nuestros procedimientos estándar.
Nord Pool es quien paga a la matriz rusa. Fingrid no es parte en este comercio de electricidad. Proporcionamos la conexión de transferencia de Rusia a Finlandia, señaló a Reuters Reima Paivinen, vicepresidenta senior de operaciones de Fingrid.
El presidente finlandés, Sauli Niinisto, y la primera ministra Sanna Marin anunciaron antier su intención de presentar a la brevedad la candidatura del país a la mecanismo noratlántico, lo que marca un giro radical en la política de neutralidad vigente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
El ministro de Exteriores finlandés, Pekka Haavisto, declaró ayer que espera que su país envíe su solicitud de ingreso en el bloque militar la próxima semana. El Kremlin advirtió de inmediato que la entrada de Finlandia a la OTAN sería sin duda una amenaza para Rusia. Los dos países tienen una frontera común de mil 300 kilómetros. Suecia también tiene la intención de seguir a Finlandia.
Esas iniciativas se dan en el marco de un fuerte aumento de preocupaciones por la seguridad regional debido a la operación militar rusa en Ucrania, lanzada el 24 de febrero.
Niega el Kremlin corte de gas a país europeo
El Kremlin catalogó de noticia falsa la supuesta suspensión de las exportaciones de gas ruso a territorio finlandés.
Gazprom envía gas natural a distintos usuarios en Europa, incluido a los países miembros de la OTAN (...) Esas publicaciones (sobre planes de Gazprom de cesar los envíos de gas) son noticias falsas, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ante la prensa.
Horas después, el presidente estadunidense, Joe Biden, subrayó la política de puertas abiertas de la OTAN, así como el derecho de Finlandia y Suecia a decidir sobre su posible entrada.
Biden habló por teléfono con Niinisto y Andersson para analizar la estrecha cooperación en defensa y seguridad, según una nota de la Casa Blanca.
En tanto, la adhesión de Suecia a la organización reduciría el riesgo de conflicto en Europa del Norte, según un informe presentado ayer por el gobierno sueco ante el próximo debate sobre su incorporación a la alianza atlántica.
El partido gobernante sueco, el socialdemócrata, decidirá si anulan décadas de oposición a la membresía en la OTAN.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, indicó que su gobierno no es favorable a una adhesión, al acusar a los países escandinavos de dar refugio a militantes kurdos, y es el primer socio que ha manifestado públicamente su oposición, lo que podría bloquear el proceso que requiere la unanimidad de la Alianza del Atlántico Norte.
Washington trabaja para aclarar la posición de Turquía, señaló la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Por otra parte, la representación diplomática del Grupo de los 7 (G-7) mostró su apoyo a Ucrania hasta la victoria frente a Rusia, en palabras de Francia, y la Unión Europea anunció una ayuda suplementaria de 520 millones de dólares a la nación eslava.
Es muy importante mantener la presión sobre Vladimir Putin suministrando más armas a Ucrania e incrementando las sanciones contra el Kremlin, afirmó la ministra británica de Relaciones Exteriores, Liz Truss, en esta reunión del G-7 en Wangels, Alemania.
Durante la reunión, el ministro de Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba, tuiteó: Tras la conversación del presidente (Volodimyr) Zelensky con los líderes de las siete potencias del mundo, hoy pido al grupo que congelen los bienes soberanos rusos y los entreguen a Ucrania para las labores de reconstrucción.
En esta jornada, las autoridades de Reino Unido pusieron un nuevo paquete de sanciones contra los familiares del presidente ruso y personas de su círculo cercano en respuesta a la guerra de Ucrania. En respuesta, Rusia recomendó a sus ciudadanos que eviten viajar a Gran Bretaña, y anunció endurecer las condiciones para la obtención de un visado ruso por parte de británicos, presentando estas medidas como una respuesta a las acciones no amistosas de Londres.
Hay que poner fin a la guerra de desgaste en Ucrania
▲ La realidad de la amenaza nuclear implica que las partes deben mantener abierta la posibilidad de negociar. En la imagen, una joven soldado de ese país y madre de un niño posa con un teléfono en Kramatorsk.Foto Afp
Las guerras suelen estallar y prolongarse por los errores de cálculo de ambos lados respecto de su poder relativo. En el caso de Ucrania, Rusia cometió una enorme torpeza al subestimar la determinación de lucha de los ucranios y la eficacia del armamento provisto por la OTAN. Pero Ucrania y la OTAN también están sobrestimando su capacidad para derrotar a Rusia en el campo de batalla. El resultado es una guerra de desgaste, que ambos lados creen que ganarán, pero en la que ambos perderán. Ucrania debe intensificar la búsqueda de una paz negociada, como la que estaba sobre la mesa a fines de marzo y descartó al aparecer pruebas de atrocidades cometidas por Rusia en Bucha (y tal vez, al cambiar la percepción de sus posibilidades militares).
Los términos de paz de fines de marzo pedían la neutralidad de Ucrania, sobre la base de garantías de seguridad y un cronograma para la solución de temas en disputa como la situación de Crimea y el Donbás. Los negociadores rusos y ucranios, así como los mediadores turcos, habían declarado avances en las negociaciones. Pero las noticias de Bucha llevaron a su fracaso, y el negociador ucranio afirmó que la sociedad ucrania hoy tiene una actitud mucho más negativa respecto de cualquier idea de negociación que implique a la Federación Rusa.
Sin embargo, las razones para negociar siguen siendo urgentes y poderosas. La alternativa no es la victoria de Ucrania, sino una devastadora guerra de desgaste. Para llegar a un acuerdo, ambas partes tienen que recalibrar sus expectativas.
Cuando Rusia atacó a Ucrania, era evidente que esperaba una victoria rápida y fácil. Subestimó en gran medida la modernización del ejército ucranio tras el apoyo y entrenamiento militar que le proveyeron desde 2014 Estados Unidos, Reino Unido y otros países. También subestimó la capacidad de la tecnología militar de la OTAN para contrarrestar la superioridad numérica rusa. Y el mayor error de Rusia, sin duda, fue dar por sentado que los ucranios no iban a combatir, o incluso que se pasarían de bando.
Pero ahora Ucrania y sus aliados en Occidente sobrestiman las chances de derrotar a Rusia en el campo de batalla. La idea de que el ejército ruso está a punto de derrumbarse es una fantasía. Rusia tiene capacidad militar para destruir la infraestructura ucrania (por ejemplo, las líneas ferroviarias que ahora son blanco de ataque) y para capturar y retener territorio en la región del Donbás y sobre la costa del Mar Negro. Los ucranios luchan con determinación, pero es muy improbable que puedan forzar la derrota rusa.
Tampoco pueden hacerlo las sanciones financieras de Occidente, que son mucho menos abarcadoras y eficaces que lo que admiten los gobiernos que las impusieron. Las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela, Irán, Corea del Norte y otros países no lograron cambios en la política de esos regímenes, y las aplicadas a Rusia se están quedando muy cortas respecto de las promesas exageradas originales. Excluir a los bancos rusos del sistema internacional de pagos Swift no resultó la opción nuclear de la que muchos hablaban. Según el Fondo Monetario Internacional, la economía rusa se contraerá 8.5 por ciento en 2022. Es un mal resultado, pero no tiene nada de catastrófico.
Además, las sanciones generan graves consecuencias económicas a Estados Unidos y sobre todo a Europa. La inflación estadunidense alcanzó un máximo en 40 años y es probable que se mantenga, por los billones de dólares de liquidez que creó la Reserva Federal estos últimos años. Al mismo tiempo, las economías de Estados Unidos y Europa están en desaceleración (o incluso en contracción), mientras se multiplican interrupciones en las cadenas de suministro.
La posición política interna del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, es débil, y es probable que se debilite aún más en los próximos meses (y que disminuya el apoyo público a la guerra) al empeorar las dificultades económicas. El conflicto divide al Partido Republicano: la facción de Trump no está muy interesada en un enfrentamiento con Rusia por Ucrania. Por su parte, los demócratas lamentarán cada vez más la estanflación, que puede costarle al partido la mayoría en una de las cámaras del Congreso (o ambas) en la elección intermedia de noviembre.
Las repercusiones económicas adversas de la guerra y del régimen de sanciones también serán tremendas para numerosos países en desarrollo que dependen de la importación de alimentos y energía. Los trastornos económicos en esos países generarán en todo el mundo pedidos urgentes de que se ponga fin a la guerra y al régimen de sanciones.
En tanto, el enorme padecimiento de Ucrania en términos de muertes, trastorno y destrucción no se detiene. El FMI prevé que la economía ucrania se contraerá 35 por ciento en 2022, como resultado de la brutal destrucción de viviendas, fábricas, instalaciones ferroviarias, equipos de almacenamiento y transporte de energía y otras infraestructuras esenciales.
Lo más peligroso es que hasta que no se ponga fin a la guerra el riesgo de escalada nuclear será real. Si las fuerzas convencionales rusas quedaran realmente al borde de la derrota (como pretende ahora Estados Unidos), puede que Rusia contraataque con armas nucleares tácticas. También podría ocurrir que Estados Unidos o Rusia derriben un avión de la otra parte en una misión sobre el Mar Negro, lo que a su vez llevaría a un enfrentamiento militar directo. Informes que hablan de la presencia de fuerzas encubiertas estadunidenses en el terreno y la revelación de la comunidad de inteligencia estadunidense de que ayudó a Ucrania a matar generales rusos y a hundir el buque insignia ruso en el Mar Negro resaltan el peligro.
La realidad de la amenaza nuclear implica que ambas partes deben mantener siempre abierta la posibilidad de negociar. Es la enseñanza central de la crisis de los misiles cubanos, de la que el próximo octubre se cumplen 60 años. En aquel momento, el presidente John F. Kennedy salvó al mundo negociando un final para la crisis, en el que Estados Unidos acordó no volver nunca a invadir Cuba y retirar sus misiles de Turquía a cambio de que la Unión Soviética hiciera lo mismo con los que tenía en Cuba. No fue ceder a un chantaje nuclear soviético, fue una decisión prudente de Kennedy que evitó un armagedón.
Todavía es posible lograr una paz en Ucrania según los parámetros que se negociaban a fines de marzo: neutralidad, garantías de seguridad, un marco para la solución de los problemas de Crimea y el Donbás y la retirada rusa. Sigue siendo la única opción realista y segura para Ucrania, para Rusia y para el mundo. La comunidad internacional apoyará un acuerdo de esa naturaleza; y por su propia supervivencia y bienestar, lo mismo debe hacer Ucrania.
Traducción: Esteban Flamini
Jeffrey D. Sachs es profesor distinguido de la Universidad de Columbia y director de su Centro de Desarrollo Sostenible. También es presidente de la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
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