domingo, 15 de mayo de 2022

La debilidad del gobierno de Boric y la Convención constituyente.

Marcos Roitman Rosenmann
La periodista Francisca Sandoval, baleada por grupos que actúan en connivencia con las fuerzas policiales cuando cubría las marchas del 1º de mayo para el canal comunitario Señal 3 La Victoria, ha muerto, tras 11 días de agonía. Mientras tanto, el presidente Gabriel Boric ratifica a Ricardo Yáñez como general director de Carabineros. Su pasado represor no es obstáculo para su nombramiento. Asimismo, la negativa a retirar las fuerzas armadas del Wallmapu, territorio Mapuche, transmite un mensaje de apoyo a las compañías madereras, terratenientes y trasnacionales. Bajo el eufemismo estado intermedio, las fuerzas armadas mantendrán su presencia en las regiones de Biobío y La Araucanía para garantizar el orden y la seguridad de la población, declaró el subsecretario de interior, Manuel Monsalve.
Gabriel Boric, el presidente más joven en la historia de Chile, tomo posición el 11 de marzo en medio de la algarabía general y cientos de invitados internacionales. Dos meses antes, sorprendía a propios y extraños designando a sus ministros. Algunos pertenecían a los partidos que gobernaron Chile desde el progresismo. Algo inexplicable, si se considera que el estallido social de octubre de 2019 agitó como bandera su rechazo. Sin embargo, el presidente Boric no tuvo remilgos. Personajes que han contribuido al mantenimiento del neoliberalismo, apuntalado sus reformas, y bajo acusaciones de prácticas clientelares, forman parte de su gobierno. ¿Por qué esta decisión?
Sin duda, debió ser meditada con sus asesores. ¿Se trataba de enviar un guiño hacia quienes vaticinaban un gobierno rupturista? ¿Era una manera de conseguir apoyos en territorio enemigo? Añadir interrogantes es fácil. Sin embargo, creo que se debe más a una estrategia de coyuntura y una debilidad estructural. Se trataría de fortalecer la Convención Constitucional y de esa manera al gobierno, evitando roces con socialistas, democratacristianos e independientes neutrales, cuyas decisiones pueden contribuir a redactar una nueva constitución progresista. De logarlo, Gabriel Boric pasaría a la historia como enterrador del pinochetismo constitucional. Su visita a los convencionales nada más tomar posesión del cargo contrasta con el boicot de Sebastián Piñera y supone un aval, más allá del resultado final.
Sin mayoría en el parlamento, sus decisiones están permeadas por el resultado del plebiscito constitucional, a celebrarse el próximo 4 de septiembre. La necesidad de aprobar la nueva Carta Magna es un objetivo prioritario. Su rechazo provocaría una hecatombe. La derecha lo sabe y ha puesto toda su actividad en demostrar que la propuesta de Carta Magna sobrepasa todas las líneas rojas. Por consiguiente, es poco representativa del país. Presa del estallido social, está sesgada por miembros que la han secuestrado, avivando viejos odios políticos que alteran la paz y el buen orden. Por otro lado, dirán, los convencionales progresistas son incompetentes y frívolos.
Para contrarrestar este dislate, la derecha moviliza fuerzas en campo propio y ajeno. Ex dirigentes de la concertación, premios nacionales, senadores, diputados, ex rectores de universidad, ex ministros, se adhieren al movimiento Amarillos por Chile, cuyo ideario puede sintetizarse en el eslogan Una constitución sin ideologías. Ni de derechas ni de izquierdas. Fulvio Rossi, ex senador socialista y amarillista, se despacha tildando a los convencionales de redactar una Constitución totalitaria, sin respeto a la propiedad privada. En contraposición, la actual Carta Magna, tras las reformas introducidas por Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, sería un ejemplo de consenso, democracia y armonía social. Con este argumentario, compartido por los miembros de Amarillos por Chile, el fantasma del rechazo se vuelve una alternativa a proponer como opción. De esa manera, la constitución pinochetista seguiría vigente.
Una derrota sería difícil de encajar por el gobierno de Gabriel Boric. Su fuerza depende del resultado en el plebiscito. Un triunfo podría incluso ser interpretado como un éxito personal. Pero el gobierno se ha encharcado y no ha sido capaz de fortalecerse; por el contrario, ha demostrado no estar a la altura de las expectativas. A poco de andar sigue la misma trayectoria de gobiernos anteriores. Los movimientos sociales, en los cuales debía apoyarse, han sido desmovilizados, cuando no reprimidos. De tal manera que el partido del orden se recompone. Cuarenta años de transacciones, corruptelas, favores, enriquecimiento fraudulento y pactos espurios genera redes, y visto que el gobierno no los ataca, se siente con renovadas fuerzas. Su poder se encuentra en las instituciones: fuerzas armadas, jueces, empresarios, curia, banqueros. Representan un poder fáctico. Así, más allá de los brindis al sol, la realidad sugiere que el dique para avalar una acción de gobierno en el medio plazo, una nueva constitución progresista, se esfuma entre decisiones controvertidas, prácticas clientelares y errores de principiante. La arrogancia de quienes pensaron que gobernar un país era similar a tener el mando de un sindicato estudiantil, se topan con viejos lobos con años de experiencia. Soberbios y sin humildad, están siendo engullidos por tiburones de la política. Se cuenta que al presidente Salvador Allende, en marzo de 1973, época de las elecciones legislativas, le informaron la intención de un pariente deseoso de postularse al Senado, su respuesta fue demoledora: Sin experiencia se lo van a comer vivo. Allí no tendrá ninguna opción de sobrevivir. Mejor que se olvide y se presente a diputado. Saque usted las conclusiones.

Producción para el autoconsumo: contra la dependencia y la inflación
El presidente Andrés Manuel López Obrador cerrará hoy una gira de tres días para presentar una campaña nacional de producción para el autoconsumo, con la cual se busca alcanzar la autosuficiencia alimentaria para combatir la nueva calamidad mundial que significa la inflación. Con las Jornadas de Producción de Autoconsumo, dadas a conocer en Nuevo León, Jalisco, Veracruz, Puebla y la Ciudad de México, se impulsará que 14 mil agrónomos y especialistas del campo del país que participan en programas de las secretarías de Agricultura y de Bienestar, entre otras dependencias, apoyen a los pequeños productores para incrementar la producción de alimentos.
El viernes, durante los actos en Guadalupe, Nuevo León, y Zapotlanejo, Jalisco, el mandatario sostuvo que la lección que deben dejar la disrupción de las cadenas de suministro a causa de la pandemia y la inflación recrudecida por la invasión de Rusia a Ucrania, reside en la necesidad de producir lo que se consume y no depender del extranjero. Ayer, en Boca del Río, Veracruz, consideró que luchar contra la inflación es enfrentar a la pobreza, es garantizar que el ingreso le rinda más a la gente, fortalecer el poder de compra de nuestro pueblo. En este sentido, la producción para el autoconsumo se añade a otras medidas como el acuerdo con el sector privado para reducir los precios de 24 productos de la canasta básica, los subsidios en el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a fin de evitar las alzas desmedidas en el costo de las gasolinas y el diésel, o los topes de precios al gas LP, todas ellas orientadas a contener el impacto de la inflación en la economía de los mexicanos.
Si bien todas estas iniciativas son saludables, en tanto responden a la urgencia de atajar los efectos más perniciosos de la inflación, enfrentan importantes desafíos que podrían mermar su eficacia. Por ejemplo, se ha observado que hasta el momento el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (Pacic) presentado el 4 de mayo ha tenido una incidencia limitada en los precios al consumidor final de los artículos de primera necesidad. En el caso de las Jornadas de Producción de Autoconsumo, aunque sin duda es positivo que se mire por el bienestar de los pequeños campesinos, el gran peso de los medianos y grandes productores en el agro nacional permite tener reservas en cuanto a la capacidad de incidir de manera significativa en el volumen de producción y en los precios con el apoyo a quienes practican la agricultura de subsistencia.
Lo cierto es que una conjunción de factores –desde la sequía de los años recientes hasta el encarecimiento de los fertilizantes por el conflicto en el este europeo– ha llevado a caídas en la producción de varios cultivos y a consiguientes incrementos en la importación de los mismos. Así, en el primer bimestre de 2022, el gasto de México para adquirir granos básicos en el extranjero se incrementó 27 por ciento respecto a igual periodo del año pasado; en el primer trimestre de 2021, el monto de las compras de maíz ya se había disparado 63 por ciento en comparación con 2020, todo lo cual ha encarecido los víveres y alejado el objetivo de alcanzar la soberanía alimentaria.
Por ello, cabe esperar que la nueva política anunciada por el titular del Ejecutivo rinda frutos y que, de ser necesario, se conjunte con otras disposiciones con la finalidad de aumentar la producción interna, reducir la dependencia del exterior y controlar la inflación.