miércoles, 11 de mayo de 2022

Fuerzas rusas atacan el puerto de Odesa; intentan bloquear rutas de suministro.

Mantienen el asedio a la planta de Azovstal
El ejército ucranio asegura que empuja a la artillería de Moscú fuera del alcance de Járkov
▲ En una ofensiva con misiles, las fuerzas de Rusia alcanzaron un centro comercial y un almacén (en la imagen) en el estratégico puerto de Odesa.Foto Ap
Ap, Sputnik, Europa Press y Reuters
Periódico La Jornada  Miércoles 11 de mayo de 2022, p. 21
Zaporiyia. Fuerzas rusas atacaron el vital puerto de Odesa dentro de un aparente intento de cortar rutas de suministro y entregas de armas, afirmaron ayer funcionarios ucranios. En el otro extremo de la costa sur, castigaron a Azovstal, la planta siderúrgica donde combatientes ucranios mantienen la resistencia para impedir que Moscú tome pleno control del estratégico puerto de Mariupol, en el Mar de Azov.
Días después del dramático rescate de lo que algunos funcionarios describieron como los últimos civiles atrapados en la acería de Mariupol, las autoridades señalaron que aún quedaban cerca de un centenar en la red de túneles bajo bombardeos rusos.
En tanto, las autoridades ucranias anunciaron el hallazgo de 44 civiles muertos entre los escombros de un edificio destruido en Izium hace algunas semanas.
El ejército ucranio indicó que fuerzas rusas lanzaron antier siete misiles a Odesa, donde golpearon un centro comercial y un almacén. Una persona murió y cinco resultaron heridas, informó el ejército. Ucrania aseguró que al menos parte de la munición era soviética. Sin embargo, el Centro de Estrategia de Defensa, grupo de estudios ucranio que sigue la guerra, indicó que Moscú sí empleó armas de precisión en Odesa, en concreto misiles Kinzhal, o Daga, un tipo de misil hipersónico aire-tierra.
Odesa, el puerto más grande de Ucrania, a orillas del Mar Negro, es también un importante punto de salida de los cargamentos de grano y el bloqueo ruso sobre la localidad ya amenaza el suministro global de alimentos. La ciudad es, además, una joya cultural apreciada por rusos y ucranios.
El ministerio ruso de Defensa anunció la conquista de Popasna, entre Kramatorsk y Lugansk, en el norte del Donbás, y aseveró que desde que comenzó la ofensiva fueron destruidos 163 aviones, 124 helicópteros, 793 drones, 300 sistemas de misiles antiaéreos, 2 mil 979 tanques y otros vehículos blindados, 351 lanzacohetes múltiples, mil 440 unidades de artillería de campaña y morteros, así como 2 mil 789 unidades de vehículos militares especiales, resumió en una sesión informativa el portavoz del ministerio de defensa ruso, Igor Konashénkov.
El mando militar ucranio aseguró que sus tropas han matado a 26 mil soldados rusos desde el inicio de la invasión el 24 de febrero; 350 durante las hostilidades de las últimas 24 horas, y que recapturaron las aldeas de Cherkaski Tyshki, Ruski Tyshki, Borshchova y Slobozhanske, en una zona al norte de Járkov, confirmó Tetiana Apatchenko, responsable de prensa de la 92 Brigada Mecanizada Separada, la principal fuerza ucrania cerca de Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania.
Yuriy Saks, asesor del ministro ucranio de Defensa, Oleksiy Reznikov, aseguró que estaban empujando a la artillería rusa fuera del alcance de partes de Járkov, que ha estado bajo bombardeo desde los primeros días de la guerra.
Las operaciones militares de las fuerzas armadas ucranias en torno a Járkov, sobre todo al norte y noreste, son una especie de historia de éxito, manifestó Saks a Reuters. El ejército ucranio fue capaz de empujar a estos criminales de guerra a una línea más allá del alcance de su artillería.
El mando militar ucranio afirmó en un mensaje en su cuenta de Facebook que desde que comenzaron los combates han sido destruidos mil 170 vehículos, 519 sistemas de artillería y 185 lanzacohetes múltiples autopropulsados y blindados rusos.

La guerra en Ucrania se estanca, y ninguno de los bandos está ganando, dice la inteligencia estadunidense
▲ Avril Haines, directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, y el general Scott Berrier, jefe de la Agencia de Inteligencia de Defensa, ayer al comparecer ante un comité del Senado para hablar sobre la operación militar rusa en Ucrania.Foto Afp
David Brooks  Corresponsal
Periódico La Jornada  Miércoles 11 de mayo de 2022, p. 20
Nueva York. Los rusos están considerando una guerra prolongada en Ucrania y por ahora ese conflicto está estancado, ninguno de los lados está ganando, expresaron jefes de inteligencia estadunidense ayer, mientras el Congreso se prepara para aprobar casi 40 mil millones de dólares más en asistencia –la mayoría militar– a Kiev con una notable ausencia de prospuestas de Washington para una paz negociada.
“Evaluamos que el presidente (Vladimir) Putin se está preparando para un conflicto prolongado en Ucrania… evaluamos que los objetivos estratégicos de Putin probablemente no han cambiado”, declaró Avril Haines, directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, al comparecer ayer ante el comité de fuerzas armadas del Senado. Detalló algunas de las maniobras militares que los rusos intentarán para obtener el control de varias ubicaciones estratégicas, incluida la costa del Mar Negro.
En la misma audiencia, el jefe de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA, por sus siglas en inglés), general Scott Berrier, comentó a los senadores que en esta coyuntura los rusos no están ganando y los ucranios tampoco, y estamos en una especie de estancamiento. Confirmó que hasta la fecha han muerto entre ocho y 10 generales rusos, y al preguntarle por las posibilidades de que Putin ordene el uso de armas nucleares tácticas, respondió que por ahora no vemos eso.
Haines espera más amenazas de Putin sobre el uso de armas nucleares, incluido algún ejercicio atómico, pero se considera que por ahora no hay una amenaza de que el mandatario ruso autorizará un ataque de esa naturaleza.
Mientras, luego de que líderes legislativos llegaron a un acuerdo el lunes, el Congreso empezó el proceso de aprobar un paquete de asistencia militar y humanitaria a Ucrania hasta de 39.8 mil millones de dólares, mucho más de los 33 mil millones propuestos inicialmente por la Casa Blanca, y un total que es 10 veces más que cualquier paquete anterior. Se espera que sea aprobado relativamente rápido, ya que en torno al tema de guerra hay, a diferencia de casi todo otro tema nacional, un consenso bipartidista generado por la invasión rusa a Ucrania.
Ese consenso preocupa a algunos analistas. Matt Duss, asesor de política exterior del senador Bernie Sanders, escribió en Foreign Affairs que la última vez que existió un consenso tan amplio fue despues del 11-S, el cual se usó para promover una serie de decisiones políticas que llevaron a errores y abusos graves con consecuencias extensas que siguen hasta hoy día. “El peligro es que en lugar de desarrollar un nuevo paradigma para esta era, los formuladores de políticas sencillamente intentarán exhumar un viejo modelo de guerra fría de ‘nosotros contra ellos’, revitalizarlo y ponerle un smoking”.
Duss advierte que hay razones por las cuales la mayoría de la población del mundo, en particular en el sur global, aún no han tomado una posición en torno a la invasión rusa a Ucrania señalando que “muchos países son escépticos sobre los llamados de naciones poderosas que ellos perciben como las que nunca han titubeado para explotar a los menos poderosos cuando sus intereses lo dictaban… Al mismo tiempo, la antipatía hacia la hegemonía de Estados Unidos es genuina, sobre todo en regiones que han padecido intervenciones militares, golpes, ocupaciones y asesinatos estadunidenses”.
Duss tambien señala que enmarcar la guerra de Rusia contra Ucrania como una batalla entre la democracia y la autocracia no toma en cuenta varios factores, incluido que esa misma batalla está ocurriendo dentro de varios países, entre ellos Estados Unidos, y que carece de credibilidad cuando Washington sigue apoyando a varios gobiernos autocráticos en regiones como Medio Oriente. Más aún, la retórica de la Casa Blanca al criticar a criminales de guerra carece de significado si Estados Unidos rehúsa rendir cuentas por sus propias violaciones ante instancias internacionales.
Por el momento, el gobierno de Joe Biden sigue operando más bien con nostalgia de la guerra fría, cumpliendo con los temores de varios analistas críticos de que este conflicto ya se ha elevado a una confrontación entre Estados Unidos y la alianza de la OTAN contra Rusia.
Anatol Lieven, experto en Rusia y analista de conflictos internacionales en el Quincy Institute, advierte en su revista en línea Responsable Statecraft que acontecimientos recientes siguen llevando a Estados Unidos a un paso más cerca a una guerra actual con Rusia. Eso también implica un riesgo, ahora más grande que nunca, de una guerra nuclear, tal vez hasta (peor que) durante la crisis de los misiles en Cuba. Para evitar todo eso, Lieven recomienda que el gobierno de Biden proceda de inmediato a asegurar a Rusia que la estrategia estadunidense es ayudar a defender a Ucrania, pero no imponer una derrota completa sobre Moscú y usar esto para debilitar o destruir al Estado ruso.
El conflicto no es prioridad para Washington
Señala que la ausencia de una propuesta para un fin negociado del conflicto en los hechos como en la retórica indica que, por ahora, frenar el conflicto no es prioridad de Washington.
El analista geoestratégico Michael Klare menciona que varios líderes estadunidenses repiten, como lo hizo otra vez más la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en su visita a Kiev, que Estados Unidos está con Ucrania hasta obtener la victoria pero no precisan qué implica eso, ni los costos humanos y económicos. En ningún lugar, en sus comentarios ni en los de otros funcionarios de alto nivel, hay palabras de un acuerdo negociado en Ucrania, sólo de escenarios que llevan a la derrota de Rusia, a cualquier costo en vidas humanas, escribió en The Nation.
Lo que se necesita, concluye Klare, no son promesas ilusas de victoria, sino un esfuerzo internacional serio para frenar los combates ahora antes de que muera más gente, o la guerra escalará a algo mucho peor, entre lo cual está dejar de hablar de victoria por parte de los líderes occidentales.
Con la dinámica del conflicto actual, parece que no es sólo Moscú el que está contemplando prolongar la guerra, sino Washington también.