Autoriza a petroleras negociar con el país sudamericano // El gobierno de Maduro aspira al levantamiento de todas las penalidades: Delcy Rodríguez
▲ El presidente venezolano, Nicolás Maduro (en imagen de archivo), ha condicionado el diálogo con la oposición al levantamiento de las sanciones de Estados Unidos.Foto Europa Press
Ap, Afp, Reuters, Arn, Xinhua y Prensa Latina
Periódico La Jornada Miércoles 18 de mayo de 2022, p. 20
Washington. Estados Unidos aliviará ligeramente algunas sanciones económicas contra Venezuela, entre ellas una vinculada a la petrolera Chevron, en un gesto para ayudar a promover una inminente reanudación del diálogo en México entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, informaron altos funcionaros estadunidenses y fuentes citadas por las agencias de noticias Ap, Reuters y Afp.
El gobierno de Maduro, en voz de su vicepresidenta Delcy Rodríguez, confirmó en un tuit: Venezuela ha verificado y confirmado las noticias publicadas en el sentido de que Estados Unidos ha autorizado a empresas petroleras estadunidenses y europeas para que negocien y reinicien operaciones en la nación bolivariana.
La administración del presidente Joe Biden informó de estas medidas un día después de relajar las restricciones a los viajeros estadunidenses a Cuba y levantar limitaciones a las remesas, en un anuncio que fue calificado de paso limitado en la dirección correcta, que no modifica en absoluto el bloqueo dispuesto por Washington hace más de 60 años.
La Casa Blanca autorizó a la petrolera estadunidense Chevron Corp a entablar conversaciones con el gobierno de Maduro, tras levantar de manera temporal una prohibición impuesta por Washington sobre tales discusiones, aseveraron altos funcionarios de gobierno.
Nada aún sobre la renovación de licencia a Chevron
Sin embargo, aún no hay una decisión final de Washington sobre la renovación de una licencia, actualmente limitada, que permite a Chevron conservar activos en Venezuela, afirmaron las fuentes consultadas a Reuters.
Chevron, con sede en California, es el último productor de petróleo de Estados Unidos que mantiene presencia en Venezuela, donde se hallan las reservas de crudo más grandes del mundo. Sus cuatro filiales con PDVSA produjeron alrededor de 200 mil barriles por día en 2019, pero al siguiente año el gobierno estadunidense le ordenó reducir la producción a manera de presión para sacar del poder a Maduro.
Se autorizará a Chevron negociar los términos de las posibles actividades futuras en Venezuela, pero no se permite cerrar ningún nuevo acuerdo con (la petrolera estatal venezolana) PDVSA, explicó una fuente a Afp.
De acuerdo con la medida anunciada, Chevron no podrá perforar ni exportar petróleo venezolano, y en el fondo, sólo se les permite hablar a ambas petroleras, explicaron fuentes consultadas por Ap.
El Departamento del Tesoro tiene previsto revelar otra medida más adelante. Según reportes de prensa, Carlos Erik Malpica Flores, ex ejecutivo de PDVSA y sobrino de la esposa de Maduro, Cilia Flores, será eliminado de una lista de personas sancionadas.
Decenas de venezolanos, incluidos Maduro y el fiscal general Tarek William Saab, así como 140 entidades, entre ellas el Banco Central de Venezuela, seguirán en la lista de sancionados, apuntó Ap. El gobernante del país sudamericano está acusado por Washington de conspirar para inundar Estados Unidos con cocaína y de utilizar el narcotráfico como arma contra el país.
El Tesoro indicó que se continuará con la prohibición de las transacciones con el gobierno venezolano y PDVSA dentro de los mercados financieros estadunidenses.
Ninguno de estos alivios de presión conduciría a un aumento de ingresos para el régimen, aseguró un alto funcionario consultado por Afp, e insistió: nuestro enfoque ha sido apoyar al gobierno interino y a la Plataforma Unitaria para lograr que el régimen tome medidas para lograr elecciones libres y justas a través de negociaciones.
Horas después del anuncio, la vicepresidenta Rodríguez expresó en Twitter: Venezuela aspira a que estas decisiones de Estados Unidos inicien el camino para el levantamiento absoluto de las sanciones ilícitas que afectan a todo nuestro pueblo.
Pueblo orgulloso
Aseguró que su país seguirá promoviendo de manera incansable el diálogo fecundo en formato nacional e internacional, y destacó la importancia de la recuperación económica venezolana en medio de las sanciones que se extendieron durante el gobierno del ex presidente estadunidense Donald Trump. Nuestro pueblo se siente orgulloso del trabajo y los logros de los últimos tiempos, subrayó.
El levantamiento de las sanciones era una de las condiciones del gobierno de Maduro para el avance del diálogo con la oposición. Las conversaciones comenzaron en agosto de 2021, pero el gobierno se retiró en octubre, cuando Cabo Verde extraditó a Estados Unidos a Alex Saab, colombo-venezolano cercano al presidente que es juzgado por lavado de activos.
Desde entonces no se ha retomado el diálogo entre el gobierno y la oposición de Venezuela. En cambio, sí hubo una conversación entre Estados Unidos y el gobierno de Maduro, en marzo, después de que la invasión de Rusia a Ucrania llevó al gobierno de Biden a imponer sanciones sobre la compra de petróleo ruso por empresas estadunidenses.
En una señal de los desacuerdos internos de la oposición, la Plataforma Unitaria negó de manera categórica que el grupo haya solicitado la eliminación de sanciones personales como parte de la negociación. Después en una declaración separada la delegación de la Plataforma en el proceso de diálogo, que no mencionó las sanciones económicas, dio a conocer que comenzó conversaciones formales con el gobierno para tratar de reanudar las negociaciones.
Jorge Rodríguez y Gerardo Blyde, jefes de la delegación del gobierno venezolano y la oposición en los pasados diálogos, respectivamente, tuitearon la misma fotografía de ellos junto a un mensaje, casi idéntico, alusivo a una reunión de trabajo para retomar el diálogo.
Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional, exigió en su mensaje la participación de Saab en cualquier iniciativa de diálogo con la oposición.
EU y Cuba, una ceja levantada
Rosa Miriam Elizalde
Las medidas sobre Cuba anunciadas por la Casa Blanca este lunes fueron recibidas con un suspiro de alivio y una ceja levantada. La cancillería cubana reaccionó con siete palabras justas: un paso limitado en la dirección correcta. Es la primera noticia en cinco años que llega desde Estados Unidos que no cancele viajes, corte remesas, sancione un hotel, incluya al país en una lista espuria o se invente un cuento, como el de unas imposibles armas sónicas que atacaron selectivamente a diplomáticos estadunidenses en La Habana.
El paquete incluye la eliminación de los límites a las remesas, la reautorización de los llamados viajes pueblo a pueblo, los vuelos regulares a varias ciudades de la isla y el programa de reunificación familiar, suspendidos por Donald Trump.
Los funcionarios de la administración de Joe Biden han dicho que las acciones se centrarán en los derechos humanos y en el empoderamiento del pueblo cubano, argumento difícil de digerir. Primero, Washington ha tardado casi medio mandato para cumplir su promesa electoral de revertir las sanciones de su predecesor. Segundo, las consecuencias de la actitud de los sicópatas de cuello blanco que han conducido la política hacia Cuba están a la vista. Al impedir que las familias a los lados del estrecho de la Florida se ayuden entre sí, incluso durante la pandemia, y al cerrar el consulado en La Habana y la posibilidad de otorgar visas, la tensión migratoria ha desembocado en una crisis real que amenaza con impactar de manera nefasta para los demócratas en las elecciones de medio término. Una encuesta de RealClearPolitics sobre la cobertura de los asuntos migratorios durante el actual gobierno, sitúa la aprobación pública en un miserable 35 por ciento.
Pero hay otras claves ocultas. Claro que se agradece el anuncio del restablecimiento del programa de reunificación de las familias cubanas y el aumento de servicios y procesamiento de visas en el consulado de Estados Unidos en La Habana, porque significa que muchos cubanos no tendrán que viajar a Guyana o a México para hacer los trámites. Pero las medidas soslayan la histórica politización de la migración que incentiva el éxodo irregular y riesgoso de los cubanos.
La decisión de levantar las restricciones de 11 dólares al día para las remesas –mil dólares en un trimestre– aliviará la economía de muchas familias cubanas y potencialmente podría ayudar a los negocios y a las pequeñas y medianas empresas privadas. Pero no está claro cómo se ejecutará esta decisión, puesto que Fincimex, la entidad a través de la cual se distribuyen las remesas en Cuba, fue incluida por Trump en la lista negra de las empresas con las que los estadunidenses tienen prohibido hacer transacciones. La pregunta lógica es cómo atravesarán el Atlántico las ayudas familiares.
La extensión limitada de los viajes a Cuba también es una buena señal. Sin embargo, en el paquete ni se menciona el derecho de los estadunidenses a viajar a la isla. Washington les exige portar una licencia del Departamento del Tesoro, so pena de una multa ejemplar. Los llamados contactos pueblo a pueblo sólo pueden realizarse en grupo, con una agenda prestablecida, un guía responsable de hacer cumplir las regulaciones y mecanismos de auditoría, que obligan a justificar cada gasto y guardar la documentación durante cinco años.
La desconfianza de la ceja levantada en realidad obedece a lo de siempre. Cada vez que nos despertamos, con o sin anuncios del gobierno de Estados Unidos, el dinosaurio del bloqueo todavía está ahí con su retorcida ecuación de asfixia económica más aislamiento político, que debe conducir al caos social y, en consecuencia, justificar el cambio de régimen a voluntad de Washington.
No importa que esto haya sido ineficaz durante 60 años. El gobierno estadunidense sigue gastando más de 25 millones de dólares anualmente en programas públicos para el cambio de régimen en Cuba (la cifra total es infinitamente mayor, porque no conocemos los fondos secretos) y ha mantenido a la isla en la lista de países que patrocinan el terrorismo, a pesar de que no hay evidencia alguna que justifique semejante cosa. Eso impide que la mayoría de las instituciones financieras del mundo se arriesguen a ejecutar transacciones con el gobierno cubano o que éste pueda acceder a créditos para bienes y servicios básicos. Es decir, el bloqueo es también un hecho trasnacional por decisión de Trump, y Biden lo ha mantenido en el mismo lugar.
Las medidas son un paliativo, sí, pero el secreto está en la ceja.