jueves, 5 de mayo de 2022

Amenaza la hambruna a 20 millones en África por la sequía: PMA

▲ Una madre de familia espera atención para sus hijos en la unidad de nutrición del Centro de Salud de Kelafo, en la ciudad de Gode, Etiopía. La sequía que afecta al continente africano contribuye a que cada mes aumente el número de niños desnutridos en la región.Foto Afp
Afp   Periódico La Jornada
Jueves 5 de mayo de 2022, p. 20
Nairobi. Desde el sur de Etiopía hasta el norte de Kenia, pasando por Somalia, el Cuerno de África sufre una grave sequía que amenaza con pasar hambre a unos 20 millones de personas y preocupa a las organizaciones humanitarias.
Una conferencia de donantes organizada en Ginebra permitió obtener la semana pasada cerca de mil 400 millones de dólares para ayudar en esta lucha.
En esta enorme región, cuya población vive sobre todo de la ganadería y la agricultura, las últimas tres temporadas de lluvias desde finales de 2020 se han caracterizado por escasas precipitaciones, además de una plaga de langostas que devastó los cultivos entre 2019 y 2021.
Un mes después de que en teoría comenzó la temporada de lluvias, la cantidad de personas que padecen hambre a raíz de la sequía podría pasar de la estimación actual de 14 a 20 millones en 2022, declaró el mes pasado el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Cerca de 40 por ciento de la población de Somalia, es decir, 6 millones de personas, enfrenta índices extremos de inseguridad alimentaria y algunas zonas ya conocen el hambre, indicó la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
De acuerdo con la ONU, 6.5 millones de personas requieren ayuda alimentaria en el sur y sureste de Etiopía.
En las zonas este y norte de Kenia, 3 millones de personas necesitan asistencia alimentaria.
Tenemos que actuar ahora si queremos prevenir una catástrofe, declaró Chimimba David Phiri, representante de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ante la Unión Africana, durante una sesión informativa en Ginebra.
La situación se ha agravado con el conflicto en Ucrania, que contribuyó al aumento de los precios de los alimentos y del combustible y ha perturbado las cadenas de abastecimiento, subrayá la ONU.
Según Catherine Russell, directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), 10 millones de niños de Yibuti, Etiopía, Somalia y Kenia necesitan asistencia vital.
Más de 1.7 millones de niños están malnutridos en la región, declaró Russell, en un comunicado publicado tras una visita de cuatro días a Etiopía la semana pasada.
De acuerdo con esta funcionaria, la falta de agua potable eleva el riesgo de enfermedades entre los niños, mientras cientos de miles ya no van a la escuela, al verse forzados a caminar varias horas por día para encontrar agua y alimento.
En 2017, una movilización humanitaria anticipada logró evitar la hambruna en Somalia, a diferencia de lo sucedido en 2011, cuando 260 mil personas –la mitad menores de seis años– murieron de inanición o por trastornos vinculados al hambre.
Más allá de las consecuencias mortales directas, la escasez de agua y de pastura también son fuentes de conflicto, sobre todo entre los pastores.
En Kenia, reputado por sus reservas y parques naturales, la fauna salvaje también se encuentra amenazada.
Se han constatado casos de animales salvajes muertos por falta de agua y comida. En el centro del país, felinos han atacado al ganado, y los búfalos llegan hasta las fincas para pastar, afectando a campesinos.

Electricidad y crisis hegemónica
John Saxe-Fernández
Más que reclamo fue una llamada de atención del presidente Andrés Manuel López Obrador al pueblo mexicano y latinoamericano de dentro y fuera, del inadmisible pero abierto intervencionismo del gobierno de Estados Unidos (EU) en el proceso político-legislativo de la histórica reforma eléctrica, lo cual exige revisar lo que los historiadores en EU llaman la presidencia imperial y su estrecha relación con los intereses y exigencias del expansivo capitalismo monopólico. Recuerdo que la Ley de la Industria Eléctrica fue declarada constitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (y que la legislación minera reservó el litio a la nación). Es claro que el aludido intervencionismo de EU es por su apetito por el control y usufructo de los mercados eléctricos al sur del Bravo. En este contexto resulta estratégica la decisión del gobierno de Nicaragua de expulsar a la OEA de su territorio.
Tanto esa alerta como el abierto rechazo de México a las exclusiones y maniobras contra Cuba y Venezuela desplegadas por Joseph Biden llegan a lo profundo del alma nacional de la población mexicana que no sólo vive en territorio nacional.
En torno a la inestabilidad que genera la sobrexpansión capitalista también resulta necesario revisar, como indica LaFeber, la creciente centralización del poder policial-militar en un Ejecutivo orientado a lanzar cruzadas o sangrientas guerras carniceras para restablecer alguna estabilidad para otro ciclo de inversión.
Las políticas y formas en que el imperialismo de EU ha tratado de resolver lo que parece una contradicción irreconciliable entre el empuje desestabilizador de sus agentes económicos (llámese grandes monopolios, sectores oligopólicos o empresas multinacionales) y el tan difundido compromiso de su política exterior por impulsar la estabilidad y el orden, se centra en recurrir a la intervención de los instrumentos policiacomilitares y de seguridad nacional para enfrentar frecuentes explosiones sociopolíticas. Esta pauta histórica aumentó su frecuencia en paralelo al espectacular crecimiento del capitalismo de EU después de la Guerra Civil (1861-1865), cuando muchas industrias y sectores económicos, los monopolios y lo que se conoce como capitalismo gerencial, habían remplazado a las firmas familiares. Los grandes monopolios crecieron y empezaron a dominar los sectores clave de la expansión, alteraron las estructuras básicas de vastos sectores y de la economía como un todo, tomando del mercado la coordinación e integración del flujo de bienes y servicios desde la producción de la materia prima a través de las etapas de los procesos productivos hasta la venta al consumidor. Donde esto ocurrió, la producción y la distribución se concentraron en las manos de unas cuantas grandes corporaciones,
Así, la mano invisible del poder monopólico, por medio de las estructuras de la propiedad y la administración, hacía trizas la noción de una mano invisible de las fuerzas del mercado, el fundamento de una retórica utilizada por las grandes corporaciones en su expansión por el mundo, siguiendo una narrativa similar a la usada por el imperio británico. El príncipe Bismarck, el Canciller de Hierro, solía decir que el libre comercio es la doctrina favorita de la potencia dominante, temerosa de que otros sigan su ejemplo.
Su expresión imperialista más básica se halla en la creciente simbiosis entre el poderío estatal y los intereses de las grandes corporaciones. Al finalizar el siglo XIX, la coordinación de la política exterior de EU y los intereses privados nacionales se hizo más intensa y extensa. La expansión en ultramar se centró de manera casi exclusiva en controlar e influir en los mercados movilizándose por todo el mundo y bajo los impulsos que emanaban de la interrelación entre su política exterior y la dinámica capitalista, incluyendo necesidades de mercado, de materia prima y oportunidades para la inversión del capitalismo monopólico.
Desde una perspectiva teórica general y global, Sweezy y Baran ( Capital Monopólico, 1972 ), Harry Magdoff e Istvan Mészáros han identificado las tendencias contradictorias del capitalismo por su expansionismo, afectando la relación de las estructuras de mando económicas y políticas. Según Mészáros, la contradicción entre estados nacionales rivales del sistema capitalista y el problemático empuje de sus unidades económicas más poderosas –las megacorporaciones– hacia los monopolios trasnacionales son la manifestación más clara de esta sobrextensión.(Istvan Mészáros, Beyond Capital Londres, Merlin Press, 1995, p. 170.)
Es esta una propuesta teórica crucial en todo intento por interpretar el hecho de que a principios de los años 60, y de la guerra en Vietnam, Herbert Marcuse, Baran y Sweezy insistían en la centralidad del estado de guerra, (Seminario de Marcuse,Universidad Brandeis, Massachusetts, 1963-1964.) tema fundamental que seguiré desarrollando en la próxima entrega.