lunes, 23 de noviembre de 2020

Protestas en varias ciudades de España contra ley de educación.

Las marchas se realizaron en coches
El PP y Vox amagaron con derogarla en cuanto recuperen el poder
▲ En la Plaza de Oriente de Madrid, unas 50 personas rindieron tributo al dictador Francisco Franco. Hasta el lugar llegaron seis activistas del movimiento feminista Femen e interrumpieron el acto con gritos de fascismo legal, pandemia nacional.Foto Afp
Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 23 de noviembre de 2020, p. 35
Madrid. Decenas de miles de personas salieron ayer a las calles de 30 ciudades españolas para expresar su rechazo a la nueva ley de educación en España, que se aprobó el pasado viernes en el Congreso de los Diputados en medio de un áspero debate que puso en evidencia la fractura política en este asunto.
Las manifestaciones se hicieron en los coches, para evitar los contagios por la pandemia de Covid-19, si bien la más numerosa fue la que se realizó en Madrid, donde según los organizadores circularon por el centro más de 15 mil vehículos. La policía calculó que la cifra fue de 5 mil.
El Congreso de los Diputados aprobó la nueva normativa en materia educativa por un solo voto más a favor. Prácticamente la mitad del Parlamento se opuso, por distintos motivos, a una polémica ley que pretende, según el gobierno del socialista Pedro Sánchez, favorecer la educación pública y hacerla más homogénea e igualitaria. Sus detractores son los dueños de las escuelas y familias de la llamada educación concertada, que es una mezcla de enseñanza pública y privada y que en su mayoría está controlada por el clero católico.
En la protesta se rechazó la existencia de escuelas para alumnos especiales –sobre todo niños con patologías de diverso tipo– y también la eliminación de la figura del idioma español como lengua vehicular en algunas comunidades autónomas, sobre todo en Cataluña.
El gobierno, a través del Partido Socialista Obrero Español, criticó a la oposición de la derecha, tanto del Partido Popular (PP), como del ultraderechista Vox y el conservador Ciudadanos, por anunciar la derogación de la ley en cuanto recuperen el poder en el país. Incluso acusaron a la oposición de difundir mentiras y de instar a sus gobiernos autonómicos al desacato para incumplir la legislación que entrará en vigor el próximo curso escolar, siempre y cuando no sea suspendida de forma cautelar por el Tribunal Constitucional, ya que, también el PP, anunció que presentará en los próximos días un recurso contra la normativa.
Rememoran a Franco
En otras movilizaciones, en esta ocasión para rememorar la figura del dictador Francisco Franco (1892-1975) y de su régimen totalitario (1936-1975), ocurrieron en España varios actos, el más numeroso en la Plaza de Oriente de Madrid, donde unas 50 personas acudieron para rendir tributo al tirano.
El acto se celebró bajo estrictas medidas de seguridad y seis activistas del movimiento feminista Femen lo interrumpieron al grito de fascismo legal, pandemia nacional. Este colectivo, que suele protestar con la parte superior del cuerpo desnudo, ha realizado acciones similares en los años recientes, siempre para repudiar las reminiscencias franquistas en una parte de la sociedad española.

Educación: la España profunda reacciona
Como fruto de un arduo trabajo de equilibrios políticos, el gobierno español logró ayer que el Congreso de los Diputados aprobara por mayoría absoluta una nueva ley de educación que incluye, entre otros pequeños avances respecto a la anterior, la eliminación de la centralidad del español en la enseñanza –lengua vehicular– en las comunidades autónomas, asunto de particular interés en Cataluña y el País Vasco; la prohibición de la segregación por sexo en los colegios; la progresiva asimilación de alumnos con capacidades diferentes en los centros de enseñanza regulares, con propósitos de inclusión y socialización; que no se incorpore la asignatura de religión en los promedios de calificaciones, y la prohibición de que establecimientos educativos privados sean erigidos en terrenos de propiedad pública.
La legislación referida, que contó con el respaldo del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Unidas Podemos, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Partido Nacionalista Vasco (PNV) y grupos minoritarios, debe pasar ahora al Senado. Sin embargo, desde la discusión en el Congreso de los Diputados enfrentó una virulenta resistencia de las derechas representadas por el Partido Popular y Ciudadanos, así como de la ultraderecha franquista de Vox, formaciones que anunciaron desde ya su intención de impugnar la norma ante el Tribunal Constitucional y de revertirla en cuanto recuperen el control del gobierno. Fuera de la sede legislativa, miles de personas salieron a las calles de diversas ciudades españolas –con las excepciones de las vascas y de las catalanas– para expresar su rechazo a la nueva ley educativa.
El episodio ilustra las enormes dificultades que afronta la nación ibérica para actualizar su legislación y amoldarla a las realidades contemporáneas, de acuerdo con principios de inclusión, pluralidad y respeto a la diversidad. A casi medio siglo de la muerte de Francisco Franco, las lógicas reaccionarias de la dictadura permanecen enraizadas en vastos sectores de la sociedad; el sentido del lema España una, grande, libre, de la tiranía fascista, sigue impidiendo el avance de soluciones de convivencia entre los regionalismos y el centralismo españolista, y la moral pacata y reaccionaria del clero católico dispone aún de formidables defensores en el ámbito político. Las dos Españas, como se conoce a la fractura ideológica y política que alimentó la guerra civil en la cuarta década del siglo pasado, es una realidad en 2020.
Se configura así la paradoja de un Estado inserto en la modernidad de la Unión Europea que al tiempo permanece anclado en una transición que en muchos sentidos no ha sido tal: a los flagrantes anacronismos institucionales que sustentan la figura de la monarquía y de una jefatura de Estado hereditaria e inimputable –lo que es aberrante para los criterios democráticos– se añaden leyes que impiden el reconocimiento del derecho de las naciones a su propio idioma como herramienta educativa, perpetúan la segregación por sexo en algunos planteles educativos y niegan a los alumnos de capacidades diferentes la plena inclusión social. Cabe esperar que las realidades del mundo contemporáneo induzcan una rápida evolución de esa España profunda y reaccionaria antes de que ésta lleve al país a una involución de consecuencias necesariamente trágicas y funestas.