La apuesta del gobierno federal por recuperar la industria energética nacional recibió ayer un fuerte impulso al anunciarse la entrada en operación del campo petrolífero de Quesqui, ubicado en el estado de Tabasco. De acuerdo con el director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero Oropeza, el yacimiento cuenta con 500 millones de barriles de petróleo en reservas probadas y 200 millones de barriles más en reservas potenciales, lo cual lo convertiría en el descubrimiento más relevante de la empresa productiva del Estado en los pasados 30 años. El funcionario informó que los pozos habilitados ya producen 4 mil 500 barriles diarios, cuota que aumentará a 69 mil el próximo año y hasta 135 mil en 2021.
Si bien las cifras anteriores palidecen frente a la productividad que otrora alcanzó el gigantesco complejo de Cantarell –2 millones 137 mil barriles diarios en su pico de producción–, son de gran relevancia ante un panorama como el actual, en el que la producción total de la nación se ubica en un millón 913 mil barriles diarios. Como destacó el presidente Andrés Manuel López Obrador al recibir la noticia, mientras se encontraba de visita en su entidad natal, Quesqui contribuirá a frenar la pronunciada caída en la producción de hidrocarburos, que fue uno de los saldos de la política de desmantelamiento de la industria energética nacional seguida por sus antecesores.
En este sentido, es necesario recordar que entre 2004 y diciembre pasado la producción de la empresa petrolera se desplomó de 3.4 a sólo 1.7 millones de barriles diarios como resultado de una sistemática desinversión, y que la reforma energética aprobada en 2014 no sólo no revirtió este declive, sino que lo profundizó. El cambio de rumbo decidido por los ciudadanos en las pasadas elecciones federales, determinó que el presente año estuviera marcado por los ingentes esfuerzos del gobierno federal para revertir tres lustros de declive en la producción petrolera y de una acelerada pérdida de la soberanía energética, cuyo mayor emblema ha sido la importación de gasolinas –que en 2018 se disparó hasta representar tres cuartas partes de la demanda nacional.
Cabe desear que el descubrimiento del campo petrolífero de Quesqui signifique un punto de inflexión en los esfuerzos por rescatar a Petróleos Mexicanos y devolverle su viabilidad a largo plazo, no sólo porque la empresa es una importante fuente de empleos en extensas regiones del país, así como una significativa fuente de divisas para el erario, sino también porque representa un recurso estratégico para la defensa y fortalecimiento de la soberanía nacional.
Los de abajo
Las mañanitas para Sebastián Piñera
Gloria Muñoz Ramírez
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, cumplió 70 años el 1º de diciembre y lo festejó en grande con un nivel de aprobación de 6 por ciento, en medio de la crisis social más importante en el país andino de las últimas décadas. Por octavo viernes consecutivo miles de chilenos tomaron las calles para exigir su renuncia, mientras él refuerza la represión y se dispone a actualizar sus artefactos con disuasivos acústicos, tintes para los carros hidrantes conocidos como guanacos y gas pimienta.
A las cacerolas y los silbatos, Piñera responderá con bombas de ruido capaces de romper el tímpano de los manifestantes. Ya los privó de un ojo (al menos a 300) y ahora va por los oídos. Pero, al menos por lo que se aprecia en las calles, no están dispuestos a retirarse antes que él.
Ya se sabía que a Piñera lo acompaña una clase política alejada de la población, pero lo que aprobaron los diputados y senadores esta semana los pone, a todos (con algunas honradas excepciones), del lado de la represión, incluyendo al Partido Comunista que se abstuvo, que para el caso es lo mismo que aprobar la nueva ley que criminaliza la protesta social.
Motivo de cárcel será participar en paros laborales en actividades que interrumpan servicios públicos; la autodefensa frente a la represión policial; la interrupción del tránsito de personas o vehículos; y las tomas de terrenos y de edificios. Además de castigar la organización. Es decir, todo lo que viene ocurriendo desde el pasado 18 de octubre.
A la exigencia de una asamblea constituyente alejada de la simulación, Piñera continúa respondiendo con disparos, gases, torturas, violencia sexual, toletazos, agua con químicos, desnudamientos forzados y un largo etcétera de la barbarie. Las cifras que ofreció este viernes la CIDH son más que alarmantes: 26 muertos y 12 mil heridos.
Al domicilio del presidente Sebastián Piñera intentaron llegar el pasado 1º de diciembre miles de personas para festejar su cumpleaños. La represión no calmó el ánimo y al ritmo de Las mañanitas le cantaron desde Valparaíso: Renuncia, weon, renuncia, mira Chile despertó. Ya no le tenemos miedo, a tu brutal represión.
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