sábado, 1 de junio de 2019

Ante Trump, cambio de rumbo.

Bastó con la amenaza extraoficial de imponer un arancel de 5 por ciento a todos los productos procedentes de México para que el presidente estadunidense, Donald Trump, provocara el desplome del peso frente al dólar y una caída de 1.38 por ciento en la Bolsa Mexicana de Valores. Además del impacto inmediato en los valores cambiarios y bursátiles, el amago de recurrir a un castigo comercial como medida de presión en política migratoria causó un nuevo ajuste a la baja en las expectativas de crecimiento del producto interno bruto.
Como es habitual, la medida de Trump responde al propósito de desviar la atención de sus graves problemas internos, como queda claro al observar la crisis que atraviesa el mandatario por el informe del ex fiscal especial Robert Mueller sobre la injerencia rusa en las elecciones de 2016. Asimismo, se observa la intención de azuzar las fobias y odios del sector más recalcitrante de su electorado de cara a los comicios del próximo año.
De manera igualmente común en el actuar del ex presentador de televisión, el ataque contra México se justifica a partir de mentiras y medias verdades. Así sucede con uno de los principales argumentos que ha esgrimido desde sus tiempos de campaña electoral para denunciar la supuesta injusticia en el comercio bilateral, a saber, la existencia de un presunto déficit en contra de su país en los intercambios de mercancías. En primer lugar, al igual que cuando denuncia tales déficits en el comercio estadunidense con China o la Unión Europea, el magnate se refiere únicamente al intercambio de bienes y no al de servicios, en el cual Estados Unidos tiene un predominio global. Además, al hablar del saldo desfavorable en la balanza comercial se pasa tramposamente por alto el hecho de que 143 de los 150 mil millones de dólares del déficit corresponden al intercambio intrafirmas, es decir, que son compras de empresas estadunidenses a sus propias filiales ubicadas en territorio mexicano.
Más allá de los motivos y las maneras del político republicano, si sus desplantes pueden causar estragos profundos e inmediatos en los principales indicadores financieros de México es no sólo porque se encuentra al frente de la todavía máxima potencia económica mundial. En buena medida, el poder de Trump sobre la economía mexicana se explica por las desafortunadas –por decir lo menos– decisiones en materia comercial tomadas desde que el destino de nuestro país se ató a los vaivenes políticos estadunidenses con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, decisiones refrendadas por los sucesivos gobiernos mexicanos desde entonces.
Por otra parte, no se trata de la primera vez que los exabruptos de Trump generan turbulencias en la economía mexicana, y con toda seguridad no serán las últimas que deban sufrirse los vaivenes de la política y la economía estadunidenses, en tanto México permanezca como socio comercial subordinado de su vecino del norte. Todo ello obliga a replantear con un sentido de urgencia las estrategias de intercambio exterior de corto y largo plazo a fin de asegurar no sólo la estabilidad económica sino la soberanía efectiva frente a Estados Unidos o a cualquier otra nación.

Los de abajo
Migrantes indefensos
Gloria Muñoz Ramírez
La carta del presidente de México al de Estados Unidos tiene en Tenosique, Tabasco, otra lectura, pues se da en el contexto del regreso, esta misma semana, de las redadas de los agentes de migración contra centroamericanos que llegan a esta ciudad para esperar al conocido tren La Bestia, con la intención de cruzar el territorio mexicano y alcanzar la frontera norte
... Nosotros estamos cumpliendo con nuestra responsabilidad de evitar, en la medida de lo posible y sin violentar los derechos humanos, el paso por nuestro país, dice la misiva presidencial. Pero aquí se viola todo. México sigue siendo el patio trasero de la política migratoria de Estados Unidos, y en Tenosique, luego de un impasse en el que se había suspendido la caza de indocumentados, se reactivó su violenta e indiscriminada persecución. Por los 60 kilómetros que hay entre el punto fronterizo de El Ceibo hasta la ciudad, se observa a grupos corriendo entre los matorrales al paso de la perrera, como le dicen a la camioneta de migración.
Silvia y Rodrigo fueron hoy asaltados por la policía, cerca de la comunidad que irónicamente lleva el nombre de Sueños de Oro; mientras se encontraban reposando en el camino, les robaron dinero y hasta su pollo y refresco. A Willy lo golpearon los agentes y él pudo huir, pero no sabe qué pasó con sus tres compañeros.
Mientras el gobierno federal instruye a sus funcionarios para llegar a acuerdos arancelarios en Washington, en la frontera sur se viven la cotidianidad de la persecución y el horror del camino migrante. Nada, dicen en el Hogar-Refugio La 72, ha cambiado por estos rumbos, sólo que ahora es más difícil denunciarlo.
El cerco sigue ahorcando a los hombres, mujeres y niños que llegan a esta ciudad tomada por la Policía Federal desde hace más de un mes. En el Centro hay patrullaje todo el día, y el jueves persiguieron ilegalmente a una camioneta de apoyo humanitario con 25 migrantes abordo. En el patio de La 72 compiten las historias de horror. En la noche repasan las extorsiones, asaltos, corretizas, violaciones, el hambre y la sed que pasaron, sin que, hasta hoy, haya ninguna acción del Estado mexicano para protegerlos y liberarlos de las mafias y agentes policiacos que los acosan y cazan como animales.
¿Hasta cuándo?
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