José Steinsleger
Buenos Aires. La senadora Cristina Fernández de Kirchner, dos veces presidenta de Argentina, continúa siendo un animal político de cuidado: brújula y faro de sus seguidores, y piedra en el zapato de sus enemigos.
El 25 de abril, en coincidencia con la apertura de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, la editorial Sudamericana publicó una obra de su autoría, Sinceramente (600 páginas). Y en poco más de una semana circulaban 215 mil copias, luego de un proceso de escritura e impresión a tal extremo cauteloso, que pocos en su entorno sabían del proyecto.
La primera tirada fue en forma escalonada (20/20/25 mil copias). Pero luego, frente a la abrumadora demanda, la legendaria casa editorial fundada en 1939 por Victoria Ocampo (y que hoy pertenece al grupo Penguin Random House) reimprimió 60 mil y 90 mil ejemplares más. Un acontecimiento sin precedentes en la historia del libro argentino y latinoamericano.
Dimensionemos el fenómeno. Si, por ejemplo, todos los espectadores que caben en el estadio Azteca (87 mil), y el de River Plate (75 mil 700), y el de Boca Juniors (49 mil), tuvieran en sus manos una copia del libro de Cristina (211 mil 300 espectadores), sobrarían 3 mil 300 libros. Cifra que, con suerte, equivale a la de un libro con buena venta comercial.
En Amazon, la versión e-book de Sinceramente alcanzó la primera posición en tres categorías: política, ensayo y biografías y memorias, superando a 21 lecciones para el siglo XXI, de un autor recomendado por el magnate Bill Gates. Sin embargo, en la categoría de ensayo político superó a varios libros publicados en idioma inglés.
El portal de noticias Infobae (macrista) registra que en Amazon el libro de Cristina supera a un “…superventas conservador sobre el supuesto sabotaje a la presidencia de Donald Trump, escrito por un policía de Nueva York”, y a la publicación de Stacer Abrams “…una política estadunidense de color que es una sensación por lograr que los votantes registren en masa en el estado de Georgia, en la última elección legislativa”. Y en biografías y memorias en español, Sinceramente le gana en ventas a la biografía de Michelle Obama.
Un librero de Buenos Aires confesó: Todas las mañanas abro la librería y llego 15 o 20 minutos antes por la ansiedad de que pase el camión y no me encuentre. Otro: Es casi el único título que vendo en toda la librería (12.50 dólares), y se vende en el día.
En librerías grandes de la avenida Corrientes, como Hernández, se vendieron 700 ejemplares de Sinceramente por día, y en las pequeñas de barrio 100 a 150… al alza. También circula un PDF en la web, pero al parecer la gente quiere el libro en papel, quiere el objeto, como si además fuera un signo de época. O llevarse, como estimó un librero “…un pedazo de Cristina”.
Y todos, sin excepción: “ Sinceramente es un tubo de oxígeno para un paciente que está en terapia intensiva, en plena crisis de la industria editorial, además de la crisis económica transversal”. ¿De qué habla, por fin, el libro de Cristina?
“Este libro –escribe ella– no es autobiográfico ni tampoco una enumeración de logros personales o políticos. Es una mirada y una reflexión retrospectiva para desentrañar algunos hechos y capítulos de la historia reciente y cómo han impactado en la vida de los argentinos y en la mía también.”
Cristina habla de temas de los que durante años y años todos hablaron, y a los que ella nunca se refirió. Por sobre todo, se refiere en su libro a las acusaciones de corrupción en su gestión y en la de su esposo Néstor, que hasta la fecha, y a pesar de la tenaz persecución judicial (11 procesamientos y cinco pedidos de detención por asociación ilícita), nada en firme se ha probado.
Apunta: Si alguien me pidiera que definiera a Mauricio Macri en una sola palabra, la única que se me ocurre es: caos. Sí, Macri es el caos y por eso creo firmemente que hay que volver a ordenar la Argentina.
Sinceramente será presentado mañana jueves en la Feria del Libro, a dos días del natalicio centenario de Eva Perón (1919-52). Y la paradoja hará que la presentación se convierta en un acto cuasi plebiscitario que tendrá lugar en el predio de los odiadores profesionales del pueblo argentino (la Sociedad Rural de Palermo), aunque en el salón José Hernández, autor del gran poema nacional Martín Fierro.
