lunes, 11 de marzo de 2019

American curios.

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Los sabios
David Brooks
▲ Decenas de miles de niños y jóvenes en más de 50 países tienen programado realizar una huelga escolar el 15 de marzo, para exigir a los políticos que aborden la crisis del cambio climático y emprendan acciones ya. Muchos estudiantes se han sumado al movimiento que comenzó una joven sueca de 16 años.Foto tomada de Fridays for Future
Los niños y los jóvenes están llegando al rescate de los adultos que la están regando, poniendo en riesgo mortal y moral a sus sociedades y al planeta. Les piden que dejen de portarse de manera infantil y asuman eso que dicen querer enseñar a los menores de edad: responsabilidad.
El 15 de marzo, decenas de miles de niños y jóvenes en más de 50 países, incluidos Estados Unidos y México, tienen programada una huelga escolar para exigir a los políticos que aborden la crisis del cambio climático aquí y ahora.
Inspirados por una jovencita sueca, Greta Thunberg, ahora de 16 años, quien solita desde agosto de 2018 empezó a abandonar su escuela cada viernes para protestar frente al Parlamento de su país con una pancarta en la cual se leía: huelga escolar por el clima, decenas de miles de estudiantes en cada vez más países se han sumado al movimiento descentralizado y encabezado sólo por jóvenes.
En enero, Thunberg viajó a Davos, donde acusó en su cara a multimillonarios, empresarios y políticos reunidos ahí de saber exactamente los valores sin precio que han estado sacrificando para continuar ganando montos inimaginables de dinero. Y les advirtió: “yo no quiero su esperanza… Quiero que entren en pánico. Quiero que sientan el pánico que yo siento cada día. Y después quiero que actúen”.
semanas antes, Thunberg tomó el podio en una conferencia mundial sobre cambio climático de la ONU, donde declaró: ustedes dicen que aman más que todo a sus hijos, pero les están robando su futuro frente a sus propios ojos. Y acusó: ustedes no son lo suficientemente maduros para decir las cosas como son.
Cuando la primera ministra británica, Theresa May, y otros políticos los criticaron por no ir a clases, la sueca respondió: si ustedes piensan que deberíamos estar en la escuela, entonces sugerimos que ustedes tomen nuestro lugar en las calles. Jonas Kampus, otro activista en Suiza, respondió a estas críticas que estudiar por un futuro que no existirá, no tiene sentido. A pesar de que no pueden expresarse por medio del voto por ser menores de edad, advierten que se harán escuchar de otras maneras.
“Somos el futuro sin voz de la humanidad… No aceptaremos una vida de temor y devastación. Tenemos derecho a vivir nuestros sueños y esperanzas… Ahora haremos escuchar nuestras voces. El 15 de marzo protestaremos en cada continente… Vamos a cambiar el destino de la humanidad les guste o no”, escribieron unos 150 estudiantes del nuevo movimiento en una carta colectiva publicada primero en The Guardian. “Demandamos que los que toman decisiones en el mundo asuman responsabilidad y resuelvan esta crisis. Nos han fallado en el pasado… la juventud de este mundo ha empezado a moverse y ya no nos quedaremos quietos”, advierten.
Thunberg aparentemente fue inspirada por los estudiantes de la prepa en Parkland, Florida, quienes después de que 14 de sus compañeros y tres trabajadores murieron en un tiroteo masivo en febrero de 2018, detonaron un movimiento sin precedente de jóvenes contra la violencia por armas de fuego: March for Our Lives. Ahora, uno de los líderes más destacados de ese esfuerzo, David Hogg, acaba de invitar a sus seguidores en Twitter –casi un millón– a sumarse a las huelgas escolares contra el cambio climático.
En Estados Unidos, el Sunrise Movement, también conformado por jóvenes, ha emprendido acciones directas en el Congreso y por todo el país exigiendo acción de los políticos ahora, impulsando el New Deal Verde, en colaboración con legisladores nuevos, como Alexandria Ocasio-Cortez, la congresista más joven.
Como siempre, los jóvenes siembran la esperanza al desafiar a aquellos adultos que les dicen cómo pensar y actuar, y que les tratan de explicar la supuesta neta sobre la realidad, cómo hay que aceptar los límites de lo posible y los invitan a aceptar la desilusión, disfrazada de sabiduría adulta. Pero ahora el futuro depende de escuchar la sabiduría antigua de los más jóvenes.

Desde el otro lado
Linchamientos, violaciones y ...
Arturo Balderas
A lo largo de la semana pasada el New York Times (NYT) publicó una serie de artículos sobre la precaria situación de la población migrante de México y Centroamérica. Los temas van desde la investigación que dos de sus reporteros hicieron en torno a las ejecuciones de migrantes en la frontera de Estados Unidos con México, principalmente Texas, hasta las pésimas condiciones en las que actualmente viven niños y ancianos en los centros de detención de la patrulla fronteriza.
Miles de hombres mujeres y niños de origen mexicano fueron linchados por turbas de cowboys y rangers desde mediados del siglo XIX hasta bien entrado el si-glo XX, según el relato de Simón Romero (NYT, marzo 3). Algunas de las víctimas fueron quemadas vivas, otras colgadas y otras lapidadas. Mientras más descubro el número de mexicanos que fueron linchados en este país, más me asombro, declaró la profesora Arlinda Valencia, cuyo abuelo fue linchado en un poblado de Texas.
No menos escalofriantes son los descubrimientos de Manny Fernández (NYT, marzo 4), sobre los latrocinios de los coyotes contra los migrantes. Más de 100 reportes de autoridades policiacas, jueces, y organizaciones de derechos humanos dan cuenta de los asaltos y violaciones a mujeres a lo largo de la frontera con Texas, Nuevo México, Arizona y California en los pasados 20 años. A esos crímenes se agregan secuestros, violaciones y torturas, comunes entre los grupos de delincuentes que cobran por garantizar el cruce de la frontera a los indocumentados.
En otra historia, Sheri Fink y Caitlin Dickerson (NYT, marzo 5) revelan la indignante forma en que son tratados los indocumentados retenidos en una cárcel de la patrulla fronteriza en Texas. Las condiciones de insalubridad y falta de atención médica han causado la muerte de al menos dos menores de 5 y 7 años.
A La serie antecede la nota de Azam Ahmed y Kirk Semple en la que se da cuenta de la cooperación de funcionarios del gobierno mexicano con la administración Trump impidiendo el paso a los puentes que unen las fronteras de México y Estados Unidos a miles de migrantes centroamericanos que buscan asilo en aquel país.
La serie parece abrir un largo capítulo en la historia del racismo y desprecio por los migrantes mexicanos que data del siglo XIX, que se refrenda ahora con la violación de los derechos humanos más elementales, también en contra de los centroamericanos.