domingo, 29 de abril de 2012
Primero de Mayo, lista de atrocidades
Nada para festejar
Martín Esparza Flores
Para los trabajadores de México y para los sindicatos independientes nada hay que festejar éste Primero de Mayo en que se conmemora el Día Internacional del Trabajo; las cifras del desempleo y el aniquilamiento del poder adquisitivo de los mini salarios han sido la constante durante el sexenio de Felipe Calderón cuya política antilaboral y su modelo económico tendientes a salvaguardar las finanzas del Fondo Monetario Internacional, y proteger las escandalosas ganancias de los empresarios nacionales y extranjeros, tienen en la pobreza extrema a 52 millones de mexicanos.
A este linchamiento oficial en contra de la clase trabajadora se han sumado las Juntas Locales y la Federal de Conciliación y Arbitraje que con la línea del Ejecutivo han pisoteado los derechos de gremios como el de los mineros, los electricistas y los trabajadores de Mexicana de Aviación, al emitir resoluciones amañadas contrarias a lo establecido en la Ley Federal del Trabajo. Vergonzoso y lamentable que esta andanada en contra del Estado de Derecho haya encontrado eco en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El máximo tribunal no ha sabido estar a la altura de las circunstancias y asumir su función de imparcialidad como parte del equilibrio entre los Poderes de la Unión.
Sobre el último Primero de Mayo en el sexenio de Calderón todavía campea la sombra de una peligrosa Reforma Laboral que amenaza con menoscabar por lo menos 24 conquistas laborales, apoyada por los sindicatos corporativos como la CTM que se han confabulado con el sector empresarial para minar los derechos fundamentales de los trabajadores, tales como la estabilidad en el empleo, el salario remunerador, condiciones de trabajo dignas, la seguridad social y la libertad sindical.
Las cifras hablan del retroceso que en materia social han experimentado millones de mexicanos en el gobierno de Calderón Hinojosa; por ejemplo, indigna el saber que 30 millones de trabajadores no tienen acceso a la salud y que México está catalogado, a nivel internacional, como uno de los 20 países con la peor distribución en el ingreso. Millones también han encontrado en la informalidad el único camino para palear la crisis; otros muchos, orillados por la lacerante miseria que priva en muchas regiones del país ante la falta de oportunidades, han engrosado las filas del narcotráfico, encontrando la muerte por la rivalidad de los cárteles.
Menores de edad son utilizados para ingresar a las entrañas de las peligrosas minas clandestinas de Coahuila y, en las ciudades, va en aumento el número de niños que abandonan sus estudios para convertirse en vendedores de crucero ante el dilema de ganar unas monedas que les libren del hambre, por la falta de empleo de sus padres.
Por eso, este Primero de Mayo, los sindicatos independientes y diversas organizaciones sociales habremos de trocar el festejo en una manifestación de lucha. Es el momento de que ante los embates del neoliberalismo, los trabajadores alcemos la voz y demos una muestra de unidad, rechazando cualquier intento de reforma laboral que como ya hemos visto en países como España, busca flexibilizar los despidos y las negociaciones colectivas, dejando en la indefensión y sin seguridad social a millones de personas.