sábado, 6 de septiembre de 2014

México subordinado ante el TLC

Seminario: La Subordinación de México bajo Estados Unidos en el marco del Tratado de Libre Comercio; despojo, guerra sucia y violación masiva de derechos humanos.

Desde el primero de Septiembre y hasta el viernes 5, el Tribunal Permanente de los Pueblos y la UNAM llevaron a cabo este seminario de reflexión sobre los diversos efectos que ha tenido en México el Tratado de Libre Comercio con américa del norte.
Divido en dos fases, el seminario presentó las ponencias de reconocidos especialistas en temas de historia, economía, petróleo, minería, educación, migración y otros temas que se han visto afectados con el TLC.
El Sindicato Mexicano de Electricistas participó en dos mesas de trabajo; el Secretario General Martín Esparza Flores, habló del desmantelamiento de las conquistas históricas de la clase obrera en nuestro país y de la resistencia que los neoliberales han encontrado en el SME para la venta total del sector energético. Pero estas consecuencias no solamente se han dado en nuestro país sino también en los trabajadores de Estados Unidos y Canadá, quienes se han unido en sindicatos y alianzas de los tres países en defensa de sus derechos.
Durante el análisis de la problemática los especialistas reconocieron que en nuestro país los efectos del TLC han sido brutales, pero también las luchas en contra del despojo se han mantenido vigentes y al pasar de los años se han fortalecido.
En próximas fechas el Tribunal Permanente de los Pueblos, presentara su acusación final en contra del Estado Mexicano por las diversas violaciones a los derechos humanos que se comenten de forma cotidiana en nuestro país.
Publicado por Los Rudos

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Injusticia social.

SECCIÓN:ARTICULISTAS FECHA:30 AGOSTO, 2014
Salarios mínimos
Martín Esparza Flores
Llevado a la palestra del escenario nacional, el tema de los salarios mínimos representa uno de los puntos neurálgicos que el neoliberalismo siempre trata con pinzas y del que seguramente, llegado el algo momento de las explicaciones, buscará evadir huyendo por la puerta trasera.
Empero, y en medio de la vorágine reformista, debe abrirse el debate sobre un asunto que compete y afecta de manera directa a millones de mexicanos cuya situación económica es cada vez más precaria, debido en gran medida a que el bienestar de la población dejó de ser, desde hace varios sexenios, una de las prioridades de las políticas públicas de los gobiernos en turno que hicieron letra muerta a lo establecido en el artículo 123 constitucional, fracción VI, sobre la función social del salario, y que sin dobleces, señala:
“Los salarios mínimos que deberán disfrutar los trabajadores serán generales o profesionales. Los primeros regirán en las áreas geográficas que se determinen; los segundos aplicarán en ramas determinadas de la actividad económica o en profesionales, oficios o trabajos especiales. Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos. Los salarios mínimos profesionales se fijaran considerando, además, las condiciones de las distintas actividades económicas”.
Es decir, que muy alejado de lo que marca la Constitución, el salario mínimo es insuficiente para satisfacer las necesidades de los mexicanos en el orden material, en la educación de los hijos y ya ni que decir en lo social y cultural. Precariedad de la que los políticos de los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, han sabido ponerse a salvo, autorizándose desde el poder, altos sueldos y exclusivos privilegios que los exenta de conocer en su estilo de vida la palabra CRISIS.
Así, mientras millones de trabajadores deben laborar más de 10 horas diarias y sumar los sueldos de otros miembros de la familia para no morir de hambre, los sueldos de los altos funcionarios, empezando por el presidente de la república, suman en promedio más de cien salarios mínimos.
Esta política antisalarial, espejo de la injusticia social, ha seguido ciegamente los ordenamientos de los organismos financieros internacionales, rehusándose a aceptar que un mayor poder de compra a los trabajadores tiende a fortalecer el mercado interno, generando mejores condiciones para enfrentar la actual crisis financiera y económica que tiene postrado el desarrollo nacional.
Bienvenido el debate de los salarios mínimos que ha propuesto Miguel Ángel Mancera, y en el que, por supuesto, no deberá faltar como jaculatoria del sentir popular, aquella que reza: “salario mínimo al presidente, para que vea lo que se siente”. Y por añadidura, a toda la clase gobernante.

Mal tiempo.

Pedro Miguel
Cunde el desaliento social. La oleada de propaganda del segundo informe de Peña Nieto lo ahondará, pero también extenderá el descrédito gubernamental y la exasperación ciudadana. No es grato experimentar el bombardeo de una retahíla de éxitos falsos, triunfos de papel, avances de utilería. Digan lo que digan los espots presidenciales, México es hoy más desigual, más inseguro, más dependiente y más antidemocrático que hace 22 meses, cuando el régimen oligárquico adulteró la voluntad popular por segunda ocasión consecutiva para impedir un cambio de rumbo en la conducción del Estado. En realidad, cada triunfo del régimen –desde la alineación tripartidista del Pacto por México hasta las reformas estructurales que hizo posibles, desde la destrucción de las autodefensas michoacanas hasta las impunidades otorgadas a diestra y siniestra entre políticos padrotes, empresarios causantes de desastres ecológicos– ha representado una derrota para el país, de modo que el mensaje presidencial es un recuento de descalabros y tragedias en imagen invertida.
La ruta de la consulta popular para echar abajo las reformas es, por ahora, la más transitable para que la sociedad ponga freno al saqueo y a la acelerada destrucción nacional que ha caraterizado a este más reciente tramo del ciclo neoliberal, impuesto abiertamente en el país en 1988 mediante otro fraude electoral. La Suprema Corte de Justicia de la Nación tendrá que escoger entre someterse sin argumentos al poder presidencial o acatar la demanda de millones de ciudadanos que exigen ser tomados en cuenta. El Instituto Nacional Electoral se las va a ver negras para decirle no a la organización de un referéndum a todas luces necesario. El régimen, en su conjunto, pasará las de Caín para distorsionar el sufragio de los dos tercios de los votantes que se oponen a la privatización del sector energético. Y el gabinete de Peña, empezando por Videgaray, tendrá que sudar la gota gorda para desconocer la voluntad de la mayoría absoluta de los mexicanos, expresada en las urnas, y proseguir, pese a todo, la entrega de los recursos naturales del país a un puñado de zopilotes corporativos.
Como en las épocas de Santa Anna, de Maximiliano, de Porfirio Díaz y de Victoriano Huerta, el país vive tiempos oscuros y, al igual que en esas épocas, la oscuridad se espesa con los aluviones de mentiras vertidos desde las cúpulas y con el ejercicio de poderes aparentemente omnímodos e imbatibles que oprimen a la sociedad desde casi todos los frentes: el presidencial, el legislativo, el judicial, el mediático, el empresarial, el delictivo y el represivo propiamente dicho. Pero un régimen tan destructivo, depredador, violento y corrupto como el que padece México en el presente tropieza más temprano que tarde con su propia inviabilidad y acaba por desmoronarse. Los informes presidenciales son el canto del cisne del ciclo neoliberal y repiten su sonsonete triunfalista y exasperante (todos son iguales: los de Salinas, los de Zedillo, los de Fox, los de Calderón, los de Peña) en tanto el grueso de la sociedad no cae en la cuenta de que en buena medida la apariencia del poder se sustenta en el poder de la apariencia: de inamovilidad, de control absoluto, de impunidad inveterada.
Una vez que la mayoría social cobra conciencia de las dinámicas empleadas para oprimirla, explotarla, endeudarla, desarticularla, manipularla y despreciarla, los días del régimen están contados. Y la gestación de esta lucidez mayoritaria no puede tomarse demasiado tiempo.
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lunes, 1 de septiembre de 2014

Las leyes de la contrarreforma: nacionalistas contra neoliberales.

31. agosto, 2014 Autor: Martin Esparza Opinión
Segunda y última parte / Primera Parte
La pérdida de soberanía a consecuencia de la reforma energética ha colocado en el centro del debate a dos proyectos de nación diametralmente opuestos: por un lado, se encuentran los que buscan justificar la entrega de nuestros recursos naturales como los hidrocarburos, el agua, el aire y la minería a los intereses extranjeros aliados con el capital doméstico; y, por el otro, los que invocan su defensa para utilizarlos como motor del desarrollo integral de nuestra economía en beneficio del pueblo, tal y como lo plantearon en su momento presidentes nacionalistas de la talla de Lázaro Cárdenas y Adolfo López Mateos, artífices de la Expropiación Petrolera y la nacionalización de la industria eléctrica.
Con la reforma energética que impuso el Ejecutivo a un Poder Legislativo inconsciente y sumiso, y que seguramente avalará el Poder Judicial, cambia el proyecto de país para las actuales y futuras generaciones. Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), dejan de ser empresas paraestatales, propiedad de todos los mexicanos, para convertirse en empresas productivas del Estado y quedar en manos de la clase política en turno, que sigue negándose a retomar nuestra memoria, donde se ha registrado, como inalterable axioma, que las multinacionales jamás traerán beneficios a la población.
Las leyes secundarias de la reforma energética, aprobadas en el Congreso de la Unión, explican en su fundamento teórico, y por sí solas, las razones antinacionalistas del porqué, tanto panistas como priístas, y sus partidos comparsas, han sido y serán incapaces de sostener un debate de cara a la nación para explicar, palmo a palmo, a los mexicanos sobre la innegable entrega que se tiene proyectada hacer del patrimonio y la infraestructura petrolera y eléctrica que le costó a la nación levantar en décadas de trabajo, así como la repartición del territorio nacional para ser explotado al gusto y los intereses de las empresas trasnacionales, poniendo en duda los supuestos beneficios a los ingresos fiscales y la reducción a los precios de la electricidad y los combustibles en bien de la población.
A confesión de parte, no son necesarias más pruebas sobre el verdadero origen de las reformas en materia energética, dictadas al pie de la letra por organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Veamos parte del diagnóstico elaborado por la OCDE sobre el que se basó la propuesta del Ejecutivo, que en su exposición de motivos expuso:
“La reconceptualización del papel del gobierno federal en las empresas productivas del Estado implica que aquél deje de ser su ‘administrador principal’ y se asuma como propietario. Esta distinción no es menor. Las mejores prácticas internacionales incluyendo los Principios de Gobierno Corporativo de la OCDE y las Directrices de la OCDE sobre el Gobierno Corporativo de las Empresas Públicas, recomienda que las funciones de propietario estén claramente definidas y delimitadas, de manera que el gobierno, como dueño, no se entrometa en la operación cotidiana de la empresa y ésta tome sus decisiones de manera autónoma y con base en lógicas empresariales de negocio, alejada de presiones políticas coyunturales.
 “La distinción de las funciones de propietario es una práctica comúnmente aceptada en los marcos regulatorios de empresas del sector privado (por ejemplo, en la Ley del Mercado de Valores) por lo que si se busca acercar a las empresas estatales mexicanas a un marco de regulación y actuación más próximos al sector privado, deben tomarse las mejores experiencias y prácticas que coadyuven a tal propósito.
 “El que se retire el gobierno federal de la administración de las empresas, no implica en modo alguno que éste no pueda designar a algunos funcionarios dentro de los consejos de administración” (sic).
El aniquilamiento de las funciones pública y social del Estado en el sector energético, como se aprecia con lo anteriormente expuesto, no fue siquiera resultado de una propuesta emanada del actual gabinete o de acuerdos políticos entre los diversos partidos, sino impuesta desde el exterior por los analistas de organismos internacionales en función no de los intereses nacionales y de las mayorías sino de las grandes multinacionales. ¿Actuar al margen de los intereses nacionales no es acaso una traición a la patria?
Concitemos algo de lo expuesto por el expresidente Adolfo López Mateos en su Sexto Informe de Gobierno del 1 de septiembre de 1964, para demostrar el abismo que existe entre la visión nacionalista de país y la neoliberal. Dijo entonces el ejemplar mandatario:
 “El carácter de mi gobierno queda definido en el espíritu de las leyes expedidas en el periodo. La acción legislativa ha sido intensa e invariablemente inspirada en el interés nacional por los principios de la justicia social.
“Promovimos la reforma de los artículos 27, 42, 48, 52, 54, 63, 107 y 123 de la Constitución [Política de los Estados Unidos Mexicanos], para proveer a la nacionalización de los recursos eléctricos; a la declaración del dominio de la nación sobre la plataforma continental, los zócalos submarinos y el espacio aéreo; a establecer con la suplencia de la deficiencia de la queja en materia agraria, mayores garantías a ejidos y núcleos de población en los juicios de amparo; a la designación de diputados de partido con la misma categoría e iguales derechos y obligaciones que los de elección directa; a hacer efectiva la participación de los trabajadores en las utilidades de la empresas; a dar nuevas bases a la fijación de salarios mínimos; a incorporar constitucionalmente los derechos de los trabajadores al servicio del Estado y a robustecer otras diversas garantías del derecho obrero.
 “Entre las leyes promulgadas cabe recordar la reglamentaria del Artículo 27 constitucional en materia de aprovechamiento de recursos minerales; la que adiciona el artículo 58 del Código Agrario y deroga la Federal de Colonización y la que creó la Comisión Nacional de Colonización; la reglamentaria del párrafo segundo del Artículo 131 constitucional en materia de control sobre comercio internacional con relación a los recursos económicos del país; la que incorpora al Régimen del Seguro Social Obligatorio a los productores de caña de azúcar y a sus trabajadores; la Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado y la que crea el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los propios trabajadores; la de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas” (sic).
Como se aprecia, le memoria histórica no miente, sobre todo porque gobiernos nacionalistas como el de López Mateos acrisolaron en nuestra economía y el bienestar de la población los resultados del “milagro estabilizador”, que permitió al país tener un crecimiento sostenido del 6 por ciento del producto interno bruto; ahora, con los modelos neoliberales no hemos llegado siquiera a la mitad. Es inobjetable que las leyes emitidas antaño realmente buscaban un beneficio a la población; por eso, los hoy ofertadores del país rehúyen debatir al respecto.
Al fundar Pemex y la CFE y nacionalizar la industria eléctrica, tanto Cárdenas como López Mateos tuvieron presente la soberanía de la nación sobre sus recursos energéticos y la visión de utilizarlos como palanca del desarrollo de la economía y en beneficio de su población. Ahora, con el anuncio de la liberación del precio de la gasolina, el gas doméstico y la electricidad, según las reglas del mercado entre la oferta y la demanda, las tarifas jamás tenderán a bajar, pues habrá que agregar las ganancias que buscarán obtener al máximo las empresas privadas que controlarán dicho mercado.
Es impostergable, por ello, ampliar el debate nacional para preparar un proceso de resistencia civil y pacífica, que tienda a recuperar los recursos energéticos para el desarrollo de nuestra economía y en beneficio del pueblo. Los dos proyectos están claramente definidos y los mexicanos tenemos el derecho a decir cuál es el mejor para asegurar el porvenir de las futuras generaciones.
Martín Esparza Flores*/Segunda y última parte
*Secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas

1er Conferencia Nacional de Trabajadores y Trabajadoras Convocada por la Nueva central de Trabajadores en México.


México, Disitrito Federal, 29 de Agosto de 2014
Pablo González Casanova
En la imposibilidad de estar físicamente con ustedes les envío este breve mensaje de solidaridad para compartir la importante decisión que han tomado de reorganizar una estrategia que revierta las reformas neoliberales y haga efectivos los derechos de los trabajadores. El planteamiento se hace indispensable para todos los trabajadores, los pueblos y los ciudadanos del mundo, dada la profunda crisis del modelo neoliberal que sucedió a la crisis del modelo de estado social surgido en la Revolución de1910-17.
Compartir con ustedes algunas reflexiones sobre lo que ocurre en el mundo y en México me lleva a destacar hechos y proyectos que están surgiendo en los nuevos movimientos sociales, comunitarios, ciudadanos y laborales y que, entre variantes, tienen características comunes en las que debemos pensar, --y pensar concretamente, es decir desde nuestro país, nuestra América y nuestra situación en el mundo.
Debemos pensar para actuar en esos niveles; desde nuestro lugar de trabajo hasta el de todos aquellos que en el mundo luchan por la libertad y la vida.
Lo que estamos hoy padeciendo es una crisis muy profunda que deriva de las avanzadas del capital corporativo y de los grandes complejos militares-empresariales-políticos y mediáticos del sistema de dominación y acumulación mundial. Es una crisis del poder del Estado mismo no sólo influido, sino cooptado y coludido con el gran capital corporativo y sus redes de dominación y acumulación. Es también una crisis de los partidos y de las ideologías que tendieron a prevalecer en los siglos XIX y XX. Esta crisis adquirió características realmente mundiales con la restauración del capitalismo en Estados socialistas que con su autoritarismo y dogmatismo legitimaron el incremento de la corrupción a que se entregó la inmensa mayoría de sus funcionarios. Se trata así de una crisis que abarca a las ideologías y que exige la redefinición de lo que entendemos por democracia, libertad, socialismo y también por soberanía y autonomía de las naciones y los pueblos.
En el empeño de crear un mundo mejor y posible, AméricaLatina tiene hoy, como ha ocurrido a menudo en la historia universal, un papel de avanzada. Esta se expresa en la Cuba innovadora de la historia universal, en Venezuela, Ecuador, Bolivia, y otros países en resistencia a la globalización neoliberal, entre los que destacan Argentina y Uruguay. Muchos de ellos anuncian la lucha por un nuevo tipo de democracia, de socialismo, soberanía, autonomía y de derechos de la persona. En todos, la juventud juega un papel que no se puede ignorar ni como movimiento propio ni al margen de los demás movimientos.
En todos los países se dan –con mayor o menor profundidad-- los nuevos movimientos sociales de los campesinos, de los comuneros y de los pueblos indios donde los hay. Los “Campesinos sin Tierra” de Brasil y muchos países más, organizan movimientos y movilizaciones de alcance nacional e internacional. Otro tanto ocurre con los pueblos indios de los países andinos, del Caribe continental y la Amazonia, de Centroamérica y de Chile. En México destaca, a nivel mundial, el movimiento Zapatista del Sureste Maya , famoso por sus aportaciones a la construcción de una genuina democracia con justicia y con respeto a las diferencias así como por sus innovaciones y creaciones en el conjunto de la vida cultural, política, social,económica y ecológica desde los pobres entre los pobres de la tierra que construyen la vida misma, en medio de acosos incesantes que han podido enfrentar yresistir con un política ejemplar de dignidad y negociación sin concesiones que los debiliten.
En cuanto a los trabajadores organizados, es precisamente el Sindicato Mexicano de Electricistas el que con mayor vigor e inteligencia ha resistido y resistirá la vieja y nueva política de cooptación y represión que los gobiernos ejercen para someter la voluntad organizada de pueblos y trabajadores. A la cabeza de la nueva resistencia se encuentra este heroico Sindicato Mexicano de Electricistas, firme y flexible,y siempre con respeto a la fuerza de sus principios.
Hoy, el SME con sus experimentados líderes, y con las generaciones de jóvenes compañeros y compañeras que los acompañan en la constitución de esta Nueva Central de Trabajadores-, plantean la reflexión estratégica para la rearticulación del movimiento social en México. En esa reflexión quiero compartir algunos conocimientos, que no por bien sabidos dejan de merecer atención especial en el diálogo que se inicia. Creo que evaluarlos y enriquecerlos con otros más es tarea colectiva de la mayor importancia.
Me parece que en la reflexión estratégica es necesario tener en cuenta, entre otros problemas, obstáculos y posibilidades, los que menciono a continuación:
El capital corporativo construido y las redes del capital monopólico que se estructuraron cada vez más a partir de la Segunda Guerra Mundial, han perfeccionado e innovado sus estrategias y tácticas de lucha contra la fuerza de los trabajadores y de los pueblos que resisten o se rebelan. Entre las medidas de dominación de los complejos empresariales-militares y políticos destaca una que es fundamental para cobrar conciencia del mundo en que vivimos y luchamos y a la que querría referirme. Es la que está diseñada para enajenar,dividir, distraer a los pueblos y trabajadores que buscan sobrevivir o emanciparse. Consiste en fomentar y armar falsas luchas, luchas virtuales que sustituyen y debilitan a las luchas reales de la resistencia y la emancipación.
Las viejas artes de guerra, de los engaños de guerra y de las artes de dividir al enemigo para vencerlo, se renuevan y combinan con los recursos tecnológicos de la realidad virtual. El objetivo es que pueblos y trabajadores coloquen en un primer plano las luchas entre religiones o sectas religiosas, entre razas, o pueblos vecinos, entre habitantes del Norte y del Sur de países como Sudán o Irak, o entre mafias del narcotráfico y el narcomenudeo, como en Colombia y México.
En todas esas luchas de atracción y de distracción las principales víctimas son los pueblos y habitantes con sus muertos y heridos de todas las edades, con sus campos de trabajo y sus casas habitación,sus escuelas y hospitales destruidos, así como sus medios de vida y su vida misma hecha pedazos como en Siria, o Palestina o en el Este ruso de Ucrania.
Crear territorios libres de narcotráfico y de luchas de distracción, y organizar la defensa del pueblo por el pueblo es tan importante como organizar la democracia de los pueblos para la defensa de sus medios de vida y de organización de la vida, con la toma de decisiones consensuadas, con el respeto invariable al diálogo sereno y a las diferencias de sexo, edad, raza, religión o ideología de pueblos y trabajadores.
En este punto,por un lado no debemos dejarnos embarcar por agentes provocadores que aticen nuestras diferencias, o nos sumen a contingentes que nosotros no dirigimos. Por otro, debemos tener conciencia que al ser institucional e ilegalmente derogada la Constitución de 1917, y enajenados los derechos soberanos de la Nación y delPueblo, tras un largo proceso que se acentuó a partir de 1982 con la política globalizadora y neoliberal de los gobiernos sucesivos, y con la creciente e impagable deuda externa --a menos que en pago entreguemos a México--, hemos perdido gran parte de nuestra independencia alimenticia, energética y económica al grado de que hoy la defensa de pueblos, trabajadores, y ciudadanos es frecuentemente criminalizada mientras el despojo de las fuentes de vida, de inmensas regiones, tierras, ríos, lagos,bosques ha sido legalizado. Al no seguir limitándonos a denunciar el carácter ilegal de las reformas, como lo hicimos antes de su aprobación y publicación, tenemos que prepararnos para una nueva historia a la que tarde o temprano el pueblo de México se enfrentará con el creciente valor, organización y sabiduría que le han dado un papel pionero en la historia universal.
En todo caso, desde ahora, al profundizar en nuestras estrategias y tácticas de lucha, debemos dar prioridad a las diferencias de criterio que se plantean en el interior de las fuerzas en resistencia. Entre esas diferencias destacan las que se presentan entre quienes plantean la necesidad de una lucha que directamente conduzca al socialismo y quienes dan prioridad a los frentes de clases y a las alianzas con el Bloque Oriental contra el Occidental. Otras diferencias y enfrentamientos se dan entre quienes consideran prioritarias las luchas en los partidos políticos y quienes priorizan las luchas en los movimientos sociales; otras,más estallan entre quienes dan prioridad a las luchas contra el imperialismo y quienes priorizan la lucha de clases o la lucha por la autonomía de las comunidades indígenas.
En todo caso es necesario saber que todos perderemos si no logramos construir, como trabajadores, ciudadanos y pueblos, un poder soberano en que el ejercicio del poder se apoye y articule en la diversidad de una democracia soberana organizada con pueblos y países. Ese objetivo sólo se alcanzará si las diferencias internas de estrategia y táctica se ejercen con respeto al gran diálogo de pueblos y trabajadores organizados que participen en la toma de decisiones fundamentales y en las estructuraciones y reestructuraciones constitutivas y ejecutivas.
Para lograr esos y otros objetivos se advierte una creciente conciencia de que debemos organizarnos en sistemas de comunidades y cooperativas, capaces de comunicarse y organizarse en formas permanentes y coyunturales. Fortalecer esa conciencia de organización con moral de lucha y coherencia entre lo que se piensa, se dice y se hace, es esencial para enfrentar “la política de la banana y el garrote”, de la corrupción y la represión, y toda política que con el pretexto de ayudar a México busque la balcanización de México, y que con el pretexto de destruir a un “Estado Fallido”o a un “Estado Canalla” intente venir del extranjero a dizque a “apoyar” al pueblo de México y para acabar en realidad con los Estados Unidos Mexicanos.
Bienvenida la organización de todas las organizaciones auténticas de los trabajadores, de los pueblos y los ciudadanos de México, que en el interior de sus propios sindicatos y organizaciones practiquen el programa de Independencia, Justicia, Libertad y Democracia que quieren aplicar en México y el mundo los movimientos emancipadores.
¡VIVA LA NUEVA CENTRAL DE TRABAJADORES!
¡VIVA MÉXICO!
¡VIVA LA VIDA!