martes, 2 de diciembre de 2025

¡Basta ya del garrote de visas!.,

Lu Daxin*
Recientemente, Estados Unidos ha adoptado una nueva medida extrema en lo que suele considerar su “patio trasero” –Centroamérica, incluyendo Panamá–: revocar las visas de quienes mantienen relaciones buenas o cercanas con China. Como si fuera poco, el embajador estadunidense enPanamá declaró abiertamente que una visa estadunidense no constituye un derecho, sino un privilegio, sin el mínimo disimulo de su postura arrogante. Ante ello, el presidente panameño, José Raúl Mulino, expresó con indignación en una conferencia de prensa: “Eso no es coherente con una buena relación que yo aspiro a mantener con Estados Unidos”. La visa, salvoconducto en promocióndel intercambio de personal y en fomen-to de los lazos entre países, queda así relegada a un papel como arma de coer-ción e injerencia en manos de Estados Unidos. En esencia, se trata de una in-tentona de someter a otros países me-diante presiones políticas y económicas.
¿“Estado de derecho” o “hegemonía disfrazada de legalidad”? La emisión de visas depende, sin duda, de las leyes y regulaciones de cada país. Sin embargo, cuando esta emisión tiene como objetivo interferir en los asuntos internos de otros estados y ejercer jurisdicción de brazo largo, será un acto “ilegal” bajo la excusa del “estado de derecho”. El ar-tículo 2 de la Carta de la ONU establece: “Ninguna disposición de esta Carta autorizará a las Naciones Unidas a intervenir en los asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de los estados”. Asimismo, la Declaración de Principios de Derecho Internacional, aprobada por la Asamblea General de la ONU en 1970, enfatiza: “Ningún Estado o grupo de estados tiene derecho a intervenir directa o indirectamente, y sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos o externos de ningún otro”, y “Todo Estado tiene el derecho inalienable a elegir su sistema político, económico, social y cultural, sin injerencia en ninguna forma por parte de ningún otro Estado”. A pesar de ello, Estados Unidos interfiere en los intercambios y la cooperación normales entre China y los países centroamericanos, utilizando las visas como herramienta para obstaculizar la cooperación con China de los países concernientes, lo que menoscaba sus derechos e intereses legítimos, sabotea flagrantemente el estado de derecho internacional y el orden internacional, y revela el carácter hegemónico de la política estadunidense.
¿“Igualdad y beneficio mutuo” o “supremacía propia”? El preámbulo de la Carta de la ONU empieza reafirmando “la fe en la igualdad de derechos de las naciones grandes y pequeñas”, mientras su artículo 2 dispone: “La Organización está basada en el principio de la igualdad soberana de todos sus miembros”. Asimismo, la Declaración de Principios de Derecho Internacional de 1970 subraya: “Los propósitos de las Naciones Unidas sólo podrán realizarse si los estados disfrutan de igualdad soberana y cumplen plenamente las exigencias de este principio en sus relaciones internacionales”. Dicha de-claración ofrece una exposición más detallada sobre el principio de igualdad soberana, el cual comprende, entre otros aspectos, la igualdad jurídica de los estados, el deber de cada Estado de respetar la personalidad de los demás estados, y el deber de cada Estado de cumplir plenamente y de buena fe sus obligaciones internacionales y de vivir en paz con los demás estados. No obstante, Estados Unidos, al esgrimir a su antojo el garrote de visas, trata de hecho a Centroamérica como su “patio trasero” y recurre a su poderío nacional más fuerte para coaccionar a los países de la región a acatar sus órdenes. Esta conducta no solamente contradice la promesa de “respeto mutuo, igualdad y beneficio mutuo” que Washington hizo en la Cumbre de las Américas de 2022, y viola el principio de igualdad soberana de los estados, sino que también deteriora gravemente las normas básicas que rigen las relaciones internacionales basadas en los propósitos y principios de la Carta de la ONU.
¿“Cooperación de ganancia compartida” o “Estados Unidos primero”? La Carta de la ONU establece en su artículo 2: “Los miembros de la Organización cumplirán de buena fe las obligacio-nes contraídas por ellos de conformidad con esta Carta”. Asimismo, la Declaración de Principios de Derecho Internacional de 1970 destaca: “Los estados tienen el deber de cooperar entre sí, independientemente de las diferencias en sus sistemas políticos, económicos y sociales, en las diversas esferas de las relaciones internacionales”. Sin embargo, Estados Unidos no sólo se niega a cumplir su obligación de cooperar de buena fe, sino que también actúa de manera contraria a la razón y al espíritu del multilateralismo, imponiendo su propia voluntad por encima de las normas internacionales, recurrir a restricciones de visas para obstaculizar los intercambios y la cooperación normales entre China y los países centroamericanos. ¿Y esto qué es, si no es una actitud hegemónica?
En los años recientes, la cooperación entre China y los países centroamericanos con que ella tiene relaciones diplomáticas ha venido profundizándose. Resultados de cooperación, tales como biblioteca, estadio y centro de convenciones, han mejorado el bienestar social y contribuido al desarrollo local, mientras la cooperación en inversión y comercio ha generado más empleos y oportunidades de crecimiento para los países de la región. Gracias a ello, este “jardín de flores” de Centroamérica goza de creciente tranquilidad y prosperidad. A medida que se fortalece el desarrollo económico regional y mejoran las condiciones de vida, más centroamericanos pueden vivir y trabajar con tranquilidad y felicidad en su propia tierra, y hay mayores probabilidades de aliviar problemas estructurales como la migración irregular. Estos avances, correspondientes a los propios intereses estadunidenses, bien deberían haber sido acogidos con beneplácito por Estados Unidos. Sin embargo, las fuerzas antichinas de Estados Unidos, aferradas a intereses estrechos y miopes y a una mentalidad de guerra fría de suma cero, se obstinan en instigar a tensiones y confrontación, perturbando la paz y la tranquilidad en su vecindad, lo que no puede sino hacer sentir lástima.
En 1973, el Consejo de Seguridad de la ONU convocó una reunión en la Ciu-dad de Panamá, haciendo debates acerca del proyecto de resolución sobre la abolición del antiguo tratado del Canal y el apoyo a un nuevo convenio más jus-to y equitativo. El texto no fue aprobadodebido al veto de Estados Unidos. El en-tonces canciller panameño, Juan Anto-nio Tack, expresó con firmeza: “EstadosUnidos vetó a Panamá, pero el mundo vetó a Estados Unidos”. La historia es un espejo. Aunque el poder de la fuerza puede imponerse temporalmente, la justicia perdura en el corazón del pueblo. Sean cañoneras o visas, ¡ningún garrote puede detener la voluntad popular, ni mucho menos la corriente imparable del progreso histórico!
* Observador en asuntos internacionales

Honduras: involución e injerencia
Hasta el cierre de esta edición, el conteo preliminar de los votos de las elecciones presidenciales celebradas en Honduras el domingo pasado arrojaba una diferencia de menos de mil sufragios entre el puntero Nasry Asfura, del Partido Nacional, y su cercano perseguidor, Salvador Nasralla, del Partido Liberal. La aspirante centroizquierdista del gobernante Partido Libertad y Refundación (Libre), Rixi Moncada, apenas habría obtenido 20 por ciento de las preferencias. Debido a las deficiencias del Consejo Nacional Electoral, el escrutinio oficial y los resultados definitivos podrían demorar un mes o más, pese a que el país cuenta con un padrón de apenas 6.5 millones de ciudadanos. Lo que parece irreversible con las cifras disponibles es que una abrumadora mayoría de los hondureños se decantó por los candidatos de derecha y ultraderecha, postulados por las formaciones que se alternaron en el poder a lo largo de un siglo sin muchas más diferencias que sus colores.
De este modo, los comicios se saldaron con una involución en la que no sólo queda abortado el proyecto progresista de la presidenta Xiomara Castro, sino que se malogra de forma acaso definitiva el intento de convertir, por primera vez en la historia hondureña, la independencia formal en real mediante una nueva Constitución que pusiera fin al control oligárquico que ha hecho de la nación centroamericana la segunda más pobre del continente, únicamente delante de Haití. Las trayectorias personales y los equipos que rodean a Asfura y Nasralla auguran que, sin importar quién de ellos llegue al Palacio José Cecilio del Valle, Honduras volverá a ser una base militar de Washington con asiento en la ONU.
Aunque en cuatro años habría sido imposible acabar con las enormes carencias de la sociedad y del propio Estado, en su gobierno Castro logró sostener el crecimiento económico, reducir la pobreza y la desigualdad, así como llevar la tasa de homicidios a su nivel más bajo en décadas. Pero todo ello es claramente insuficiente y no puede subestimarse un factor de desencanto en los resultados electorales referidos. Por otra parte, para entender el voto masivo favorable a los partidos responsables de que 60 por ciento de los habitantes subsista por debajo de la línea de pobreza, debe considerarse el control absoluto sobre los medios de comunicación por parte de los 25 grupos económicos y las 10 familias a los que Moncada denuncia por haberse apropiado de 80 por ciento de la riqueza del país. Debe recordarse que en 2009 esa misma élite, con la bendición de la Casa Blanca de Barack Obama, usó a las fuerzas armadas para derrocar y expulsar del territorio nacional al ex presidente Manuel Zelaya, esposo de la actual mandataria Castro y primero en proponer un plebiscito para convocar a un proceso constituyente.
En las antípodas ideológicas e intelectuales del demócrata, en esta ocasión el presidente Donald Trump ha jugado un papel no menos decisivo en la configuración del gobierno hondureño a través de sus respaldo público a Asfura y su anuncio de indulto al narcotraficante Juan Orlando Hernández, correligionario del aparente ganador, quien usó sus ocho años al frente de Tegucigalpa para enviar 400 toneladas de cocaína a Estados Unidos. El endoso del magnate al candidato de ultraderecha, unido a la amenaza de cortar ayudas e inversiones si no se cumplen sus deseos, tiene una influencia inestimable en Honduras debido a factores como la labor colonizadora de las iglesias evangélicas (a las cuales se adscribe alrededor de la mitad de la población), la casi extinta Usaid y las organizaciones no gubernamentales estadunidenses; la gran dependencia de las remesas enviadas por los migrantes, o la histórica presencia de tropas de la superpotencia, sumada al factor de intimidación del despliegue militar estadunidense en el Caribe y dirigido, en lo inmediato, en contra de Venezuela.
En suma, Trump ha cosechado un éxito más en la imposición de regímenes dóciles en América Latina y el Caribe, pero no parece que el pueblo hondureño vaya a recibir a cambio nada más que el acelerado saqueo de sus recursos naturales, el regreso de la violencia de Estado contra campesinos, ambientalistas y otros disidentes, y una pérdida catastrófica de soberanía.

La rapiña
En 2024, el gasto público en México creció notoriamente por encima de la tendencia sexenal, debido a la decisión de aproximar al máximo el fin de los grandes proyectos de inversión del gobierno de AMLO: el Tren Maya, la refinería Dos Bocas, y muchos más. 
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José Blanco
02 de diciembre de 2025 00:04
Especialmente a partir de 2023, la economía mundial comenzó a mostrar signos de debilitamiento. “Las distorsiones relacionadas con el comercio… y las fluctuaciones en las previsiones de crecimiento debido a las fuertes oscilaciones en las políticas comerciales [los tarifazos impulsivos de Trump]”, dice el FMI en su Perspectivas de la economía mundial de octubre pasado, muestran que “las perspectivas para la economía mundial siguen apuntando a un panorama sombrío, tanto a corto como a largo plazo”. Si las expectativas desaforadas sobre la Inteligencia Artificial no se cumplen, la economía capitalista internacional continuará su tendencia a la caída, como resultado del estancamiento de décadas en los índices de la productividad laboral.
Es muy notorio que los críticos de la política económica de la 4T reprueban el curso de la economía mexicana, dejando de lado que los centros de la economía mundial son condicionantes, cuando no determinantes, de la marcha de la periferia. Los críticos dicen que “sin crecimiento no puede haber empleo”, y a veces dicen lo contrario: “sin empleo no hay crecimiento”. No obstante, no hay entre esas variables una relación de causalidad básica. Tanto el crecimiento del empleo como el del PIB resultan de los procesos de inversión. 
En 2024, el gasto público en México creció notoriamente por encima de la tendencia sexenal, debido a la decisión de aproximar al máximo el fin de los grandes proyectos de inversión del gobierno de AMLO: el Tren Maya, la refinería Dos Bocas, y muchos más. En 2025, fue operada una corrección en el gasto, atendiendo especialmente a la espada de Damocles de las calificadoras. Para 2026, el Plan México de la presidenta Sheinbaum iniciará la creación de los polos de desarrollo previstos; la inversión pública crecerá notoriamente, impulsando la inversión privada, el crecimiento industrial, un nuevo crecimiento sustantivo en el reglón de las obras públicas (nuevas carreteras, puertos, expansión del transporte por ferrocarril) y la economía digital. 
Pero tendremos siempre encima a la economía mundial, especialmente a la economía gringa. No hay duda de que del exterior recibimos parte de los impulsos del dinamismo interno, pero también somos literalmente saqueados por el exterior. Sólo hay que tener presente la sangría permanente que sufrimos a manos de la banca extranjera, ampliamente mayoritaria en nuestro país: BBVA, Banamex (Citibank), Santander, HSBC y Scotiabank. Estas empresas absorben enormes recursos que van a dar a España, a Estados Unidos y a Canadá. El Fobaproa es un canal de esa rapiña. 
Güney Işıkara y Patrick Mokre, discípulos de Anwar Shaikh, con su Marx’s Theory of Value at the Frontiers. Classical Political Economics, Imperialism and Ecological Breakdown han hecho una formidable contribución, aportando un cálculo sobre la inmensa transferencia de valor desde las economías periféricas a las del núcleo dominante, en el espacio industrial. Ocurre mediante la conformación de los precios de producción. Los economistas enterados de la economía de Marx saben que mediante la competencia entre capitalistas se constituyen esos precios, con su tendencia a la igualación de las tasas de ganancia. 
Las empresas con alta composición orgánica del capital (alta tecnología), salen ganando. Esto ocurre tanto dentro como fuera de las fronteras de todos. Según el cálculo de Işıkara y Mokre en su vasta investigación: “Las transferencias internacionales de valor son sustanciales, correspondiendo al 5.5 por ciento de la producción mundial anual en las industrias manufactureras durante el periodo 2010-2020, con una cifra acumulada por la asombrosa cantidad de 70 billones [en español] de dólares”. De acuerdo con ese cálculo, México, Indonesia, Rusia, Corea del Sur y Brasil son los mayores donantes netos de valor (véase también Michael Roberts, “Catching Up or Falling Behind?”, noviembre de 2025). Industria y banca son espacios de la rapiña. ¡Cuánto han de trabajar los asalariados mexicanos para dar grandes ganancias a los capitalistas que operan en territorio mexicano y a los del exterior! 
En el tiempo presente y en el futuro previsible, en el marco capitalista actual nada puede hacer México para cambiar los fundamentos sobre el que opera el proceso productivo mexicano: los centros del capitalismo global continuarán en la rapiña de toda la periferia, en un proceso que lejos de menguar, empeora sin cesar, como lo ilustran los datos de la creciente concentración de la riqueza mundial en unos cuantos individuos. 
Pero tener en manos de la 4T las riendas del poder político permite alterar en alguna medida el proceso distributivo. Debido a esa realidad, 13.4 millones salieron de la pobreza, de los cuales 1.7 millones dejaron la pobreza extrema. Quedan en la pobreza 38.5 millones, y en la pobreza extrema, 7 millones, en un país que es el tercero por el número de jets privados. Es responsabilidad de la 4T transferir el poder político siempre a sus mejores mujeres y hombres para continuar esa tarea. Los mexicanos lo harán valer con sus votos.