sábado, 6 de julio de 2013

SME y perspectivas de solución

Luego de permanecer más de un mes en plantón en las inmediaciones de la Secretaría de Gobernación, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) alcanzó ayer un acuerdo con esa dependencia federal para jubilar a los ex trabajadores de Luz y Fuerza del Centro (LFC) que hayan alcanzado 23 años de antigüedad, y que formen parte de los más de 16 mil agremiados que se han mantenido en resistencia tras el cierre del organismo público, en octubre de 2009. Por lo demás, las partes acordaron realizar reuniones para tratar lo relativo a la recontratación de los trabajadores electricistas que no aceptaron las ofertas de liquidación formuladas en su momento por la administración de Felipe Calderón, lo cual podría lograrse, tentativamente, mediante su incorporación a una filial de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Ante la cerrazón y la intransigencia que caracterizó a las autoridades del pasado ciclo de gobierno desde el estallido del conflicto, corresponde ponderar positivamente el arreglo alcanzado ayer, en la medida que implica el reconocimiento, por parte de la actual administración, de la necesidad y la pertinencia de reactivar el diálogo con la representación sindical. En retrospectiva, resulta, asimismo, obligado reconocer la perseverancia de un movimiento que, tras haber sido arrojado al desempleo masivo, se mantuvo en pie y dio muestras de responsabilidad y mesura, a pesar de la campaña de calumnias e insidias de que ha sido objeto, y pese a los amagos represivos que han sido ensayados en su contra.
Habrá que esperar, por otra parte, a que el ofrecimiento de analizar la reinserción de los trabajadores del SME en el sector eléctrico abandone el plano hipotético en que se ha mantenido y aterrice en propuestas concretas. La recontratación masiva del personal de la disuelta LFC –ya sea mediante su incorporación a la CFE o mediante la creación de una nueva compañía– reviste pertinencia y necesidad no sólo desde la óptica de la justicia laboral –toda vez que no había razones técnicas ni legales para dejar a decenas de miles de trabajadores en la calle–, sino también desde una perspectiva de utilidad pública porque, más allá de consideraciones políticas y gremiales, los electricistas pertenecientes al SME representan un capital humano invaluable y que debe ser aprovechado.
Por último, sin dejar de ponderar positivamente la disposición y la apertura mostradas por el gobierno federal actual al suscribir el acuerdo referido, debe señalarse que acercamientos de este tipo habrían debido producirse mucho antes y que con ello se habría evitado llevar el conflicto a los niveles de encono y complejidad que llegó a alcanzar en estos casi 46 meses. Como ocurre en tantos otros ámbitos conflictivos de la actualidad, el gobierno calderonista arrastra una responsabilidad política ineludible por el ensañamiento injustificable a que fue sometido el SME y su entorno social de apoyo, así como por el desgaste causado, a lo largo del desarrollo de ese conflicto, en la institucionalidad política y en la propia población.
Cabe esperar que la reactivación de las negociaciones entre el gremio y las autoridades no quede en un mero formalismo y un nuevo ejercicio de simulación; que el gobierno federal no redite la belicosidad y el espíritu antisindical que caracterizó a su antecesor y que exhiba la voluntad necesaria para resolver de una vez por todas un conflicto originado hace ya casi cuatro años por parte de la propia autoridad.

Acuerdo del gobierno y el SME; jubilarán a mil 300 ex electricistas

Beneficiarios, integrantes del grupo en resistencia; levantan el plantón en la SG
El plan de retiro, avance importante, señalan; aún falta resolver el fondo del conflicto: la reinserción laboral
Anuncian que reanudarán la mesa de negociación para tratar otros temas
Integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas levantaron el plantón que mantenían desde el 28 de mayo pasado frente al edificio de la Secretaría de GobernaciónFoto La Jornada
Fabiola Martínez Periódico La Jornada
Sábado 6 de julio de 2013, p. 5
El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y el gobierno federal alcanzaron un acuerdo para la jubilación de trabajadores de la extinta Luz y Fuerza del Centro (LFC) que hayan acumulado al menos 23 años de antigüedad. Esta alternativa es para quienes forman parte del grupo en resistencia desde octubre de 2009, cuando por decreto presidencial fue cerrada LFC.
La negociación permitió el levantamiento del plantón que desde el 28 de mayo pasado mantenía el SME en un tramo de la avenida Bucareli, en las inmediaciones de la Secretaría de Gobernación (SG).
El acuerdo es también un primer paso, sin precedentes en casi cuatro años del movimiento, toda vez que en el sexenio de Felipe Calderón, cuando se impuso el cierre de LFC, se ofrecieron algunas alternativas para la reinserción laboral, pero bajo la condición de que los electricistas debían primero aceptar su liquidación.
El SME puntualizó que el tema de las jubilaciones es un avance importante; sin embargo, acotó, el fondo del conflicto no está resuelto: la reinserción laboral de los electricistas.
Actualmente, 16 mil 599 trabajadores de la extinta LFC no han aceptado su finiquito; de este bloque, alrededor de mil 300 podrían cubrir los requisitos para obtener su jubilación.
La SG les presentó al inicio de esta semana un proyecto para quienes hubieran acumulado entre 23 y 29 años de antigüedad.
Según fuentes de Gobernación, se planteaba la jubilación con un rango de salario de entre 66 y 93 por ciento (con 23 y 29 años de antigüedad, respectivamente), lo que resultaba varios puntos más bajo que lo que marcó el contrato colectivo de SME-LFC al momento del decreto presidencial que ordenó el cierre de esta empresa pública que suministraba energía eléctrica al centro del país.
Por ejemplo, para un trabajador con 23 años de antigüedad, con un salario anual de 119 mil 886 pesos, la propuesta gubernamental ofrecía el retiro con 66 por ciento de su ingreso, mientras que el contrato colectivo señalaba 70 por ciento.
De igual forma, para un empleado con 29 años de servicio (salario anualizado de 187 mil 838 pesos), Gobernación ponderaba una jubilación con 93 por ciento del salario, mientras que el contrato le daba 98 por ciento.
En esta negociación, el SME pedía, para el caso de los más antiguos, jubilación equivalente a 97.5 por ciento del sueldo, y para los de menor antigüedad, 87.5 por ciento.
El SME informó en un comunicado: El SME reconoce importantes avances con la Secretaría de Gobernación, no obstante el fondo del conflicto social derivado del ilegal cierre de LFC no está resuelto...
En los próximos días el SME y el gobierno federal reanudarán la mesa de negociación para tratar estos temas.
Una propuesta inicial, aún en análisis, indica la posibilidad de que el gobierno promueva una filial de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que atienda a la capital del país; ahí podría emplearse a varios miles de electricistas del SME. Aunque esta posibilidad fue bien vista por el sindicato que encabeza Martín Esparza, los funcionarios de Gobernación hicieron énfasis en que un cambio de esta naturaleza requiere reformas jurídicas e incluso la venia del sindicato de la CFE.



viernes, 5 de julio de 2013

Comunicado del Sindicato Mexicano de Electricistas

Lecciones de historia a la tecnocracia: Cárdenas y su avance nacionalista



30. junio, 2013 Martin Esparza Opinión
Segunda parte
Cuando el general Lázaro Cárdenas asumió la Presidencia de la República en 1934, los energéticos se encontraban de forma absoluta en manos de empresas extranjeras; por ello, el crecimiento de la economía y el bienestar del pueblo de México se supeditaban a los caprichos e intereses de los voraces capitales internacionales.
Solapadas décadas atrás por el entreguista gobierno de Porfirio Díaz, las ya poderosas trasnacionales no únicamente imponían sus tarifas y condiciones de venta del petróleo, las gasolinas y la electricidad que consumían los mexicanos; además, se negaban de manera sistemática a pagar los salarios y prestaciones consagrados en el Artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos promulgada en 1917, al imponer, como en el caso de las compañías petroleras, condiciones infrahumanas y de alto riesgo a sus trabajadores.
No puede dejar de mencionarse para entender el contexto político y social en que se dieron acciones trascedentes para el futuro del país y la defensa de su riqueza energética que, desde el inicio de su administración, Cárdenas mostró una política de apoyo a los obreros y a los campesinos, tanto en materia legal como de respeto a sus procedimientos para realizar sus demandas lo que, incluso, llegó a provocar fuertes críticas del llamado entonces Jefe Máximo de la Revolución, Plutarco Elías Calles, en cuyo gobierno los trabajadores siempre estuvieron en franca desventaja ante los abusos laborales de los empresarios.
En junio de 1935, el expresidente declaró en una entrevista que el país requería de cordura, y se lamentaba porque la administración de Cárdenas “toleraba la ola de huelgas” y movilizaciones de las organizaciones obreras en el país.
Eran los tiempos en que el fantasma del fascismo recorría el mundo, por lo que no fue casual que tras las declaraciones de Calles los grupos de ultraderecha y simpatizantes de este sistema totalitario y represor buscaran organizarse en contra de las decisiones justas en favor de las clases populares enarboladas por Cárdenas, a través de organizaciones como los llamados Camisas Doradas, que contaban, por supuesto, con el respaldo de las firmas extranjeras, responsables en buena medida de orquestar campañas, desde el anonimato, acusando al entonces presidente de simpatizar con los “comunistas”.
Las agresiones que ya se palpaban en todo el territorio nacional contra el general Cárdenas, apadrinadas por Calles, conllevaron a que el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) lanzara una convocatoria a todo el país, el 12 de junio de 1935, llamando a la unidad a las organizaciones obreras con carácter de urgente. Acudieron todas, menos dos: la radical Confederación General de Trabajadores y, por supuesto, la Confederación Regional Obrero Mexicana, aliada, a través de Luis N Morones, al general Calles.
Firmaron el histórico documento de unidad los sindicatos de tranviarios, de las Artes Gráficas, la Confederación General de Obreros y Campesinos de México, la Federación de Sindicatos de Obreros del Distrito Federal, los gremios de ferrocarrileros, mineros y telefonistas, entre otros. De esta forma, el 15 de junio de 1935 las mismas organizaciones acordaron constituir el Comité Nacional de Defensa Proletaria (CNDP), también bajo los auspicios del SME, y establecieron entre algunos de sus principales puntos: “se constituye el CNDP ante las amenazas contra los derechos conquistados por obreros y campesinos (…); Quinta: se establece la huelga general ante el asomo de manifestaciones fascistas que ponga en peligro los derechos de los trabajadores”.
El frente de apoyo a Cárdenas, propuesto por el SME, permitió al entonces presidente detener los avances reaccionarios en el país. Fue tal la fuerza del movimiento de masas que se volcó en apoyo a Lázaro Cárdenas del Río que, rebasado por las circunstancias históricas, Calles anunció el 16 de junio que se retiraba a la vida privada en su Hacienda de Santa Bárbara, para más tarde partir al extranjero.
Dos meses después, el 16 de agosto de ese trascendente año, se constituyó el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana ante los crecientes y desmedidos abusos de las compañías petroleras, en su mayoría inglesas y estadunidenses que se negaban a la firma de un contrato colectivo y el reconocimiento de justas demandas, como la jornada de 40 horas y el pago de salarios por enfermedad. Más tarde, en febrero de 1936, y también con el apoyo del gobierno nacionalista de Cárdenas, nació la Confederación de Trabajadores de México, bajo el liderazgo de Vicente Lombardo Toledano.
Fue en aquel año cuando empezó a gestarse en el proyecto de gobierno del general Cárdenas el nacimiento formal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), sobre todo cuando sopesó aspectos como la intransigencia de la compañía Mex-Light por negociar dentro del marco del derecho laboral, la revisión del Contrato Colectivo de Trabajo con el SME, organización que comunicó al jefe del Ejecutivo el inminente estallido de la huelga, misma que se verificó el 16 de junio y que no fue levantada sino hasta en la madrugada del día 25, cuando la empresa firmó la aceptación completa del pliego petitorio.
El mandatario corroboró el lastre en que se estaba convirtiendo, no únicamente para los trabajadores sino para el país, el monopolio de las firmas Mexican Light and Power y American and Foreign Power, ya que las mismas apenas y habían mantenido un crecimiento anual del 1 por ciento, insuficiente para atender la creciente demanda nacional de electricidad. De hecho, y como una muestra de su evidente desinterés por el futuro de México, las empresas ni siquiera se molestaban en reinvertir sus exageradas ganancias en proyectos que no consideraran altamente rentables. Todos sus excedentes de capital eran enviados al extranjero.
Para 1937, México tenía 18.3 millones de habitantes y solamente tres empresas ofrecían el servicio de energía eléctrica a 7 millones de mexicanos, que representaban el 38 por ciento de la población. La demanda superaba con creces a la estancada oferta. Además, las fallas en el servicio eran constantes y las tarifas muy elevadas. Desgraciadamente, tal como hoy sucede.
 En este sentido y con el propósito de construir plantas generadoras para satisfacer sin fines de lucro la demanda existente, el presidente Cárdenas decretó en Mérida, Yucatán, el 14 de agosto de 1937, la constitución formal de la CFE, dependencia que se encargaría de estudiar la planeación del sistema nacional de electrificación, así como de ejecutar y adquirir obras relacionadas con la generación, transmisión y distribución eléctrica, cambiando con ello la perspectiva regionalista de la electrificación de modo que de acuerdo con el proyecto de gobierno del general Cárdenas, el campo se viera favorecido al poder bombear agua de riego, el arrastre y la molienda, pero también se buscaba impulsar el alumbrado público de las pequeñas ciudades.
 El 18 de marzo de 1938, y tras meses de agobiante lucha por lograr que las empresas petroleras les concedieran mejores prestaciones, los trabajadores petroleros vieron cristalizarse sus demandas a la par de que el país recobraba la riqueza de sus hidrocarburos. Al negarse las empresas extranjeras a reconocer su compromiso con los trabajadores y manifestarse en franca rebeldía por el laudo emitido en su contra por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje –pese a que la Corte les demostró con cifras en la mano sus escandalosos dividendos–, el general Cárdenas tomó la determinación de llevar a cabo la expropiación petrolera.
 Y como ocurrió 3 años atrás, el mandatario no sólo recibió el apoyo solidario del movimiento obrero en su conjunto sino de todo el pueblo de México. La oligarquía internacional y la ultraderecha fascista vieron desmoronarse su intención de debilitar al gobierno cardenista y, con ello, aniquilar la lucha de la clase trabajadora por defender y conservar sus legítimas conquistas plasmadas en la Constitución de 1917; pero, sobre todo, la nación recobró el pleno dominio sobre la riqueza de sus hidrocarburos y fincó las bases de una industria eléctrica que en 1960, durante el gobierno del presidente Adolfo López Mateos, concretaría, con la misma visión nacionalista de Cárdenas, el control del Estado sobre sus energéticos, en aquellos gloriosos tiempos en que pueblo y gobierno iban de la mano, y en un mismo sentido, por la salvaguarda de las riquezas de la nación y de su progreso económico.
 *Secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas



jueves, 4 de julio de 2013

SME Posicionamiento en apoyo a Evo Morales 4jul13

No dejaremos la lucha hasta alcanzar la victoria: Asamblea General Electoral SME

by Juan Contreras
July 3, 2013
Noticias SME, Reportajes
Mónica Monroy Lucero
Miércoles 03 de Julio, 2013
México D.F., SME.-
De conformidad con lo establecido en los estatutos del Sindicato Mexicano de Electricistas, el día de hoy se realizó la Asamblea General Electoral, en la que se nombraron a los candidatos electos para la primer mitad del Comité Central durante el periodo que comprende del 2013 al 2015.
Fotos Pedro David Gómez Salgado y Mónica Monroy Lucero
La ratificación de Martín Esparza Flores como Secretario General es contundente y los más de 23 mil votos a su favor lo respaldan. José Humberto Montes de Oca Luna, Secretario del Exterior electo agradeció por los votos de confianza y garantizo que continuaran dando la lucha hasta conseguir la reinserción laboral de los electricistas que se mantienen en resistencia.
Y aprovecho para convocar a los SMEitas a movilizarse en solidaridad con el pueblo Boliviano ante el secuestro del presidente Evo Morales. La cita es el día de mañana 5 de Julio, a las 16:00 horas frente a la embajada de Estados Unidos, ubicada en la avenida Paseo de la Reforma.