sábado, 7 de julio de 2012

Legitimidad y legalidad (reloaded)


Ilán Semo
A cuatro días del anuncio de los resultados oficiales de la contienda electoral, y a dos días del recuento voto por voto de un número cuantioso de urnas, las elecciones presidenciales de 2012 no han concluido. Si la coalición de izquierda decide impugnar sus resultados por la suma de violaciones cometidas por el PRI, habrá que esperar las deliberaciones del Tribunal Electoral Federal y, finalmente, su fallo definitivo. Los miembros del Movimiento Progresista encabezado por Andrés Manuel López Obrador están en su derecho de hacerlo y, acaso, también en su deber.
El proceso electoral comienza con la definición de los candidatos de cada una de las agrupaciones y sus alianzas. Le siguen las campañas y la contienda por el voto. Después de los sufragios y los recuentos se abre un lapso para querellas e impugnaciones. Sólo después, el tribunal cuenta con la autoridad para emitir el veredicto final. La certidumbre y, sobre todo, la legalidad del proceso sólo pueden emanar de la valoración de cada uno de estos momentos y su relación con cifras finales. La calidad de una democracia se define por sus métodos, no por sus resultados. No es lo mismo obtener una mayoría por la inducción y la coacción del voto, que hacerlo de manera limpia.
Desde hace década y media, la democracia mexicana es vista como un fenómeno naciente o emergente; la infancia de una historia. Sólo que a estas alturas, el infante empieza a mostrar bigote y está visiblemente desvencijado. ¿Cuánto puede durar el nacimiento de un régimen político? Nacer es en sí un dilema. No es igual nacer bajo cuidados y atención que en el abandono y la orfandad. La democracia en México no sólo muestra serios traumas de crecimiento, sino un estado ostensible de orfandad. La mayoría de sus impulsores originales la han abandonado.
Por lo pronto, los resultados de las elecciones son un hecho. (Su impugnación sólo produciría utópicamente su anulación general.) El PRI retorna a la Presidencia con una ventaja menor (bastante menor) de lo que le concedían las encuestas. La izquierda, por su parte, logra lo inverosímil: colocarse como segunda fuerza en un tour de force admirable (si se toma en cuenta la escasez de sus recursos) que la llevó de 20 por ciento (en los ratings) a más de 31 por ciento. Acción Nacional se disipa en la crisis y la fragmentación. Alguien debería demandar (¿ante la Profeco?) a las encuestadoras. Alguien más debería cancelarles sus registros. Disfrazar una cruzada propagandística con el simulacro de un ejercicio sociológico es algo más que dar gato por liebre; acaso es dar gato por león. Su explicación fue que sobrestimaron las expectativas del partido tricolor. Lo que no sobrestimaron seguramente fueron los ingresos percibidos por la fiesta de los números. Hay algo de hazaña grotesca en el asunto: armados de papadas solemnes (en México la papada es el síntoma de la ciencia), los encuestadores oficiales lograron desterrar la sociología electoral de nuestras ciencias sociales. ¿Quién en las próximas décadas va a confiar en una encuesta política? Una vez más, la modernidad se nos escapa entre los bolsillos.
De los órdenes simbólicos que conocemos, la encuesta es la ars esentia de los géneros de la retórica de la propaganda. La razón es sencilla y compleja a la vez: el fetichismo moderno por el número. En una sociedad en que el único acuerdo viable y duradero es la posibilidad del desacuerdo, el número es el rey. Su majestad el número, con su aparente neutralidad, concluye o secuestra una discusión. Pero las cifras no son neutrales. Provocan interpretaciones y movilizan expectativas. Ésta y otra decena de tácticas de inducción del voto propiciaron que Enrique Peña Nieto obtuviera una mayoría en las urnas.
El PRI de hoy no es el mismo de los años 90; tampoco es obviamente el de la década de los 70. Probablemente es peor. Dejemos a un lado las intenciones y los programas. Su currículum reciente habla por sí mismo. Es el partido que convirtió en sendos infiernos a Tamaulipas, Veracruz y Nuevo León. Sobre todo Nuevo León, el estado más pujante, empresarial y productivo del país. Cierto, cuenta con una generación de jóvenes muy activos. Pero jóvenes que provienen de una clase media ascendente ávidos de poder, fortuna e influencia, que nunca conocieron la institucionalidad que le dio longevidad al viejo PRI. Es también una amalgama política dominada por la tecnocracia que en los años 90 falló ante los retos de la globalización.
¿Puede cambiar el PRI? En rigor, ha sido el epítome del cambio. Visto desde una perspectiva histórica, el partido de Lázaro Cárdenas en los años 30 tiene poco que ver con el de Miguel Alemán en los 40, y éstos con el que albergó a Luis Echeverría y José López Portillo en los 70. Ni hablar del giro que le impuso más tarde el salinismo. Pero en todas sus versiones guarda una constante: la anegación del estado de derecho; reproduce (y se reproduce en) la anomia y la ilegalidad. Cambia no sólo para adaptarse, sino para adaptar su entorno a su peculiar cultura política.
Lo hemos visto una vez más a lo largo de esta campaña. ¿Por qué entonces obtuvo una mayoría de votos? Sería infantil explicarlos solamente por la coacción y la inducción. El gran fracaso del PAN (y en cierta manera del PRD también) fue, a lo largo de estos 12 años, su incapacidad para transformar a ese México cuyas mentalidades son de antiguo régimen, que espera lo que ninguna autoridad democrática puede brindarles.
Toca a la izquierda el turno de crear un nuevo horizonte de expectativas. Por lo pronto, la campaña electoral le brindó una posición y una legitimidad sin igual. Cuenta con la oportunidad del momento: la debacle de dos presidencias panistas que acabaron en guerra incivil. Habrá que ver si es capaz de encontrar la vía para cambiar gradual e institucionalmente esa sociedad que prefirió el deja vu antes que arriesgar.



El agravio del dinero organizado


Abraham Nuncio
En la revisión de la prensa al día siguiente de los comicios, me encontré con la frase de Roosevelt. El azar suplía con creces al propósito y me ofrecía, en síntesis, el alma de lo que han sido, hasta la elección que culminó el primero de julio, las campañas electorales en México: la oportunidad para que el dinero organizado determine, no los resultados reales de la elección, sino el gobierno que sus dueños desean como representante inmediato de sus intereses. Así que haiga de ser como haiga de ser, según la expresión de un ciberopinante.
En el escueto discurso de Andrés Manuel López Obrador, la noche del pasado domingo, está la palabra clave de las campañas electorales. En ellas campeó la inequidad; pero no sólo, también conductas que oscurecieron el panorama hablado de la madurez y consolidación de la democracia mediante las elecciones ofrecido el primero de julio por Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón. Hay que decirlo con el cincel en la mano: no hay democracia cuando es el dinero el que compra las elecciones. Los del primero de julio fueron eso, unos comicios comprados a través de múltiples conductos y agentes ligados por la corrupción.
Pero nada es fatal, como algunos quisieran. Una mujer muestra una pancarta que dice Voto comprado, voto anulado. Forma parte de los cientos de indignados ciudadanos que se manifestaron en Salinas Victoria y Ciénega de Flores, dos municipios de Nuevo León, en contra de la compra de sufragios, robo y manipulación de credenciales de elector, despidos de la actual administración priísta por apoyar a otros partidos y amenazas de individuos armados para que votaran por los candidatos del PRI. Fraude, fue su grito reiterado. Un fraude que, entre otros lugares, se puede consultar en defensadelvoto.mx, obra del regiomontano Jesús Ibarra Salazar, autor de Haiga sido como haiga sido.
Pocos pero significativos ejemplos dan cuenta de cómo los gobiernos locales del PRI fueron una de las fuentes importantes de su financiamiento electoral. En Coahuila, Humberto Moreira, quien fue su gobernador y, no de gratis, el primer coordinador de la campaña de Peña Nieto, endeudó sin medida a su estado al grado que hoy sus habitantes y quienes se paren a consumir en su territorio deben pagar por esa deuda, cuyo destino es aún opaco, una gabela de 3 por ciento adicional a 16 por ciento del IVA.
En Tamaulipas se les sigue causa a sus tres últimos ex gobernadores por enriquecimiento ilícito, lavado de dinero, tráfico de influencias, desvío de recursos públicos, actos de corrupción y/o nexos con el narcotráfico. ¿No cooperaron esos funcionarios con recursos públicos para la candidatura de Peña Nieto?
Los electores de esos dos estados, agraviados por la corrupción y despojo de sus gobernantes y asolados por las bandas criminales, ¿optó en su mayoría por el autoflagelo, según el mapa oficial de las elecciones del primero de julio?
Con una cultura bipartidista, que apenas en estas elecciones fue matizada por una mayor presencia de los partidos identificados con el movimiento encabezado por AMLO, en Nuevo León la votación fue de castigo al PRI. Justamente por actos que hoy se sabe se repitieron en todo el país. En el charco del descontento con el gobierno local cayó como una gran piedra la información dada a conocer el sábado 30 por El Norte sobre una nómina oculta dependiente de la secretaría general de Gobierno, donde cobraba una red de individuos por realizar actividades en favor de Peña Nieto y otros candidatos priístas. La dependencia negó la información, pero uno de los llamados operadores de la red se encargó de difundirla vía Facebook y allí menciona el origen y los destinos de los apoyos: (“Yo creo que el apoyito que me da mi gobierno es para apoyar a Rodrigo p’al compromiso que tiene con Peña Nieto.”).
En el estado de México, Arturo Montiel, antecesor de Peña Nieto, fue defenestrado por el escándalo que produjo su colosal enriquecimiento ilícito. Y el propio gobierno de Peña dispuso de una partida de más de 32 mil millones de pesos provenientes de recursos adicionales de la Federación sin la autorización del Congreso del estado y fue incapaz de justificar un monto de más de 13 mil millones de pesos, como lo documenta fehaciente y minuciosamente José Guadalupe Luna Hernández en su libro Información programática y rendición de cuentas. Claves para entender el uso indebido de los recursos públicos en el gobierno de Peña Nieto. ¿Nada tuvo que ver el desbordamiento del tope financiero de campaña del candidato priísta con esos ahorritos?
Andrés Manuel López Obrador faltaría a su compromiso con quienes votaron por él –me parece, desde luego, que fue la mayoría– si no impugnara la elección del primero de julio. Sus adversarios quisieran ver en él a un político del corte de Josefina Vázquez Mota o Gabriel Quadri, ambos darlings de los seguidores de Peña Nieto. Pero no es un individuo el agraviado, sino que somos más de 15 millones los que exigimos que el largo Termidor mexicano no concluya en otro golpe de Estado disfrazado de errores lamentables pero parchables con multas administrativas o regaños a los que mal se portaron (Fox, el principal, ahora convertido en vil mercenario), como ocurrió hace seis años.
Estar gobernados por el dinero organizado es tan peligroso como estarlo por el crimen organizado.
Franklin D. Roosevelt.

El consenso impuesto por Peña y Levy


Gustavo Leal F. *
Con el triunfo del PRI el primero de julio 2012, se corona también la agenda tecnocrática del seguro universal. Una agenda impuesta por grupos de interés y mediáticos, dado que las campañas no trataron el estado real en que se encuentran la salud y seguridad social. Su emergencia no guarda relación con las necesidades sentidas y expresadas del electorado: mejorar servicios y actualizar la canasta de prestaciones a la altura de su ciudadanía.
Ahora se buscará imponerlo legislativamente, vía un programa común PRI-PAN, exaltando las ventajas del nuevo sistema de protección social dotado de cuatro derechos exigibles, que conllevan una reforma fiscal integral generalizando el IVA –16 por ciento– a medicinas, alimentos, todos los bienes y servicios sin excepción.
Frente al reto de enfrentar a los potentados que se benefician del orden fiscal (regímenes especiales), la ruta sencilla para la tecnocracia peñista (Videgaray y Levy) consiste en homogeneizar el impuesto al consumo: IVA.
Además se buscará imponerlo de inmediato, vía conferencia parlamentaria entre ambas cámaras del Congreso, incorporando dispositivos judiciales preventivos para nulificar –de entrada– recursos de amparo frente a la pérdida de derechos adquiridos, como los interpuestos por los trabajadores del apartado B frente a la reforma calderonista del ISSSTE (2007) y que acabaron por desfondarla (cfr. las declaraciones del ministro de la SCJN Sergio Valls, La Jornada, 09/06/12).
El desenlace electoral confirma que la cadena de reformas sectoriales, iniciada por Guillermo Soberón con el cambio estructural de los 80 y cerrada por Calderón con la reforma-Issste, han empeorado el estado del asunto público. Cada eslabón representa un nuevo parche parcial, como el del Seguro Popular, reiteradamente presentado por el derrotado equipo panista de Josefina Vázquez Mota como un sistema intermedio (Székely, Nexos, mayo, 2012). El efecto agregado de toda la cadena configuró una salud y seguridad social inequitativa, incompleta e ineficaz.
El empeño reformista –de casi 30 años– culmina con el minicombo de seguridad social universal de Peña Nieto. Este minimalismo de la protección social se reduce a cuatro prestaciones básicas: atención médica de calidad, seguro de desempleo temporal, seguro contra riesgos de trabajo y pensión para la vejez.
¿Quién fabricó el consenso? El tecnócrata Santiago Levy (Nexos, 2009), después del fracaso de Progresa-Oportunidades y su desastroso desempeño como director general foxista del IMSS (2000-05).
¿Quién lo divulgó? Beltrones, Aguilar Camín, John Scott, Macario Schettino, Alejandro Villagómez, Cuauhtémoc Cárdenas, rector Narro, Centro de Estudios Espinosa Yglesias, Instituto Mexicano para la Competitividad, Grupo Nuevo Curso de Desarrollo (UNAM), Gerardo Esquivel, Mario Luis Fuentes, Consejo Coordinador Empresarial, Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, Coparmex, Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, Asociación Mexicana de Actuarios Consultores, Conferencia Interamericana de Seguridad Social, BID, Pedro Vázquez Colmenares, Miguel Székely y Federico Reyes Heroles, entre otros.
El principal problema del consenso impuesto y su minicombo es que aplicará una reforma fiscal integral (con IVA alzado) arropada en cuatro derechos exigibles, vinculada a una reforma laboral que precarizará el empleo y devastará la base de su financiamiento: las cuotas obrero patronales. La enésima reforma financiera en 30 años.
El minicombo jamás logrará mejorar servicios aunque sí achicará su composición, el horizonte de cobertura y los contenidos efectivos de la atención, a imagen y semejanza del Programa Progresa-Oportunidades, Seguro Popular y Seguro Médico para una Nueva Generación. Los cuatro reducidos soportes del minicombo ya anuncian el compactamiento de la canasta de prestaciones.
El segundo gran problema del consenso es la complejidad del financiamiento del minicombo universal. Para operarlo se requeriría 6.5 por ciento del PIB, del cual 1.8 se financiaría con la inversión actual, 3.4 con la generalización del IVA, entre uno y 1.2 por ciento con la recaudación del impuesto sobre la renta (ISR) y entre 1.5 y 2 por ciento con el precio de gasolinas, según el Centro de Estudios Espinosa Yglesias.
Su tercer gran problema son los términos con que enfrentará el ajuste constitucional que supone la operación universalizada de los apartados A y B del artículo 123 para brindar servicios realmente portables: los afectados centrales serían los sindicatos del IMSS, Issste, estatales y Pemex, entre otros, amenazó Federico Reyes Heroles (Reforma, 12/06/12).
El cuarto gran problema del consenso es el de los recursos humanos: médicos, enfermeras, profesiones afines que, debiendo ser el actor principal y soporte prioritario de cualquier reforma (si de mejorar servicios se tratara, The Economist, 26/05/12), representan un cosmos absolutamente ausente de la universalidad Peña-Levy. Los casi 800 mil profesionistas que se encargan de la producción diaria del servicio (IMSS-Issste-Ssa), no existen en el diseño del combo, por más que del presupuesto aprobado para 2012 se destinen casi 718 mil mp a las tres instituciones.
Hay que agregar, como advirtieran más de 40 organizaciones civiles competentes: la voz de los pacientes nunca ha sido escuchada. Es la hora del acceso igualitario y sin discriminación (La Jornada, 07/06/12).
Con el triunfo del PRI inicia la operación del consenso impuesto, mientras la población padece el deliberado abandono de una red envidiable que la tecnocracia priísta y panista se empeñaron en hundir, sin sustituirla con algo similar.
El electorado de 2012 recibirá del PRI de Peña Nieto, Levy y los grupos de interés y mediáticos que impusieron el consenso, justo lo contrario de lo que aguardó.
*Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco



Compra del voto: bara, bara


México SA
Poder adquisitivo a la baja
Los sorianos: ciegos y sordos
Carlos Fernández-Vega
Si escuálidos resultan los grandes logros calderonistas en lo que se refiere a generación de empleos en el sector formal de la economía, los relativos al poder adquisitivo son aún más raquíticos. Por ejemplo, si se atiende la estadística de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, el mini ingreso real en este 2012 de elecciones limpias y equitativas no alcanza los 10 pesos diarios, por mucho que nominalmente tal indicador sobrepase las 60 unidades por jornada laboral. Así es: descontada la inflación, el valor real del salario mínimo ni siquiera alcanza para comprar un kilogramo de tortilla, cuyo precio, a lo largo del presente sexenio, se ha multiplicado por dos.
A la escasez y creciente precariedad de empleo formal debe añadirse los bajos salarios y la pérdida del poder adquisitivo, el cual no sólo se observa en el mini ingreso (cuyo nivel es totalmente anticonstitucional) sino que afecta a los sectores profesionales, algo diametralmente opuesto a lo que sucede a la hora de analizar el veloz avance de las utilidades del capital. Del mapa político-económico del país se borró cualquier intento de equilibrio entre lo que se llamó factores de la producción. Cuarenta años atrás, la relación entre trabajo y capital se aproximaba a 45-55 por ciento, tajadas que pretendían llevar las cosas medianamente en paz. A estas alturas, tras cinco gobierno neoliberales al hilo, la nivelada distribución es cercana a 29-71 por ciento.
Tres décadas al hilo de gobierno neoliberales han tenido rotundos resultados, aunque desde luego no favorables para el grueso de los mexicanos: mayor concentración del ingreso y la riqueza (a niveles monárquicos), desplome del nivel de bienestar a la mayoría, escaso y precario empleo formal, crecimiento a paso veloz de la informalidad y caída en vertical del poder adquisitivo. Es cuestión de hacer números. Por ejemplo, aquellos mexicanos que aceptaron vender su voto al partido tricolor a cambio de mil pesos (en efectivo o monedero electrónico de Soriana, les hayan cumplido o no) obtuvieron el equivalente a cerca de quince días de salario mínimo nominal. Si la compra de ese mismo voto se hubiera registrado en Estados Unidos, tomado como base el salario mínimo vigente en el vecino del norte, los mercaderes del sufragio hubieran obtenido veintidós veces más.
Escaso empleo formal, raquítico salario y desplome del poder adquisitivo no es precisamente una mezcla socialmente atractiva, a menos de que los promotores de esa fórmula estén en busca de un estallido. En vía de mientras, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados reitera que los principales indicadores económicos del país siguen sin recuperar los niveles que observaba antes de la crisis; lo mismo ocurre con el salario base de cotización al Instituto Mexicano del Seguro Social, el cual acumula una pérdida real de 0.8 por ciento respecto a su registro de 2008. Lo anterior se desarrolla en un contexto internacional en el que persiste la incertidumbre sobre el rumbo que tomará la crisis de deuda en Europa y en el que se está dando una desaceleración del ritmo de crecimiento, tanto de Estados Unidos como de las principales economías emergentes; sucesos que ya han afectado a la dinámica de nuestras exportaciones y que pueden continuar restando impulso a nuestra economía.
Los salarios que ganan los trabajadores del sector formal siguen creciendo a un ritmo lento, apunta el CEFP. De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social, el salario básico de cotización promedio en mayo se ubicó en 261.2 pesos al día, o bien, 7 mil 836 pesos al mes (nominales). De esta manera, al comparar con el año anterior, el salario real (descontando la inflación) creció en sólo 32 pesos mensuales, lo que equivale a un crecimiento anual de 0.43 por ciento, o si se prefiere 2.67 pesos por mes.
Además, a pesar de que el salario básico de cotización acumula dieciséis meses de incrementos, aún no ha logrado recuperar el poder de compra que tenía antes de la crisis. Comparando mayo de 2012 con mayo de 2008 (antes de la crisis), el salario básico acumula una pérdida real de 0.8 por ciento, es decir, se trata de un ingreso inferior en 62.2 pesos mensuales. Por otro lado, en la última década (de mayo de 2002 al mismo mes de 2012) el salario base de cotización real ha crecido en promedio sólo 0.7 por ciento anual. Como ya se ha mencionado en otros boletines, el CEFP considera que el bajo crecimiento de los salarios pareciera sugerir que el actual modelo económico ha basado su competitividad en una mano de obra barata. No obstante, en el actual escenario de desaceleración del sector externo, el bajo crecimiento en los salarios también limita el desempeño del mercado interno, por lo que el crecimiento económico del país podría tener importantes riesgos a la baja.
La situación en el vecino del norte tampoco ayuda, pues la creciente dependencia de la economía mexicana de la estadunidense incluye empleos, salarios y poder adquisitivo. Sbre el particular, el CEFP señala que en aquel país las solicitudes iniciales del seguro de desempleo continúan en un nivel elevado. Durante la semana que terminó el 23 de junio, éstas se ubicaron en 386 mil, para una disminución de 6 mil respecto de la semana previa. Sin embargo, las solicitudes de la semana anterior fueron revisadas al alza, al pasar de 387 mil a 392 mil (la más alta de 2012). La cifra anterior estuvo en línea con lo esperado por el mercado que se estimaba fuera de 385 mil solicitudes iniciales. Por su parte, usando el promedio móvil de cuatro semanas (indicador más estable), las solicitudes fueron de 386 mil 750, setecientos cincuenta por arriba del promedio anterior.
Asimismo, en la semana que terminó el 16 de junio(última información disponible), el número de personas cubiertas por el seguro de desempleo estatal (sin subsidios federales) fue de 3 millones 296 mil, 15 mil por debajo de lo presentado en la semana previa. Los datos anteriores reflejan una nula mejoría semanal y parecen confirmar que la nómina no agrícola del mes de junio será decepcionante. Por esta razón, es previsible que la tasa de desempleo tampoco muestre una recuperación, e incluso podría retroceder. Así lo ha estimado también la Reserva Federal, al proyectar que la tasa de desempleo se ubicará entre 8.0 y 8.2 en 2012, 0.2 puntos porcentuales por arriba de la estimación hecha en abril pasado.
Las rebanadas del pastel
Mientras los sorianos –tricolores y autoridades electorales– siguen ciegos y sordos, crece el número de pruebas que documentan la descarada cuan masiva compra de votos.
cfvmexico_sa@hotmail.com

viernes, 6 de julio de 2012

Votar en inequidad e impunidad

Víctor M. Quintana S.
La democracia podrá no tener objetivos, pero siempre está situada. No es lo mismo votar en Suecia o en Francia que en India o en Brasil. La emisión final del sufragio es el resultado de un proceso donde cuentan mucho las condiciones sociales de cada país. En el nuestro, en el proceso electoral que culminó el domingo pasado, cuando menos cuatro factores pesaron fuerte en el resultado preliminar que se ha dado a conocer hasta ahora: la pobreza y la desigualdad que privan en el país, la administración electoral de las mismas, la impunidad general de todos los delitos, específicamente de los electorales, y la operación de alianzas de grupos de interés.
Cualquier proceso social se va a topar con la dramática realidad de que en México hay 52 millones de personas en pobreza, casi 12 en pobreza extrema y que, junto con Brasil y Guatemala, somos los países más inequitativos de América Latina. Agréguese a esto que la coyuntura de sequía en el norte y el centro norte del país, así como la oleada de violencia e inseguridad, han agudizado el desempleo y causado hambruna en varias regiones. Esto hizo que en esta coyuntura electoral hubiera un gran contingente de ciudadanos y ciudadanas cuya principal urgencia no es votar, sino sobrevivir, y muchos de los cuales estuvieron dispuestos a emitir su sufragio por un partido a cambio de una cantidad en dinero o en especie para aliviar su situación.
Aquí es donde opera el segundo factor, porque si bien en muchas partes del mundo existen gran pobreza y desigualdad social, en pocos como en México hay un partido político con una experiencia octogenaria en la administración electoral de la pobreza: el PRI. Además de la entrega de despensas y costales de papas, como en Chihuahua, y otros recursos a la antigüita, ahora el tricolor y su aliado, el PVEM, echaron mano de medios más modernos como la entrega de tarjetas de débito o de monederos electrónicos para tiendas departamentales a cambio de la prueba de voto por el tricolor, proporcionada mediante medios tan avanzados como la foto de la boleta con el teléfono celular.
Vinculada con esto, la precariedad laboral existente en el país hizo que los burócratas se convirtieran en un grupo muy fácilmente utilizado por los gobiernos, mayoritariamente del PRI, para servirles como promotores del voto, repartidores de volantes, representantes de casilla, etcétera. Con tal de conservar su empleo muchas personas tuvieron que convertirse en activistas de un partido que no las convence. Y no quieren presentar denuncia alguna precisamente para no perder su puesto de trabajo. A mayor inseguridad en el trabajo, más vulnerabilidad a los chantajes electorales del patrón.
El tercer factor es la impunidad reinante en el país, no sólo en asuntos penales, sino también en electorales. El PRI y el PVEM violaron la legislación electoral en términos de topes de campaña en propaganda, en gastos de traslados, en objetos promocionales; en inserciones pagadas en prensa escrita y medios digitales, etcétera. Sin embargo, como las autoridades electorales no actuaron o lo hicieron con tardanza o tibieza, gozaron de total impunidad. A lo más podrán ser sancionados con multas que pagarán sin problema alguno, pues de seguro las consideran gastos de campaña, porque, inexplicablemente, este tipo de irregularidades no implican de ninguna manera la nulidad de una candidatura, la invalidación de un triunfo o la pérdida de registro del partido. Como las penas no son proporcionales a las faltas, la impunidad de las conductas electorales inequitativas o dispendiosas, o utilizadoras de los recursos públicos, se seguirá reproduciendo.
Un cuarto factor es que en este país tremendamente polarizado la oligarquía opera realmente como una sociedad de crimen, como una “mafia reloaded”, antes, durante y después del proceso electoral, para imponer al candidato de su preferencia e impedir el triunfo de quien pueda afectarla en sus intereses. Dicha mafia, reiteradamente denominada así por López Obrador, está integrada por el duopolio televisivo, un puñado de grandes empresas, las cúpulas del PRI y del PAN, las cúpulas de los sindicatos más grandes y corruptos, representados por Elba Esther Gordillo y Carlos Romero Deschamps, y contó ahora con la colaboración de las empresas encuestadoras, que todo el tiempo estuvieron preparando a la población para la aceptación activa o pasiva del triunfo del candidato priísta. También con el respaldo de las élites del PAN. Y no sólo del muy criticado Vicente Fox, quien invitó a votar por el puntero –cuando menos lo hizo abiertamente–, sino y sobre todo de Felipe Calderón, consagrador inmediato del triunfo de Peña Nieto, y de Josefina Vázquez Mota, quien alzó la mano al mexiquense aun cuando sus correligionarios de base no contaban siquiera 10 por ciento de los votos, y luego de haber criticado los modos priístas cuantas veces pudo en los debates.

Bienvenidos a 2006...

Jorge Camil
La derrota de Josefina el domingo pasado fue también la derrota de Felipe Calderón, el gran perdedor de la contienda. Fue, como reconoció Gustavo Madero al día siguiente, una derrota mayúscula. Calderón jamás se perdonará haberle regresado el poder al PRI, un partido al que ha odiado desde niño. Pero el triste fracaso de su gobierno no dejaba lugar a muchas opciones. Sabía cuál sería el resultado, por eso se cuidó de no dar la impresión de estar demasiado involucrado en el proceso, como hizo Vicente Fox. Prefirió dejar en los electores la impresión de ser un presidente como Ernesto Zedillo. Él sería el presidente de la segunda alternancia. Y así marcó nuestro destino político: ir de alternancia en alternancia, sin arribar jamás al puerto de la plena democracia y sin acabar de salir de una transición interminable.
Alguna extraña influencia ejerce Calderón sobre Josefina, porque sin ser santo de su devoción, y sin haberle ayudado en la campaña, la convenció de salir a los medios a aceptar la derrota antes de que se conocieran las cifras del conteo rápido. Enfrentada a ese predicamento humillante, después de tres arduos meses de campaña, a lo más que llegó la candidata fue a lanzar, con ojos llorosos, sonsonete desgastado y sonrisa desdibujada, un par de mensajes subliminales de su propia cosecha; pidió que el partido volviera a ser una institución ciudadana y, más extraño aún, una opción de libertad.
Estoy seguro de que fueron frases suyas, porque las machacó durante toda la campaña; especialmente la del tema de la libertad, que fue quizá su manera tibia de separarse de Calderón. Nunca se dio cuenta de que dejaba en los electores la impresión de que éste era un tirano que había secuestrado el partido para convertirlo en un castillo de la pureza (el hombre que en 1950 encerró a su familia 18 años para que no la contaminara el mundo exterior). Hoy, con la autoridad de haber sido candidata presidencial, y con sus 12.5 millones de votos, Josefina podría usar su movimiento anunciado para disputarle el poder a Calderón, y regresar al PAN de los Gómez Morin, los González Luna y los Preciado Hernández del siglo pasado. Quizá regresando a sus raíces y valores originales el partido dejaría de ser tabla de lanzamiento para oportunistas como Fox y panistas pragmáticos como Calderón.

Crónica de una imposición anunciada


Economía Moral
En inequitativa e ilegal elección, Televisa parece imponer al príncipe azul
Julio Boltvinik
El presidente del IFE sostiene que el fraude es imposible; él, Calderón y Vázquez Mota (JVM) se apresuran a declarar ganador a Peña Nieto (EPN); la elección fue limpia y transparente, señalan prestos los comentaristas al servicio de los poderes dominantes (la comentocracia); ganaron México y la democracia, declaran triunfalistas EPN y el PRI; el príncipe azul ungido rey por el establishment, anuncia que enviará iniciativas para, ahora sí, llevar a cabo las reformas estructurales (de derecha habría que añadir). Pero pronto se les cayó el teatrito. Los jóvenes del #YoSoy132 marcharon el mismo lunes 2 de julio en el DF al grito de ¡fuera Peña! (hubo marchas también en otras ciudades), y leyeron un comunicado en rechazo a la imposición de EPN. Ese mismo día AMLO anunció que impugnará la elección, ejerciendo el derecho establecido en la legislación nacional al respecto, provocando la ira de la comentocracia: López Obrador no acepta su derrota, tituló el Milenio el martes 3. Como dijo Julio Hernández (05/07/12) en una muy lúcida entrega de Astillero: Muy poco duró el barniz de limpieza y legalidad sobre el rostro del dinosaurio mapache. Y remató: una candidatura de telenovela que acaba en escándalos de supermercado bajo compras de pánico. Las fotografías de los tumultos en Soriana publicadas por La Jornada y Reforma esta semana, más los testimonios de muchas personas, son prueba irrefutable que hubo compra masiva de votos. La nota del Reforma (p.3) dice: Cientos de personas que vendieron su sufragio a cambio de uno o más monederos electrónicos cargados con 100 pesos cada uno canjearon ayer por mercancías y alimentos sus tarjetas del Aprecio. Nos las dieron a los que votamos por Peña Nieto, dice el reportero que “explicó una vecina de la colonia Lago Azul de Nezahualcóyotl. Se desató el pánico por el temor a que se descubriera el fraude, lo que abarrotó las tiendas de la cadena Soriana. En toda una paradoja ética, un vendevoto expresó, ante el rumor de que iban a cancelar los monederos electrónicos: Son fregaderas porque nosotros ya votamos. (La Jornada, 3/7/12, p.33).
Uno se pregunta por qué el PRI se habría de lanzar a la compra masiva de votos (con los riesgos que conlleva) si, según Consulta Mitofsky (Roy Campos), cuyas encuestas anuncian sus resultados en horario triple A de Televisa y son, por tanto, las encuestas más influyentes en la construcción social del ganador, unos días antes de la elección EPN seguía muy arriba de AMLO (16 puntos porcentuales) y, según GEA-ISA-Milenio (que también tiene su propio canal de tv) la ventaja de EPN era de 18 puntos (8.6 millones de votos). La única respuesta posible es que en el PRI sabían que esas encuestas estaban muy lejos de la verdad (porque las propias les decían otra historia) aunque Gómez Leyva (en Milenio) y Mitofsky (en Televisa) aseguraran que enunciaban la verdad científica. Las encuestadoras cumplieron la función de establecer como verdad científica que la gente iba a votar por EPN, lo cual fue el segundo paso en la construcción artificial del ganador. El primero fue el establecimiento por parte de Televisa de la imagen de EPN como príncipe azul de la política al lado de su princesa Gaviota, lo cual ha sido narrado por The Guardian y en Proceso por Jenaro Villamil (véase el número 1861 del 2 de julio). Pero algo falló en el camino que obligó a acudir a la compra masiva de votos: se interpuso la testarudez de AMLO y la irrupción casi milagrosa del #YoSoy132. La visión que quisieron establecer las encuestadoras al inicio de la campaña fue que EPN era el ganador indiscutible y que AMLO estaba en lejano tercer lugar y fuera de la pelea (según Buendía y Laredo-El Universal, a 33 puntos porcentuales de EPN). Aunque desde finales de abril AMLO empieza a figurar en la mayoría de las encuestas en segundo lugar, casi todas mantuvieron hasta el final de junio la visión de que el primer lugar ya estaba asegurado por EPN y que todavía había una disputa por el segundo lugar entre AMLO y JVM. Consulta Mitofsky en su última encuesta antes de las elecciones daba sólo una distancia de 5 puntos porcentuales entre AMLO y JVM, lo cual, dado el margen de error de ± 3.1 puntos declarado por la encuesta (muy subestimado) equivale a un empate técnico.

IP nacional y extranjera puede generar dos tercios de la electricidad en México


La CRE ha otorgado 672 permisos para una capacidad total hasta de 28 mil 986 MV
Israel Rodríguez J.
Periódico La Jornada
Viernes 6 de julio de 2012, p. 35
El sector privado internacional tiene el potencial y las autorizaciones para generar ya dos tercios de la capacidad efectiva de electricidad en México, revelan informes oficiales.
Al cierre de abril de 2012 la Comisión Reguladora de Energía (CRE) ha otorgado un total de 672 permisos en las diversas modalidades para que los productores privados tengan el potencial y la autorización para generar una capacidad total hasta de 28 mil 986 megavatios (MV).
Solamente en las modalidades de productor independiente hay autorizaciones para generar electricidad hasta por 14 mil 289 MV; en autoabatecimiento, 7 mil 941.4 MV, y en cogeneración 3 mil 545 MV, con lo que en conjunto estas tres modalidades podrían ya generar hasta 65.6 por ciento del total de la capacidad efectiva de generación de electricidad.
Aunque los productores independientes todavía no generan el total de su capacidad autorizada, porque el crecimiento de la demanda no es tan intensivo por el mediocre crecimiento económico del país ocurrido en la última década, actualmente 22.72 por ciento de la capacidad instalada corresponde a 22 centrales construidas con capital privado por los productores independientes de energía (PIE).
Al concluir 2011 la Comisión Federal de Electricidad (CFE) redujo su capacidad de generación para abrir espacios a los productores independientes. Durante el año pasado la capacidad efectiva de generación fue de 39 mil 270.30 MV, con una disminución de 433.90 MV comparada con los 39 mil 704.20 MW que se tenían al 31 de diciembre de 2010, revelan informes de la paraestatal.

jueves, 5 de julio de 2012

Elecciones, una opinión preliminar


Octavio Rodríguez Araujo
El conteo rápido del IFE (no confundir con encuesta de salida) dio como resultado de 37.93 a 38.55 por ciento para Peña Nieto y de 30.90 a 31.86 por ciento para López Obrador, es decir una diferencia de 7.03 a 6.69 por ciento. El PREP, con 98.95 por ciento de las casillas computadas, nos marca una diferencia de 6.51 por ciento en favor del candidato del PRI. El conteo rápido se hace con base en las llamadas sábanas de un determinado número de casillas escogidas aleatoriamente en el país. Si hubo errores en el llenado de las sábanas estos errores no sólo afectan el conteo rápido sino también el PREP. Los resultados, si hubo cualquier tipo de error u omisión, pueden ser distintos a los que se han dado como buenos oficialmente, por lo que si hubo inconsistencias deberán corregirse. Es de pensarse que una diferencia de poco más de 3 millones de sufragios entre los punteros presidenciales hace difícil que se revierta con la revisión de los paquetes de votos y el recuento por inconsistencias en las actas. Pero aun así el IFE debe despejar todas las dudas que tengan fundamento.
Aun asumiendo que los datos presentados por el IFE sean más o menos correctos, es claro, de todos modos, que se trató de una elección inequitativa (recursos y parcialidad de medios), con compra y coacción de votos, carruseles y otras triquiñuelas que día a día están saliendo a la luz. Según entiendo, el martes ya habían sido detectadas 113 mil actas con inconsistencias. No sé qué resultados arroje su revisión.
A reserva de lo que resulte de las impugnaciones en curso, AMLO ganó en muchos sentidos, aunque sea declarado perdedor por las instancias oficiales correspondientes. En primer lugar, millones de mexicanos estamos con él y su propuesta, y no hemos cambiado de posiciones. En segundo lugar, si tomamos en cuenta que en marzo de este año el promedio de preferencias que le daban varias encuestas al candidato del Movimiento Progresista era de 20.8 por ciento, contra 29.2 para Josefina Vázquez Mota y 48.9 para Peña Nieto, lo alcanzado por el tabasqueño en 90 días de campaña fue, si le creemos más o menos a los sondeos, un logro titánico. Rebasó a JVM y disminuyó su diferencia con el mexiquense de 28 puntos a poco más de seis. Le quitó 4 puntos a Josefina y 10 puntos a Peña. Y esta tarea fue lograda con muchos menos recursos que los del PRI y teniendo en contra al gobierno calderonista y al duopolio televisivo, en un país donde 80 por ciento de la población dice informarse por la televisión.
Sé, desde luego, que un triunfo es un triunfo y que lo demás no tiene significado en un sistema electoral donde se gana con un voto de diferencia. Pero no debe menospreciarse lo alcanzado por Andrés Manuel aunque no venza, pues a pesar de haber competido contra dos partidos fuertes (el PRI, que era débil hace seis años, en 2009 se fortaleció mucho y arrasó tanto en elecciones federales como locales) y contra un gobierno y poderes fácticos muy influyentes, obtuvo más votos que en 2006 (en números absolutos). Es un líder indiscutible.
Por otro lado, en Morelos, Tabasco y el Distrito Federal las izquierdas dejaron atrás a sus contendientes; no sólo ganaron en favor de AMLO sino de los candidatos a gobernador que hicieron muy bien su tarea. Los candidatos a gobernadores, Graco Ramírez y Arturo Núñez, ganaron con holgura, y más todavía Mancera en el DF. Estos triunfos compensan en parte la frustración y tristeza, compartida con millones de mexicanos, de que pudiera perder Andrés Manuel.
En Tabasco, que yo recuerde, nunca había perdido el PRI, ni a la mala ni a la buena. Ya ocurrió. En Morelos el tricolor creía que desplazaría al PAN, como ya lo había hecho en las intermedias de 2009, pero perdió lo principal aunque triunfó en la capital del estado. Dicho de otro modo, AMLO ganó la Presidencia de la República tanto en Morelos como en Tabasco; en estos estados hubo un merecido triunfo compartido de presidente y gobernador. Perdió Peña y perdió el PRI, dejando al PAN en un bajísimo lugar (15.1 por ciento). Para la mayoría de los que vivimos en Morelos López Obrador es nuestro presidente, le guste o no al de Atlacomulco.
Lo que más celebro, debo decirlo, es que el PAN perdiera y pasara a ser una tercera fuerza electoral, que difícilmente volverá a levantarse nacionalmente. La gente votó, en general, contra Felipe Calderón, y los únicos perjudicados de su desgobierno fueron los panistas. Bien se lo merecían por las trampas que hicieron en 2006 y por la ineptitud de sus dos presidentes. La cuenta regresiva de Calderón ya comenzó, y cuando salga de Los Pinos lo celebraremos con diciembre me gustó pa que te vayas a toda voz.
Peña, por otra parte, convirtió su triunfo en una tontería pueril y demagógica que nadie le cree: Ganó México. Esto no es cierto. Él y sus poderosos apoyos en medios y dinero aparentemente ganaron, pero si esto se confirma pierde el país, pues éste tendrá más de lo mismo con una diferencia: mayor autoritarismo que con los panistas. El régimen neoliberal y subordinado a Washington continuará y, como consecuencia, seguirán los privilegios, la corrupción, el empobrecimiento de la mayoría de la población, las desigualdades sociales y el desempleo, la violencia (de la que ya hizo gala Peña en Atenco) y la intolerancia demostrada con los jóvenes. El PRI es el PRI aunque se disfrace de renovado y rejuvenecido. Mucha gente cree que el mexiquense es muy joven y que esto es garantía de algo bueno para el país, pero se olvida que López Mateos y Echeverría fueron presidentes a los 48 años, tres años más que Peña, y que Calderón y Salinas eran incluso menores en el momento en que fueron impuestos para ocupar Los Pinos. Y así nos fue.
Estamos atentos a la revisión de la elección que ha sido demandada de acuerdo con la ley. En el momento de escribir estas líneas los resultados electorales no son definitivos. Los que ya felicitaron a Peña Nieto simplemente se adelantaron.

Vencedores y vencidos


Adolfo Sánchez Rebolledo
Mientras el proceso electoral no concluya, es ilógico pedirle a López Obrador que se desista del derecho que le corresponde a impugnar las cifras dadas a conocer. Es una petición de principio que no se sostiene ni en la ley ni en la experiencia electoral. Se olvida que aún no estamos ante datos oficiales, legales: las encuestas de salida o los conteos rápidos no sustituyen a los lentos y tortuosos procedimientos aprobados para definir ganadores o vencidos. Para bien o para mal, México no es, electoralmente, Francia o Chile. La desconfianza no se inventó ayer. Ya el propio IFE adelantó que se abrirían cerca de 50 mil paquetes que están en alguna de las causales previstas por la ley, pero la suma total no la sabremos hasta que concluya el recuento distrital. Es probable que al final las grandes cifras se mantengan aunque pueda registrarse alguna variación, digamos, en la asignación de diputados. Con todo, el recuento servirá para dar certidumbre y transparencia al voto pero también para valorar el peso que aún tienen un conjunto de prácticas políticas negativas que contrastan con la madurez de la ciudadanía que va a las urnas (63.14 por ciento) y elige con responsabilidad en un marco de mayor vigilancia de los partidos y observadores.
En mi opinión, el hecho político a destacar es la caída de Peña Nieto desde el balcón privilegiado en el que había sido puesto por una coalición de poderosos e influyentes intereses: el sueño de romper la inercia de los gobiernos divididos con la mayoría absoluta del PRI en el Congreso (machaconamente reiterada por las encuestas) se ha desmoronado. México no quiere soluciones de un solo hombre al estilo del viejo presidencialismo autoritario y sí, como lo probó en los comicios, reclama un régimen político plenamente plural y representativo. Por lo demás, la derrota de Felipe Calderón y Josefina Vázquez Mota demuestra la vacuidad de la victoria cultural panista, de la que tanto se vanagloriaba Carlos Castillo Peraza. El antipriísmo histórico de la derecha que soñaba con el bipartismo no fue capaz en 12 años de poner en juego un programa diferente, se consumió en el regodeo de sus propias miserias ideológicas, la improvisación, el seguidismo del catecismo global y la incapacidad de construir un principio de solución para el tema de la violencia.

Saldos de la contienda electoral


Orlando Delgado Selley
La jornada comicial del domingo pasado no logró culminar definitivamente el proceso electoral. El cúmulo de irregularidades vividas durante el tiempo de campañas, la desmesura de los recursos utilizados por el otrora partido oficial, la obvia desviación de las encuestas profesionales y, por supuesto, el respaldo del duopolio televisivo al candidato del PRI, construyeron un proceso que sólo podía resolverse si hubiese habido un respaldo gigantesco al candidato del movimiento progresista. El proceso será impugnado, lo que hace relativamente incierto su desenlace.
Sin embargo, hay asuntos que las elecciones resolvieron con claridad. El de mayor importancia es la evaluación que han hecho los electores al gobierno de Calderón. El rechazo ciudadano a estos seis años, y más en general a los 12 de gobierno de Acción Nacional, ha sido contundente. Su nueva ubicación como tercera fuerza política nacional, la pérdida de las gubernaturas de Jalisco y Morelos, la debacle en la ciudad de México, dan cuenta del abandono de los electores a un proyecto que tuvo la oportunidad de transformar verdaderamente al país.
Las razones de fondo de esta derrota estratégica no están en una mala campaña, ni en una candidata plana, sino en el desempeño de los gobiernos panistas. La administración foxista desperdició un auge mundial provocado por la expansión china, que favoreció significativamente a los productores de bienes comerciables globalmente, terminando su sexenio con un mediocre crecimiento promedio anual del PIB de 2.27 por ciento. Calderón, atado a la ortodoxia monetaria, llevó a que la economía nacional tuviera una contracción de 6.2 por ciento en 2009, en condiciones en las que países como Brasil lograron casi evitar la recesión. De este modo, en su sexenio habrá habido un crecimiento promedio anual de sólo 1.8 por ciento.
En materia laboral, el pretendido presidente del empleo deja un saldo lamentable. Su sexenio bien puede calificarse como el del desempleo y la precarización del trabajo asalariado. Los asegurados permanentes en el IMSS en lo que va del sexenio apenas aumentaron a un ritmo anual de 400 mil empleos, en tanto que la fuerza de trabajo crece tres veces más rápidamente, de modo que anualmente ingresaron al desempleo o subempleo, o migraron pese a las crecientes dificultades, 800 mil mexicanos.

Pepsico no pagará 105 millones de pesos robados en luz, CFE la perdona


Fuente: Animal Político
05 julio 2012
Reforma publica que a pesar de constituir un delito grave, la CFE decidió retirar la denuncia que había presentado contra la empresa tras llegar a un acuerdo.
México.- Durante casi cuatro años, Embotelladora Mexicana o Pepsico, robó electricidad por un monto de 105 millones 181 mil 637 pesos.
A pesar de constituir un delito grave, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) decidió retirar la denuncia que había presentado tras llegar a un acuerdo con la empresa para que ésta pagara el adeudo.
“Lo que busca la CFE es la recuperación de la cobranza de la energía consumida por sus clientes”, explicó la paraestatal por escrito.
Los adeudos de Pepsico corresponden a dos plantas embotelladoras, una en Acoxpa y otra en Calzada de La Viga, en el DF, conectadas en servicio de media tensión, cuyos medidores fueron revisados en mayo pasado por la CFE, encontrándose dispositivos electrónicos que marcaban un consumo menor al real.

miércoles, 4 de julio de 2012

Pertinencia y necesidad del recuento


El candidato presidencial del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer ayer que sus simpatizantes han encontrado inconsistencias en 113 mil de las más de 143 mil casillas electorales instaladas en los comicios del pasado domingo, y solicitó, en consecuencia, que la autoridad electoral realice un recuento total de los sufragios.
La proliferación de anomalías aritméticas en casillas de todos los distritos electorales, en conjunto con las denuncias y la evidencia documental de compra masiva de sufragios y de prácticas de distorsión o cooptación de la voluntad popular en la jornada del pasado domingo, ha instalado al país en un escenario de incertidumbre y sospechas similar al que se vivió en 2006, en el que el papel de las autoridades electorales –y por consecuencia, los resultados oficiales de la elección– comienza a ser ampliamente cuestionado por un creciente sector del electorado.
Resulta claro que la institucionalidad electoral difícilmente podrá disipar las dudas sobre la transparencia de los comicios y ayudar a distender la exasperación ciudadana en ciernes si no es mediante un nuevo cómputo total de las boletas. Es importante recordar que, a diferencia de lo ocurrido hace seis años, cuando el Instituto Federal Electoral (IFE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) se negaron al recuento voto por voto que pedía el entonces abanderado presidencial de la Coalición por el Bien de Todos, el marco legal vigente observa una diferencia fundamental: a raíz de la reforma de 2007, la legislación electoral incorpora diversas causales que obligan a la autoridad a acceder a un conteo total de los votos, entre las cuales se encuentra, precisamente, la existencia de inconsistencias en las actas de escrutinio. No hay, pues, obstáculo legal alguno para no atender la petición formulada por el Movimiento Progresista: al contrario, si la jornada cívica del domingo fue limpia y ejemplar, como afirmó el consejero presidente del IFE, Leonardo Valdés, ese organismo debiera ser el principal interesado en dotar a los resultados comiciales de una base de certidumbre electoral y transparencia.
Por lo que hace al candidato de la coalición Compromiso por México, Enrique Peña Nieto –quien hasta el momento es favorecido por las tendencias oficiales–, éste tendría que respaldar el recuento voto por voto por elementales motivos de apego a la legalidad, pero también por conveniencia política: una confirmación, durante esos recuentos, de los datos disponibles hasta ahora daría a la delantera del priísta una credibilidad que no han podido darle ni el PREP ni los conteos rápidos. En cambio, una negativa de su parte a respaldar el nuevo cómputo total de los sufragios lo marcaría con un estigma de ilegitimidad y opacidad similar al que afectó al aún titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón, a lo largo de toda su administración.
Sea cual fuere el escenario que pueda arrojar un eventual recuento de los votos –la confirmación de las irregularidades denunciadas y la consecuente reconfiguración de los porcentajes de los candidatos, o bien la ratificación del triunfo del aspirante tricolor–, será preferible a la incertidumbre y la sospecha de fraude que recorren actualmente a importantes sectores de la ciudadanía. Más que hacerlo por atender a la demanda de uno de los aspirantes presidenciales, el IFE debe ordenar el recuento voto por voto como una acción de cabal cumplimiento de la legalidad y de sentido común, y como una medida tendiente a evitar una nueva fractura social cuyas consecuencias serían obligadamente catastróficas.

Futuro comprometido


Luis Linares Zapata
Una nociva mezcla de problemas, abusos y trampas, subyacente en el proceso electivo, descompone el triunfalismo oficial que apuntala la versión de una gran victoria cívica. La cucharada de recursos desparramados, en cantidades casi ilimitadas, coloreó el viejo tendajón de los priístas. Paletadas de apoyos institucionales, de esas que pervierten al más plantado, se destinaron fallidamente, tratando de salvaguardar la vida democrática. Gruesas carteras públicas se abrieron en las regiones (gobernadores) y, carentes de los debidos controles, bañaron a los angustiados ciudadanos, condicionando voluntades y dando lugar a mañosas simpatías. Se juzgó que las cantidades invertidas a trasmano en las campañas también serían suficientes para retener privilegios o comprar salvoconductos, indispensables instrumentos para los muchos temerosos de la justicia. El triunfo –se piensa de manera reiterada y con rampante cinismo– lo justifica todo. El aderezo corrió a cargo de una tamizada ola informativa desgranada desde privilegiadas tribunas, y por selectos rostros y voces, para condimentar la verdad oficial. Algo de esto o mucho de lo aquí narrado ocurrió en la apaleada tierra de los mexicanos durante los últimos meses de campaña electiva.
En verdad, una conspicua pero amafiada caterva de mandones impusieron sus conveniencias con terminal orden: la izquierda no pasará. A la explosiva composición de ingredientes mencionados habría que añadir la previa pasta cotidiana de relleno: un conjunto de encuestas, sondeos de opinión les llaman, que fueron sedimentando útiles verdades subyacentes. El aparato de comunicación tomó a su cuidadoso encargo el resto del proceso legitimador. Se formó así un horizonte de expectativas que, después de varios meses de ocupar el espacio colectivo, solidificó la invencibilidad del agraciado puntero. En la contraportada de la encuestología, desatada por todo el confín difusivo, se quiso dejar a la cola al candidato que atraía los masivos deseos por un cambio efectivo. Los choques de realismo que ciertamente cimbraron, de vez en cuando, la abrumadora corriente de las llamadas normalidades, fueron incapaces de introducir los indispensables equilibrios para una sana competencia. La numerología posterior del PREP puso, eso sí, en evidencia la trama, pero el daño ya estaba hecho. Los votos inducidos al través de tan moderno procedimiento científico no pueden ser cuantificados, pero es indudable que pueden contarse por millones. Ninguna casa encuestadora, hasta hoy, ha expiado sus culpas ni pedido los perdones requeridos. Menos aún confesarán sus trafiques y conciliábulos, los expresos o los tácitos. Su credibilidad pública quedó, sin embargo, estampada en los suelos.
No habrá reconsideración por lo acontecido. La inercia institucional seguirá su curso. Se tratará de subsanar la inequidad de la competencia auxiliándose con el peso de la norma. La voluntad ciudadana, de varias y variadas formas, quedará resentida por el manoseo habido. La legitimidad del triunfador sale abollada a pesar de los millones de votos que se le endosaron. El entorno priísta no leerá correctamente el dictado de aquellas urnas que le fueron desfavorables y que también suman millones. Intentarán gobernar con la trabazón de sus gubernaturas y sindicatos, con sus avezadas fracciones legislativas y el peso de los grupos de presión que les acompañan o preceden. El señor Peña sumó no pocos votos definitorios a partir del apoyo de mujeres adultas, pobres y con educación mínima. Es decir, flota sobre una plataforma de pobreza y marginalidad, precisamente dispuesta a comerciar su voto. La continuidad habrá de enseñorearse casi de inmediato del presente y en todos los órdenes de la vida organizada. Esa fue parte sustantiva de su oferta de campaña: la tranquila estabilidad de lo ya conocido. Dentro de unos cuantos meses, pasada la euforia electiva, el cúmulo de problemas volverá a instalarse como asfixiante atmósfera, herencia inoculada por la trágica decena panista.
Todos aquellos que votaron por el señor Peña Nieto tendrán que asumir la parte de responsabilidad concomitante a la hora de conducir y evaluar los asuntos públicos. Nadie podrá llamarse a engaño o alegar estar mal informado por lo que a continuación habrá de ocurrir. Durante la campaña, y también durante los años previos, se comunicó, debidamente, la trascendencia de lo que estaba en juego. Las opciones fueron clarificadas: continuidad o cambio verdadero. Las izquierdas, y en especial su abanderado (AMLO), hicieron su parte y un tanto más todavía. Pudieron, con astucia y trasteo, sobreponerse a las intrigas, pleitos, discordancias, ambiciones y traiciones que plagaron a sus agrupaciones políticas. Algo de ello ha quedado enquistado en sus cuerpos colectivos y sólo los tiempos que vienen dirán si supieron reponerse y construir sobre lo mucho que les quedará.

martes, 3 de julio de 2012

Propuestas estorbosas


Propuestas estorbosas



AMLO se va por la impugnación de resultados


Foto: AFP

2 Julio, 2012 - 18:13Credito:
Rolando Ramos / El Economista
Por considerar que la elección federal del pasado domingo no fue equitativa ni limpia, sino estuvo “plagada de irregularidades” y hubo “una gran alteración antes, durante y después” de la misma, Andrés Manuel López Obrador informó que procederá de manera legal e impugnará los resultados.
“Sí, sí la vamos a impugnar”, respondió, al fin y a pregunta expresa, el candidato presidencial de la coalición Movimiento Progresista, acompañado por los presidentes nacionales del PRD, PT y MC, Jesús Zambrano, Alberto Anaya y Luis Walton.
En conferencia de prensa y pese a la insistencia de los reporteros, López Obrador fue extremadamente cuidadoso en no mencionar la palabra fraude electoral.

Irrealidad

Pedro Miguel
Enrique Peña Nieto fue virtualmente ungido presidente ayer por Felipe Calderón, Leonardo Valdés Zurita y el poder de la tele, con base en estimaciones parciales de 5 o 6 por ciento de los votos. Con menos que eso, Josefina Vázquez Mota y Gabriel Quadri, rivales de utilería para Peña, salieron a proclamar sus respectivas derrotas y colorín colorado, esta telenovela se ha acabado. Ya hay presidente (desde hace seis años no lo había), el reino recupera la paz y ya: terminó la fiesta de la política, ciudadanos; váyanse a sus casas que ya los llamaremos dentro de tres años y dentro de seis, cuando sus credenciales del IFE vuelvan a ser requeridas.
O sea que la realidad es el bombardeo de caras bonitas en la pantalla, el listado de claves de elector, los fajos de billetes, los millones de bots en las redes sociales y los golpeadores de camisa roja que aparecen cuando no queda más remedio para sosegar a la prole.
En cambio, el hartazgo popular contra el PRIAN, la memoria histórica, la empeñosa construcción de organizaciones ciudadanas, el fervor cívico que se ha vivido en tiempos recientes y, por supuesto, el movimiento #YoSoy132, son parte del reino de la fantasía. De la ficción, corregiría Salinas.
Los ámbitos del poder ganaron, por lo pronto, la carrera de las prisas. Si a las disidencias del régimen les urgía salir a festejar un triunfo en las plazas de la República, a la oligarquía político-mediática le urgía más cerrar el capítulo. Y lo hizo a trompicones. Mostró el cobre. Puso a Calderón en el papel de fuente de la que dimana la soberanía –sí, a Calderón, el ahora foco de contagio de ilegitimidades–, junto con Valdés Zurita y los consejos de administración (más conocedores de política que las redacciones) de las fábricas mediáticas de candidatos hechizos y presidentes piratas.
Las oposiciones –las sociales y las políticas– tienen la alternativa de deprimirse durante seis años o de hacer acopio de documentación, calculadoras, memorias de celular y cuentas de redes sociales, de abogados y de expertos estadísticos, a fin de estar en condiciones de resignarse a la derrota o de impugnar en forma contundente un proceso electoral al que de cualquier forma se le asoman los gusanos. Desde tiempos de Salinas las dirigencias de Acción Nacional decidieron cambiarse de la brega de eternidad por la brega de indignidad, y volverse priístas. No hay que pensar en cosas tan aburridas como la eternidad, ni tan autodestructivas como la otra –miren nada más cómo le fue al panismo en las urnas, y sin necesidad de que nadie hiciera fraude en su contra–, pero las izquierdas partidistas y sociales sabían que su lucha no era, en última instancia, por la Presidencia, aunque haga escala en ella. Una vez que se tengan, mañana, los resultados definitivos –y, sería de esperar, una lista consolidada de agravios electorales impugnables–, se verá que hacer. Ayer y hoy, aunque muchos tengan prisa, era demasiado pronto.
Alguien aquí está jugando un juego peligroso. Alguien está trepado en una pompa de jabón que más se debilita mientras más se infla. Puede ser que la primavera mexicana haya sido una ilusión, pero es posible también que en el momento menos pensado Peña Nieto y sus pajes asciendan hasta la cúspide de la pirámide social –no se engañen: la Presidencia sólo es eso para las mentalidades forjadas en la tele y las revistas del corazón– sólo para descubrir, de golpe, que bajo sus pies no hay sociedad ninguna.
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Twitter: @Navegaciones

AMLO impugna resultados


Astillero
Doble resistencia
Jóvenes denuncian fraude
Televisa, ríos de dinero
Julio Hernández López
SONRISA. Humberto Moreira, ex gobernador de Coahuila, se presentó en Saltillo para emitir su voto el domingo pasadoFoto Alberto Puente
La celeridad impositiva concertada se ha topado con dos inmediatos puntos de resistencia: el movimiento 132, ya en las calles, implacable y claro, y la recurrencia de Andrés Manuel López Obrador a los tribunales electorales para denunciar un fraude que aún no señala en esos términos pero cuyos ingredientes ya ha precisado.
El golpe nocturno dominical en favor de Peña Nieto necesitaba de rapidez para inyectar los virus del desánimo y el cinismo. Por ello se adelantaron las conferencias de prensa de Josefina Vázquez Mota y Leonardo Valdés Zurita, con la intención de ganar tiempo e impedir el surgimiento de algún dato o elemento discordantes. La panista ni siquiera se esperó a contar con una base numérica medianamente aceptable para darse por derrotada: con lo que había, que era ínfimo, dejó colgados incluso a quienes todavía a esa hora ultimaban detalles en casillas de diferentes partes del país. Valdés Zurita también saltó antes de tiempo, para presumir unos comicios límpidos, dar por ganador a Peña Nieto y servir de telonero a un disimuladamente eufórico Felipe Calderón. Lo importante era asentar el golpe. Luego vendrían las negociadas felicitaciones internacionales al presunto ganador. ¡Al diablo con las instituciones electorales!
Fulgurante operación reportó resultados positivos a sus creadores. En horas, Peña Nieto fue impuesto política y mediáticamente como virtual presidente de la Haigacracia (haiga sido como haiga sido, según la inmortal fórmula pragmática de Calderón) y los caminos electorales, en sus vertientes jurídicas y tecnológicas, quedaron desazolvados para cumplir con los rituales de simulación que desembocarán en la confirmación del madruguete dominical. La diferencia oficial de votos fue diseñada especialmente para inhibir las posteriores protestas: no los 20 o 15 puntos de distancia blandidos durante meses anteriores para aparentar que el copete en campaña era imbatible, pero sí los suficientes para argumentar que ninguna protesta podría tener fundamento.
Ayer mismo, miles de jóvenes pertenecientes al movimiento 132 marcharon por calles de la ciudad de México para protestar sonoramente contra la pretensión de imponer a Peña Nieto. Fue una manifestación alegre y creativa pero, sobre todo, decidida. La apabullante propaganda televisiva disfrazada de noticieros y programas de opinión y análisis no melló en nada las definiciones políticas de esos ciudadanos recientes. La cargada de la mayoría de los medios impresos, con sus primeras planas tan contentas por el triunfo del PRI y tan anunciadoras de los ánimos de control que mueven a los nuevos operadores de prensa, tampoco desanimaron a los estudiantes. Salieron del símbolo de la corrupción sexenal, la Estela de Luz, caminaron hacia las calles privilegiadas de Polanco y a su paso se toparon con manos solidarias desde balcones, con bocinas de automóviles festejando el paso de la marcha y no llenándola de improperios, con la mirada y el análisis circunstanciales de una clase media alta que de pronto vio sus dominios invadidos por miles de jóvenes asegurando que Peña Nieto no ganó. Terminaron su caminata en el Monumento a la Revolución.
Un antes y un después, inéditos y altamente significativos: nunca se había producido una manifestación tan concurrida de ciudadanos, sobre todo jóvenes, para fijar postura respecto a elecciones que todavía no se realizaban, como la que ocurrió durante la insubordinada noche del sábado de las velas y las antorchas que desembocaron en el Zócalo y en la lectura de un manifiesto de lucha social y política. Tampoco habían salido a las calles, en tal número y con tanta decisión, apenas unas horas después de terminados unos comicios presidenciales, tantos jóvenes denunciando fraude y anunciando resistencia. Parece claro que la clave para abrir la caja fuerte del sistema autoritario restaurado y agravado es la siguiente: una vuelta a la izquierda, tres a la izquierda y dos más a la izquierda.
López Obrador compareció ante reporteros la tarde de ayer para ir fijando una cuidadosa estrategia de resistencia. Es natural que mida sus palabras porque enfrente tiene a una plantilla mediática aceitada especialmente para tratar de evidenciar la incongruencia de que un candidato presidencial ejerza sus derechos por las vías legales. La trampa fue sembrada de forma evidente e insistente antes de los comicios, cuando se presionaba al tabasqueño para que firmara pactos de civilidad que no verían compra de votos ni mapaches priístas.
El candidato de las izquierdas ha decidido transitar por completo el sendero legal, recabando pruebas y cumpliendo con los trámites procesales. No acepta que a él le corresponda sofocar el gran descontento por el presunto triunfo de Peña Nieto, y establece la enorme responsabilidad del IFE y del tribunal electoral federal ante lo que ha sucedido y lo que pueda suceder. Diariamente informará de las pruebas que se vayan recopilando y no descarta que pueda darse una resistencia civil pacífica.
A nadie debería molestar, mucho menos exacerbar, que un ciudadano en ejercicio de sus derechos recurra a los tribunales para demandar justicia que cree le ha sido escamoteada. Esa vía de inconformidad jurídica tiene como sustento dos hechos que son de dominio público pleno: la parcialidad evidente de muchos medios de comunicación, Televisa de manera militante, en apoyo de Enrique Peña Nieto y en abierto detrimento de su principal opositor electoral, AMLO; y los ríos de dinero que corrieron en todo el país para compra de votos y para el financiamiento de la operación territorial de las brigadas de promoción del voto en favor del PRI.
Y, mientras se posa la vista en Jalisco, donde el PRI y sus aliados del PRD chuchista-padillista hicieron lo mismo que Peña Nieto a nivel nacional (con ríos de dinero, mapachería y guerra sucia) para crear una victoria artificial de Aristóteles Sandoval sobre Enrique Alfaro, ante un creciente enojo social en el que también participan muchos jóvenes, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero

lunes, 2 de julio de 2012

No te desanimes

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Otra elección incierta


El proceso electoral que habría debido culminar ayer con resultados confiables y un ganador inobjetable de la contienda presidencial se encuentra, en cambio, en un preocupante compás de espera y se ha visto contaminado por malas conductas institucionales, civiles y mediáticas.
De entrada, la elección fue precedida por una parcialidad tan pronunciada de los medios –especialmente, de los electrónicos–, que derivó en la fabricación de una candidatura presidencial con base en el desmesurado poder de la pantalla televisiva sobre la opinión pública. Tal proceso no se limitó a la aplicación, para efectos políticos, de la mercadotecnia y la publicidad comercial tradicionales, sino incluyó campañas de descalificación y distorsión contra eventuales competidores del aspirante priísta, así como una manifiesta inequidad informativa muy semejante a un bloqueo. Otra vertiente de esa construcción de la candidatura de Enrique Peña Nieto fue la elaboración de cientos o miles de encuestas a todas luces divorciadas de la realidad.
Ya en la fase de las campañas electorales propiamente dichas, el Partido Revolucionario Institucional recurrió a su arsenal de maniobras tradicionales de manipulación y distorsión electoral: la compra y coacción de votos, el amedrentamiento y la agresión a simpatizantes de otros institutos y fórmulas políticas, así como un derroche aplastante de dinero en publicidad, logística y reparto de bienes o efectivo a cambio de voluntades ciudadanas. Ante tales prácticas indeseables y delictivas, tanto el Instituto Federal Electoral (IFE) como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) se comportaron con una tolerancia cercana a la omisión de sus facultades y obligaciones legales.
En la jornada del domingo proliferaron las denuncias de irregularidades –las más reiteradas se refirieron a la compra de votos, pero también las hubo por robos con violencia de urnas, así como por agresiones contra ciudadanos de fórmulas distintas a la que encabeza Peña Nieto y por manipulación indebida de papelería electoral por presuntos operadores priístas–; sin embargo, tanto los altos funcionarios electorales y judiciales como los portavoces de los medios informativos se empeñaron en retratar unos comicios limpios y apacibles.
Sin ser una cosa ni la otra, la elección tuvo, empero, una notable virtud: la alta participación ciudadana y el resurgimiento de un interés cívico que restableció el vínculo con las urnas –y con la política en general– de grandes sectores de la ciudadanía. La expresión más notable de ese fenómeno positivo es el surgimiento –al calor de las campañas– del movimiento estudiantil y juvenil #YoSoy132, el cual tuvo por elemento articulador un vasto malestar ante las miserias de un régimen político en el que participan, sin atribuciones legales, poderes fácticos como el de los medios electrónicos y, a estas alturas, de las casas encuestadoras que parecen más preocupadas por inducir tendencias electorales que por retratarlas.
Al fin de la jornada, cuando el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) llevaba computadas menos de 10 por ciento de las casillas, el presidente del IFE, Leonardo Valdés Zurita, salió a anunciar en cadena nacional los resultados de un sondeo rápido que difieren notablemente de los números del PREP, pero que convergen con los de las encuestas más impugnadas por la opinión pública. Inmediatamente después, el aún titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón, hizo uso del enlace nacional para proclamar el triunfo de Peña Nieto. Todo ello con el telón de fondo de medios informativos que no vacilaron en proclamar vencedor al aspirante priísta, el cual, posteriormente, pronunció un discurso de presidente electo, sin serlo.
Estos desfiguros institucionales e informativos resultan lamentables en la medida en que vician el proceso electoral e introducen en él factores de incertidumbre y hasta de sospecha. En un escenario competido, en efecto, proclamar ganadores cuando no se tienen resultados constituye una temeridad y puede dañar de manera irreparable a la elección en su conjunto.
Por su parte, el candidato presidencial de las izquierdas anunció que esperaría al recuento total de los votos para asumir una posición y llamó a la calma y a la civilidad a sus seguidores. No podrá achacársele, en consecuencia, la paternidad de una incertidumbre electoral que se gestó, en cambio, en el sistemático manipuleo televisivo, en la sostenida intromisión de la administración calderonista, en la pusilanimidad de las autoridades electorales y en la aplicación de las tradicionales malas artes comiciales del Revolucionario Institucional.
Lo cierto es que se ha vuelto a colocar al país en un escenario de falta de credibilidad que podría derivar en circunstancias ingobernables o en seis años más de un gobierno privado de legitimidad. Cabe esperar que ninguna de esas perspectivas se concrete y que, por el contrario, el cómputo total de los sufragios y la rápida resolución de las impugnaciones dé certeza sobre el sentido del veredicto popular emitido ayer en las urnas.

domingo, 1 de julio de 2012

Exigen comicios limpios miles de integrantes de #YoSoy132


Arturo García Hernández y Laura Poy Solano Foto
Realizan nueva protesta frente a las instalaciones de Televisa
En un ambiente festivo, también se movilizan familias con niños
La marcha En Vela por la Democracia partió de la Plaza de las Tres Culturas y culminó en el Zocalo (en la imagen)Foto Yazmín Ortega Cortés
Periódico La Jornada
Domingo 1º de julio de 2012, p. 10
Un caudaloso río de luz, formado por miles de personas con velas; un río que se extendía más allá de lo que la vista alcanzaba, recorrió anoche varias de las principales calles y avenidas alrededor del Centro Histórico. Fue la marcha En Vela por la Democracia, organizada por el movimiento #YoSoy132, que partió de la emblemática Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, hizo una parada de protesta frente a Televisa Chapultepec y concluyó en el Zócalo.
Convocada a las seis de la tarde, la movilización empezó a las 19:15 horas, cuando la luz diurna menguaba tras las nubes, las cuales se alejaban después de una pertinaz lluvia que no desanimó a la hormigueante multitud que casi llenaba el emblemático lugar, donde otra manifestación estudiantil fue acallada a sangre y fuego en 1968 por órdenes del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz.
Abundaban, como era previsible, los estudiantes. Eran miles. Del Instituto Politécnico Nacional, de la Universidad Nacional Autónoma de México y de instituciones privadas, como el Tec de Monterrey, el Claustro de Sor Juana y la Universidad del Valle de México, unidas por un solo grito: voto informado, jamás manipulado.
La Plaza de las Tres Culturas estaba casi llena y seguían llegando manifestantes. Había un contingente de punks anarquistas que corearon consignas antifascistas. Entre música de mariachis cantando Cielito lindo, también había familias con niños tomados de las manos y otros en brazos.
El contingente de los pueblos de Atenco portaba una enorme manta en contra del candidato presidencial priísta, Enrique Peña Nieto, lo cual provocó inquietud entre algunos manifestantes, ante el temor que fuera tomado como desacato a la veda electoral.
Hubo instantes de tensión y confusión, pero las cosas se tranquilizaron cuando alguien explicó que la veda es para partidos y candidatos, no para ciudadanos.
Los manifestantes salieron de la plaza por avenida Flores Magón. Después tomaron Paseo de la Reforma. Al paso, muchos automovilistas los saludaban con claxonazos de apoyo.
Un helicóptero con cámara giratoria para grabación de video sobrevoló la velada por la democracia. Aunque el aparato estaba pintado de amarillo, un reportero de Televisa comentó que no pertenecía a esa empresa, contra la que estaban dirigidas una parte de las consignas. La movilización transcurría en calma y con buen ánimo.
Después realizaron una manifestación frente a las instalaciones de Televisa, y luego las miles de personas marcharon por Izazaga en silencio, que sólo se rompió al grito de ¡Yo soy 132! cuando a las 22:45 horas arribaron al Zócalo.
En ese ambiente festivo, la vanguardia, encabezada por pobladores de Atenco, quienes portaban antorchas, marchó lentamente hasta llegar al asta bandera de la Plaza de la Constitución, donde los jóvenes leyeron un comunicado en el que fijaron su posición ante la jornada electoral de este domingo.
Se pronunciaron contra la imposición de cualquier candidato, pues advirtieron que hacerlo significaría el regreso de un viejo régimen político y de las prácticas antidemocráticas.
Tambien dieron a conocer su programa de lucha, acordado entre voceros y delegados de más de cien universidades del país.
Hicieron un llamado para que otros jóvenes, trabajadores, campesinos y la población en general se sume a sus demandas.
En cuanto a la democratización y transformación de los medios de comunicación, se pronunciaron contra los monopolios y oligopolios que manipulan la información, en particular en el actual contexto electoral, en el cual es evidente el contubernio entre partidos políticos y las empresas mediáticas.
Señalaron que en el actual modelo de medios comercial, representado por Televisa y Tv Azteca, se excluye a la sociedad y organizaciones civiles en general.
En su mensaje, donde se incluyeron los seis ejes de lucha que guiarán acciones futuras, se destacó la importancia de impulsar un cambio en el modelo educativo, científico y tecnológico.
Indicaron que el Estado mexicano ha aplicado un modelo educativo neoliberal, lo que resulta ajeno a un sistema formativo verdaderamente laico, gratuito, científico y pluricultural.
En cuanto a una transformación del modelo económico neoliberal, se pronunciaron por mantener una lucha por la transformación social del país.
En seguridad nacional y justicia, el movimiento se pronunció por el retiro de las fuerzas armadas de las funciones de seguridad pública.
Señalaron en relación con la transformación política y su vinculación con movimientos sociales que es necesaria la interlocución con el pueblo en general.
Exigieron además el pleno cumplimiento del derecho consagrado en el artículo cuarto constitucional para que todo mexicano tenga acceso a la salud.
Nunca había ocurrido esto: una marcha ciudadana la víspera de elecciones en demanda de comicios limpios. Histórico.

Miembros de #YoSoy132 marchan en cinco capitales con un llamado a votar


Instan también a denunciar irregularidades y exigen a la autoridad respeto al sufragio
En Oaxaca provocadores intentaron desvirtuar la movilización mediante consignas contra el PRI
Myriam Navarro, Claudio Bañuelos, Jorge Pérez, Mauricio Ferrer y David Carrizales, corresponsales 
Periódico La Jornada
Domingo 1º de julio de 2012, p. 12
Al menos 800 integrantes del movimiento #YoSoy132GDL marcharon la tarde de este sábado por la avenida Javier Mina y Juárez hasta el parque Revolución, en la capital de Jalisco, donde efectuaron un festival musical e informativo para invitar a la población a salir a votar hoy, cuando además de las elecciones federales en la entidad se renovarán los cargos de gobernador, 125 alcaldías y 39 escaños en el Congreso local.
Loas manifestantes, quienes cumplieron su señalamiento de que no se pronunciarían en favor o en contra de los candidatos, anunció que durante la jornada al menos mil de sus integrantes participarán como observadores electorales para vigilar lo que ocurra en las casillas y defender la voluntad ciudadana.
Al contingente inicial se fueron sumando participantes durante el trayecto hasta reunir a unas 2 mil personas, quienes señalaron que denunciarán cualquier acto irregular del que sean testigos y que si se comprueba que la elección careció de limpieza habrá movilizaciones para defender la decisión del pueblo.
En Aguascalientes, unos 300 jóvenes del movimiento #Yo Soy132 marcharon de la glorieta del Quijote, en el cruce de las avenidas Héroes de Nacozari y López Mateos, rumbo a la Plaza de la Patria. En el trayecto lanzaron consignas como: Voto informado, jamás manipulado, El pueblo consciente se une al contingente, Si hay imposición, habrá revolución. Al pie del monumento la Exedra llamaron a la ciudadanía a ejercer su voto y a denunciar cualquier actividad irregular durante la jornada electoral, en las páginas de Internet: fotoxvoto.org y hayfe.info.
Deterioro de la vida nacional
Un contingente de unos 300 estudiantes de la Asamblea Interuniversitaria y del movimiento #YoSoy132, marcharon por calles del centro de Monterrey, Nuevo León, para exigir a las autoridades respeto al voto ciudadano, y a los electores les pidieron que ejerzan su derecho a sufragar con libertad, sin aceptar coacciones o amenazas, ni venderlo por despensas o dinero.
Integrantes del movimiento #YoSoy132 durante su manifestación de ayer hacia el centro de GuadalajaraFoto Arturo Campos Cedillo
Puntualizaron que la movilización no era en favor de ningún partido, pero en los discursos arremetieron contra los gobiernos de recientes, pues son responsables del grave deterioro de la vida nacional, con sus problemas de violencia, desempleo, pobreza, corrupción, educación, vivienda y salud, entre otros.
En Nayarit, unos 100 jóvenes emprendieron una marcha a las 16 horas de la explanada de la Universidad Autónoma de Nayarit a la plaza principal de Tepic, donde efectuaron un festival artístico.
Los participantes respetaron el no llevar mantas o cartulinas alusivas a algún candidato o partido, y exhortaron a la población a que salga a sufragar este domingo.
En Oaxaca, estudiantes miembros de #YoSoy132 realizaron su última manifestación previa a las votaciones federales de hoy. Partieron de la fuente de las Ocho Regiones con destino al zócalo de la capital oaxaqueña.
Durante la manifestación, un grupo de cerca de 10 hombres encapuchados comenzaron a pegar carteles y a realizar pintas contra el PRI, sin embargo, el colectivo de la marcha les exigió que dejaran de hacer eso, pero los sujetos continuaron, por lo que los estudiantes de la coordinación del movimiento se deslindaron de los actos vandálicos y de provocación.
Uno de los jóvenes que lideraba la marcha se interpuso entre los enmascarados y una barda donde pretendían realizar pintas, les solicitó que dejaran los aerosoles y comenzó a gritar, no somos porros, somos estudiantes, inmediatamente los participantes de la marcha corearon masivamente la frase.

¿Cuántos homicidios más se cometerían aquí?


Antonio Gershenson
Hoy, primero de julio, vamos a votar. El candidato del PRI ha sido severamente criticado, entre otros, por el movimiento estudiantil, por los crímenes en masa cometidos en Atenco, estado de México, cuando él era gobernador de esa entidad.
El mencionado candidato anunció que traería como asesor para combatir la delincuencia al general colombiano Óscar Naranjo. Quiero transmitir partes de la carta a El Correo Ilustrado del lunes 18 de junio pasado. Está firmada por representantes de la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas, abogados de Brasil, Cuba, Francia, Argentina y México.
El desempeño del gobierno de Colombia, y de Óscar Naranjo en particular, frente a las luchas sociales, ha sido analizado por el Tribunal Mundial de Libertad Sindical los días 22, 23, 24 y 25 de mayo de este año, el cual constató que el principal instrumento de respuesta del gobierno en los pasados 30 años contra las luchas sociales es y ha sido el uso ilegal de las fuerzas paramilitares y la represión.
La composición de los sindicatos pasó, de 1980 a 2010, de 14 a 4 por ciento de la población económicamente activa. En ese tiempo fueron asesinados 2 mil 900 líderes sindicales.
El brutal retraso de la democratización de la sociedad, la falta del cumplimiento de los derechos humanos y la débil legalidad se Colombia se deben en buena medida a los paramilitares, a su fomento por el gobierno y al uso por la iniciativa privada del modelo ilegal que criminaliza la protesta social y usa correctivos fuera de la ley, como los paramilitares.
El número de asesinatos en general ha sido tremendo. Y, claro, era fácil acusar a las víctimas de delincuentes o de terroristas. Y no han sido sólo sindicalistas las víctimas.
Peña quiere tener de asesor a ese general colombiano. Se quedan cortos los crímenes de Atenco y demás.
Ahora, en varios países de América del Sur se vuelve a traer a la justicia a los criminales que quedan de las dictaduras. Pero en Colombia ese ambiente de dictadura no ha terminado. Cuando Naranjo era asesino activo, no se diga. Y el candidato priísta quiere traer a México ese ambiente.
Ya hay un adelanto de la violencia que se quiere importar de Colombia. Han sido señalados actos y amenazas de violencia de bandas priístas, incluso de muerte, a opositores en las elecciones. Se han hecho públicas actitudes como estas, llegando al homicidio en varios estados. Enumeramos algunas agresiones de grupos de priístas de días recientes:
Ataques contra grupos de Morena en Ecatepec y Aragón, 24 de junio. Ataque en pleno centro de la ciudad de Actopan contra una caravana cultural e informativa, 26 de junio. En esta misma fecha, amenazas de muerte contra estudiantes a través de Facebook. En Guadalajara, dos golpeados el 28 de junio. Estos estudiantes denunciaron 16 casos similares.
Más en general, el ambiente que precede a los comicios aquí no es nada normal. Hay toda una discusión sobre los fraudes electorales. El pasado jueves 21 los consejeros tuvieron que recular y aprobar un Acuerdo por el que se establecen medidas específicas para contribuir a evitar la compra, coacción e inducción del voto, así como acciones que generen presión sobre el electorado durante el proceso federal 2011-2012. Un insuficiente primer paso, pero se ve el crecimiento de la oleada contra el fraude.
El artículo 403 del Código Penal Federal señala que los operadores políticos pueden ir a la cárcel por recoger credenciales para votar sin causa prevista por la ley, solicitar votos por paga, dádiva, promesa de dinero u otra recompensa o violar, de cualquier manera, el derecho del ciudadano a emitir su voto en secreto.
De modo que el proceso electoral ha sido muy especial. Por un lado, la candidatura del PRI con el objetivo de convertir este país en uno de represión, con la experiencia de los miles de asesinatos en Colombia, y el uso actual de la violencia. Por otro lado, una verdadera multitud peleando no sólo por un voto bien aplicado, sino contra el fraude electoral.
antonio.gershenson@gmail.com

Explotó una mufa en el Centro Histórico; hay dos lesionados


Tania Sánchez HernándezFoto

Un hombre y una mujer sufrieron quemaduras, reporta Protección Civil
Autoridades del GDF exigen a la CFE explicaciones por el accidente
Bomberos trabajan en la zona donde explotó una mufa en la calle de HéroesFoto La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 1º de julio de 2012, p. 37
La explosión de una mufa ubicada en la calle de Héroes, en la colonia Guerrero, la tarde del sábado, dejó como saldo una mujer y un hombre lesionados con quemaduras en 20 y 40 por ciento de su cuerpo, respectivamente, informó el secretario de Protección Civil del Distrito Federal, Elías Miguel Moreno Brizuela.
El accidente se registró alrededor de las 17 horas cuando estalló un transformador debido a un cortocircuito en la red eléctrica subterránea de la zona, mientras las dos personas caminaban por la acera al cruce con la calle de San Fernando, en la delegación Cuauhtémoc.
La mujer, de 24 años, sufrió quemaduras en las piernas, mientras que el hombre, de 63, fue alcanzado por el fuego en un brazo y parte del rostro, según informó la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF).
Las dos víctimas fueron trasladadas en la ambulancia número 375 del Centro Regulador de Urgencias Médicas (CRUM) al hospital San Ángel Inn para recibir atención médica, declaró el titular de Protección Civil.
Moreno Brizuela enfatizó que las autoridades capitalinas exigimos una explicación a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por este incidente; pues se está poniendo en riesgo la integridad de los ciudadanos y eso no lo podemos permitir.
La CFE informó que de acuerdo con diagnósticos preliminares, el corto circuito fue ocasionado por la pérdida de hermeticidad del transformador debido a que se inundó la bóveda en que se encuentra, como consecuencia de las intensas lluvias.
La dependencia indicó que encargó al Instituto de Investigaciones Eléctricas que realice un peritaje a fondo sobre las causas que originaron este incidente, y aclaró que tuvo lugar en una instalación que está ubicada fuera del perímetro donde se realizan los trabajos de modernización de la red eléctrica del Centro Histórico.
Por otro lado, la fuerte lluvia que se registró desde las 15:30 horas de ayer afectó a 12 delegaciones, de las cuales Azcapotzalco, Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón y Cuajimalpa fueron las más dañadas, incluso en las dos últimas se reportó la caída de árboles, y otro en Gustavo A. Madero, informó la Secretaría de Protección Civil.
Las precipitaciones provocaron problemas de circulación en diversas vialidades de la ciudad, pues la Unidad Tormenta reportó 68 encharcamientos, dos de ellos de consideración. El primero en Viaducto al cruce con la calle de Bolívar, en la delegación Cuauhtémoc, donde el agua alcanzó 40 centímetros de tirante, y el segundo en la intersección de las avenidas Insurgentes Norte y Cuitláhuac, en Gustavo A. Madero, con 35 centímetros.